- Identifica fácilmente tus tarjetas gráficas y monitoriza su uso en Windows 11
- Soluciona problemas comunes si la GPU dedicada no aparece o no se utiliza
- Aprende a forzar el uso de la gráfica potente en juegos y programas
- Mantén tu sistema optimizado para obtener el mejor rendimiento gráfico posible
¿Alguna vez has sentido que tu ordenador con Windows 11 no está usando toda la potencia de tu tarjeta gráfica dedicada? Quizás notas que los juegos o programas no rinden como esperabas, o simplemente quieres asegurarte de que tu flamante GPU no está siendo reemplazada por la integrada para tareas exigentes. Descubrir cómo comprobar si tu equipo está utilizando la tarjeta gráfica dedicada (y no la integrada) en Windows 11 resulta esencial para exprimir todo el rendimiento, especialmente si trabajas con edición, juegas o realizas tareas de alto consumo gráfico.
En este extenso artículo te vas a encontrar toda la información práctica y necesaria para saber cómo comprobar y forzar el uso de la GPU dedicada, entender por qué el sistema a veces prioriza la integrada, aprender a resolver los fallos de detección y, sobre todo, descubrir todos los detalles que rodean a las tarjetas gráficas y su gestión en Windows 11. Vamos a desmenuzar la información de las mejores fuentes y completarla con trucos y recomendaciones frescas. Ponte cómodo que aquí tienes la guía definitiva.
¿Por qué es importante saber si usas la tarjeta gráfica dedicada?
Hoy en día, la mayoría de ordenadores modernos (portátiles y de sobremesa) suelen incorporar dos tipos de GPU: una integrada en el procesador (como las Intel UHD o Iris, o las AMD Radeon Graphics) y otra dedicada (por ejemplo, Nvidia GeForce RTX, GTX o AMD Radeon RX). La integrada consume menos energía y está pensada para tareas básicas, mientras que la dedicada aumenta muchísimo el rendimiento gráfico, necesaria para juegos, diseño, edición o cálculos complejos.
Sin embargo, Windows 11 puede decidir automáticamente cuándo usar una u otra dependiendo de lo que estés haciendo. Si tu sistema usa la integrada cuando esperas la potencia de la dedicada, tendrás menos rendimiento y la experiencia puede ser desastrosa. Por eso, saber qué GPU está en uso y cómo cambiarla puede marcar la diferencia.
Cómo identificar qué tarjeta gráfica tienes instalada
Antes de nada, es fundamental identificar qué GPU tienes en tu equipo (o si tienes ambas). Windows 11 ofrece varias herramientas y formas sencillas para hacerlo:
- Administrador de dispositivos: Haz clic en la barra de búsqueda, escribe “Administrador de dispositivos” y ábrelo. Despliega la sección Adaptadores de pantalla y verás los modelos de GPU instalados (integrada y/o dedicada).
- Configuración del sistema: Ve a Inicio > Configuración > Sistema > Pantalla > Pantalla avanzada. Allí verás la información de tu GPU activa, la resolución y la frecuencia de actualización.
- Información del sistema: Busca “Información del sistema” y, en Componentes > Pantalla, tienes el tipo, nombre y más detalles, incluso la memoria de la GPU.
- Administrador de tareas: Pulsa Ctrl + Shift + Esc o haz clic derecho en la barra de tareas y selecciona el Administrador de tareas. Ve a la pestaña Rendimiento y ahí está el uso de la GPU en tiempo real, su identificador y temperatura.
- Herramienta de diagnóstico de DirectX (dxdiag): Escribe “dxdiag” en el buscador de Windows, ejecútalo y ve a la pestaña Pantalla. Tendrás acceso a un resumen completo de los dispositivos gráficos y los controladores.
Estas vías funcionan tanto para GPUs internas como externas (eGPU). Si tienes un portátil con una solución gráfica externa, también aparecerán ambas tarjetas en los listados.
¿Cómo saber qué tarjeta gráfica está usando Windows 11 en cada momento?
Ahora que conoces los modelos instalados, llega lo importante: descubrir cuál emplea el sistema en cada aplicación o tarea. Existen diferentes métodos accesibles para verificarlo:
Desde el Administrador de tareas
- Abre el Administrador de tareas (Ctrl + Shift + Esc).
- Haz clic en Rendimiento.
- En el panel izquierdo, tendrás GPU 0, GPU 1, etc. Normalmente, la integrada suele ser GPU 0 y la dedicada GPU 1 (aunque esto puede cambiar según la configuración y fabricante).
- Si lanzas un juego o programa exigente y ves que el uso de la GPU 1 sube, significa que se está empleando la dedicada. Si sólo hay actividad en la GPU 0, probablemente la integrada sea la que trabaja.
Consejo rápido: Puedes activar la columna “GPU” en la pestaña Procesos para vigilar exactamente qué programas usan qué parte gráfica en directo.
