El consumo energético de los centros de datos se duplica hacia 2030

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  • El crecimiento de la inteligencia artificial está impulsando un aumento exponencial en la demanda energética de centros de datos.
  • Europa enfrentará retos significativos con proyecciones de consumo que alcanzarán los 150 TWh para 2030.
  • Soluciones como la refrigeración híbrida y la transición a energías renovables son esenciales para mitigar el impacto ambiental.
  • La regulación y las iniciativas tecnológicas serán clave para garantizar la sostenibilidad de estas infraestructuras.

El acelerado avance de la tecnología y la creciente demanda de servicios digitales están llevando a los centros de datos a un crecimiento exponencial en el consumo energético. En los próximos años, estas instalaciones desempeñarán un rol crucial en la economía global, pero también plantearán retos significativos en términos de sostenibilidad y eficiencia energética. Con la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y la computación en la nube como principales motores de este incremento, las implicaciones ambientales y económicas son cada vez más evidentes.

Desde la automatización de procesos hasta la interacción constante con servidores, el impacto de los centros de datos no se limita al ámbito tecnológico. A medida que su infraestructura se expande para satisfacer las demandas de usuarios y empresas, surgen interrogantes sobre cómo lidiar con el enorme consumo de recursos que generan. En este artículo, exploraremos a fondo las previsiones, desafíos y soluciones emergentes para el sector.

El auge de la IA y su efecto en el consumo energético

Las tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA) están revolucionando la forma en que utilizamos los datos. Según fuentes como ABI Research, la expansión de centros de datos a nivel global se duplicará de los 10.978 actuales a más de 22.000 para 2030. Esta ampliación está directamente relacionada con el aumento en la capacidad computacional exigida por la IA y el aprendizaje automático, pero también con el calor generado durante estos procesos, lo cual incrementa los requisitos de refrigeración.

Se estima que solamente en 2023, los centros de datos consumieron 300 TWh de energía únicamente para refrigeración, y este consumo podría triplicarse hacia el final de la década. Además, empresas como Microsoft prevén que el consumo masivo de sus centros de datos, influenciado por la adopción de tecnologías como la IA generativa, contribuyan significativamente al aumento de sus emisiones de alcance 3. Así lo reflejan en su compromiso por alcanzar las emisiones netas cero para 2030.

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impacto ambiental centros de datos

Proyecciones de consumo eléctrico para 2030

En Europa, el impacto de los centros de datos en las redes eléctricas será notable. Según McKinsey, el consumo en el continente alcanzará los 150 TWh para 2030, representando cerca del 5% de toda la energía eléctrica generada. Esto supone más del doble de los 62 TWh actuales, reflejando el crecimiento de este sector y su dependencia de las redes eléctricas tradicionales.

A nivel global, datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) indican que entre 2022 y 2025 veremos un incremento a niveles preocupantes, donde la cifra global podría duplicarse respecto a 2022, alcanzando los 460 TWh. En territorios como Estados Unidos, solo los clusteres de centros de datos en Virginia del Norte ya consumen suficientes recursos para obligar a construir nuevas líneas de transmisión eléctrica.

Desafíos en sostenibilidad

Los centros que actualmente se construyen presentan problemas de sostenibilidad. Por ejemplo, para mantener ratios de eficiencia energética (PUE) bajos como 1.3, muchos dependen de grandes volúmenes de agua limpia, un recurso escaso en diversas regiones. Según algunos expertos, como Vivian Lee de Boston Consulting Group, este tipo de desafíos empeorará debido al aumento de instalaciones que pretenden superar los 500 MW de capacidad, lo que equivale al consumo de cientos de miles de hogares.

Además, las dificultades no se limitan al consumo energético puro. Las redes eléctricas en regiones como Aragón, en España, ya prevén retos significativos para absorber la demanda proyectada hacia 2030. El Plan Energético de Aragón sugiere incluso que se necesitarán soluciones como el autoconsumo industrial para mitigar los impactos en la red.

Soluciones tecnológicas y transición hacia renovables

Las grandes tecnológicas están liderando iniciativas para reducir su impacto ambiental. Empresas como Amazon Web Services (AWS) ya operan con energía 100% renovable y planean innovar en refrigeración y eficiencia operativa. Por su lado, Microsoft ha firmado acuerdos históricos para garantizar que el 100% de su energía provenga de fuentes limpias, mientras que Google y otros gigantes apuestan por la compensación de carbono.

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La implementación de tecnologías de refrigeración híbrida, como el enfriamiento por inmersión, está ganando terreno. Estas soluciones ofrecen una alta eficiencia de hardware al reducir el calor directamente desde el nivel del chip. Empresas como Schneider Electric y Vertiv están desarrollando soluciones modulares que integran sistemas de inteligencia artificial para monitorear y optimizar el consumo.

refrigeración en centros de datos

Impacto en infraestructura y regulaciones

La presión normativa también está jugando un papel crucial en la evolución de los centros de datos. En Europa, la Directiva de Eficiencia Energética establece marcos legales para evaluar el rendimiento energético, la huella hídrica y otras métricas clave de sostenibilidad. Otras normativas, como el Código Europeo para la Eficiencia Energética de Centros de Datos, también están promoviendo prácticas más responsables.

A nivel local, actores como Endesa están iniciando conversaciones con los planificadores de centros de datos para abordar la escasez de redes adecuadas en España. Según su CEO, se necesita casi el doble de inversión actual en redes para absorber la demanda futura.

La evolución de los centros de datos hacia 2030 plantea desafíos colosales. Si bien la tecnología y las iniciativas regulatorias ofrecen soluciones potenciales, las proyecciones de consumo indican que el impacto ambiental será inmenso sin cambios sustanciales. Las estrategias de refrigeración avanzada, el autoconsumo y el uso eficiente de recursos son imprescindibles para enfrentar este nuevo escenario.

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