macOS va lento: causas y soluciones definitivas para acelerarlo

Última actualización: 19/09/2025
Autor: Isaac
  • Identifica cuellos de botella con Monitor de Actividad y libera espacio con Almacenamiento
  • Reduce carga al inicio, pestañas y extensiones; actualiza macOS y apps
  • Optimiza Finder/Spotlight, repara el disco y controla temperatura y malware
  • Si persiste, restablece o reinstala; valora SSD/ RAM (si el modelo lo permite)

Soluciones para Mac lento en macOS

Si últimamente notas que tu Mac se arrastra, aparece la temida pelota de playa y todo tarda más de lo normal, tranquilo: no estás solo. Un Mac lento suele deberse a una mezcla de espacio lleno, procesos en segundo plano, demasiadas pestañas o apps y algún ajuste mal afinado.

En esta guía práctica reunimos todo lo que necesitas para diagnosticar y acelerar macOS paso a paso. Vas a encontrar desde comprobaciones rápidas (Internet, reinicio, pestañas del navegador) hasta ajustes avanzados (ítems de inicio, Spotlight, Utilidad de Discos, PRAM/SMC, reinstalación) e incluso decisiones de hardware. Hemos integrado recomendaciones oficiales de Apple y trucos contrastados que funcionan en Mac con Intel y Apple Silicon.

Señales y causas típicas de un Mac lento

Antes de tocar nada, conviene identificar el patrón. Arranques eternos, apps que no responden, ventiladores a tope, cuelgues frecuentes o esperas exageradas al abrir archivos son síntomas inequívocos de que algo no va fino.

  • Las causas más habituales se repiten: falta de RAM disponible, disco casi lleno, procesos en segundo plano tragando CPU, demasiadas pestañas y extensiones del navegador, sobrecalentamiento, malware, efectos visuales y notificaciones a mansalva. También influye la edad del equipo y si el almacenamiento es HDD mecánico en modelos antiguos.
  • Un apunte clave del ecosistema Mac: Safari está más optimizado que otros navegadores como Chrome. Cambiar el navegador principal puede suponer una diferencia importante en consumo de RAM y batería.
  • Por último, revisa la compatibilidad de lo que ejecutas: algunas apps exigen un tipo de procesador o GPU que tu Mac no tiene. Desde el menú Apple  > Acerca de este Mac verás modelo, chip y gráfica para comprobar requisitos de las apps que más usas.

Descarta primero que sea la conexión a Internet

Muchas veces parece que el Mac va lento y en realidad es la red. Si la pesadez solo ocurre al navegar, sincronizar o usar apps en la nube, mide tu velocidad en speedtest.net y compara con lo contratado.

  • Si la conexión flojea, prueba soluciones básicas antes de culpar al Mac: conecta por Ethernet, acércate al router, reinícialo, restablece el Wi‑Fi del Mac y usa el Diagnóstico inalámbrico (mantén pulsada la tecla Opción y haz clic en el icono Wi‑Fi para acceder).
  • Cuando el problema es el navegador, libéralo: cierra pestañas que no necesites, elimina extensiones innecesarias y borra historial, cookies y caché. Notarás el alivio al instante, sobre todo si sueles tener decenas de pestañas abiertas.
  • Y un clásico que funciona: reinicia el Mac de vez en cuando. Se libera RAM, se reinician servicios y desaparecen fugas de memoria de apps que no se cerraron bien.

Monitor de Actividad: detecta qué se está comiendo los recursos

El Monitor de Actividad es tu radar. Ábrelo en Finder > Aplicaciones > Utilidades. En la pestaña CPU ordena por %CPU y localiza procesos glotones; en Memoria, fíjate en la “Presión de memoria” y en las apps que más RAM consumen.

Si detectas procesos pesados que no necesitas, ciérralos desde el botón “x” del Monitor de Actividad. Evita terminar procesos del sistema que no conozcas, céntrate en apps de usuario. Repite la jugada con procesos de disco y red si ves actividad anómala.

Cuando aparezca el aviso “El sistema se ha quedado sin memoria de aplicación”, tienes dos vías: cerrar o desinstalar lo más pesado, cambiar a Safari y reducir pestañas, o valorar ampliar RAM si tu modelo lo permite.

Un consejo simple que marca la diferencia: no dejes apps abiertas que no uses. El botón rojo cierra la ventana, pero muchas apps siguen activas en el Dock consumiendo recursos.

Libera espacio y usa las recomendaciones de Almacenamiento

macOS necesita aire libre en el disco para moverse. Con menos del 20–25% de espacio libre el sistema se vuelve torpe. Ve a Ajustes del Sistema > General > Almacenamiento y deja que macOS te proponga acciones.