Usando el Panel de control de NVIDIA o AMD Radeon
Tanto las gráficas NVIDIA como AMD cuentan con su propio panel de control muy útil:
- NVIDIA: Haz clic derecho en el escritorio, selecciona Panel de control de NVIDIA. Entra en Información del sistema para ver las GPUs, monitorizar el uso y, además, configurar el uso de la dedicada en juegos o programas concretos.
- AMD: Haz clic derecho en el escritorio y escoge Configuración de AMD Radeon. Puedes comprobar qué GPU está activa y ajustar preferencias de uso.
Configuración avanzada de pantalla
- Entra en Configuración > Sistema > Pantalla > Pantalla avanzada.
- Dentro de Información de la pantalla, Windows suele mostrar la GPU activa para ese monitor.
Estos métodos te permiten comprobar al instante (y mientras trabajas o juegas) qué GPU está haciendo el trabajo duro. Para casos más específicos, también puedes consultar la resolución máxima soportada por tu pantalla en Windows 11, para asegurarte de que la GPU está optimizada para tus monitores.
¿Por qué Windows 11 no usa siempre la gráfica dedicada?
Hasta aquí todo parece fácil, pero hay ocasiones en que Windows 11 fuerza el uso de la gráfica integrada incluso aunque tengas una dedicada mucho más potente. ¿Por qué?
Algunas razones habituales son:
- Ahorro de energía: Especialmente en portátiles, es común que el sistema priorice la integrada para ahorrar batería, ya que consume mucho menos.
- Configuración por defecto: Algunos programas o juegos pueden estar configurados para la integrada de forma predeterminada.
- Manejo del sistema operativo: Windows puede decidir automáticamente cuál usar en función del consumo, las necesidades y otros parámetros internos.
- Modo “Eco” o ahorro en programas de fabricante: Algunos equipos incluyen software propio (como Armory Crate en ASUS) que cambia la GPU activa según el perfil de energía seleccionado.
- Controladores desactualizados: Si la gráfica dedicada tiene drivers antiguos o con errores, puede no ser reconocida o no emplearse correctamente.
- Problemas de hardware o configuración en BIOS: Una BIOS mal configurada o un fallo físico pueden desactivar la GPU dedicada o hacer que no se detecte.
Es fundamental saber controlar y forzar el uso de la tarjeta gráfica que te interesa, dependiendo de la tarea que vayas a realizar.
¿Cómo forzar que Windows 11 use la gráfica dedicada?
Si observas que los juegos o ciertos programas no utilizan la GPU dedicada, puedes cambiarlo manualmente:
El método universal: Configuración de gráficos de Windows
- Abre Configuración y ve a Sistema > Pantalla > Gráficos (o busca directamente “configuración de gráficos” en la barra de búsqueda).
- Selecciona el programa/juego que quieras ajustar. Si no aparece, pulsa en Examinar y busca el ejecutable (.exe) correspondiente.
- Haz clic en el programa, pulsa en Opciones y elige Alto rendimiento, que suele asociarse con la GPU dedicada.
- Guarda los cambios y listo. La próxima vez que inicies ese software, funcionará sobre la gráfica potente.
Usa el panel de control específico
En el caso de tarjetas NVIDIA:
- Haz clic derecho en el escritorio y entra en Panel de control de NVIDIA.
- Ve a Configuración 3D > Controlar la configuración 3D.
- En Configuración global, puedes elegir entre Selección automática, Procesador NVIDIA de alto rendimiento (dedicada) o gráficos integrados.
- En Configuración de programa, selecciona la aplicación deseada y asigna la GPU manualmente.
Para gráficas AMD Radeon, el proceso es muy similar en Configuración de AMD Radeon.
Solucionar problemas: ¿Por qué no aparece la gráfica dedicada o no la detecta Windows 11?
En ocasiones, la GPU dedicada ni siquiera aparece en el sistema, lo que puede provocar todo tipo de dolores de cabeza. Veamos las causas más frecuentes y cómo solucionarlas paso a paso:
1. Revisa las conexiones físicas
- En equipos de sobremesa: Verifica que la tarjeta esté bien insertada en el slot PCIe y los cables de alimentación se encuentren correctamente conectados.
- Si el monitor está conectado a la placa base y no a la gráfica dedicada, aunque la tengas instalada, jamás la usarás. Conecta el monitor directamente a la GPU dedicada.
- Comprueba que los cables no estén dañados y que la fuente de alimentación tenga la potencia recomendada por el fabricante de la GPU.
2. Asegúrate de que la GPU está habilitada en el Administrador de dispositivos
- Abre el Administrador de dispositivos y expande Adaptadores de pantalla.
- Si ves la gráfica dedicada pero aparece deshabilitada (con un icono de flecha o advertencia), haz clic derecho y selecciona Habilitar dispositivo.
- Después, reinicia.
3. Actualiza, reinstala o recupera los controladores de la GPU
- Instala los drivers más recientes desde la web oficial de NVIDIA, AMD o Intel.
