Siri renace: acuerdos con Google, novedades y privacidad al detalle

Última actualización: 14/11/2025
Autor: Isaac
  • Apple integrará Gemini en Siri por unos 1.000 M$ anuales, ejecutándolo en servidores propios para preservar la privacidad.
  • La nueva Siri llegará con iOS 26.4: contexto personal, resúmenes, planificación y búsqueda web con IA; rediseño total en iOS 27.
  • En China no habrá Gemini: versión local con modelos de Apple y filtros de Alibaba; Anthropic quedó fuera por coste.
  • El acuerdo es temporal: Apple desarrolla su propio LLM (~1 billón de parámetros) mientras refuerza Apple Intelligence.

Imagen ilustrativa de la nueva Siri y la IA

Después de un arranque prometedor en 2024 con Apple Intelligence, la gran transformación de Siri se ha hecho esperar. En aquel momento se mostraron capacidades ambiciosas que, con el paso de los meses, no llegaron a materializarse al ritmo que Apple deseaba, dejando al asistente por detrás de rivales que avanzaban a toda velocidad. Ahora sí hay un plan claro sobre la mesa para 2026, con piezas muy concretas: un acuerdo con Google, una arquitectura pensada para proteger la privacidad y una hoja de ruta escalonada en iOS.

Lo relevante no es solo qué funciones llegarán, sino cómo se harán realidad. Apple está cerca de sellar un trato por el que abonará alrededor de 1.000 millones de dólares al año para licenciar Gemini, el modelo de inteligencia artificial de Google, que se usará bajo el capó de Siri para tareas de alto impacto como resúmenes, planificación y búsqueda con IA. Todo se ejecutará en infraestructura controlada por Apple y sin exponer datos a Google, mientras la compañía avanza en paralelo con un modelo propio que pretende liberar en el futuro.

El pacto Apple–Google: cifras, motivaciones y contexto

Acuerdo de IA entre empresas tecnológicas

Apple está ultimando un acuerdo anual cercano a los 1.000 millones de dólares para incorporar Gemini como motor de la nueva Siri. No es una integración visible ni un “Siri by Google”: la marca, la experiencia y el control siguen siendo de Apple. La elección ha sido pragmática. Según diversas fuentes, la compañía comparó propuestas de Anthropic (Claude) y OpenAI, y aunque en pruebas internas Claude habría destacado en precisión, el camino con Google era más rápido de cerrar y, sobre todo, más competitivo en precio.

Las cifras ayudan a entender el movimiento. La alternativa de Anthropic rondaba los 1.500 millones de dólares al año, un coste superior al planteado por Google. Además, Apple y Google ya mantenían una relación comercial muy potente (Google paga alrededor de 18.000–20.000 millones de dólares para ser el buscador por defecto en Safari), lo que facilitó la negociación. En términos de caja, para Apple es un desembolso manejable: se ha estimado que sus beneficios diarios rondan los 300 millones de dólares, así que un año de Gemini equivale a poco más de tres días de ganancias.

El acuerdo será discreto: no habrá anuncios conjuntos ni logotipos de Google dentro de Siri. La idea es que, desde la perspectiva del usuario, Siri siga siendo Siri. Pero técnicamente, la base que permitirá dar el salto cualitativo será Gemini, con un modelo personalizado y preparado para entender contexto, encadenar acciones y manejar consultas complejas con soltura.

Cómo funcionará por dentro: Gemini bajo la piel y datos a salvo

Arquitectura técnica de IA en la nube

El corazón técnico del acuerdo es claro: Gemini trabajará en servidores privados de Apple (Private Cloud Compute), aislado de la infraestructura de Google. Esto significa que la información personal y las peticiones de los usuarios no saldrán del perímetro de Apple. La compañía ha reservado hardware propio, impulsado por su familia de chips Apple Silicon, para soportar esta nueva carga de trabajo.

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La versión de Gemini que se licenciará será un modelo a medida con alrededor de 1,2 billones de parámetros. El salto respecto a lo que Apple opera hoy en su nube para Apple Intelligence es enorme: se habla de unos 150.000 millones de parámetros actualmente, de modo que el incremento ronda el 700% en capacidad. Ese diferencial es lo que permitirá procesar contextos más largos, responder con mayor naturalidad y coordinar secuencias de acciones sin atascarse a mitad.