  • Desde ese panel podrás: mover contenido a iCloud, vaciar la Papelera automáticamente, eliminar archivos grandes y descargas antiguas, borrar contenidos de Apple TV que ya viste y optimizar archivos locales. Es rápido y seguro.
  • Completa con limpieza manual: ordena Downloads por tamaño y borra lo que no necesites, elimina duplicados, desinstala apps pesadas que no usas y vacía la Papelera. Prioriza archivos “grandes ganadores” (pocos y muy voluminosos) antes que micro‑borrados.
  • Si necesitas ir más allá, puedes borrar cachés de usuario con cuidado: abre Finder > Ir > Ir a la carpeta y escribe ~/Library/Caches. Entra en cada carpeta y elimina su contenido (no borres las carpetas). Ganarás espacio, aunque las apps reconstruirán parte de esos datos.
  • Cuando el disco está casi lleno o envejecido, plantéate una medida estructural: migrar a SSD en Macs antiguos transforma la velocidad del sistema. En equipos modernos con SSD, la mejor inversión es gestionar el espacio y mover archivos fríos a un disco externo o a iCloud.
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Reduce lo que arranca y lo que se ejecuta en segundo plano

Muchos Mac van lentos al iniciar por exceso de ítems de apertura. En Ajustes del Sistema > General > Ítems de inicio, elimina lo que no necesites en “Abrir al iniciar sesión” y desactiva permisos de “Permitir en segundo plano” para apps poco críticas.

Mantén activo el antivirus o antimalware y lo que de verdad necesites, pero impide que navegadores, editores o reproductores se autoabran. Se nota en el arranque y en el día a día.

Si alguna app insiste en iniciarse, revisa sus preferencias internas. En casos rebeldes, elimina agentes de LaunchAgents o LaunchDaemons de tu Biblioteca de usuario (hazlo solo si sabes exactamente qué quitas).

Cuando cierres apps, confirma que no queden procesos residentes. Forzar salida desde el menú Apple  > Forzar salida ayuda a cortar lo que se queda colgado y devuelve recursos al sistema.

Pestañas y extensiones del navegador: menos es más

Las pestañas abiertas no están “en pausa”: consumen RAM y CPU constantemente. Marca en favoritos lo que quieras leer después y cierra lo que no uses. Tu Mac te lo agradecerá.

Revisa extensiones: en Safari ve a Ajustes > Extensiones; en Chrome, Menú > Extensiones > Administrar extensiones; en Firefox, Menú > Complementos y temas. Desactiva o desinstala todo lo prescindible y vigila extensiones “milagro” que empeoran rendimiento y privacidad.

Si navegas muchas horas, elige Safari como navegador principal. Está mejor integrado con macOS y gasta menos recursos que alternativas populares en la mayoría de casos.

Tras una limpieza de pestañas y extensiones, borra datos de navegación (historial, cookies y caché). Ganarás espacio y agilizarás cargas en sitios propensos a acumular basura.

Evita el sobrecalentamiento y cuida la ventilación

Temperaturas altas degradan el rendimiento y disparan los ventiladores. No uses el portátil al sol o sobre superficies blandas que bloqueen la ventilación y evita cubrir rejillas en sobremesas.

Si notas calor anormal, vuelve al Monitor de Actividad y cierra procesos intensivos de CPU. Gestionar pestañas y extensiones reduce mucho el calor cuando trabajas con el navegador. Además, puedes apoyarte en guías para diagnosticar fallos de hardware que expliquen qué comprobar y cuándo llevar el equipo a servicio.

Mantén macOS actualizado: las versiones recientes incluyen mejoras de optimización y parches de seguridad que pueden resolver procesos atascados o maliciosos que calientan el equipo en segundo plano.

En equipos veteranos, una limpieza interna profesional ayuda. El polvo acumulado en ventiladores y disipadores eleva temperaturas y merma la estabilidad en cargas sostenidas.

Actualiza macOS y todas tus aplicaciones

Muchas ralentizaciones se corrigen con actualizaciones. Ve a Ajustes del Sistema > General > Actualización de software y instala lo pendiente; activa las actualizaciones automáticas para no olvidarte.

Haz lo mismo con tus aplicaciones: App Store > Actualizaciones para las apps de la tienda y el actualizador interno de cada app fuera de la App Store. Compatibilidad y rendimiento suelen mejorar a la par.

Cuando salta una gran versión de macOS, valora actualizar pasadas un par de revisiones menores. Las “.1, .2, .3” suelen pulir bugs y optimizaciones que afectan a rendimiento general. Si la versión nueva te empeora el rendimiento, considera hacer downgrade desde macOS con copia de seguridad reciente.

