En medio de un contexto en el que las grandes herramientas ofimáticas como Microsoft Word, Excel y PowerPoint son utilizadas a diario por millones de personas en todo el mundo, cualquier mejora relacionada con su funcionamiento tiene un impacto directo sobre la experiencia del usuario. Microsoft ha anunciado una nueva funcionalidad llamada Startup Boost que busca precisamente eso: reducir el tiempo que tardan estas aplicaciones en iniciarse, empezando por Word y extendiéndose a otras más adelante. Si deseas conocer más sobre cómo obtener Microsoft 365 gratis, sigue ese enlace.
A partir de mayo de 2025, esta nueva característica comenzará a estar disponible de manera progresiva en los equipos con Windows. La medida forma parte de los esfuerzos de Microsoft por hacer más ágil el uso de su suite ofimática, en un momento donde tanto usuarios domésticos como profesionales valoran la rapidez con la que pueden acceder a sus herramientas cotidianas sin distracciones innecesarias.
¿En qué consiste Startup Boost y cómo funciona?
La lógica de esta nueva funcionalidad se basa en un enfoque bastante utilizado en el mundo del software: precargar ciertas aplicaciones en segundo plano cuando se inicia el sistema operativo. En el caso de Word, lo que hace el sistema es mantener una versión simplificada de la aplicación ‘en pausa’, lista para ser activada en cuanto el usuario decida abrirla. Este procedimiento se lleva a cabo mediante tareas programadas que se ejecutan automáticamente desde el Programador de Tareas de Windows.
Así, al estar parcialmente cargadas de antemano, las aplicaciones parecieran abrirse al instante. Esta sensación de inmediatez mejora la percepción del rendimiento, aunque no se haya modificado profundamente el código base del software. Para muchos usuarios, esa agilidad al utilizar el paquete de Office se traduce en menos interrupciones y una experiencia más fluida. También es importante considerar cómo activar la ficha del programador en Microsoft Office puede optimizar la experiencia.
Microsoft no es ajena a este tipo de estrategias: ya ha implementado soluciones similares en servicios como el navegador Edge o en otras herramientas que se benefician de una ejecución anticipada para parecer más rápidos. Lo distintivo aquí es su aplicación a la suite Office, uno de sus productos más populares y utilizados.
Disponibilidad y requisitos técnicos de la función
No todos los dispositivos podrán hacer uso de Startup Boost. Microsoft ha establecido que solamente aquellos equipos con, al menos, 8 GB de memoria RAM y 5 GB de espacio libre en disco podrán utilizar esta función. Además, para evitar altos consumos energéticos, el sistema desactiva Startup Boost de forma automática si el equipo entra en modo de ahorro de energía, un detalle importante para usuarios de portátiles u otros dispositivos móviles.
La idea es que esta función mejore la rapidez sin sobrecargar el sistema, por lo que aquellos PCs que no cumplan los requisitos simplemente no la tendrán habilitada. Para los administradores o usuarios avanzados que prefieran tener el control absoluto sobre los procesos que se ejecutan en segundo plano, hay opciones disponibles para desactivar manualmente la función, bien desde la propia configuración de Word o mediante políticas de grupo en entornos empresariales.
No obstante, hay que tener en cuenta un matiz: cada vez que se actualiza Microsoft Office, el instalador vuelve a crear la tarea de precarga, por lo que será necesario desactivar manualmente la función si no se quiere volver a utilizar tras cada actualización. Para quienes necesiten gestionar su rendimiento, resulta interesante conocer cómo solucionar problemas en Copilot de Windows.
Todo comenzó con Word, pero hay planes de expansión
Aunque inicialmente Startup Boost solo será activado en Microsoft Word, se espera que otras aplicaciones como Excel, PowerPoint, Outlook e incluso OneNote se incorporen a esta estrategia de precarga en actualizaciones posteriores. Esta implantación escalonada tiene como objetivo facilitar el control de calidad y evaluar el impacto real en el rendimiento y el consumo de recursos.
El despliegue no será inmediato para todos los usuarios. Microsoft ha comenzado a implementar esta funcionalidad de manera gradual, primero entre aquellos que utilizan versiones empresariales o están suscritos a canales de actualizaciones previas. A lo largo de mayo, se irá extendiendo a la mayoría de dispositivos compatibles, y se espera que para finales de ese mes esté disponible de forma generalizada.
Desde un punto de vista técnico, esta funcionalidad deja dos nuevas tareas visibles en el Programador de Tareas de Windows: «Office Startup Boost» y «Office Startup Boost Logon». Ambas se encargan de mantener la aplicación en segundo plano y lista para activarse cuando se necesite. Si alguna de estas tareas es eliminada por el usuario o por alguna herramienta externa, el próximo proceso de actualización de Office volverá a crearlas.
Una respuesta al contexto actual de rendimiento y competencia
Las quejas sobre los tiempos de apertura de Word y otros programas de Office no son nuevas. Muchos usuarios han advertido que, a lo largo de los años, el software ha ido ganando en funciones, pero también en peso, haciendo que tareas tan simples como abrir un documento no sean tan rápidas como cabría esperar, incluso en dispositivos modernos.
De hecho, Microsoft reconoce que la percepción de velocidad es casi tan importante como la velocidad real de una aplicación. Si una herramienta arranca en un instante, incluso aunque en segundo plano ya estuviera lista, el usuario la siente como más eficiente. Y este tipo de sensaciones, aunque sutiles, pueden influir notablemente en la satisfacción del usuario, especialmente en entornos laborales donde cada segundo cuenta.
A eso hay que sumarle un mercado cada vez más fragmentado, donde alternativas ligeras basadas en la nube —como Google Docs— ofrecen tiempos de apertura casi instantáneos. La estrategia de Microsoft busca recuperar esa sensación de agilidad sin tener que rediseñar todo el software desde cero. En cierta medida, es una forma de ponerse al día con un contexto competitivo que cambia con rapidez.
Se trata de pequeños ajustes que, al acumularse, contribuyen a una mejor experiencia. Para quienes abren Word varias veces al día, recortar unos segundos en cada arranque puede marcar una diferencia notable en la sensación de fluidez general. Además, es fundamental conocer si merece la pena actualizar a Windows 10 Pro, ya que puede afectar el rendimiento general del sistema.
Esta función también ilustra cómo Microsoft utiliza mecanismos internos del sistema operativo —como las tareas programadas— para optimizar procesos de forma discreta. Si bien algunos usuarios podrían verlo como una intromisión innecesaria, sobre todo si no utilizan ciertas aplicaciones con frecuencia, la posibilidad de desactivarlo da un cierto margen de elección.
Startup Boost se perfila como un intento de Microsoft por hacer más eficientes sus herramientas de siempre sin reinventarlas del todo. Ya sea una ventaja o una molestia dependerá, en última instancia, del tipo de usuario y del uso que se le dé a la suite Office. Pero al menos ahora, quienes valoran la rapidez, encontrarán una mejora concreta orientada a reducir esos tiempos de espera que, aunque cortos, pueden resultar molestos en el día a día.
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