En la práctica, el reparto de tareas quedará así: los modelos de Apple seguirán manejando en el dispositivo la información sensible y personal, mientras Gemini se activará para operaciones pesadas como resúmenes complejos, planificación y búsqueda con IA. De esta forma, se equilibra rendimiento con privacidad, evitando depender de servicios externos que impliquen compartir datos.

Es un equilibrio delicado pero potente. Google aporta la potencia y el modelo entrenado; Apple, la experiencia, la interfaz y la protección de los datos. Nada de pantallas con “conectando con…” ni logotipos ajenos: el usuario conversa con Siri y obtiene resultados mejores, sin percibir los engranajes que hay detrás.

Calendario de lanzamientos y cambios concretos en Siri

Calendario de software y nuevas funciones

La hoja de ruta apunta a que la Siri renovada debutará en primavera de 2026 con iOS 26.4. En esa fase se notará un salto funcional importante: capacidad real para comprender peticiones con contexto personal, cruzar información entre apps, organizar tareas y ofrecer resúmenes y respuestas con mayor fluidez. En una segunda etapa, con iOS 27, se espera una Siri “totalmente rediseñada”, en línea con el nuevo lenguaje visual Liquid Glass.

¿Qué tipo de cosas será capaz de hacer? La promesa va más allá de poner alarmas o abrir una app. Por ejemplo, podrás pedir: “encuentra el correo que me envió Carlos la semana pasada sobre el proyecto y respóndele que lo tengo listo”. Siri comprenderá qué buscar, localizará el mensaje entre distintas aplicaciones o incluso reconocerá datos en imágenes, y completará la acción completa sin que tengas que dictar cada paso.

Entre las mejoras previstas destaca la conciencia del contenido en pantalla: si estás viendo una dirección en un mensaje, podrás decir “añádela al contacto de Marta” y el asistente entenderá el contexto visual para completar la tarea. Se potenciará también la memoria conversacional: Siri seguirá el hilo de la charla, entenderá referencias a lo que se dijo hace unos turnos y no te obligará a repetir detalles constantemente.

La integración con aplicaciones será mucho más profunda. Apple pretende que las “Apple Intents” ganen protagonismo y que Siri pueda ejecutar cadenas de acciones en apps propias y de terceros. Se habla de compatibilidad reforzada con servicios como Uber, AllTrails, Threads, Temu, Amazon, YouTube, Facebook o WhatsApp, de modo que frases del estilo “haz una foto y envíala a mi pareja por WhatsApp” funcionen como el usuario espera.

Habrá mejoras en la naturalidad de la voz y en la comprensión del lenguaje. Siri sonará más expresiva, clara y flexible ante errores, interrupciones o correcciones a mitad de frase. Además, la plataforma incorporará una búsqueda web con IA, respondiendo a una demanda recurrente para ampliar el alcance informativo del asistente sin salir de su interfaz.

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Hoy por hoy, cuando Siri no alcanza, Apple recurre a ChatGPT como apoyo en algunos contextos. La idea a futuro es permitir al usuario elegir otros modelos, incluyendo Gemini, como fuente externa para determinados casos. Con el nuevo acuerdo, esa elección contará con una integración nativa y blindada por la infraestructura de Apple, sin sacrificar privacidad.

Mercados y excepciones: China, costes y alternativas

Mercado chino y restricciones tecnológicas

China es un caso aparte. Dado el bloqueo a los servicios de Google en el país, Gemini no podrá operar allí. Apple trabaja en una variante de Siri para ese mercado, basada en modelos propios y con filtros locales desarrollados por Alibaba, y posiblemente con asociaciones con Baidu. En la práctica, la experiencia podría llegar con funciones recortadas respecto a otros países, lo que es delicado porque China es un mercado clave donde Apple viene arrastrando resultados menos favorables.

En Occidente, la licitación de Gemini se ha diseñado para que Siri gane músculo sin “convertirse” en un producto de Google. La estrategia busca ofrecer búsquedas avanzadas y funciones inteligentes sin integrar directamente servicios externos en los dispositivos. Todo pasa por los servidores de Apple, con su control de acceso, auditoría y aislamiento de datos.

Volviendo a la evaluación de candidatos, los motivos financieros pesaron en la balanza. Anthropic quedó fuera en gran parte por coste, y aunque en pruebas técnicas internas Claude habría sido muy competitivo, la negociación con Google fue más ágil gracias a relaciones previas. La lectura general que hacen los analistas es que Apple necesita velocidad y no puede esperar años para igualar a sus rivales de IA desde cero.

