TPM 1.2 vs TPM 2.0: Diferencias, ventajas y todo lo que debes saber para tu PC

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  • Todas las diferencias técnicas y de seguridad entre TPM 1.2 y TPM 2.0
  • Impacto de cada versión en la compatibilidad con Windows 11
  • Ventajas de actualizar y cómo afecta a la protección del sistema

Tipos de TPM disponibles La informática moderna gira en torno a la seguridad y la protección de datos, y en este contexto, los chips TPM juegan un papel clave. Seguramente has oído hablar de los módulos TPM, sobre todo desde que Microsoft hizo obligatorio el TPM 2.0 para instalar Windows 11. Pero ¿qué diferencia realmente a TPM 1.2 de TPM 2.0? ¿Qué beneficios tiene cada uno? Este artículo lo desglosa con detalle y en un lenguaje directo, pensando en quienes quieren saberlo todo antes de actualizar o configurar su PC.

Te presentamos una guía definitiva sobre las diferencias, ventajas y desventajas de TPM 1.2 frente a TPM 2.0, cómo afectan a la seguridad de tu sistema y su compatibilidad, especialmente con Windows 11, además de incluir consejos para su activación y actualización. Encontrarás toda la información técnica traducida a un lenguaje claro, combinada con experiencias reales y soluciones prácticas.

¿Qué es un módulo TPM y para qué sirve?

TPM (Trusted Platform Module, o Módulo de Plataforma de Confianza) es un chip –físico o lógico– que se instala en la placa base del ordenador o integrado directamente en el procesador. Su función principal es almacenar, de forma segura, claves criptográficas necesarias para el cifrado, autenticación y arranque seguro del sistema operativo. El TPM está diseñado para proteger, generar y gestionar información confidencial, como contraseñas de administrador, certificados digitales, datos biométricos o credenciales de acceso.

Entre sus usos más comunes destacan:

  • Cifrado de discos con BitLocker o similar.
  • Almacenamiento y generación de claves para inicio de sesión seguro (por ejemplo, Windows Hello).
  • Protección contra malware a nivel de arranque y verificación de integridad del sistema.
  • Gestión de certificados y datos biométricos.
  • Soporte para autenticación avanzada en redes empresariales y para el uso de tarjetas inteligentes virtuales.

Funciona como una caja fuerte digital, de tal manera que la clave privada nunca abandona el TPM. De este modo, ni malware, ni ataques físicos directos pueden acceder con facilidad a la información protegida.

Tipos de TPM: discreto, firmware y virtual

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No todos los TPM son iguales, y según la arquitectura y fabricante, podemos encontrarnos varios formatos:

  • TPM discreto: Es el chip físico soldado o conectado a la placa base, completamente independiente del resto de componentes y con su propio hardware dedicado.
  • TPM integrado: Se encuentra dentro del procesador o SoC, pero aislado lógicamente del resto de funciones.
  • TPM basado en firmware (fTPM): Se ejecuta dentro del firmware UEFI de la BIOS y utiliza recursos del propio sistema, aunque de una forma segura y separada del sistema operativo.
  • TPM virtual (vTPM): Utilizado sobre todo en entornos de virtualización avanzada o servidores, simula la función de TPM por software dentro de una máquina virtual.
  • TPM por software: Simple emulación, menos segura y orientada a entornos de desarrollo y pruebas.

En equipos modernos, el TPM más habitual es el basado en firmware (fTPM), sobre todo en placas base desde 2016 en adelante, con la opción de activarlo directamente desde BIOS/UEFI. Las soluciones por software, salvo usos muy concretos, no se recomiendan por motivos obvios de seguridad.

Diferencias técnicas entre TPM 1.2 y TPM 2.0

La evolución de TPM de la versión 1.2 a la 2.0 supone un salto importante en funcionalidad, seguridad y flexibilidad. Veamos de forma clara las características clave que los diferencian:

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Algoritmos criptográficos soportados

La diferencia más significativa entre ambas versiones es el soporte de tipos de algoritmos de cifrado y hash:

  • TPM 1.2 sólo admite RSA (hasta 2048 bits) y SHA-1, un algoritmo hash que actualmente está en desuso por considerarse vulnerable. Esto limita la robustez criptográfica internacional y la adaptabilidad a nuevas amenazas.
  • TPM 2.0 añade compatibilidad con SHA-2 (especialmente SHA-256), algoritmos de clave pública como ECC (curvas elípticas como P256 y BN256), y permite a los fabricantes añadir nuevos algoritmos con los identificadores TCG. Esto supone una mayor agilidad criptográfica y futuro asegurado para los nuevos estándares de seguridad.
  • La gestión de algoritmos simétricos también mejora: AES 128 pasa a ser obligatorio en TPM 2.0, mientras que en 1.2 era opcional; AES 256 se mantiene como opción avanzada.

