Cómo exportar e importar drivers en Windows al cambiar de PC

Última actualización: 17/12/2025
Autor: Isaac
  • Los drivers son esenciales para que Windows se comunique correctamente con el hardware y conviene mantenerlos siempre actualizados.
  • Windows permite exportar e importar controladores con DISM y pnputil, facilitando el cambio de PC o la reinstalación del sistema.
  • Las copias de seguridad de drivers evitan pérdidas de tiempo, conflictos de compatibilidad y problemas al reinstalar o migrar equipos.
  • Herramientas de terceros pueden complementar a Windows para gestionar, actualizar y respaldar controladores de forma más sencilla.

Gestión de drivers en Windows al cambiar de PC

Cuando hacemos un cambio de ordenador o tocamos algo serio en el sistema, los controladores de Windows se convierten en un tema crítico. Puedes tener la mejor gráfica del mercado o una placa base de gama alta, que si el driver no acompaña el hardware rendirá la mitad o, directamente, no funcionará.

Además, cada vez que formateamos o instalamos Windows desde cero, volver a instalar uno a uno todos los controladores es, hablando claro, un auténtico peñazo si no llevas nada preparado. Por suerte, Windows y distintas herramientas de terceros permiten exportar, importar y hacer copia de seguridad de los drivers para que cambiar de PC no sea un drama.

Qué son los drivers y por qué son tan importantes

En pocas palabras, un driver es un pequeño programa que hace de traductor entre Windows y el hardware. Sin ese traductor, el sistema operativo no sabría cómo hablar con la tarjeta gráfica, la tarjeta de red, el audio, el chipset o cualquier otro componente del equipo.

Cuando instalas, por ejemplo, una GPU dedicada, Windows necesita un controlador específico para entender cómo enviarle instrucciones de vídeo, qué resoluciones admite, cómo gestionar la aceleración 3D, la decodificación de vídeo, etc. Con el controlador correcto, todo fluye; con uno genérico o equivocado, empiezan los tirones, errores gráficos o directamente la pantalla en negro.

Lo mismo sucede con la tarjeta de red, el sonido, el chipset de la placa base, el controlador SATA o NVMe o cualquier otro periférico. Cada dispositivo necesita su propio driver o uno compatible para funcionar de forma estable y segura.

Por eso los fabricantes se esfuerzan en publicar versiones nuevas cada cierto tiempo: corrigen fallos, mejoran el rendimiento y cierran agujeros de seguridad, además de reforzar las firmas de drivers. Ignorar estas actualizaciones puede traducirse en cuelgues, pantallazos azules, problemas de rendimiento en juegos o incluso vulnerabilidades aprovechables por malware.

Tipos de controladores que vas a encontrar en Windows

Cuando hablamos de drivers en Windows tendemos a meterlo todo en el mismo saco, pero en realidad hay varios tipos y formatos de distribución. Entenderlos ayuda bastante a la hora de exportar e importar controladores al cambiar de PC.

Una primera distinción importante tiene que ver con cómo llegan esos controladores a tu sistema y cómo se instalan:

  • Controladores tipo .inf: se entregan como un conjunto de archivos (normalmente .sys, .dll, etc.) acompañados de un fichero .inf que indica a Windows cómo instalarlos. No traen asistente gráfico, se integran a través del Administrador de dispositivos, DISM o pnputil.
  • Controladores tipo .exe: son los más habituales para el usuario. Llegan en forma de instalador ejecutable con asistente paso a paso. Dentro, en realidad, suele haber INF y librerías, pero el instalador lo hace todo por ti.
  • Drivers críticos de arranque (boot-critical): son los controladores que Windows necesita sí o sí para iniciar el sistema, como los de almacenamiento (controladores de disco, SATA, NVMe, RAID) o los básicos de vídeo. Si uno de estos drivers falla, el sistema puede ni arrancar.

Sea cual sea el formato, todos acaban en el mismo punto: la base de datos de controladores de Windows (DriverStore), desde donde el sistema los carga o reutiliza cuando detecta nuevo hardware compatible.

Cómo ver los drivers instalados antes de exportarlos

Antes de plantearte exportar o copiar nada, conviene saber qué controladores tienes ahora mismo instalados y en uso. Esto te ayuda a decidir qué merece la pena respaldar y a detectar posibles conflictos. Si prefieres la línea de comandos, puedes usar driverquery.

El punto de partida es el clásico Administrador de dispositivos de Windows, que hace de lista maestra del hardware y sus drivers:

  • Haz clic derecho en el botón de Inicio.
  • Elige Administrador de dispositivos.
  • Se abrirá una ventana con todas las categorías de hardware del equipo.

