Grok ya se puede usar en coches Tesla: requisitos, funciones y límites

Última actualización: 11/11/2025
Autor: Isaac
  • Grok llega a Tesla con la actualización 2025.26, centrado en conversación natural, brevedad y seguridad.
  • Disponible inicialmente en EE. UU. y en coches con AMD Ryzen; requiere Premium Connectivity o Wi‑Fi.
  • No controla funciones del vehículo por ahora; sí informa, entretiene y razona con visión de cámara frontal.
  • Voces y personalidades múltiples, interfaz flotante y evolución prevista hacia tareas simples no críticas.

Asistente Grok en coches Tesla

La integración de Grok en los coches Tesla ya es una realidad para muchos propietarios, y no llega como un simple chatbot: aterriza con un enfoque claro en conversación natural, seguridad y utilidad en ruta. A partir de la actualización de software 2025.26, Tesla ha empezado a activar el asistente de xAI, parte del plan de Macrohard de Elon Musk dentro del vehículo, tras varias pistas previas en el firmware 2025.20 y planes de encendido escalonado. El objetivo es convertir a Grok en un copiloto conversacional que informe, acompañe y entretenga sin invadir los controles críticos del coche.

Esta llegada no está exenta de matices: por ahora, se limita a determinados mercados y hardware, con disponibilidad inicial en Estados Unidos y requisito de procesador AMD Ryzen en el sistema de infoentretenimiento. Además, el enfoque de Tesla prioriza respuestas breves, tono cercano y cero acciones peligrosas, todo ello apoyado en un prompt interno filtrado que revela cómo la marca y xAI han ajustado el comportamiento de la IA para uso al volante. Más conversación natural y menos discurso técnico, con efectos sonoros tipo Siri y un estilo que se amolda al habla del conductor.

Qué cambia con la activación de Grok en Tesla

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Con la versión 2025.26, Tesla ha movido ficha: Grok pasa de ser un experimento a bordo a una función disponible en coches compatibles. La compañía ya tenía su estructura e interfaz embebidas desde versiones anteriores del firmware, y ahora comienza la activación remota en vehículos elegibles. El despliegue sigue la filosofía habitual de la marca: primero pruebas internas, luego liberación por oleadas y, por último, una integración más amplia vía OTA sin necesidad de grandes descargas adicionales.

Importa destacar que el asistente nace con un perímetro claro: no controla directamente funciones del vehículo como climatización, navegación o conducción asistida. En su lugar, contesta, orienta y, cuando toca, remite a los comandos de voz nativos de Tesla. La idea es que el usuario obtenga información y compañía sin abrir la puerta a acciones arriesgadas por parte de una IA generalista. Seguridad y estabilidad por encima de la espectacularidad, al menos en esta primera fase.

Grok dentro de la pantalla del Tesla

El prompt filtrado: voz natural, brevedad y cero verborrea técnica

La filtración del prompt del sistema ha dejado ver el enfoque real de la marca: Grok debe sonar como una persona hablando contigo, no como un asistente robótico. Tiene que ser claro, amable y conciso, con prioridad a respuestas cortas que se escuchen bien mientras conduces. También debe evitar soltar datos irrelevantes del coche o la ubicación si no se le preguntan de forma explícita. Menos “tecnicismos” y más inmersión conversacional a la hora de resolver dudas o amenizar el trayecto.

El prompt incluso menciona detalles de interfaz, como efectos de sonido inspirados en Siri para dar sensación de respuesta viva. Y marca un marco de actuación cristalino: si el usuario intenta que Grok cambie ajustes del coche, lo correcto es redirigirle a los comandos de voz propios de Tesla. Es una compartimentación deliberada que protege el vehículo ante intentos de “jailbreak” o peticiones fuera de guion. La IA conversa, el coche obedece solo a canales seguros.

Interfaz dentro del coche: ventana flotante, voces y personalidades

A nivel visual, Grok aparece como una pequeña ventana flotante situada en la esquina inferior izquierda de la pantalla central. Desde ahí puedes hablarle o escribirle, elegir diferentes voces y cambiar de personalidad al vuelo. Tesla propone varias voces principales —como Ara, Rex o Gork— y un surtido llamativo de modos de carácter. La interacción se adapta al humor del momento, tanto si te apetece una charla distendida como si buscas un tono más analítico.