Estructura de jerarquías y autorización

El sistema de «propietarios» mejora de TPM 1.2 a 2.0:

  • TPM 1.2 cuenta con una autorización única (el «propietario») y dos claves raíz (EK para firma/atestación y SRK para cifrado) sobre las que se basan el resto de operaciones.
  • TPM 2.0 separa el control en varias jerarquías: de aprobación (EH), de almacenamiento (SH), de plataforma (PH) y una jerarquía nula. Cada una puede tener diferentes propietarios y reglas de autorización, mejorando la gestión granular y permitiendo funciones para fabricantes de sistemas, SO y usuarios de aplicaciones.

Esto permite separar funciones de mantenimiento, almacenamiento y seguridad, haciendo todo más flexible y seguro.

Soporte de aplicaciones y compatibilidad

Las principales aplicaciones compatibles con ambos, como BitLocker, arranque seguro UEFI, tarjetas inteligentes virtuales, Credential Guard o Microsoft Passport, funcionan en las dos versiones. Sin embargo:

  • Algunas aplicaciones corporativas o de cifrado avanzado requieren ya TPM 2.0, sobre todo para cumplir requisitos de seguridad en empresas, administración pública y fabricantes de hardware.
  • La funcionalidad «DDP | ST – OTP Client» se soporta en TPM 1.2 pero no en 2.0, aunque este matiz afecta a casos muy específicos.

En la práctica, TPM 2.0 es completamente compatible hacia atrás con las principales utilidades de seguridad de Windows y Linux, pero permite un salto de calidad en aplicaciones nuevas y soporta un mayor rango de entornos de autenticación.

Manejo de errores y seguridad anti-martilleo

La protección frente a ataques de fuerza bruta (brute force o «martillo») es más robusta y estandarizada en TPM 2.0:

  • En TPM 1.2, la implementación y bloqueo de intentos incorrectos dependía del fabricante y podía variar mucho.
  • En TPM 2.0, el bloqueo es automático tras 32 errores de autorización, olvidando un error cada 10 minutos. Esta política es configurable y ayuda a prevenir ataques de diccionario para descifrar PINs o contraseñas protegidas por el TPM.

Por eso, funcionalidades como BitLocker y Windows Hello han incrementado la longitud mínima de PIN en versiones recientes, adaptándose a la nueva política de seguridad y así proteger mejor frente a ataques.

Soporte de sistemas operativos

La compatibilidad con sistemas operativos cambia notablemente según la versión de TPM:

  • TPM 1.2 es compatible con Windows 7, 8, 8.1 y 10, además de distribuciones de Linux (RHEL, Ubuntu desde versiones antiguas).
  • TPM 2.0 es obligatorio para Windows 11, recomendado desde Windows 10 en adelante, y soportado desde Ubuntu 16.04 y RHEL 7.3. Algunas funciones avanzadas de cifrado sólo funcionan con 2.0 y versiones de kernel compatibles.

Los fabricantes como Dell y otros permiten en ocasiones actualizar el firmware del módulo TPM de 1.2 a 2.0, si la placa base y el hardware lo soportan (aunque no siempre es posible). Más detalles sobre compatibilidad con Windows 11 en este enlace.

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Cambios y ventajas prácticas de TPM 2.0 frente a TPM 1.2

Además de las diferencias técnicas, pasar de TPM 1.2 a 2.0 supone mejoras tangibles y prácticas para el usuario y las empresas:

  • Mayor seguridad y futuro asegurado: Soporta algoritmos más fuertes y habilita compatibilidad con futuras normativas de seguridad.
  • Experiencia más coherente y simple: Windows gestiona el TPM 2.0 con políticas estandarizadas, evitando problemas de incompatibilidad entre diferentes marcas o modelos.
  • Cumple normativas internacionales (ISO/IEC 11889:2015), requisito en muchos entornos regulados.
  • Mejor integración con hardware y software moderno: Desde arranque seguro UEFI, control de aplicaciones, cifrado de dispositivo, hasta soporte para iniciadores biométricos.

TPM y Windows 11: requisito obligatorio

La exigencia de TPM 2.0 para Windows 11 ha agitado el mercado PC y creado muchas dudas:

  • Microsoft establece que cualquier PC que quiera instalar Windows 11 debe tener TPM 2.0 activado y Secure Boot UEFI. Desde 2016, los equipos nuevos ya vienen con este chip por defecto, aunque pueda estar desactivado en la BIOS.
  • Si tu ordenador tiene más de 5-7 años y no tiene TPM 2.0, actualizarlo puede ser complicado o implicar cambiar placa base y procesador.
  • La comprobación se puede hacer fácilmente con «tpm.msc» desde el menú ejecutar, buscador de Windows o desde la sección de seguridad del sistema (también desde la terminal con «get-tpm»). Aquí verás la versión, si está activo y el estado del módulo.

Sin TPM 2.0, Windows 11 se puede instalar solo con trucos (modificando el registro o usando «regedit» para saltar las comprobaciones), pero con este método pierdes muchas funciones de seguridad que justifican el cambio de sistema operativo.