Recuerda que algunas apps antiguas no están optimizadas para chips Apple Silicon. Ejecutarlas bajo Rosetta añade sobrecarga; busca versiones nativas cuando sea posible.

Comprueba si hay malware

Un Mac que se arrastra sin explicación puede estar lidiando con software malicioso. El malware ejecuta procesos ocultos que consumen CPU, RAM y red. Señales: ventiladores sin motivo, picos de red inusuales y apps desconocidas. Consulta también recursos sobre cómo la IA potencia el malware en macOS y qué medidas adicionales tomar.

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Revisa el Monitor de Actividad y la carpeta Aplicaciones en busca de nombres que no reconozcas. Desinstala lo sospechoso y borra sus restos en ~/Library/Application Support si los hubiera.

Apóyate en un antimalware de confianza para escanear. Una limpieza a tiempo devuelve estabilidad y evita reapariciones, además de proteger tus datos.

Una vez limpio, mantén el sistema y las apps al día. Las actualizaciones incluyen parches que cierran puertas usadas por adware y troyanos muy comunes.

Ordena el escritorio y domarás al Finder

El escritorio del Mac no es un cajón sin fondo. Cuantos más iconos y previsualizaciones tiene que renderizar Finder, más penaliza la fluidez. Mueve archivos a Documentos y usa carpetas con orden.

Para ver y eliminar temporales ocultos, en Finder pulsa Comando (⌘) + Mayúsculas (⇧) + Punto (.). Se mostrarán archivos ocultos; borra lo residual con cuidado y repite el atajo para ocultarlos de nuevo.

Si tras una actualización notas el sistema “pensando” con frecuencia, reindexa Spotlight: Ajustes del Sistema > Siri y Spotlight > Privacidad. Añade tu disco y quítalo para forzar nueva indexación. Puede tardar, pero después la búsqueda y el rendimiento mejoran.

Al terminar estas tareas, reinicia. Finder y Spotlight se asientan mejor al arrancar en limpio y dejan de recalcular continuamente.

Si solo falla al navegar: red a punto

Cuando todo lo local va fluido pero la web va a tirones, céntrate en la red. Ethernet directo, reinicio del router y cambiar de banda/ canal Wi‑Fi suelen arreglar el 80% de los casos caseros.

En portátiles, evita saturar la red con sincronizaciones pesadas mientras trabajas. Aplaza descargas grandes y cierra nubes que no necesites en ese momento para dejar ancho de banda a lo importante.

Si tu proveedor te da velocidades muy por debajo de lo contratado, abre incidencia. Una línea inestable hace parecer lento a cualquier ordenador, por muy limpio que esté.

No olvides que algunos sitios web son lentos por sí mismos. Comprueba PageSpeed si sospechas de un portal concreto antes de culpar a tu Mac.

Repara el disco con Utilidad de Discos

Cuando hay cierres inesperados, archivos que no abren o bloqueos aleatorios, pasa Primeros Auxilios. Abre Utilidad de Discos (Aplicaciones > Utilidades), selecciona tu disco/volumen y pulsa Primeros Auxilios para verificar y reparar el sistema de archivos.

En versiones modernas de macOS no hace falta “reparar permisos” manualmente: el sistema los gestiona solo. Lo importante hoy es comprobar el volumen y el contenedor APFS.

Si Primeros Auxilios detecta problemas que no puede arreglar en vivo, arranca en Modo Recuperación y repite la reparación. Es más efectivo cuando el volumen no está montado para uso.

Tras la reparación, observa si desaparecen cuelgues o beachballs. Corrupciones leves provocan lentitud muy puñetera que se soluciona con este simple paso.

RAM corta: qué puedes hacer

La RAM es la gasolina de tus apps. Si te quedas corto, todo se frena. Reduce el número de aplicaciones abiertas, cambia a Safari, limita pestañas y cierra proyectos pesados cuando no los uses.

Existe un comando histórico para purgar memoria inactiva: abre Terminal (Aplicaciones > Utilidades) y ejecuta sudo purge, introduciendo tu contraseña. Aunque en macOS moderno la gestión de memoria es eficiente, en situaciones puntuales puede aliviar presión.

Si trabajas con audio, vídeo o máquinas virtuales, valora el hardware y comprueba las señales de que necesitas más RAM. En iMac y algunos Mac antiguos puedes ampliar RAM; en la mayoría de portátiles modernos no es posible. Comprueba tu modelo antes de comprar módulos.

Observa la “Presión de memoria” en el Monitor de Actividad. Si se mantiene en verde, no te obsesiones con liberar RAM; si se pone amarilla o roja con facilidad, aplica las recomendaciones de este apartado.

