Qué es WHQL de Microsoft y por qué importa en tus drivers

Última actualización: 17/12/2025
Autor: Isaac
  • WHQL es el programa de certificación de Microsoft que valida hardware y drivers para garantizar compatibilidad, estabilidad y seguridad en Windows.
  • La certificación se basa en pruebas con el Windows Hardware Lab Kit y culmina en una firma digital de catálogo que permite distribuir el driver por Windows Update.
  • Existen firmas de prueba WHQL y ramas de drivers como BETA, HOTFIX o Game Ready que equilibran de forma distinta rapidez de lanzamiento, optimización y robustez.
  • Los controladores y DLL aprobados por WHQL se integran mejor en las medidas de seguridad de Windows, como Code Integrity Guard, reduciendo riesgos de fallos y ataques.

 

Qué es Windows Hardware Quality Labs

Si usas Windows, dependes mucho más de los drivers firmados y sin firmar de lo que parece: son los responsables de que tu tarjeta gráfica, tu placa base, tus periféricos e incluso muchos programas hablen correctamente con el sistema operativo. Aquí es donde entra en juego WHQL de Microsoft, una sigla que verás a menudo asociada a controladores y hardware, pero de la que casi nadie se para a explicar qué hay realmente detrás.

La certificación WHQL (Windows Hardware Quality Labs) es un programa oficial de Microsoft que valida que un dispositivo o controlador se ha probado a fondo y se comporta como se espera en Windows. No es solo un sello bonito para el marketing: tiene implicaciones directas en estabilidad, seguridad, actualizaciones por Windows Update y hasta en cómo se cargan determinados controladores en el corazón del sistema. Vamos a desgranarlo con calma y con ejemplos prácticos.

Qué es WHQL de Microsoft y para qué sirve

WHQL (Windows Hardware Quality Labs) es el proceso de certificación oficial de Microsoft para comprobar que un dispositivo de hardware, periférico o software de tipo controlador funciona de forma correcta y estable en Windows. La idea es sencilla: si un fabricante supera todas las pruebas que exige Microsoft, puede:

  • Mostrar el logotipo “Compatible con Windows” en la caja, la web y el material comercial de sus productos.
  • Aparecer en la HCL (Hardware Compatibility List) de Microsoft, la lista oficial de hardware recomendado y validado.
  • Distribuir sus drivers directamente a través de Windows Update como controladores recomendados.

Para lograr esto, Microsoft facilita a los desarrolladores kits de prueba específicos para cada tipo de producto. Estos kits incluyen herramientas automáticas, baterías de test y procedimientos de “ensayo-error” muy detallados. El objetivo no es solo detectar si algo falla, sino identificar de forma precisa qué errores aparecen, cuáles se consideran críticos y cuáles no dependen estrictamente del componente.

En la práctica, la certificación WHQL es una garantía de compatibilidad y buen comportamiento con Windows. No significa que un dispositivo sin WHQL sea malo por definición, pero sí que el que tiene el sello ha pasado por una revisión adicional de Microsoft y se ha integrado en sus sistemas de validación y actualización.

Cómo funciona el proceso de certificación WHQL

El corazón técnico del programa WHQL son los kits de pruebas de hardware de Microsoft, que han ido cambiando de nombre y evolucionando con los años. En la actualidad, la referencia principal es el Windows Hardware Lab Kit (HLK), heredero de herramientas anteriores como el HCK (Hardware Certification Kit).

Para certificar un controlador o dispositivo, el desarrollador tiene que seguir una serie de pasos bastante estrictos:

  1. Probar el controlador con el HLK/HCK en las versiones de Windows objetivo. Tras instalar el kit en un entorno de prueba, se usa el Driver Test Manager (DTM) para ejecutar automáticamente todas las baterías de test relevantes para ese dispositivo (gráfica, red, audio, chipset, etc.).
  2. Validar que el paquete de controladores cumple las normas de compatibilidad de Windows. Esto incluye cómo se instala el INF, cómo maneja errores, cómo se comporta en suspensión/hibernación, qué hace con la memoria del sistema, etc.
  3. Enviar los registros de prueba (logs del DTM) a Microsoft a través de los servicios de envío en línea, que históricamente se conocían como Windows Quality Online Services (Winqual) y hoy se gestionan mediante el Centro para desarrolladores de hardware (HDC) y los portales actuales de Microsoft.