- En Administrador de dispositivos, haz clic derecho sobre la GPU y selecciona Actualizar controlador. Elige que Windows busque automáticamente la mejor versión.
- Si nada funciona, desinstala el controlador y vuelve a instalarlo manualmente bajándolo de la web del fabricante.
- Puedes usar herramientas como Display Driver Uninstaller (DDU) para realizar una desinstalación limpia.
- En ocasiones, reinstalar una versión anterior del controlador resuelve incompatibilidades tras una actualización fallida.
4. Restablece la configuración de la BIOS
- Reinicia el equipo y entra en la BIOS/UEFI presionando Supr, F2 o la tecla indicada por el fabricante al arrancar el equipo.
- Busca la opción para restablecer los valores predeterminados (normalmente “Load Setup Defaults” o “Optimized Defaults”).
- Guarda los cambios, sal y reinicia.
Ojo, si has tocado recientemente opciones avanzadas o realizado overclock, esto te devolverá a la configuración original. Si tienes dudas, consulta la web de tu placa base o manual.
5. Actualiza la BIOS/UEFI
- Si la placa base es antigua y la GPU es más moderna, puede que la BIOS no la reconozca. Visita la web del fabricante de la placa, busca el modelo exacto y descarga la última versión de BIOS. Sigue cuidadosamente las instrucciones de actualización (puede hacerse desde Windows en algunos casos o desde un pendrive en el menú de la placa).
- Una vez actualizada, revisa si la gráfica ya es visible en el sistema.
6. Comprueba la fuente de alimentación (PSU)
- Un suministro insuficiente de energía puede impedir el funcionamiento de la GPU dedicada. Consulta el manual de la gráfica para conocer el consumo recomendado y asegúrate de que tu fuente de alimentación lo cumple.
- Reemplaza la fuente si no es suficiente o está dando síntomas de fallo.
7. Soluciona problemas físicos con la tarjeta gráfica
- Abre tu torre (si es un PC de sobremesa), limpia el polvo acumulado, revisa que la tarjeta esté correctamente conectada al slot PCIe y que no haya pines doblados, condensadores hinchados o daños visibles.
- Si tienes otra ranura PCIe disponible, prueba a cambiar la tarjeta de sitio.
- Si es posible, prueba la gráfica en otro PC para descartar un defecto de la tarjeta o de la placa base.
8. Soluciones extra
- Cierra programas en segundo plano que puedan estar interfiriendo en la detección de la GPU (sobre todo software de gestión de pantalla o monitores virtuales).
- Si tras una actualización de Windows deja de detectarse la tarjeta, prueba a restaurar el sistema a un punto anterior o deshacer la actualización.
- En equipos ASUS, revisa la app Armory Crate. Si tienes activado el modo Eco, puede ocultarse la gráfica dedicada. Cambia a modo Estándar.
Cómo desactivar la tarjeta gráfica integrada y forzar siempre la dedicada
Para usuarios avanzados que quieren que absolutamente todo pase por la dedicada, existen varios métodos. Hay que tener en cuenta que esto aumentará el consumo y reducirá la batería en portátiles:
1. Desde los paneles de control de NVIDIA/AMD
- Sigue el proceso explicado arriba y establece como predeterminada la dedicada en la configuración global.
- En “Configuración de programa” puedes ajustar individualmente cada aplicación.
2. Ajustes en BIOS/UEFI (solo en sobremesa y algunos portátiles avanzados)
- En la BIOS/UEFI, busca la opción Primary Display Adapter o similar y selecciona la dedicada (PCIe o PEG).
- Guarda y reinicia. El sistema arrancará usando solo la dedicada.
- Si desactivas por completo la integrada, en portátiles puedes perder la salida de vídeo en pantalla si la dedicada falla o no está correctamente instalada.
Glosario básico de términos sobre GPU y tarjeta gráfica
- GPU (Unidad de Procesamiento Gráfico): El “cerebro” de la tarjeta gráfica, responsable de procesar todos los cálculos visuales.
- VRAM: Memoria dedicada a almacenar texturas, modelos, buffers, etc. Cuanta más VRAM, mejor para juegos o tareas complejas.
- Clock (velocidad de reloj): Indica la frecuencia a la que trabaja la GPU; cuanto mayor, más rápida es la ejecución de las tareas.
- FPS: Imágenes por segundo; mide la fluidez en juegos y vídeos.
- GDDR: Tipo de memoria especializada para gráficos (por ejemplo, GDDR5, GDDR6).
- PCIe: Interfaz física de conexión entre la GPU y la placa base.
- TDP: Potencia máxima que puede consumir y “calentar” la GPU bajo carga.
Redactor apasionado del mundo de los bytes y la tecnología en general. Me encanta compartir mis conocimientos a través de la escritura, y eso es lo que haré en este blog, mostrarte todo lo más interesante sobre gadgets, software, hardware, tendencias tecnológicas, y más. Mi objetivo es ayudarte a navegar por el mundo digital de forma sencilla y entretenida.