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Entre las personalidades mencionadas figuran opciones prácticas (asistente, terapeuta, guía de meditación o tutor de idiomas) y otras mucho más lúdicas o provocadoras: narrador de historias, “Grok Classic” con estilo más irreverente, modos infantiles, un perfil argumentativo para debatir y propuestas tan particulares como el “conspiranoico” o el “desquiciado”. Incluso se alude a un modo con tinte romántico o “sexy”, que permanece bloqueado si hay menores a bordo. Un abanico amplio para convertir el coche en un espacio conversacional flexible.

Requisitos, compatibilidad y disponibilidad

Para usar Grok en el coche hay varias condiciones. La primera es el hardware: se necesita infoentretenimiento con procesador AMD Ryzen, dejando fuera por ahora los Tesla equipados con chips Intel más antiguos. La potencia adicional de Ryzen —Tesla ha montado series integradas de la familia V3000 basadas en Zen 3— permite mover el asistente con fluidez y margen para visión y razonamiento. Hoy por hoy no hay planes firmes para modelos con Intel, aunque la marca podría ampliar compatibilidad más adelante.

La segunda clave es la conectividad: Premium Connectivity activa o una red Wi‑Fi estable, porque parte del procesamiento de Grok se realiza en la nube. En Estados Unidos, Premium Connectivity cuesta 9,99 dólares al mes e incluye datos para el asistente, mapas en vivo y streaming. Para los primeros usuarios, Tesla ha facilitado el acceso sin coste extra por Grok como tal —vehículos entregados a partir del 12 de julio de 2025 lo traen preinstalado y los anteriores compatibles lo reciben vía OTA—, de modo que la única cuota obligatoria es la de la conectividad si no usas siempre Wi‑Fi.

En cuanto a mercados, la disponibilidad inicial es en Estados Unidos. Queda en el aire cuándo llegará a otras regiones, algo que depende tanto de estrategia comercial como de marcos regulatorios locales. Algunos países cuentan con normas sobre IA más restrictivas, y Tesla, por prudencia, prefiere ir paso a paso con funciones que mezclan nube, voz y cámara dentro del vehículo.

Qué puede hacer Grok hoy dentro del coche

Aunque los límites de control están claros, las funciones actuales abarcan bastante terreno útil, especialmente para entretener, informar y ayudar con decisiones en ruta. El asistente entiende preguntas abiertas, sigue el contexto y cambia de idioma sobre la marcha, priorizando respuestas breves. A todo eso se suma una lista de capacidades prácticas ya observadas en esta fase temprana. Estas son diez utilidades destacadas:

  • Conversación general sobre clima, cultura pop, ciencia o temas de actualidad, iniciando interacción por voz o desde la app en pantalla.
  • Cambio instantáneo de voz y personalidad —por ejemplo Storyteller, Unhinged, Kids’ Stories o Therapist— según el momento.
  • Pedir que proponga rutas escénicas o desvíos panorámicos alineados con tus preferencias.
  • Buscar puntos de interés y añadir paradas con lenguaje natural, del tipo “para en el Starbucks más cercano”.
  • Solicitar resúmenes de noticias o una puesta al día de un tema mientras conduces.
  • Contar cuentos y juegos de trivia para niños usando personalidades infantiles.
  • Razonar con Grok‑1.5 Vision sobre lo que ve la cámara frontal, como reconocer qué hay delante del vehículo.
  • Leer alertas del coche y responder preguntas sobre avisos recientes o presión de neumáticos (sin cambiar ajustes de forma directa).
  • Ofrecer entretenimiento ligero —chistes, acertijos o tests de cultura pop— útil para amenizar una parada en un cargador.
  • Detectar y hablar en el idioma en el que te dirijas al asistente sin tocar ajustes del sistema.