Desinstala apps que no uses y elimina restos

Ve a Finder > Aplicaciones y ordena por tamaño. Desinstala lo que no usas moviéndolo a la Papelera y vaciándola después. Ganarás gigas en segundos.

Algunas apps dejan archivos en ~/Library/Application Support, LaunchAgents y otros rincones. Elimina sus restos si sabes lo que haces o usa un desinstalador fiable para limpiar dependencias sin riesgo.

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Revisa también qué aplicaciones siguen abiertas sin que te des cuenta: desde  > Forzar salida cierra lo innecesario para que no consuman CPU en segundo plano.

Reducir bloatware y paquetes de idiomas que no usas ayuda. Quitar lastre libera almacenamiento y reduce tareas periódicas que pasan factura al rendimiento.

Recorta efectos visuales y notificaciones

Las animaciones y transparencias son bonitas, pero cuestan recursos. En Ajustes del Sistema > Escritorio y Dock, desactiva la ampliación, “Animar icono al abrir aplicaciones” y “Ocultar/mostrar automáticamente el Dock”.

En “Minimizar ventanas usando”, selecciona Efecto a escala en lugar de Aladino. El efecto a escala es más ligero y se nota al mover muchas ventanas.

Ve a Accesibilidad > Pantalla y marca “Reducir movimiento” si te molestan las animaciones. Menos efectos, más fluidez, sobre todo en equipos veteranos.

Y no subestimes las notificaciones: Ajustes del Sistema > Notificaciones. Desactiva avisos de apps y webs que no aporten. Menos procesos en segundo plano y más concentración.

PRAM/NVRAM y SMC: cuándo resetean y cuándo no

Si detectas comportamientos raros (volumen, pantalla, teclado) además de lentitud, en Macs Intel puedes restablecer PRAM/NVRAM: apaga, enciende y mantén pulsadas ⌘ + Opción + P + R unos 20 segundos.

El SMC controla energía, ventilación y otros sensores. En Macs Intel, el reseteo depende del modelo (con/ sin batería extraíble, sobremesa). Consulta el procedimiento específico y ejecútalo si hay indicios de gestión térmica anómala.

En Macs con Apple Silicon no existe SMC como tal y la NVRAM se gestiona automáticamente. Un apagado completo o reinicio suele bastar para resolver estados extraños.

Estos resets no son varitas mágicas, pero cuando tocan, devuelven la normalidad y evitan cuelgues que afectan al rendimiento.

Restablecer el sistema o reinstalar macOS

Si acumulaste años de uso y nada más funciona, considera volver a empezar. En Ajustes del Sistema > General > Transferir o restablecer > Borrar contenidos y ajustes podrás dejar el Mac como nuevo (haz copia de seguridad antes).

Otra vía es reinstalar macOS desde Recuperación: arranca en modo Recuperación y elige “Reinstalar macOS”. No borra tus datos por defecto, pero siempre es recomendable tener un backup reciente.

Tras reinstalar o restablecer, recupera solo lo necesario. Cuanto menos lastre heredado, más tiempo mantendrás el Mac ágil.

Si el problema era un sistema corrompido o saturado de residuos, notarás la diferencia desde el primer arranque. La experiencia vuelve a ser la de “recién sacado de la caja”.

¿Necesitas más potencia? Valora hardware o cambio de equipo

Puede que tus necesidades hayan crecido: edición 4K, VMs, IA, juegos. En iMacs y algunos Mac antiguos, ampliar RAM y/o pasar a SSD ofrece un salto de rendimiento enorme por coste contenido.

En portátiles modernos no suele poder ampliarse la RAM y el SSD va soldado. Si te quedas corto de forma crónica, quizá toque plantear un nuevo Mac. Los chips Apple Silicon han elevado mucho el listón de rendimiento y eficiencia.

Antes de decidir, mide tu uso real con Monitor de Actividad durante unos días. Si la presión de CPU y memoria está siempre alta, el cuello de botella es objetivo. Y si el almacenamiento está al límite, un disco externo rápido puede darte margen.

Sea cual sea la elección, cuida los básicos que has visto aquí. Una buena “higiene” de macOS alarga la vida útil y mantiene el rendimiento estable durante años.

Con estas acciones ordenadas por impacto y riesgo, tienes un plan completo para devolverle chispa a tu Mac. Empieza por lo simple (pestañas, extensiones, espacio y actualizaciones), sigue con Monitor de Actividad, ítems de inicio y Spotlight, y remata con Utilidad de Discos, limpieza profunda o reinstalación si hace falta. La clave es darle aire al sistema, quitar lo que estorba y mantener al día software y hardware para que macOS vuelva a moverse como debe.

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