Qué es WINUX: Linux con alma libre y apariencia de Windows

Última actualización: 08/09/2025
Autor: Isaac
  • WINUX replica la experiencia de Windows 11 sobre base Ubuntu LTS con KDE Plasma y sin telemetría.
  • Ofrece compatibilidad con .exe vía Wine, Steam/Heroic para juegos y herramientas gráficas sencillas.
  • Rinde en PCs antiguos (mínimo 2 GB RAM), integra tema Redsand y opciones corporativas como AD y OneDrive.

WINUX sistema operativo estilo Windows

Si has oído hablar de WINUX y te preguntas por qué todo el mundo lo compara con Windows, la respuesta corta es que se trata de una distro GNU/Linux que clava la estética y hábitos de uso de Windows 11, pero con el corazón de Linux. En otras palabras, parece Windows por fuera y funciona como Linux por dentro, facilitando que cualquiera dé el salto a Linux sin dramas ni sustos.

El contexto no puede ser más oportuno: el soporte de Windows 10 terminará el 14 de octubre de 2025, y no todo el mundo quiere —o puede— actualizar a Windows 11. WINUX plantea una salida elegante a ese dilema: alarga la vida de tu PC con un sistema ligero, privado y gratuito, que te recibe con un escritorio familiar y herramientas listas para empezar.

Qué es WINUX y por qué surge ahora

WINUX es la evolución del proyecto Linuxfx (también conocido como Windowsfx), una distribución basada en Ubuntu LTS cuyo objetivo es ofrecer una experiencia extremadamente familiar para usuarios de Microsoft. Dicho de otro modo, te encuentras con un menú Inicio, barra de tareas e iconos al estilo Windows 10/11, pero con la estabilidad, libertad y rendimiento característicos de GNU/Linux.

Escritorio WINUX con apariencia Windows

A nivel de base técnica, WINUX se apoya en Ubuntu 24.04 LTS (y revisiones como 24.04.3 LTS en sus iteraciones recientes), lo que asegura años de actualizaciones de seguridad y compatibilidad excelente con hardware nuevo y antiguo. En su capa de escritorio, la distro apuesta por KDE Plasma, un entorno moderno y superpersonalizable que, además, ha demostrado músculo en dispositivos como Steam Deck por su rendimiento y madurez.

Más allá del disfraz visual, la integración va a fondo: el sistema luce temas y fondos que evocan Windows 11, coloca la barra de tareas de forma parecida y centra los iconos, e incluso ofrece un asistente con espíritu de Copilot para interactuar con el sistema. Todo ello contribuye a que el primer arranque resulte cercano, de modo que cambiar de plataforma no te parezca una mudanza traumática.

Este enfoque no se queda en el aspecto. WINUX llega con decisiones prácticas que facilitan el día a día: Microsoft Edge para Linux viene como navegador predeterminado, pero también puedes optar por Chrome o Firefox si lo prefieres. Además, encontrarás accesos rápidos a las versiones web de Office, Steam preinstalado y el gestor Heroic para juegos de Linux, con lo que tu ocio y productividad encuentran acomodo desde el minuto uno.

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El fin de Windows 10 como catalizador

Microsoft pondrá punto final al soporte de Windows 10 el 14 de octubre de 2025. Existen programas de pago como Extended Security Updates (ESU) para estirar la seguridad, pero no dejan de ser un parche temporal y costoso para particulares y muchas pymes. En paralelo, organizaciones como End of 10 y The Restart Project han señalado el impacto ambiental de forzar renovaciones de hardware, advirtiendo de una posible oleada récord de residuos electrónicos. En este escenario, una alternativa como WINUX reduce costes y evita tirar equipos que aún rinden.

No todo es cuestión de calendario. Windows 11 exige requisitos como TPM y CPUs relativamente recientes, lo que deja fuera a millones de PCs que siguen siendo perfectamente válidos. WINUX, en cambio, se conforma con un equipo modesto: con 2 GB de RAM y un procesador de 64 bits de dos núcleos puedes comenzar (mejor si cuentas con 4 GB), y aun así el sistema arranca rápido y se mueve con soltura en equipos veteranos.

Experiencia de escritorio: familiar desde el primer clic

Al iniciarlo, te recibe un escritorio que recuerda a Windows 11: menú Inicio equivalente, barra de tareas centrada, iconos conocidos y un conjunto de aplicaciones que calcan puestos clave del sistema de Microsoft. Por ejemplo, la ‘terminal’ es en realidad Konsole, y el Explorador es Dolphin, pero se han cuidado detalles y temas para que el reconocimiento visual sea inmediato.

El mito de que en Linux “todo es terminal” quedó atrás hace años. En WINUX, la instalación, actualización y desinstalación de programas se hace con interfaces gráficas sencillas: buscador, botones claros y procesos guiados con pocos clics. Si vienes de Windows y temes liarte, respira: el sistema está preparado para que te muevas sin aprender comandos.

En la web, Edge viene ‘de serie’, pero nada te ata: el sistema incluye opciones como Chrome o Firefox, y puedes añadir otros navegadores desde el gestor de software. Para jugar, Steam está listo nada más terminar la instalación, y Heroic Game Launcher abre la puerta a bibliotecas de Epic, GOG y Amazon, tanto en Linux como en Windows, facilitando que no pierdas tus títulos favoritos por cambiar de plataforma.