Cámaras frontales, visión y la “gateway” segura

Un paso técnico relevante ha sido dar a Grok acceso a la cámara frontal del vehículo. Esto no significa conducción autónoma ni control de funciones, pero sí permite interpretar el entorno inmediato para enriquecer las respuestas. La clave está en la pasarela segura —la famosa gateway— que traduce la petición de usuario a un mensaje comprensible por el sistema, y filtra qué puede y qué no puede ejecutarse. Todo lo que llegue a la red del coche debe validarse como no peligroso.

La teoría de flujo sería la siguiente: tú pides algo en voz natural, xAI lo entiende, lo reduce a una intención concreta y, si procede, lo reenvía como instrucción al coche. En esta fase incipiente, Tesla valida y restringe de forma férrea qué tipos de acciones se permiten. En el futuro cercano, la marca podría abrir una pequeña rendija a órdenes sencillas como ajustar un espejo o escoger una lista de música, siempre bajo validación previa. Primero conversación, después control muy acotado.

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Limitaciones explícitas y razones de seguridad

El prompt deja claro que Grok no toca funciones críticas. Ni música, ni navegación, ni conducción: para eso, el camino siguen siendo los comandos de voz tradicionales del coche. Esta separación reduce riesgos ante intentos de explotación creativa de la IA o escenarios de “jailbreak” que podrían forzar comportamientos no deseados. La estabilidad del sistema a bordo pesa más que el espectáculo, y Tesla no quiere que una respuesta ingeniosa se convierta en un susto.

También hay una filosofía de contar lo justo y necesario. Si no preguntas por la temperatura exterior, no te la dirá; si no pides datos del coche, no te los volcará porque sí. Este diseño evita distracciones y reportes innecesarios, fomentando un diálogo natural y corto que no compite con la atención necesaria para conducir. Voz primero, brevedad y foco en lo útil, tal como se ha definido en la configuración interna.

Lo que podría llegar a corto plazo

De cara a los próximos meses, es razonable esperar controles simples y no críticos como selección de música o ajustes básicos de climatización, siempre a través de esa gateway vigilada. El propio debate en la comunidad sugiere que, tras activar cámara y visión, la ruta lógica es permitir acciones pequeñas que ahorren pasos al conductor. Las funciones de conducción crítica podrían tardar mucho o no llegar nunca a manos de una IA conversacional generalista.

Un ejemplo de “lo que sí tiene sentido” con IA sería pedir: “en este viaje, planifica paradas en cargadores de más de 150 kW de redes concretas, con baños y cafetería, y que nunca llegue por debajo de cierto margen de batería, además de acabar con un 50% en destino”. Esto exige comprender preferencias, cotejar puntos, optimizar tiempo y margen de seguridad. Ahí es donde una IA brilla frente al viejo mando por voz, que apenas entiende órdenes sueltas.

Contexto del sector: quién compite y cómo

Varios fabricantes tantean el terreno. Mercedes‑Benz ya ha enseñado sus cartas y Google trabaja para integrar Gemini en Android Auto, además de la ofensiva de Elon Musk. La diferencia de enfoque es que Tesla no quiere una IA que solo informe; también aspira a entretener, acompañar y ofrecer un tono cercano, como ya dejó entrever en su día con funciones tan gamberras como el “Fart Mode”. El coche como espacio conversacional y lúdico forma parte de su ADN de producto.

En paralelo, buena parte de la industria tradicional ha ido por detrás, probando ChatGPT 3.5 desactualizado sin integrarlo de verdad con funciones del vehículo, o mostrando demos con escaso valor práctico. Entre miedo a abrir puertas de seguridad y reticencia a invertir en pasarelas robustas, muchos han preferido lo inocuo a lo útil. Pero la utilidad llega cuando la IA permite realmente hacer cosas, no solo preguntar la historia de un monumento.

Privacidad, datos y controversias

La incorporación de una IA conversacional al habitáculo reabre debates de privacidad y tratamiento de datos. ¿Qué se registra? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Con qué fines? Tesla no ha detallado aún todos los extremos de esta gestión, y la discusión ya está sobre la mesa, especialmente en regiones con normativas más exigentes. El diseño por compartimentos y la validación estricta ayudan, pero no sustituyen aclaraciones transparentes sobre almacenamiento y uso de voz o vídeo.

