Cómo quitar el efecto Liquid Glass en iPhone desde Ajustes

Última actualización: 05/11/2025
Autor: Isaac
  • Liquid Glass no tiene interruptor propio, pero se puede atenuar con accesibilidad.
  • Reducir transparencia y Aumentar contraste mejoran legibilidad y coherencia.
  • Persisten fallos visuales en iOS 26, aunque Apple los va puliendo.
  • iOS 26 aporta funciones útiles (anti‑spam, encuestas, Vista Previa, cámara) y gestión energética inteligente.

Ajustes de iPhone para quitar efecto Liquid Glass

Si acabas de actualizar y te has topado con el nuevo lenguaje visual de iOS 26, puede que lo primero que te haya venido a la cabeza sea “¿dónde se apaga esto?”. A mucha gente el cristal translúcido le parece bonito, pero a otros les resulta difícil de leer o, directamente, molesto a nivel sensorial. El efecto Liquid Glass llega pisando fuerte y ha generado reacciones intensas desde el minuto uno.

Antes de nada, tranquilidad. No estás solo: hay hilos enteros en comunidades online contando experiencias parecidas, desde widgets que se ven raros hasta alarmas gigantes con transparencias confusas. La buena noticia es que, aunque Apple no ha puesto un botón mágico para desactivarlo por completo, sí hay ajustes de accesibilidad que lo atenúan muchísimo y dejan la interfaz mucho más sólida y legible.

Liquid Glass en iOS 26: por qué está en boca de todos

Con la nueva versión del sistema, Apple ha estrenado un estilo visual muy marcado, con paneles, botones y fondos que dejan entrever lo que hay detrás. En teoría aporta profundidad y coherencia, pero el despliegue no ha sido perfecto. Usuarios han señalado que algunos elementos se superponen de forma extraña en la app Teléfono, que el modo oscuro no siempre oscurece como debería, o que ciertos widgets pierden claridad.

También se han visto comportamientos inesperados en la pantalla de bloqueo y en la app Reloj: los botones de las alarmas aparecen “enormes” y con una transparencia que puede confundir, dejando mucho del fondo a la vista. A esto se suma que hay zonas del sistema que parecen no haber adoptado aún el nuevo lenguaje, lo que crea incoherencias puntuales en el conjunto.

Quienes han probado iOS 26 desde las primeras betas aseguran que la cosa ha mejorado con el paso de las actualizaciones, pero todavía queda trabajo por pulir. La sensación general entre parte de la comunidad es la de una interfaz lanzada algo deprisa, con brillos muy llamativos pero con aristas por limar.

Si te suena ese déjà vu, no vas desencaminado. Hubo un shock parecido en el salto de iOS 6 a iOS 7: pasamos del skeuomorfismo a lo plano y muchos prometieron no acostumbrarse. Los cambios visuales grandes siempre remueven, y por eso conviene saber qué controles tienes a mano para amoldar el sistema a tu vista.

Opciones de accesibilidad para reducir transparencia en iPhone

¿Se puede desactivar por completo? Lo que sí y lo que no

Vamos al grano: no, Liquid Glass no tiene un interruptor oficial para apagarlo del todo. Apple no ofrece un ajuste dedicado del tipo “Desactivar Liquid Glass”. Sin embargo, la compañía sí mantiene desde hace años herramientas de accesibilidad que reducen o eliminan las transparencias, incrementan el contraste y fortalecen la legibilidad en toda la interfaz.

Esas opciones son el atajo práctico que necesitamos. Al activarlas, el Dock, el Centro de Control, menús y paneles pierden el efecto translúcido y ganan opacidad, con contornos más marcados y texto que resalta mejor. No te devuelve al diseño exacto de iOS 18, pero el resultado es mucho más cercano a un aspecto “aplanado” y, sobre todo, cómodo de leer en el día a día.

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Cómo atenuar Liquid Glass desde Ajustes paso a paso

Con un par de toques puedes rebajar el cristal líquido a casi cero. Sigue esta ruta en tu iPhone con iOS 26:

  1. Abre la app Ajustes.
  2. Entra en Accesibilidad.
  3. Ve a Pantalla y tamaño del texto.
  4. Activa la opción Reducir transparencia (en algunos iPhone figura como Reducir transparencias).

Nada más deslizar el interruptor, el cambio se nota. En el Centro de Control y el Dock, el fondo translúcido se vuelve opaco, los paneles dejan de dejar pasar el fondo y todo adquiere un aspecto más nítido. Si abrías el Centro de Control sobre una app y el contenido de detrás “contaminaba” el panel, ahora el contenedor se separa con claridad.