Si Microsoft valida que todas las pruebas críticas se han superado, otorga la “firma de publicación WHQL”. Esta firma se materializa en un archivo de catálogo (.cat) firmado digitalmente que acompaña al controlador. Es importante entender que:

  • La firma WHQL NO modifica los binarios del controlador ni el archivo INF que el fabricante ha enviado.
  • Lo que se firma es el catálogo que lista los archivos del paquete de drivers, asociándolos a un hash criptográfico y a la validación que ha hecho Microsoft.
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Una vez firmado, ese paquete de controladores puede distribuirse a través de Windows Update, integrarse en imágenes de Windows OEM o descargarse desde el propio portal de Microsoft como controlador recomendado para ese dispositivo.

En caso de fallo en las pruebas WHQL, el desarrollador recibe un informe de errores en un plazo que suele estar alrededor de los tres días desde la recepción del material (en hardware físico o en binarios de software). Con ese informe puede corregir los problemas y repetir todo el ciclo tantas veces como sea necesario hasta superar los requisitos.

Firma WHQL y firma de prueba: qué son y en qué se diferencian

Además de la firma “de publicación” WHQL, Microsoft ofrece una figura intermedia muy útil durante el desarrollo: la firma de prueba WHQL. Su función es sencilla: permitir instalar y probar controladores en entornos de test que todavía no han completado la certificación definitiva.

El programa de “test signing” de WHQL permite que los fabricantes de hardware independientes (IHD) envíen paquetes de drivers para que se firmen solo a efectos de prueba. Con esta firma:

  • El sistema reconoce el controlador como firmado, pero no se considera una certificación WHQL final.
  • Se restringe su uso a equipos de prueba que se arranquen en modo especial de “testsigning”.

Para instalar un controlador con firma de prueba WHQL en un equipo de test, hay una serie de pasos obligatorios:

  1. Deshabilitar el arranque seguro (Secure Boot) en la UEFI, tras suspender antes BitLocker si está activo en el disco de sistema, para evitar problemas de cifrado. Esto se hace desde la configuración de firmware del equipo.
  2. Habilitar la opción de arranque de Windows “testsigning”. Se abre un símbolo del sistema con permisos de administrador y se ejecuta:
    bcdedit /set testsigning on
    shutdown /r /t 00
  3. Reiniciar el equipo. Tras el reinicio, Windows mostrará una marca de agua en la esquina inferior derecha indicando el modo de prueba, la edición y la compilación de Windows.
  4. Instalar el controlador con firma de prueba descargado desde el Centro para desarrolladores de hardware (HDC) o la plataforma que use el fabricante.

Mientras el equipo esté en modo testsigning, Windows acepta firmas de la entidad raíz de prueba de Microsoft. Esto permite a los desarrolladores depurar, perfilar y comprobar sus drivers en condiciones muy próximas a un entorno real, antes de dar el paso a la firma definitiva de publicación.

Para solicitar una firma de prueba WHQL, Microsoft ha mantenido históricamente canales específicos como el correo winqual@microsoft.com, pidiendo que se indique “Firma para prueba” en el asunto, aunque hoy gran parte de esta gestión se canaliza a través de los portales actuales del ecosistema Windows Hardware.

Qué implica la certificación WHQL para los controladores

En el caso concreto de los drivers, la certificación WHQL está muy ligada a la firma digital y a la seguridad. Microsoft ejecuta un programa de firma de controladores donde los OEM y fabricantes pueden enviar sus paquetes de drivers para que se sometan a las pruebas pertinentes del HLK/HCK.

Si los drivers superan todas las pruebas, obtienen la firma WHQL y pasan a considerarse “recomendados” por el sistema. Esto tiene varias consecuencias prácticas:

  • Windows Update puede distribuirlos automáticamente a los usuarios como controladores verificados.
  • El sistema no mostrará advertencias agresivas durante la instalación, ya que reconoce que el driver está firmado por Microsoft.
  • Se reduce el riesgo de conflictos con otros controladores o con el propio kernel, porque han pasado por escenarios de estrés y compatibilidad.

Microsoft, no obstante, es clara en sus advertencias: no es recomendable instalar drivers no firmados por WHQL. La razón es obvia: sin esa firma, el sistema no puede garantizar que el controlador cumpla sus normas de calidad, ni que no vaya a provocar inestabilidad, pantallazos azules o problemas de seguridad.

La realidad del mercado, sin embargo, es algo más matizada. Hay muchas empresas que, por velocidad de lanzamiento o por costes, no certifican todas sus versiones de drivers bajo WHQL. Eso no significa que esos controladores sean necesariamente malos o incompatibles; en muchos casos funcionan perfectamente en Windows y, de hecho, suelen llegar antes que sus equivalentes certificados.