Las fuentes señalan también que Apple prefiere mantener la participación de Google fuera de su narrativa de marketing. Es decir, nada de letreros ni comunicados cruzados: acuerdo “entre bastidores”, experiencia de Apple, y punto. Así encaja con su discurso de privacidad y control extremo sobre la experiencia de usuario.

Además del frente chino, Apple navega un contexto competitivo exigente. En los últimos tiempos, otros jugadores han avanzado muy rápido en asistentes conversacionales y agentes. La compañía ha visto cómo algunos perfiles clave de IA han fichado por Meta, lo que añade presión para apoyarse en socios mientras recompone su “equipo A”.

Hacia un modelo propio: Apple Intelligence, talento y futuro

Estrategia de inteligencia artificial a largo plazo

El acuerdo con Google no es el final del camino, sino un puente. Apple desarrolla en paralelo un modelo de lenguaje propio en la nube, con el objetivo de alcanzar aproximadamente un billón de parámetros. La ambición es sustituir Gemini cuando ese modelo interno esté listo y validado, algo que dentro de la compañía se trata como prioridad estratégica de medio plazo.

El proyecto está pilotado por equipos de alto perfil. Figuras como Mike Rockwell (impulsor de Vision Pro) y Craig Federighi (responsable de ingeniería de software) están vinculadas a esta evolución. No obstante, la fuga de talento reciente en áreas de búsqueda y IA –con salidas hacia Meta, entre otras– complica los plazos. Alcanzar la calidad de modelos punteros actuales, como las variantes más avanzadas de Gemini (por ejemplo, la línea 2.5 Pro, que lidera múltiples rankings públicos), se mide más en años que en meses.

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Mientras llega ese relevo, Apple irá expandiendo Apple Intelligence. Además del núcleo de Siri, se anticipa un agente de salud dentro de una app Salud renovada –con la marca Health+ en el horizonte–, pensado para ayudar a los usuarios a interpretar hábitos, métricas y recomendaciones. Es un buen ejemplo de cómo Apple quiere aterrizar la IA en experiencias muy concretas y útiles.

En paralelo, se ha hablado de proyectos internos y prototipos, incluyendo nombres que han circulado en rumores (como “Pico-Banana-400K”) y chatbots que, supuestamente, se acercarían a los grandes del mercado. Hay que tomar estas menciones con cautela, pero sí reflejan la efervescencia interna por acelerar el desarrollo y no depender de terceros a largo plazo.

La dirección de Apple mantiene un mensaje de confianza. En presentaciones recientes, Tim Cook ha reiterado que “están progresando mucho” y que la nueva Siri llegará el próximo año. También se ha trasladado internamente que el asistente será “mucho más personalizado” a partir de 2026. En todo caso, el calendario público sigue apuntando a iOS 26.4 para el gran estreno y a iOS 27 para el rediseño total y la consolidación del nuevo lenguaje visual.

El trasfondo financiero y de mercado respalda la apuesta. Apple opera con una capitalización bursátil de varios billones de dólares y recursos de sobra para afrontar el desafío, pero la cuestión no es solo gastar, sino ejecutar con solvencia técnica y a tiempo. Esa es la vara de medir con la que se juzgará a la nueva Siri frente a competidores como los asistentes de Google, OpenAI, Microsoft o Meta.

Si todo sale como está planeado, el usuario notará que Siri “por fuera” sigue siendo Siri, pero “por dentro” tendrá un cerebro nuevo. Uno que entiende el contexto, que planifica y que, sobre todo, no se pierde a mitad de una cadena de acciones. Y todo con el sello de privacidad que Apple convierte en seña de identidad: ejecución en sus propios servidores, aislamiento de datos y sin que la información viaje a la nube de terceros.

Mirando el conjunto, lo que se perfila es una combinación de pragmatismo y ambición: pragmatismo para comprar tiempo a través de Gemini y alcanzar desde ya un nivel competitivo en funciones clave, y ambición para culminar con un modelo propio que permita a Apple prescindir de socios sin renunciar a rendimiento. Con iOS 26.4 en el horizonte, un rediseño mayor en iOS 27, excepciones específicas para China, nuevas capacidades como búsqueda con IA, resúmenes, planificación, conciencia en pantalla e integraciones profundas con apps, la compañía se juega recuperar el pulso de la IA en el móvil sin sacrificar su promesa de privacidad.

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