Este ajuste no solo afecta a las capas principales: también se aplica a botones, deslizadores, menús y tarjetas por todo iOS. Incluso influye en el estilo de iconos translúcidos que puedes elegir al personalizar la pantalla de inicio, anulando ese acabado y dejando las formas con un fondo más sólido.

Ajustes extra para acercarte al look de iOS 18

Si quieres ir un paso más y aplanar un poco más la interfaz, hay tres palancas de accesibilidad que encajan de maravilla con Reducir transparencia. No hacen magia, pero redondean el resultado y ayudan a que todo se lea de un vistazo.

  • Aumentar contraste: intensifica los bordes, resalta las separaciones entre tarjetas y botones, y hace que los contornos destaquen. La interfaz se percibe menos “acuosa” y más definida, especialmente en paneles como el Centro de Control.
  • Texto en negrita: fortalece la tipografía del sistema. Si las transparencias te hacían perder letras por el camino, con negrita las cadenas de texto ganan cuerpo y la lectura mejora bastante en ajustes, notificaciones y apps del sistema.
  • Reducir movimiento: aunque aquí el objetivo principal son las animaciones y transiciones, para muchas personas disminuye la carga visual y la sensación de mareo. Los cambios entre pantallas son más discretos y el conjunto queda menos “espectacular”, pero más calmado.

Todo está en la misma sección: Ajustes > Accesibilidad > Pantalla y tamaño del texto (y, en el caso de transiciones, Ajustes > Accesibilidad > Movimiento). Actívalos a tu gusto y prueba combinaciones: en la mayoría de casos, Reducir transparencia + Aumentar contraste ofrece un equilibrio ideal entre legibilidad y estética.

Un apunte útil si quieres terminar de rematar la pantalla de inicio: cuando personalices el aspecto desde el editor de temas, verás opciones de iconos con acabado translúcido. Con la reducción de transparencias activada, ese brillo se neutraliza, logrando un estilo más neutro y homogéneo en los iconos y carpetas.

Si te resulta irritante sensorialmente: recomendaciones prácticas

Hay personas a las que este tipo de efectos les hace “ruido” visual o directamente les resulta insoportable. En esos casos, lo prioritario es minimizar fondos complejos y capas que asoman por detrás. Reducir transparencia es el paso clave, seguido de Aumentar contraste y Texto en negrita para reforzar separación y jerarquía.

Además, conviene evitar cambios bruscos de luminancia entre pantallas contiguas. Reducir movimiento ayuda bastante aquí, porque suaviza transiciones y animaciones para que no “salten” tanto a la vista. Si usas modo oscuro, asegúrate de que se mantiene activo y evita wallpapers demasiado luminosos o con mucho detalle detrás de widgets y carpetas.

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Problemas visuales reportados: lo que te puedes encontrar

No es solo que el diseño sea polarizante; también hay fallos de implementación a día de hoy. Varios usuarios han mostrado capturas y vídeos donde se aprecian elementos superpuestos en la app Teléfono, textos que se pisan y controles que no respetan bien el nuevo lenguaje. Son bugs que generan inconsistencia y, a veces, confusión operativa.

En la pantalla de bloqueo, hay quien se ha encontrado con alarmas que aparecen con botones de tamaño exagerado y con un efecto semitransparente que deja ver demasiado el fondo, lo que rompe la claridad visual. El modo oscuro, por su parte, no siempre mantiene el contraste esperado en todos los rincones del sistema, y hay widgets cuya legibilidad no es la mejor con el translúcido por defecto.

También se han comentado zonas del sistema que aún no han adoptado del todo Liquid Glass, como si conviviera lo nuevo con lo antiguo. Esa mezcla alimenta la sensación de que iOS 26, en su estado actual, no está completamente redondeado. Eso sí, quienes han ido instalando las sucesivas betas y actualizaciones indican que la estabilidad y la coherencia visual mejoran con cada revisión.

Si tras aplicar los ajustes de accesibilidad sigues viendo rarezas, no es que lo hayas configurado mal: en parte son pequeñas asperezas del sistema que Apple irá puliendo con actualizaciones. De momento, la combinación de reducción de transparencias y contraste alto es la mejor barrera ante esas inconsistencias.

¿Merece la pena seguir en iOS 26 aunque no te guste el “cristal”?

