Impresión lenta o incompleta: guía completa de solución de problemas

Última actualización: 15/10/2025
Autor: Isaac
  • Diagnostica por tramos: cola, driver/spooler, red y hardware para acotar el cuello de botella.
  • Drivers al día y spool limpio: actualizar, desactivar funciones avanzadas y excluir del antivirus.
  • Red afinada: IP correcta, Wi‑Fi/Ethernet estable y, si procede, impresión IP directa sin servidor.
  • Calidad y mecánica: ajustar resolución, limpiar/alinear cabezales y evitar sobrecalentamientos.

Solución de problemas de impresión lenta o incompleta

Estar mirando la impresora mientras avanza a paso de tortuga —o peor aún, cuando deja la página a medias— puede desesperar a cualquiera. La buena noticia es que casi siempre hay una causa detrás de la lentitud o de las salidas incompletas, y por tanto, hay soluciones concretas que puedes aplicar sin ser técnico.

En esta guía práctica vamos a desgranar, con un enfoque muy de “taller”, todas las razones habituales de la impresión lenta o incompleta y las acciones que mejor funcionan. Verás ajustes rápidos, trucos en Windows y macOS, consejos de red, y soluciones para problemas de calidad (márgenes, texto ilegible, imágenes invertidas, rayas, páginas en blanco…). ¿Listo para que tu impresora vuelva a ir fina?

Motivos por los que la impresora va lenta o deja la hoja a medias

Cómo solucionador problemas de impresor comunes-1
Artículo relacionado:
Cómo solucionar problemas comunes de impresoras
  • El primer paso es entender el porqué. La lentitud puede venir de la configuración, del archivo que imprimes, del cableado, de la red o del propio equipo. Identificar la raíz te ahorra tiempo y pruebas a ciegas.
  • Una causa muy común es la cola de impresión saturada. Varios trabajos en espera —y alguno atascado— ralentizan todo el flujo. Cancelar, limpiar la cola y reintentar suele obrar milagros.
  • La “calidad óptima” y las resoluciones muy altas implican más datos que procesar. Imprimir a 600 ppp o 1200 ppp acelera el consumo de tinta y la carga de trabajo, por lo que, para documentos de texto, conviene bajar a “Normal” o “Borrador”.
  • No lo descartes: un cable USB demasiado largo, defectuoso o con falso contacto puede frenar la comunicación. Prueba con otro cable corto y de calidad, o usa Ethernet si la impresora es de red.
  • También influyen factores del equipo: poco espacio en disco, muchas aplicaciones abiertas o un procesador saturado pueden hacer que el spooling tarde un mundo. Además, si la impresora lleva rato “a tope”, puede regularse para no sobrecalentarse y frenar a propósito.
  • En impresoras láser, ten en cuenta el calentamiento del fusor. Es normal que antes de arrancar necesiten unos segundos para “entrar en temperatura”. Con archivos muy pesados (muchas imágenes o gráficos complejos como al imprimir una imagen en varias hojas) el procesamiento previo también retrasa el inicio.
  • Y ojo a la red: congestión Wi‑Fi, conflictos de IP o un servidor de impresión saturado provocan cuellos de botella. En estas situaciones, incluso los trabajos sencillos parecen eternos.