Desde ahí puedes desplegar cada categoría y, sobre un dispositivo concreto, hacer clic derecho y entrar en Propiedades. En la pestaña Controlador verás información como:

  • Proveedor del controlador.
  • Fecha del controlador.
  • Versión instalada.
  • Botones para Actualizar, Revertir, Deshabilitar o Desinstalar.
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Este panel es clave porque te permite comprobar qué versión exacta tienes antes de copiar nada, y recuperar un driver anterior si tras una actualización algo se rompe. Eso sí, conviene no ir desinstalando a lo loco: eliminar el controlador de un dispositivo crítico puede dejar el PC inservible hasta que Windows logre reinstalarlo.

La buena noticia es que muchos controladores básicos (chipset, HID, almacenamiento estándar, etc.) se reinstalan de forma automática tras un reinicio si Windows detecta que faltan. Aun así, con componentes delicados como controladoras RAID, tarjetas de red exóticas o hardware muy específico, mejor prevenir con una copia de seguridad.

Por qué merece la pena hacer copia de seguridad de los drivers

Formatear un PC tras años de uso, cambios de versión de Windows y decenas de actualizaciones suele ser lo más sano, pero tiene un efecto colateral: el borrado de todos los controladores instalados. Si no lo planeas, luego llegan las prisas para encontrar el driver de la WiFi o del sonido justo cuando más falta hace.

Además del formateo, hay otros escenarios donde tener un backup de drivers te puede salvar de un susto:

  • Cambios de disco duro o SSD, clonaciones o migraciones a otro equipo.
  • Actualizaciones mayores de Windows (por ejemplo, de Windows 10 a Windows 11).
  • Fallos de hardware que obligan a reinstalar el sistema desde cero.
  • Retirada de soporte del fabricante para equipos antiguos, donde los drivers desaparecen de la web.

Entre las ventajas claras de hacer una copia de seguridad de tus controladores destacan:

  • Ahorro brutal de tiempo: no tienes que ir web por web cazando instaladores ni recurrir a herramientas para automatizar la instalación ni cruzando los dedos para que Windows Update lo pille todo.
  • Compatibilidad garantizada: sabes que esos drivers ya funcionaron bien con tu hardware y versión de Windows.
  • Recuperación rápida tras un desastre: un fallo de disco, un malware o un driver roto dejan de ser un drama si tienes el paquete de controladores guardado.
  • Facilidad para volver a una versión anterior: si un driver nuevo es un desastre, puedes reinstalar sin problema uno de los anteriores que tengas guardado.

Lo ideal es guardar estos backups de drivers en un pendrive dedicado, un SSD externo o incluso en la nube. Mucha gente opta por tener varias memorias USB pequeñas etiquetadas: BIOS, instalador de Windows, drivers, herramientas varias… Es mucho más práctico que un único pendrive gigantesco con todo mezclado.

Métodos para exportar drivers en Windows antes de cambiar de PC

Windows incorpora varias utilidades con las que puedes exportar todos los controladores instalados a una carpeta. Luego podrás copiarlos al nuevo PC o a una instalación limpia del sistema. Los dos comandos estrella son DISM y pnputil.

Lo primero de todo es crear la carpeta donde vas a guardar el backup, idealmente en una unidad distinta de la de Windows (un pendrive, un SSD externo o un segundo disco interno). Cuanto más simple sea la ruta, menos líos tendrás con los comandos.

Por ejemplo, puedes crear una carpeta llamada DRIVERS en la raíz de tu unidad externa, que podría ser E:. Tu ruta quedaría como E:\DRIVERS\, fácil de recordar y de teclear.

Exportar drivers con DISM

DISM (Deployment Image Servicing and Management) es una herramienta avanzada de Windows pensada para gestionar imágenes del sistema, pero también sirve para exportar todos los controladores desde la DriverStore a una ruta concreta.

Pasos básicos para usarla:

  • Abre el menú Inicio, escribe cmd.
  • Clic derecho sobre “Símbolo del sistema” > Ejecutar como administrador.
  • En la ventana negra, escribe un comando similar a este (ajustando la ruta a tu caso):
dism /online /export-driver /destination:E:\DRIVERS

Este comando indica a DISM que coja todos los controladores instalados en la imagen en línea (tu Windows actual) y los exporte a la carpeta E:\DRIVERS. Los saca, básicamente, de C:\Windows\System32\DriverStore y los coloca allí en forma de subcarpetas.