La estética no lo es todo. Aunque Liquid Glass sea lo más comentado, iOS 26 trae mejoras de uso diario que quizá no quieras perderte. Entre las más destacadas están un filtro anti-spam que ayuda con llamadas y mensajes indeseados, las encuestas en Mensajes para organizar decisiones en grupo, una app Vista Previa útil para gestionar documentos y una app de Cámara más simple y directa.

Además, Apple ha reforzado la gestión de energía con un modo de ahorro más inteligente dentro del paraguas de Apple Intelligence. Se trata de un sistema que optimiza el consumo en tiempo real, adaptando el brillo, la frecuencia de refresco o la prioridad de redes cuando detecta que conviene hacerlo. A diferencia del Modo de Bajo Consumo clásico, este enfoque es menos rígido y actúa de forma dinámica según el contexto.

¿Qué significa en el día a día? Que, si un uso es especialmente intenso, el sistema puede cerrar procesos en segundo plano que no aportan nada en ese momento, bajar ligeramente el brillo o preferir 4G frente a 5G si eso te da más autonomía. Alguno de estos cambios es perceptible, pero la idea es que lo notes lo justo y ganes minutos valiosos cuando hace falta.

Visto así, renunciar a esas funciones por puro rechazo estético puede resultar una pena. Lo bueno es que, gracias a los ajustes de accesibilidad, no tienes que elegir: puedes quedarte con las mejoras y suavizar el cristal para que no te moleste.

Comparativa mental: ¿se parece al iOS “de siempre” tras los ajustes?

Con Reducir transparencia activado, el look pierde ese velo de vidrio y se vuelve más “mate”. Si sumas Aumentar contraste, los bordes se marcan y los paneles se separan con más intención. En el Centro de Control, por ejemplo, el cambio es clarísimo: los módulos dejan de dejar pasar el fondo y ganan definición.

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En la pantalla de inicio, las carpetas pasan de ser globos semitransparentes a contenedores opacos que hacen destacar mejor sus iconos. Con Texto en negrita, los títulos de apps y los menús del sistema quedan más contundentes, lo que ayuda si sueles leer rápido o a distancia.

¿Es igual que iOS 18? No. La base del nuevo lenguaje sigue ahí y hay espacios donde el sistema mantiene detalles propios de iOS 26. Pero, salvo que seas muy purista, el resultado se siente cercano a un iOS más plano, estable y cómodo para trabajar.

Guía exprés: combinación recomendada

Si buscas una receta rápida que funcione para la mayoría, esta suele dar muy buen resultado sin sacrificar claridad: Reducir transparencia activado, Aumentar contraste activado y Texto en negrita según tu gusto. Para quienes son sensibles a animaciones, añade Reducir movimiento. Obtendrás un iOS 26 más sobrio, legible y estable, con menos brillo “líquido”.

Para rematar, intenta que el fondo no compita con el contenido. Aunque con las transparencias reducidas el wallpaper influye menos, evitar fondos muy claros o con mucha textura ayuda a que los iconos y el texto destaquen todavía más, especialmente en la pantalla de inicio y el Centro de Control.

Quede claro: Apple ha apostado por Liquid Glass como seña de identidad de esta generación, pero no te deja vendido. Las herramientas de accesibilidad están ahí precisamente para que cada persona adapte la interfaz a su vista, sus rutinas y sus necesidades. Si lo configuras bien, puedes disfrutar de las novedades del sistema y, al mismo tiempo, librarte de los excesos del cristal.

Quienes ya han hecho el ajuste comentan que el iPhone se siente familiar otra vez y que la lectura mejora en cualquier contexto, de día y de noche. Si te daba pereza tocar ajustes, te llevará un minuto y la diferencia es evidente. No necesitas trucos raros, apps de terceros ni nada por el estilo —aunque hay guías para conseguir el aspecto Liquid Glass en Windows 11—: lo que buscas está en Ajustes, a un par de toques de distancia.

El panorama queda claro: Liquid Glass puede ser bonito, pero no tiene por qué imponerse si no te encaja. Entre Reducir transparencia y el resto de ajustes visuales, lograrás una interfaz más sólida, coherente y fácil de leer, a la vez que aprovechas el filtro anti-spam, las encuestas en Mensajes, la nueva Vista Previa, la cámara simplificada y esa gestión energética más inteligente que se adapta al uso. Ajusta cuatro cosas y tu iPhone volverá a sentirse a tu medida, sin renunciar a lo nuevo.

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