- El proyecto DARE busca establecer la soberanía tecnológica en Europa mediante el diseño de chips avanzados basados en tecnología RISC-V.
- El Barcelona Supercomputing Center liderará esta iniciativa con una inversión inicial de 240 millones de euros.
- La Comisión Europea y el Gobierno de España participan en la financiación, junto a otros 45 socios europeos.
- El desarrollo de estos chips potenciará áreas críticas como la salud, el cambio climático y la inteligencia artificial ética.
Europa busca avanzar hacia la independencia tecnológica en un mundo dominado por gigantes de la computación estadounidenses y asiáticos. En este contexto, el ambicioso proyecto DARE (Digital Autonomy with RISC-V Europe) surge como la respuesta europea para establecer una soberanía digital basada en desarrollos propios de hardware y software.
Liderado por el prestigioso Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), DARE promete revolucionar el sector de los chips de alto rendimiento, con aplicaciones que abarcan desde supercomputadores hasta vehículos autónomos y sistemas de inteligencia artificial ética. Su enfoque principal reside en el uso de la tecnología RISC-V, una arquitectura de código abierto que elimina costos de licencias y dependencia de fabricantes externos.
Una inversión estratégica de 240 millones de euros
En su fase inicial, el proyecto contará con una inversión de 240 millones de euros. De esta cantidad, 120 millones serán proporcionados por la Comisión Europea a través de EuroHPC JU (Empresa Común Europea de Computación de Alto Rendimiento). Por su parte, el Gobierno de España, mediante el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, contribuirá con 34,4 millones, mientras que los socios europeos restantes completarán el presupuesto disponible.
Esta inversión no solo busca potenciar la autonomía tecnológica, sino también posicionar a Europa como un referente en el diseño y fabricación de chips eficientes y sostenibles, capaces de competir con actores globales como Estados Unidos, China o Taiwán.
Una década de experiencia en chips RISC-V
El Barcelona Supercomputing Center lleva más de 10 años trabajando en la tecnología RISC-V, un estándar que garantiza flexibilidad y escalabilidad en el diseño de procesadores. Mateo Valero, director del BSC, destacó que este proyecto permitirá desarrollar toda la infraestructura necesaria para un ecosistema completamente europeo de hardware y software.
Según Valero, DARE marca un antes y un después en el objetivo de Europa de avanzar en sectores tecnológicos clave como las supercomputadoras MareNostrum 6 o los sistemas de inteligencia artificial éticamente responsables. Además, permitirá reducir la dependencia de chips importados, incrementando la competitividad de la región.
Aplicaciones críticas y soberanía tecnológica
La importancia del proyecto DARE radica en su capacidad para abordar desafíos globales. Sectores como la salud, la transición energética y el cambio climático se beneficiarán directamente de los avances en computación de alto rendimiento e inteligencia artificial obtenidos gracias al desarrollo de estos chips.
La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, señaló que esta iniciativa situará a España en el mapa europeo de la tecnología avanzada. Según la ministra, proyectos como DARE son cruciales para resolver problemas complejos al tiempo que fortalecen la autonomía estratégica de Europa.
Impulso educativo y científico
Además de la inversión en tecnología, DARE también busca fomentar la formación de talento especializado. Instituciones académicas y científicas en toda Europa colaborarán en el desarrollo de habilidades en computación avanzada, asegurando un flujo continuo de expertos en este campo estratégico.
La consellera de Recerca i Universitats, Núria Montserrat, subrayó que Europa ya no puede permitirse depender de terceros para garantizar la seguridad de sus infraestructuras digitales. Por ello, confió en que DARE consolide una base tecnológica sólida y competitiva en la región.
Hacia la soberanía europea en la era digital
En un momento donde la demanda global de semiconductores no para de crecer, la Comisión Europea estima que esta podría duplicarse para 2030. DARE se alinea con los objetivos europeos que buscan crear un ecosistema de alto rendimiento en diseño y fabricación de chips, asegurando que la región no quede rezagada tecnológicamente.
El proyecto DARE no solo representa un avance tecnológico, sino también una declaración de intenciones de Europa para tomar el control de su destino digital. Con esta iniciativa, el continente no solo busca competir, sino liderar en un mercado global estratégico y en constante evolución.
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