Soluciones inmediatas y ajustes básicos

  • Empieza por lo simple, porque funciona más veces de las que crees. Reinicia la impresora y el ordenador. Apaga ambos, espera unos segundos y enciende. Este “reset suave” limpia estados erróneos en controladores y conexiones.
  • Después, vacía la cola de impresión. Desde el icono de la impresora, cancela todos los trabajos pendientes y vuelve a enviar. Si había un documento corrupto bloqueando, notarás la mejora al instante.
  • Reduce la calidad cuando no haga falta. Cambia de “Óptima/Alta” a “Estándar” o “Borrador” para documentos de texto y correos. El resultado suele ser indistinguible a simple vista, pero la velocidad aumenta mucho.
  • Aligera el ordenador antes de imprimir. Cierra aplicaciones pesadas y evita tener decenas de pestañas abiertas; si necesitas, aprende a cambiar la prioridad de procesos en Windows 11. Si el PC está menos ocupado, el spooling y el envío de datos vuelan.
  • Comprueba el hardware mínimo. Prueba otro cable USB (más corto y de calidad), revisa la conexión Ethernet o acerca la impresora al router si usas Wi‑Fi. A veces el “cuello de botella” es la propia conexión.
  • ¿Tu impresora lo permite? Aumentar la memoria RAM del equipo de impresión acelera el procesado de trabajos con gráficos. Consulta cuánta memoria admite tu modelo y añade módulos del mismo tipo y velocidad.
  • Si has estado imprimiendo sin parar, deja respirar al equipo. Un parón con la impresora encendida, pero sin imprimir, evita el sobrecalentamiento y permite retomar a ritmo normal al cabo de unos minutos.
  Diferencias clave entre eMMC y SSD: Ventajas y desventajas

Controladores y firmware: actualizar o reinstalar bien

Pasos recomendados para reinstalar en Windows: abre “Administrador de dispositivos”, localiza tu impresora, botón derecho y “Desinstalar dispositivo”. En el cuadro de confirmación, marca “Quitar el software del controlador para este dispositivo” y confirma.

Una vez eliminado, vuelve al “Administrador de dispositivos” y pulsa en “Buscar cambios de hardware”. Windows intentará colocar un controlador genérico; prueba si con eso se corrige la lentitud.

Mejor todavía: ve a la web del fabricante (HP, Epson, Canon, Brother, etc.), descarga el controlador más reciente para tu modelo y sistema operativo e instálalo manualmente. Suele ser la opción más estable.

Si el sistema se resiste a encontrar el driver correcto, desconecta la impresora, desinstala el actual, instala el paquete oficial y conecta el equipo cuando lo pida. Hay herramientas de terceros (como TweakBit Driver Updater) que automatizan este proceso, aunque siempre es más fiable el instalador del fabricante.

Cola de impresión y servicio Spooler (Windows): limpieza a fondo

Cuando los trabajos “no avanzan” o tardan demasiado en ponerse en cola, el problema suele estar en el spooler o en archivos temporales dañados. Limpiar y reconfigurar deja la impresión como nueva.

Empieza desmarcando “funciones avanzadas”. En las propiedades de la impresora, pestaña “Avanzadas”, desactiva “Habilitar características de impresión avanzadas”. Esta opción, útil en algunos escenarios, puede causar cuelgues con ciertos drivers.

Revisa la carpeta de cola. La ruta por defecto es %systemroot%\System32\Spool\Printers. Si ves archivos .SPL o .SHD antiguos/huérfanos, detén el servicio “Administrador de trabajos de impresión”, elimina esos archivos y vuelve a iniciarlo.

Para confirmar la ubicación del spool, comprueba el valor DefaultSpoolDirectory en el registro en HKEY_LOCAL_MACHINE\SYSTEM\CurrentControlSet\Control\Print\Printers. Asegúrate de que el antivirus no esté escaneando esa carpeta ni los archivos .SPL/.SHD/.TMP.

Haz una “prueba de cola pausada”. Pausa la cola en el cliente y en el servidor, envía un trabajo desde una app sencilla (Bloc de notas) y mide: 1) cuánto tarda en crearse; 2) cuánto tarda en viajar al servidor; 3) cuánto tarda en pasar al hardware cuando reanudas. Localizarás el tramo lento.

Si administras varias impresoras, valora la “agrupación de impresión”. Añadir más dispositivos a un mismo pool reparte la carga y reduce la espera de los trabajos en horas punta.

Comprueba dependencias y servicios (consulta servicios de Windows 11). El spooler depende por defecto solo de RpcSs. En HKEY_LOCAL_MACHINE\SYSTEM\CurrentControlSet\Services\Spooler, revisa DependOnService y elimina dependencias extrañas. Después, reinicia el servicio.