Es importante que la carpeta de destino exista antes de lanzar el comando, porque si no existe es probable que DISM falle. Una vez termine, tendrás un paquete completo de drivers listo para importar en tu nuevo PC o en la reinstalación limpia.

Exportar drivers con pnputil

Otra utilidad muy útil que viene de serie en Windows es pnputil, orientada específicamente a la gestión de controladores Plug and Play. También permite exportar todos los drivers instalados de forma muy rápida. Si te interesa la gestión desde la línea de comandos, puedes leer cómo listar y gestionar drivers desde PowerShell.

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El proceso para usarla es prácticamente el mismo:

  • Abre PowerShell o Símbolo del sistema como administrador.
  • Ejecuta el comando:
pnputil /export-driver * E:\DRIVERS

Con esto le estás diciendo a Windows que saque todos los controladores registrados y los copie a esa ruta. Es una manera muy cómoda de crear un backup actual de drivers sin tener que ir dispositivo por dispositivo.

Si quieres hilar más fino, pnputil también permite listar los controladores instalados y gestionar cada uno por separado, pero para un cambio de PC lo normal es exportarlo todo y punto.

Cómo restaurar o importar drivers en el nuevo PC o tras formatear

Una vez tienes tu carpeta con drivers bien guardada, llega el momento de la verdad: reinstalar Windows, cambiar de PC o clonar el sistema y querer recuperar todos esos controladores sin volverte loco.

Hay dos caminos principales para restaurar los drivers: usar comandos para importarlos en bloque o asociarlos manualmente desde el Administrador de dispositivos. También puedes apoyarte en programas de terceros si guardaste el backup con ellos.

Restaurar controladores con DISM

Si exportaste con DISM, puedes usar nuevamente esta herramienta para inyectar los drivers en la instalación actual de Windows. Es muy útil cuando acabas de hacer una instalación limpia y quieres que el sistema reconozca todo el hardware de golpe.

Estos son los pasos a seguir:

  • Copia la carpeta de drivers al nuevo equipo, por ejemplo a C:\Copia-seguridad-drivers o similar.
  • Abre Símbolo del sistema como administrador.
  • Lanza:
dism /online /Add-Driver /Driver:C:\Copia-seguridad-drivers /Recurse

El modificador /Recurse le indica a DISM que busque drivers en todas las subcarpetas. El sistema irá incorporando los controladores válidos a la DriverStore y, tras un reinicio, muchos dispositivos que aparecían con símbolo de advertencia en el Administrador de dispositivos empezarán a funcionar correctamente.

Es importante que la ruta del parámetro /Driver sea la correcta y que la carpeta contenga los archivos .inf correspondientes. Si no, DISM simplemente ignorará lo que no entienda o lo que no sea compatible con la versión de Windows instalada.

Restaurar drivers de forma manual desde el Administrador de dispositivos

Si prefieres ir dispositivo a dispositivo, o solo quieres restaurar algunos controladores concretos, el método clásico es usar Actualizar controlador apuntando a tu carpeta de backup.

El procedimiento es:

  • Abre el Administrador de dispositivos.
  • Localiza un dispositivo con triángulo amarillo o un hardware que no funcione bien.
  • Clic derecho > Actualizar controlador.
  • Elige Buscar controladores en mi equipo.
  • Selecciona la carpeta donde guardaste los drivers (por ejemplo, C:\Copia-seguridad-drivers).

Windows buscará dentro de esa ruta un driver compatible con el dispositivo. Si lo encuentra, lo instalará y quedará asociado de forma normal. Es un proceso algo más lento que la importación masiva, pero te da control total sobre qué se instala en cada momento.

Cómo desinstalar drivers desde la línea de comandos si algo se tuerce

En ocasiones, al restaurar drivers viejos o al usar herramientas automáticas, pueden colarse controladores inadecuados que provoquen fallos. Si el problema es serio, puede ser más cómodo eliminar esos drivers desde la línea de comandos que desde la interfaz gráfica. Para guiarte puedes consultar cómo desinstalar drivers en Windows 11.

Nuevamente puedes recurrir a DISM, esta vez apuntando a una imagen (o un sistema) y pidiéndole que liste los controladores instalados para luego borrar los conflictivos. Para ello resulta útil trabajar desde la línea de comandos.