La suite ofimática no supone un obstáculo para empezar: con accesos a Office online y compatibilidad con formatos habituales, el aterrizaje es suave. Si además necesitas programas nativos de Windows, la distribución integra Wine y utilidades asociadas para ejecutar .exe de forma amigable. En muchos casos, Office o Adobe funcionan mediante capas de compatibilidad bien configuradas, evitando saltos extremos de herramienta.

Características técnicas y novedades destacadas

Las versiones recientes de WINUX traen mejoras enfocadas en equipos antiguos y entornos mixtos hogar/empresa. Entre los cambios más visibles está el tema Redsand, con estilos próximos a Windows 10 y 11, que actualiza colores, transparencias y detalles visuales del escritorio. Este trabajo se combina con optimizaciones de rendimiento para que el sistema sea ágil incluso en hardware modesto.

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En el plano del kernel, la distro incorpora ediciones con Linux 6.14.0-29, con soporte tanto para BIOS heredado como para EFI moderno. Esto garantiza que puedas instalar WINUX en máquinas muy diversas, desde sobremesas veteranas hasta portátiles recientes, sin rodeos ni tutoriales interminables. En conjunto, el soporte de hardware es amplio y amistoso.

Otra baza interesante es la integración opcional de herramientas de productividad conectadas: hay interfaz gráfica para OneDrive, compatibilidad con Active Directory y utilidades de IA mejoradas, funciones que los responsables del proyecto ofrecen a quienes colaboran con donaciones. Así, si lo necesitas, puedes unir estaciones de trabajo Linux a dominios corporativos y mantener flujos de archivos en la nube con clics.

WINUX también cuida de la privacidad y la independencia. La distribución promete estar libre de telemetría invasiva y puede usarse sin cuentas en la nube obligatorias. Esto quiere decir que, desde el primer arranque, controlas qué datos compartes y con quién, algo que no siempre es trivial en otros sistemas de escritorio.

Compatibilidad con aplicaciones de Windows: más allá del aspecto

La semejanza visual no es el único puente con el mundo Microsoft. Gracias a Wine y herramientas complementarias, WINUX puede ejecutar muchos instaladores .exe de forma directa. No todo el catálogo es perfecto —depende del programa—, pero para software popular como Microsoft Office o algunas aplicaciones de Adobe se han habilitado rutas lo más automatizadas posible. De este modo, puedes mantener piezas clave de tu flujo de trabajo mientras te habitúas al nuevo entorno.

En juegos, el panorama es igual de esperanzador. Entre Steam, Proton y Heroic, la compatibilidad real con títulos de Windows ha mejorado mucho en los últimos años. No es raro que funcionen a la primera, y cuando no, hay guías y perfiles preconfigurados que ayudan. El resultado es que, para una cantidad creciente de usuarios, migrar ya no significa renunciar al catálogo de siempre.

Herramientas propias: Centro de Control y empaquetados modernos

Para centralizar las tareas del día a día, WINUX añade un Centro de Control con accesos a temas, idioma, compatibilidad Wine, instalación de software y ajustes del sistema. La premisa es clara: que no tengas que rebuscar en menús o editar archivos de configuración. Con un pár de clics, cambias la apariencia, añades programas y actualizas el equipo sin despeinarte.

En cuanto a distribución de aplicaciones, la distro combina lo mejor de Ubuntu con soporte para sistemas de paquetes modernos como Snap y Flatpak. Esto abre un catálogo inmenso y actualizado de software, reduciendo conflictos de dependencias y simplificando la vida a los recién llegados. En la práctica, instalar apps recientes es tan fácil como en cualquier app store.

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El cuidado por la accesibilidad y la localización también está presente: el sistema llega traducido al español, portugués, inglés y otros idiomas, con una configuración inicial directa y sin peajes. Todo ello ayuda a que la curva de aprendizaje sea mucho más corta que en otras alternativas que exigen más configuración manual.

WINUX para usuarios domésticos y empresas

La propuesta no se limita al usuario particular. Con su base Ubuntu LTS, WINUX encaja bien en entornos corporativos que buscan reducir gastos en licencias, al tiempo que mantienen una experiencia de escritorio conocida para el personal. Entre la ausencia de telemetría obligatoria, la integración con Active Directory y el soporte para OneDrive, las compañías pueden pilotar migraciones graduales a Linux y LibreOffice sin romper procesos.

En casa, la historia es similar: rendimiento optimizado, rapidez de arranque y compatibilidad con software y juegos conocidos. Si tenías un PC aparcado por los requisitos de Windows 11, la alternativa es clara: instalar WINUX, recuperar la máquina y dedicarla a trabajo, estudio o ocio sin complicaciones. El plus de privacidad —sin cuentas forzosas ni anuncios del sistema— redondea una experiencia menos intrusiva.

Comparado con Windows 11: ventajas prácticas

Si lo miramos con prisma pragmático, WINUX tiene a su favor requisitos mínimos más amables, sin TPM obligatorio ni listas restrictivas de CPUs compatibles. Para usuarios no entusiasmados con la publicidad integrada o la recopilación de datos, la ausencia de telemetría invasiva es un alivio. Por su parte, las actualizaciones son gratuitas y el soporte comunitario abunda, con foros y documentación que permiten resolver dudas sin pasar por caja.

En el terreno del flujo de trabajo, mantener escritorio, menú e iconografía similares recorta el periodo de adaptación. Para juegos, Steam y Heroic hacen de puente y, con Proton y Wine, la biblioteca no se esfuma. Nada de cuentas obligatorias para configurar el sistema, nada de bloqueos por no iniciar sesión en la nube: usas el PC como tú quieres, no como te exigen.

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