Al margen del coche, la propia evolución de Grok ha generado polémica. Se ha señalado que ciertas versiones consultan la opinión de Elon Musk en cuestiones delicadas antes de responder, lo cual alimenta debate sobre neutralidad y sesgo. En el vehículo, el enfoque práctico (y limitado) reduce el alcance de estas controversias, pero no las borra. Más razón para exigir controles y auditorías claras, sobre todo cuando el asistente comparte espacio con nuestra vida diaria.

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Qué hay del hardware: por qué Ryzen y no Intel

Desde 2021 Tesla ha migrado a AMD Ryzen Embedded en el infoentretenimiento, con series V3000 de hasta ocho núcleos basadas en Zen 3. La razón es sencilla: margen de cómputo para IA local, gráficos y tareas concurrentes sin cuellos de botella visibles. Los Intel Atom previos no daban la talla en este nuevo escenario. Para Grok, Ryzen supone la base mínima que evita lags y garantiza una experiencia fluida, especialmente cuando entra en juego la visión con cámara frontal.

Si tienes dudas sobre tu hardware, puedes comprobarlo desde el propio coche en Configuración > Software > Información adicional del vehículo. Ahí verás si tu unidad monta Ryzen y si puede optar a la función. Quien no cumpla requisitos tendrá que esperar a que Tesla se pronuncie sobre compatibilidad ampliada, algo que, de momento, no está confirmado.

Activación, conexión y cuenta

El despliegue de Grok se activa de forma remota por parte de Tesla cuando tu coche cumple hardware, versión y conectividad. En algunos casos también se ha descrito un vínculo de autenticación con cuenta de xAI mediante código QR, un paso lógico para asociar perfiles, voces o preferencias. Si sueles circular sin datos, la alternativa es Wi‑Fi estable. El coste adicional del propio Grok no se aplica; lo que pagas es la conectividad premium si la necesitas.

Como en otras funciones OTA, lo normal es ver la opción aparecer en tu menú sin que tengas que hacer nada más allá de actualizar a la versión compatible. El icono o la ventana flotante en la esquina inferior izquierda te dará la pista. Y, a partir de ahí, basta con pulsar el botón de voz del volante o tocar la interfaz para empezar a conversar. La latencia es baja y el tono de respuesta es sorprendentemente natural.

De dónde venimos y hacia dónde apunta

El salto respecto a los mandos por voz tradicionales es evidente. El reconocimiento de órdenes rígidas funcionaba para “sube el volumen” o “tengo calor”, pero fracasaba en tareas compuestas. Con Grok, la promesa es que el coche entienda “lo que quieres en realidad”, y te ayude sin que tengas que memorizar frases exactas. Una experiencia más humana, menos de manual, y con posibles reglas de seguridad a varios niveles para evitar sustos.

El camino lógico, si todo va bien, es expandir el asistente a un repertorio acotado de acciones y abrirlo a más mercados. Es probable que la compañía prefiera tantear con música o climatización antes que tocar ángulos de conducción. Mientras tanto, la comunidad seguirá pidiendo más, y los rivales acelerarán su propia hoja de ruta para no quedarse atrás. La carrera por la IA al volante solo acaba de empezar.

Como recordatorio final, la seguridad del vehículo sigue mandando. Tener un copiloto conversacional no sustituye la vigilancia, el mantenimiento de frenos, neumáticos, luces, batería o el uso responsable de asistentes de conducción. Si el software sube el listón, el resto no puede bajar. Una IA brillante necesita un coche impecable para brillar de verdad.

Grok aterriza en Tesla como un copiloto que habla tu idioma, entiende contexto y respeta límites. Hoy informa, resume, propone rutas y te entretiene; mañana podría ajustar un espejo o elegir una lista, siempre bajo un cortafuegos técnico. Si tienes un Tesla con Ryzen, conexión y la 2025.26, ya estás en el grupo de salida —en Estados Unidos, por ahora—. El resto seguirá, salvo sorpresas, en una segunda oleada cuando cuadren regulaciones y despliegues. La conducción conversacional ya no es ciencia ficción; es un software OTA de distancia.