Para diagnósticos avanzados, puedes probar con el puerto NUL. Crea un “Puerto local” llamado NUL y así los trabajos se encolan sin imprimir ni gastar papel; ideal para comprobar si la cola funciona sin el hardware.

Si hay componentes de impresión de terceros (monitores, procesadores, proveedores) y sospechas de conflictos, retíralos temporalmente. Antes, exporta la clave HKLM\SYSTEM\CurrentControlSet\Control\Print como copia de seguridad.

Red e IP: Wi‑Fi, Ethernet, conflictos y servidor de impresión

En entornos con impresoras en red, la latencia suele tener “culpables” claros. Una IP en conflicto, un router saturado o un servidor de impresión exigido al máximo hacen que el trabajo tarde en arrancar o se quede atascado a mitad.

  Cómo poner contraseñas a archivos comprimidos en Windows 11

Comprueba la conexión según el medio. En Wi‑Fi, mejora la señal acercando la impresora al punto de acceso o usa banda de 5 GHz si está disponible. En Ethernet, revisa el cable y el puerto del switch. Un enlace a 1000 Mbps da margen extra.

Si hay dudas con la IP, cambia la configuración. Asigna una nueva IP libre o habilita DHCP para que el router entregue una dirección sin solaparse con otros dispositivos. Consulta el manual de tu modelo para encontrar el menú de red.

¿Servidor de impresión? Si está a tope, todo se ralentiza. Valora la impresión IP directa (sin servidor): los equipos envían el trabajo directamente a cada impresora, se elimina el “punto único de fallo” y suele ganar velocidad y estabilidad. Además, muchas soluciones permiten gestión centralizada en la nube.

La congestión fuera de tu oficina también cuenta. Si la impresora está en otra sede y dependes de una WAN saturada, notarás retrasos. Programar grandes envíos fuera de hora o priorizar tráfico de impresión en la red puede marcar la diferencia.

Calidad defectuosa o salida inesperada: cómo corregirlo

Si imprime pero “mal”, hay pistas muy útiles. Texto extraño, caracteres ilegibles o símbolos raros suelen resolverse vaciando la cola del sistema (Windows Spooler) y reiniciando impresora y ordenador. Comprueba también el cable de interfaz.

¿Márgenes raros o contenido cortado? Verifica que el tamaño de papel del controlador coincide con el que usas. En Windows, mira la pestaña Principal; en macOS, revisa Ajustar página/Imprimir. Un A4 configurado como Carta da más juego del que parece.

Si la imagen sale “espejada”, busca el ajuste correspondiente. Desactiva “Mirror Image/Espejo” en el controlador (Windows: Composición; macOS: Print Settings). Muchas apps también tienen su propio conmutador de espejo.

¿Páginas completamente en blanco? Además del tamaño de papel, revalida el tipo de papel y el origen en el driver. Si no coinciden, puedes estar mandando tinta fuera de la zona imprimible o seleccionando una bandeja sin papel.

Rayas, manchas o impresión “corrida” suelen deberse a soporte o velocidad. Alisa el papel si está curvado y prueba a desactivar la opción “High Speed/Alta velocidad” en el controlador. Activa “Revisar ancho del papel antes de imprimir” para evitar que el interior se manche de tinta.

¿La impresión sale levemente inclinada? Revisa el guiado del papel y los rodillos. Una colocación torcida o un rodillo gastado desalinean el arrastre y se nota en líneas rectas y marcos.

Cuando la impresión es demasiado lenta incluso con todo correcto, cierra aplicaciones que no necesites y deja a la impresora enfriarse si estaba imprimiendo durante mucho tiempo. Algunos modelos reducen el ritmo para no sobrecalentarse; tras un rato en reposo, recuperan la velocidad normal.

Cuando no imprime nada: tinta, cabezales y hardware

Si de repente no imprime en absoluto, empieza por lo obvio. En chorro de tinta, los sistemas modernos “bloquean” cuando detectan cartuchos vacíos; cambia el cartucho o el depósito. En láser, un tóner agotado es la causa típica.

