- Broadcom presenta cuatro chips Wi‑Fi 8: BCM6718 (residencial), BCM43840/BCM43820 (empresarial) y BCM43109 (clientes de borde).
- Wi‑Fi 8 prioriza estabilidad, cobertura y latencia; TP‑Link valida 802.11bn con 320 MHz y hasta 23 Gbps.
- Broadcom licencia su IP Wi‑Fi 8 para IoT, automoción y móviles, impulsando un ecosistema más amplio.
- Alianza OpenAI–Broadcom: 10 GW de aceleradores, despliegue 2026–2029 y redes Ethernet frente a InfiniBand.

El salto a Wi‑Fi 8 ya no es futurible: Broadcom ha presentado su primera hornada de silicio preparada para esta nueva generación, justo cuando Wi‑Fi 7 aún se está asentando en el mercado. El movimiento responde a una demanda clara: entornos profesionales y redes de borde exigen mayor fiabilidad, mejor alcance y latencias más bajas, mientras que los hogares agradecen una cobertura más estable y sin zonas muertas. En este panorama, la compañía desvela cuatro chips pensados para residenciales, empresas y clientes en la llamada frontera de la red.
A mediados de octubre de 2025, publicaciones especializadas señalaron este anuncio destacando que Broadcom enfoca Wi‑Fi 8 en la calidad de experiencia más que en perseguir solo el récord de velocidad. La firma sostiene que, al combinar técnicas avanzadas de programación con las capacidades del nuevo estándar (IEEE 802.11bn), se obtiene un uso del espectro más inteligente, menos paquetes descartados, menor consumo y un rendimiento más predecible incluso cuando la red va cargada.
Qué cambia con Wi‑Fi 8 y por qué llega ahora
Wi‑Fi 8 no nace para impresionar únicamente con cifras brutas. Llega con la promesa de conexiones más estables, mejores itinerancias y un alcance superior, especialmente en los márgenes de cobertura donde hoy se sufre más. En empresas, esto se traduce en menos cortes y más determinismo; en casa, en menos frustraciones cuando te mueves entre habitaciones o cuando muchos dispositivos compiten por el aire.
El enfoque pasa de la clásica «calidad de servicio» a una visión centrada en la calidad de experiencia (QoE), admitiendo que el usuario valora lo fiable y fluido por encima de todo. Eso implica un reparto del espectro más fino, menos colisiones y mejores decisiones de programación para que el tráfico sensible (videollamadas, juegos en la nube) no se vea penalizado por descargas o tareas menos críticas.
Otro gran objetivo es reducir el consumo y optimizar la cobertura exterior del área de servicio del punto de acceso. En el día a día, esto quiere decir que, incluso cuando estés lejos del router, la señal debe aguantar con menos pérdida de rendimiento. Las mejoras en gestión de energía y en cómo el estándar conversa con múltiples dispositivos al mismo tiempo ayudan a que todo fluya con menos sobresaltos.
Por último, y muy importante para redes densas, Wi‑Fi 8 prioriza el uso eficiente de las bandas disponibles y la reducción de paquetes descartados. Con ello, se gana en latencia más baja y un comportamiento más predecible. Es el tipo de avance que no siempre se aprecia en un test de velocidad, pero que sí notas cuando todo funciona suave, sin tirones ni microlag.
La familia de chips Wi‑Fi 8 de Broadcom: cuatro piezas clave
Broadcom ha destapado cuatro soluciones, cada una con un papel nítido dentro del ecosistema. El BCM6718 se orienta a gateways residenciales y equipos de operador (gateways domésticos y CPE), los BCM43840 y BCM43820 están pensados para puntos de acceso empresariales, y el BCM43109 apunta a clientes inalámbricos en el borde, es decir, smartphones, portátiles, tabletas y automoción.
Las diferencias entre ellos recaen, entre otras cosas, en el número de flujos simultáneos (dos o cuatro) y en los perfiles de gestión energética, afinados según el entorno de uso. No necesita lo mismo un AP de alta densidad que un portátil, y el silicio lo refleja para lograr el equilibrio entre rendimiento y eficiencia.
- BCM6718: gateways residenciales y equipos de operador.
- BCM43840 y BCM43820: puntos de acceso empresariales de altas prestaciones.
- BCM43109: clientes de borde (móviles, portátiles, tabletas, automoción).
El término «borde» o «edge» no es nuevo, pero se ha puesto de moda: alude a esos clientes en el borde que, estando en los extremos de la red, necesitan conectividad robusta y eficiente porque son la puerta de entrada a aplicaciones críticas (desde apps colaborativas hasta infotainment en un coche). En esta hornada, Broadcom se preocupa por ellos con un chip específico.