Cómo saber si tu equipo tiene TPM y cómo activarlo

El proceso para comprobar y habilitar TPM es directo, aunque varía según la placa base:

  1. Presiona Windows + R y escribe tpm.msc. Si tienes TPM instalado, verás su estado, versión y opciones de gestión (activar, borrar, cambiar PIN, etc.).
  2. En el administrador de dispositivos de Windows, busca «Dispositivos de seguridad», donde debe aparecer «Módulo de plataforma segura 2.0».
  3. Desde Configuración > Actualización y Seguridad > Seguridad de Windows > Seguridad del dispositivo > Procesador de seguridad, puedes ver detalles del TPM.
  4. Si está desactivado, normalmente hay que acceder a la BIOS/UEFI al arrancar el PC (F2, F10, SUPR, según fabricante) y habilitar la opción «PTT» (Intel), «fTPM» (AMD) o «TPM» a secas.

Ojo: Si tienes un portátil empresarial o equipo de hace más de 8 años, puede que tengas que instalar un chip dedicado o que tu hardware no soporte TPM 2.0, en cuyo caso solo queda cambiar de equipo para tener soporte completo.

TPM en placas base: cómo instalar uno adicional

Si tu placa base lo permite, se puede añadir un chip TPM 2.0 físico comprado de marcas reconocidas (ASUS, MSI, Gigabyte, ASRock), aunque siempre debes asegurarte de la compatibilidad con tu modelo y número de pines del conector TPM. El proceso implica apagar completamente el PC, insertar el módulo en el conector TPM de la placa base (normalmente cerca de las ranuras RAM o los puertos frontales), y activar la función desde la BIOS.

El precio de estos módulos puede variar, pero actualmente, si el equipo es muy antiguo, suele ser mucho más práctico invertir en una nueva placa base o directamente actualizar el ordenador completo, ya que la diferencia de coste es pequeña y te aseguras compatibilidad plena con Windows 11 y futuros sistemas.

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Ventajas de usar TPM en seguridad informática

Trabajar con un equipo que tiene activado y configurado correctamente el TPM ofrece numerosos beneficios:

  • Protección avanzada contra robo de datos: Las claves de cifrado nunca abandonan el chip, por lo que ni el SO ni el malware tienen acceso directo a ellas.
  • Seguridad en la gestión de certificados, PINs y contraseñas: Imprescindible para trámites digitales, administración electrónica y empresas.
  • Mejora la resistencia frente a ataques físicos y virtuales: Los chips TPM están certificados y diseñados para resistir ataques de hardware sofisticados.
  • Permite arranque seguro (Secure Boot) y protege el proceso de inicio: Así se evita la ejecución de rootkits o malware antes incluso de cargar el sistema operativo.

En el segmento profesional, los TPM certificados (con homologación TCG) cumplen requisitos legales y auditorías de ciberseguridad, haciéndolos imprescindibles en banca, sanidad y administración.

Posibles vulnerabilidades y mantenimiento del TPM

Como cualquier tecnología, el TPM puede presentar vulnerabilidades puntuales:

  • En chips antiguos (TPM 1.0 o primeras versiones de firmware), se han detectado algunos fallos de seguridad en operaciones de BitLocker o tarjetas inteligentes virtuales. Actualizar el firmware del TPM y del sistema operativo es vital para garantizar la protección.
  • Se puede «borrar» el TPM desde Windows o BIOS antes de reinstalar el sistema operativo, inicializando el módulo y eliminando claves antiguas. Esto borra todas las contraseñas, claves y credenciales almacenadas, por lo que solo debe hacerse si tienes copia de todo lo importante o bajo recomendación de un administrador.
  • En equipos empresariales, la contraseña del propietario puede gestionarse de forma centralizada con Active Directory, facilitando la recuperación y el mantenimiento.

Para comprobar el firmware y el estado de protección, existen comandos como «manage-bde -status» o desde las opciones de seguridad de Windows. Es recomendable revisar periódicamente el estado y actualizar según indique el fabricante.

¿Puedo instalar Windows 11 sin TPM 2.0?

Oficialmente, no es posible instalar Windows 11 en un equipo sin TPM 2.0 activado. No obstante, existen métodos alternativos (bajo tu propia responsabilidad) para ignorar el chequeo durante la instalación, modificando el registro de Windows. Técnicamente, esto permite que el sistema se instale en equipos antiguos o con versiones de TPM no soportadas, pero:

  • Se pierden las funciones de seguridad avanzada que justifican la migración a Windows 11.
  • No se recomienda en entornos empresariales ni para usuarios preocupados por la protección de datos.
  • No recibirás soporte oficial ni actualizaciones en todos los casos y la estabilidad puede verse comprometida.

La opción más recomendable es actualizar la placa base, comprar un equipo compatible o habilitar/actualizar el TPM si es posible. Para más detalles, consulta cómo evitar los requisitos de cuenta en Windows 11.

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