También puede ser un atasco monumental en los cabezales. Si llevas tiempo sin usarla y solo sacas hojas en blanco en B/N, probablemente el cabezal del negro está tapado. Inicia la utilidad de limpieza desde el software de la impresora.

Si el equipo hace ruidos extraños o ninguno, examina lo físico. Busca papel atascado, comprueba cables de datos y de red, mira que los rodillos giren. Si usas un sistema CISS, asegúrate de que los tubos no tiran y llega tinta al carro.

  Cómo predecir resultados usando la función FORECAST de Excel

Y si no te ves seguro en desmontajes o persisten los errores en pantalla, toca servicio técnico. En algunos modelos, según la avería, puede compensar más renovar la impresora que reparar la averiada.

Cabezales: limpieza, alineación y cuándo decir basta

El enemigo número uno en inyección de tinta es la obstrucción por secado. Una limpieza automática desde el software suele devolver la vida, pero ten en cuenta que consume bastante tinta, sobre todo si repites varias veces.

Cuando la limpieza “suave” no basta, hay soluciones manuales. Existen líquidos específicos para desatascar cabezales que pueden rescatar un equipo muy seco. Úsalos como último recurso y siguiendo las instrucciones al pie de la letra.

¿Ves líneas donde no deberían, mezclas raras o “dientes de sierra” en curvas? Puede tratarse de desalineación. Los drivers incluyen un asistente de alineamiento: imprime una hoja patrón y sigue los pasos que te indica la pantalla.

Si, tras limpiezas y alineaciones, no hay mejora, quizás el cabezal esté dañado. Si tienes garantía, tramítala; si no, sopesa el coste de reparar frente a comprar. En ciertos modelos, la sustitución del cabezal sale más cara que una impresora nueva de prestaciones similares.

Los 10 problemas más habituales y cómo afrontarlos

  1. Conexión deficiente: revisa cables, Wi‑Fi o Ethernet y que el equipo “ve” la impresora.
  2. Cartuchos o tóner vacíos: cámbialos cuando el sistema lo indique; en láser, sustituye el tóner agotado.
  3. Papel atascado: retíralo con cuidado y revisa guías y rodillos.
  4. Errores de alimentación: coloca el papel correctamente y ajusta el tipo en el controlador.
  5. Calidad pobre: verifica niveles, ejecuta limpieza de cabezales y usa papel adecuado.
  6. Códigos de error: busca el código en el manual o en la web del fabricante y sigue el procedimiento.
  7. Problemas de red: confirma que está en la misma red, sin conflictos de IP, y con señal/cable OK.
  8. Software/driver: instala bien el paquete del fabricante y mantén los controladores al día.
  9. Tamaño de papel: asegúrate de que el tamaño del documento y el configurado en la impresora coinciden.
  10. Rendimiento sostenido: limpia periódicamente, actualiza drivers y evita la sobrecarga del sistema.

Diagnóstico por spooling y administración avanzada (Windows, RDS, Hyper‑V, Azure)

En entornos profesionales, conviene aislar dónde sucede la lentitud. Pausar colas y medir tiempos de creación, transferencia y envío al dispositivo te dice si el cuello está en el cliente, el servidor o el hardware.

En la carpeta de spool, limpia archivos .SPL/.SHD huérfanos y reinicia el servicio. Usa MSINFO32.exe (Entorno de software > Trabajos de impresión) para identificar trabajos atascados en colas locales si el administrador de trabajos de impresión está activo.

Revisa el antivirus. Excluye la carpeta de spool y las extensiones .SPL/.SHD/.TMP. Los escaneos pueden provocar “Acceso denegado” y bloqueos de cola.

Si usas agrupación de impresoras, aumentar el número de dispositivos del pool reduce el tiempo hasta la parte superior de la cola cuando hay picos.

Para auditoría de fallos, en Windows puedes activarla por impresora. En Configuración > Dispositivos > Impresoras y escáneres, abre Propiedades de la impresora > Seguridad > Avanzadas > Auditoría y marca “Error” en los accesos que quieras trazar.