Detalle interesante: Broadcom también ofrece bajo licencia su IP de Wi‑Fi 8 para IoT, automoción y móviles. Esto amplía la huella del estándar y acelera la llegada de dispositivos no solo de acceso, sino de toda la cadena. Cuanto más fabricantes integren estas capacidades, antes veremos un ecosistema maduro.
Primeras pruebas: 802.11bn toma forma y se valida en laboratorio
El desarrollo del estándar no se escribe en una tarde. Aun así, hay hitos que marcan el camino. TP‑Link ha comunicado que ha validado la baliza y la transferencia de datos de un prototipo inicial de hardware Wi‑Fi 8 (802.11bn), lo que es un paso importante para demostrar la viabilidad técnica.
Según la compañía, el ensayo se realizó en colaboración con la industria y confirma que el proyecto está en la senda correcta para ofrecer conectividad ultrafiable conforme vayan creciendo los dispositivos y aplicaciones con hambre de ancho de banda. No son pruebas comerciales, pero sí señales de que la base del estándar se sostiene.
El IEEE prevé que la norma se cierre en 2028. Mientras tanto, TP‑Link espera que «haya dispositivos de consumo antes de la ratificación definitiva», algo que ya hemos visto en generaciones anteriores. Es decir, es probable que algunos routers y clientes se adelanten para aprovechar el tirón, aunque siempre con la cautela de que el estándar puede pulirse hasta el último minuto.
En cuanto a parámetros, se mantiene la operación en 2,4 GHz, 5 GHz y 6 GHz, con un ancho de canal máximo teórico de 320 MHz y una velocidad de datos de hasta 23 Gbps. Ojo con esto: el mensaje de Wi‑Fi 8 no es tanto la cifra tope, sino la estabilidad, la cobertura y la itinerancia en redes exigentes. La gracia está en que la experiencia mejore incluso en condiciones adversas.
Para el usuario de a pie, esto significa videollamadas más constantes, juegos con menos lag, streaming sin saltos y adiós (o casi) a esas zonas de casa donde la señal hace aguas. Además, se garantiza compatibilidad con dispositivos actuales, aunque, como es lógico, las mejores ventajas llegarán con equipos Wi‑Fi 8 en ambos extremos de la conexión.
Hogares, oficinas y exteriores: así se traduce la mejora
En casa, Wi‑Fi 8 debería reducir las frustraciones típicas cuando todos se conectan a la vez o cuando te mueves con el móvil entre estancias, y ayudar a mejorar la cobertura Wi‑Fi del móvil. Gracias a una gestión más inteligente de recursos, la red repartirá el aire con mayor cabeza y penalizará menos el movimiento entre celdas o puntos de acceso en sistemas de malla.
En la empresa, el valor está en el alcance y la previsibilidad. Espacios amplios, oficinas con alta densidad de equipos y entornos complejos se beneficiarán de latencias más bajas y menos paquetes descartados. Esto repercute en aplicaciones críticas como voz sobre IP, salas de reuniones híbridas o IoT industrial donde cada milisegundo suma.
En exteriores o zonas limítrofes de la cobertura, las mejoras de potencia efectiva y sensibilidad prometen menos caídas en el borde. No es que la magia elimine la física, pero sí que la red haga mejor uso del espectro y mantenga mejor el tipo donde antes había que cruzar los dedos.
Además, con perfiles energéticos más afinados, los dispositivos clientes tienen margen para ahorrar batería sin perder estabilidad. Esa combinación de eficiencia y fiabilidad es clave para móviles y portátiles, pero también para sensores y electrónica de automoción que no pueden gastar de más.
Broadcom abre su IP y sitúa Wi‑Fi 8 en un ecosistema más amplio
Además del silicio propio, Broadcom ha anunciado la disponibilidad en licencia de su propiedad intelectual Wi‑Fi 8 para IoT, automoción y móviles. Este paso acelera la adopción en categorías donde un chip dedicado o un bloque IP integrado cambian la ecuación de coste, tamaño y consumo.
Entender dónde juega Broadcom también ayuda. La compañía diseña, desarrolla y comercializa componentes y subsistemas analógicos, de señal mixta y optoelectrónicos, con un catálogo que abarca amplificadores de potencia, filtros RF, codificadores, optoacopladores y equipos de fibra óptica, entre otros. Su negocio se reparte entre semiconductores (58,4%) e infraestructuras (41,6%).
La distribución geográfica de sus ventas habla de una presencia global: América 29%, Asia/Pacífico 55,1% y Europa/Oriente Medio/África 15,9%. Con Wi‑Fi 8, la compañía refuerza su papel en acceso residencial y empresarial, pero también empuja el borde inteligente, donde la conectividad empieza a entrelazarse con servicios y aplicaciones de inteligencia artificial.