Un flujo habitual sería:

  • Abrir Símbolo del sistema como administrador.
  • Listar drivers con un comando tipo:
Dism /Image:C:\test\offline /Get-Drivers

Este comando se usa sobre todo con imágenes offline, pero la idea es la misma: obtener un listado de controladores y sus identificadores publicados (normalmente OEMX.inf). Una vez sepas el nombre del que quieres quitar, puedes usar:

Dism /Image:C:\test\offline /Remove-Driver /Driver:OEM1.inf /Driver:OEM2.inf

Lógicamente, tendrás que sustituir OEM1.inf y OEM2.inf por los nombres reales de los drivers que quieras borrar. Es un método potente y práctico, pero conviene usarlo con cuidado para no eliminar controladores esenciales y dejar el sistema en un estado inestable.

Problemas habituales con los drivers al cambiar de PC

Aunque tengas cuidado, los drivers son una fuente clásica de quebraderos de cabeza. Al migrar de equipo, reinstalar o restaurar backups de controladores, pueden aparecer errores que conviene saber identificar.

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Uno de los más típicos son los conflictos entre drivers. Ocurre cuando dos controladores intentan gestionar el mismo hardware o cuando un driver nuevo no termina de llevarse bien con el sistema. En el Administrador de dispositivos esto se suele ver como un triángulo amarillo con signo de exclamación.

Sigue estos pasos de diagnóstico para investigar qué pasa:

  • Clic derecho sobre el dispositivo problemático.
  • Seleccionar Propiedades.
  • Revisar las pestañas General y Controlador, donde suelen aparecer códigos de error y una breve descripción.

Otro problema muy frecuente al cambiar de PC es la instalación de un driver incorrecto o incompatible. Esto puede pasar tanto si te equivocas al descargarlo manualmente, como si una herramienta automática “mete la pata” con un controlador similar pero no idéntico.

En estos casos la solución pasa por desinstalar el driver problemático desde el Administrador de dispositivos o usando las opciones de la propia herramienta, y luego descargar desde la web oficial la versión adecuada para tu modelo concreto de hardware y tu versión de Windows.

También es relativamente común que una actualización de Windows sustituya un driver específico por uno genérico. Un ejemplo típico es el audio Realtek que, tras una actualización, pasa a usar un controlador básico y de repente deja de sonar todo. Aquí suele bastar con:

  • Ejecutar el Solucionador de problemas de Windows para audio.
  • Reinstalar el driver oficial del fabricante desde su web.

Por último, si un driver crítico (como el de almacenamiento) se corrompe, es posible que el sistema ni siquiera arranque y muestre un pantallazo azul. En este tipo de situaciones, iniciar en Modo seguro puede salvarte, porque Windows carga un conjunto mínimo de controladores genéricos que permiten entrar y reinstalar el driver correcto o restaurar uno anterior.

Consejos y buenas prácticas para mantener tus drivers bajo control

Para que la exportación e importación de drivers al cambiar de PC sea un proceso relativamente indoloro, merece la pena adoptar algunas rutinas de mantenimiento relacionadas con los controladores.

Aquí tienes consejos prácticos:

  • Mantén los drivers al día, especialmente los más críticos: GPU, chipset, red, audio y almacenamiento. Puedes activar actualizaciones automáticas o revisarlos de vez en cuando manualmente.
  • Si pagas por una herramienta de terceros, mira que ofrezca una base de datos amplia, backup y restauración, y soporte para drivers de terceros además de los de Windows.
  • Cuando hagas backup, intenta incluir también controladores de terceros (impresoras, tarjetas específicas, periféricos poco comunes), no solo los que Windows instala por defecto.
  • Procura tener al menos dos copias de tus backups de drivers: un disco físico y un almacenamiento en la nube, por ejemplo.
  • Etiqueta las carpetas con fecha y, si cambias hardware, crea un nuevo backup asociado a la nueva configuración.
  • Si copias a mano la carpeta FileRepository de la DriverStore, recuerda que no es un método tan limpio como usar DISM o pnputil, pero puede sacarte del apuro cuando el sistema no arranca y solo puedes acceder desde un entorno live.

En paralelo a todo esto, no olvides la copia de seguridad de tus datos personales y de todo el sistema. Herramientas de imagen de disco como AOMEI Backupper u otras soluciones de backup permiten resguardar sistema operativo, aplicaciones, configuración y archivos a la vez, lo que combinado con un buen paquete de drivers te deja listo para salir del paso ante casi cualquier desastre.

Tener bajo control los controladores de tu equipo, con sus copias de seguridad bien organizadas y actualizadas, convierte lo que podría ser una pesadilla (cambio de PC, formateo, fallo grave de Windows) en un trámite relativamente rápido: preparas el backup de drivers, reinstalas Windows o estrenas el nuevo equipo, importas los controladores y, en cuestión de poco tiempo, todo vuelve a funcionar como antes o incluso mejor.

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