Cuando se instala un driver no firmado, Windows suele mostrar advertencias y bloquear su instalación por defecto, precisamente para evitar riesgos. Es posible forzar la instalación deshabilitando los requisitos de firma de controladores, pero eso solo debería hacerse si confías plenamente en el origen del driver, por ejemplo cuando descargas una versión beta directamente de la web oficial del fabricante, y antes compruébalo con el comando driverquery.

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WHQL frente a drivers Game Ready, BETA y HOTFIX

En el mundo de las tarjetas gráficas y el gaming, la sigla WHQL convive con otras etiquetas comerciales que pueden liar bastante al usuario: Game Ready, Game On, BETA, HOTFIX, Studio Driver, etc. Cada una apunta a un equilibrio distinto entre estabilidad, rendimiento y velocidad de actualización.

Los drivers WHQL en este contexto suelen considerarse la rama “estable”. Son controladores que, además de optimizaciones para juegos, han pasado por el proceso de certificación de Microsoft. Las ventajas principales que suelen destacarse son:

  • Estabilidad: poco probables de provocar cuelgues o conflictos graves.
  • Compatibilidad: probados con varias versiones de Windows y con multitud de configuraciones de hardware.
  • Seguridad: la firma WHQL aporta una validación extra de que el driver no contiene código malicioso ni vulnerabilidades evidentes.

Los drivers BETA, por su parte, son versiones preliminares que se liberan para que los usuarios más avanzados prueben nuevas funciones, mejoras de rendimiento y correcciones antes de integrarlas en una rama estable. Normalmente:

  • Incluyen optimizaciones específicas para juegos recién lanzados o para características novedosas (ray tracing, nuevas extensiones de API, etc.).
  • Pueden contener errores o comportamientos inestables, precisamente porque están en pruebas.
  • Buscan feedback de los usuarios para pulir problemas antes de convertir esas mejoras en un driver WHQL o Game Ready.

Los drivers HOTFIX son una categoría aún más específica. El término lo usa sobre todo NVIDIA para designar actualizaciones urgentes que corrigen problemas muy concretos detectados en la versión actual del controlador (por ejemplo, un crash en un juego nuevo, un bug gráfico grave o una regresión de rendimiento). Sus rasgos clave son:

  • Solucionan uno o pocos fallos muy concretos, nada más.
  • Se publican muy rápido, sin esperar al siguiente ciclo grande de drivers.
  • No sustituyen a largo plazo a los controladores WHQL o Game Ready: suelen integrarse más adelante en una versión estable general.

Además, fabricantes como NVIDIA e Intel publican drivers “Game Ready” o “Game On” sincronizados con lanzamientos de juegos importantes o grandes actualizaciones de títulos populares. Lo relevante aquí es que estos drivers “Ready” y “Game On” suelen ser, a su vez, versiones con certificación WHQL, así que combinan optimización para gaming con el sello de compatibilidad de Microsoft.

En el lado más profesional tenemos paquetes como NVIDIA Studio Driver, AMD Radeon Pro o Intel ARC Pro, dirigidos a estaciones de trabajo y aplicaciones de creación de contenido o CAD. Estos controladores:

  • Priorizan estabilidad y validación con software profesional (edición de vídeo, 3D, CAD, etc.) por encima de tener siempre la última optimización para juegos.
  • Tienen ciclos de actualización más espaciados (meses o trimestres) y se enfocan en certificaciones con aplicaciones concretas.
  • En muchos casos también cuentan con certificación WHQL, pero su mensaje comercial se centra en la fiabilidad para entornos de trabajo.

WHQL aplicado al hardware: placas base, GPUs y otros dispositivos

La certificación WHQL no se limita a los drivers sueltos; también se aplica a combinaciones de hardware completo, como placas base o dispositivos integrados. Un ejemplo clásico es el de placas base compatibilizadas oficialmente con Windows 10.

Fabricantes como ASUS se adelantaron a la llegada de Windows 10 certificando placas como la ASUS Z97-A o la TUF Trooper B85 con WHQL. ¿Qué supone esto en la práctica?

  • Garantía de funcionamiento correcto de la placa con Windows 10 en aspectos clave como gestión de energía, suspensión, hibernación, UEFI/BIOS, buses PCIe, etc.
  • Compatibilidad total con tecnologías del sistema operativo, por ejemplo con DirectX 12, que aprovechaba mejor la GPU mediante colas asíncronas, multihilo para gráficos, cómputo y copias, y un uso más fino de los recursos.
  • Facilidad para que Windows reconozca todos los dispositivos integrados de la placa (audio, red, USB, SATA, etc.) usando drivers WHQL desde el primer arranque o a través de Windows Update.