OpenAI y Broadcom: una alianza para chips de IA a gran escala
En paralelo a las novedades de Wi‑Fi 8, Broadcom ha revelado un acuerdo de calado con OpenAI para codesarrollar y desplegar aceleradores de IA y sistemas de red con una capacidad objetivo de 10 gigavatios. La idea es que OpenAI diseñe sus propios chips y Broadcom los desarrolle e implemente en racks que empezarán a llegar a partir de la segunda mitad de 2026.
El despliegue sería progresivo y debería completarse a finales de 2029, tanto en instalaciones de OpenAI como en centros de datos de socios. Un matiz técnico relevante: estos clusters se escalarán sobre tecnología Ethernet de Broadcom, un guiño a soluciones abiertas y una alternativa al enfoque InfiniBand de Nvidia en redes de alto rendimiento.
Según ha explicado OpenAI, integrar lecciones aprendidas del desarrollo de modelos de frontera directamente en el hardware permitirá ganancias de eficiencia y velocidad. De hecho, su CEO ha señalado que llevan en torno a 18 meses trabajando con Broadcom en el rediseño desde niveles muy bajos (transistores) hasta procesos de inferencia, con el objetivo de abaratar y acelerar la ejecución de modelos ya entrenados.
Los mercados han aplaudido la noticia: las acciones de Broadcom llegaron a subir entre un 8,9% y un 10% tras el anuncio. Aun así, analistas recuerdan que el reto de fabricar chips de IA propios es mayúsculo y que, por ahora, no se espera que esto desbanque el dominio de Nvidia a corto plazo. La alianza, eso sí, refuerza la tendencia a los chips personalizados en grandes tecnológicas para reducir dependencias y optimizar costes.
En cuanto a financiación, no se han divulgado cifras concretas. Para ponerlo en contexto, el CEO de Nvidia estimó que un centro de datos de 1 GW puede costar entre 50.000 y 60.000 millones de dólares, con el hardware de Nvidia representando más de la mitad de esa factura. Es plausible que OpenAI combine rondas de inversión, pedidos anticipados, alianzas estratégicas y líneas de crédito para cubrir este megaproyecto.
Conviene recordar además que OpenAI ha movido ficha en paralelo con otros fabricantes: anunció un acuerdo de 6 gigavatios con AMD y se hicieron públicas intenciones de inversión multimillonarias por parte de Nvidia. También circuló que Broadcom tenía un pedido de 10.000 millones de dólares de un cliente no identificado, si bien no estaría ligado necesariamente a OpenAI, según insinuaciones recientes.
Fechas, despliegues y lo que cabe esperar en el corto plazo
Volviendo a Wi‑Fi 8, el calendario del IEEE marca 2028 como fecha prevista de ratificación. Antes de ese punto, veremos probablemente routers y clientes tempranos para familiarizarnos con el estándar. TP‑Link ya ha validado funciones clave (baliza y transferencia), y Broadcom ha puesto nombre y apellido a los chips que darán vida a gateways, APs y clientes.
En la práctica, los primeros equipos comerciales podrían llegar antes de que el estándar esté cerrado del todo, como ya sucedió con generaciones previas. La clave será que los fabricantes mantengan la compatibilidad con la versión final y que las funciones estrella (estabilidad, cobertura, latencia) se materialicen en escenarios reales, no solo en laboratorio.
Para empresas y operadores, la llegada de BCM6718, BCM43840/BCM43820 y BCM43109 dibuja un mapa bastante claro: CPE residencial optimizado, puntos de acceso de altas prestaciones para entornos densos y un cliente de borde afinado para la nueva ola de dispositivos móviles y de automoción. Con la IP licenciable de Broadcom, IoT y otros sectores podrán moverse en paralelo.
El anuncio de Broadcom encaja el puzle por dos vías: silicio listo para Wi‑Fi 8 y un ecosistema empujado por licencias que permitirán a terceros acelerar sus productos. Al mismo tiempo, la colaboración con OpenAI reafirma que la conectividad y la computación masiva van de la mano: redes más predecibles en el borde y centros de datos de IA más escalables en el núcleo. Si todo va como promete, hogares, empresas y coches conectados notarán una red que se porta mejor cuando más falta hace.
Redactor apasionado del mundo de los bytes y la tecnología en general. Me encanta compartir mis conocimientos a través de la escritura, y eso es lo que haré en este blog, mostrarte todo lo más interesante sobre gadgets, software, hardware, tendencias tecnológicas, y más. Mi objetivo es ayudarte a navegar por el mundo digital de forma sencilla y entretenida.