En el caso de ASUS se llegó a hablar de más de 200 placas base con chipsets Intel desde H61 hasta X99 y AMD desde A55 hasta 990FX, además de diversas soluciones SoC, que estaban en trámites de recibir la certificación WHQL para Windows 10. El objetivo era sencillo: que el usuario pudiera montar un PC y tener compatibilidad total con las últimas tecnologías de Microsoft sin dolores de cabeza.

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Esta lógica se extiende a tarjetas gráficas, tarjetas de sonido, dispositivos USB avanzados y un largo etcétera. Si ves en la ficha técnica alguna referencia a “WHQL certified” para una versión concreta de Windows, significa que ese componente ha pasado por todo el circuito de pruebas e integración de Microsoft.

WHQL, seguridad y carga de controladores en Windows

La influencia de WHQL se deja notar incluso en áreas de seguridad avanzada de Windows. Un ejemplo interesante aparece en la implementación de Code Integrity Guard (CIG) para procesos como ai.exe y aimgr.exe en las aplicaciones de escritorio de Microsoft 365.

CIG se encarga de que solo se carguen bibliotecas DLL firmadas digitalmente por Microsoft en esos procesos, como forma de endurecer el sistema frente a inyecciones de código o librerías maliciosas. Aquí entra WHQL porque:

  • Windows reconoce como válidas las firmas de Windows Hardware Quality Labs entre las firmas de Microsoft aceptadas por Code Integrity Guard.
  • Los controladores y DLL aprobados por WHQL pueden cargarse en esos procesos protegidos, mientras que cualquier DLL no firmada por Microsoft hace que el Administrador de memoria devuelva un error STATUS_INVALID_IMAGE_HASH (0xC0000428) y, potencialmente, muestre un cuadro de diálogo de error al usuario.

En la práctica, esto significa que WHQL actúa como un filtro adicional de seguridad en algunos de los procesos más sensibles del ecosistema Microsoft 365 y del propio sistema operativo. No basta con que el driver funcione; tiene que estar firmado correctamente y provenir de una fuente que Windows reconozca como confiable.

Por eso Microsoft firma digitalmente todos los archivos DLL que espera que carguen ai.exe y aimgr.exe y deja claro que no deberían inyectarse DLL no firmadas en esos procesos. WHQL, como parte de la cadena de confianza, ayuda a asegurar que solo controladores legitimados formen parte de ese entorno.

Particularidades de los paquetes de controladores WHQL

Los paquetes de drivers que se distribuyen a través de canales WHQL y los que se incluyen “de fábrica” en Windows no siempre contienen exactamente las mismas piezas que un instalador completo proporcionado por el fabricante en su web.

Por ejemplo, en Windows Vista y versiones posteriores, los paquetes de controladores que vienen en la propia caja o imagen de sistema suelen omitir referencias a componentes comerciales adicionales que se ven con frecuencia en paquetes comerciales:

  • Archivos binarios específicos para herramientas de gestión o paneles de control avanzados.
  • Servicios residentes en segundo plano añadidos por el fabricante.
  • Entradas de registro relacionadas con módulos de suscripción, telemetría o utilidades auxiliares.
  • Complementos de OpenGL que dependan de ICD (Installable Client Drivers) propietarios, aplicaciones de sondeo de hardware, etc.

Microsoft no puede listar ejemplos concretos porque varían mucho de un proveedor a otro, pero la recomendación general es clara: en los paquetes WHQL “de sistema” no se deberían incluir referencias a componentes comerciales adicionales que no sean estrictamente necesarios para el funcionamiento básico del dispositivo en Windows.

Esto explica por qué a veces el driver que instala Windows Update es más “limpio” y ligero que el que descargas de la página del fabricante. El primero suele contener lo esencial para que el sistema reconozca el dispositivo y funcione correctamente; el segundo añade utilidades, paneles de configuración y servicios extra, que pueden o no serte útiles, pero que no forman parte de la certificación WHQL estricta.

WHQL de Microsoft es mucho más que un simple logo en la caja de un componente: es una cadena de pruebas, firmas digitales, controles de seguridad y procesos de integración que afecta directamente a cómo se instalan y se comportan drivers y hardware en Windows. Entender qué significa ese sello, en qué se diferencia una firma de prueba de una de publicación, y cómo encaja con conceptos como Game Ready, BETA u HOTFIX, ayuda a tomar decisiones más informadas al elegir drivers y componentes para tu equipo, equilibrando rendimiento, estabilidad y seguridad según lo que realmente necesites.

certificados y firmas de drivers en Windows
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