Qué hacer con aparatos eléctricos durante tormentas eléctricas: guía práctica y protección total

Última actualización: 11/11/2025
Autor: Isaac
  • Desconecta equipos sensibles y el cable de antena; usa protectores de sobretensión y SAI.
  • Refúgiate con criterio: en casa lejos de instalaciones y agua; en coche puertas y ventanas cerradas.
  • Protege líneas eléctrica, telefónica, antena y datos; considera pararrayos y buena toma de tierra.

Precauciones con aparatos eléctricos en tormentas

Cuando se aproxima una tormenta con aparato eléctrico, lo más sensato es ponerse en modo prevención. Los rayos generan picos de tensión muy bruscos que pueden colarse por la instalación y acabar en tus equipos, y ahí es donde llegan los disgustos. En casa, en el trabajo o al volante, tomar decisiones a tiempo, como desconectar a tiempo, reduce muchísimo el riesgo de que una descarga acabe quemando la tele, el ordenador o el router. En este tema, más vale siempre prevenir que lamentar, porque las subidas de tensión por rayos pueden provocar desde pequeños fallos hasta la pérdida total de los dispositivos. Y, por supuesto, conviene mantener la cabeza fría y actuar con criterio, ya que mantener la calma durante el episodio eléctrico ayuda a no cometer errores.

Aunque muchas viviendas cuentan con sistemas de protección, no hay blindaje absoluto: incluso con pararrayos externo y protecciones generales, las sobretensiones transitorias pueden viajar por las líneas eléctricas, de teléfono o de antena de televisión. Un rayo buscará siempre el camino más directo hacia tierra y, si encuentra un equipo conectado, lo usará de autopista. Por eso, desconectar a tiempo y aplicar unas cuantas medidas sencillas marca la diferencia entre pasar la tormenta sin novedad o enfrentarse a daños costosos. Además, en determinados episodios de mal tiempo, las autoridades activan avisos que conviene seguir muy de cerca para extremar las precauciones. Recientemente, por ejemplo, la AEMET llegó a declarar nivel rojo por lluvias torrenciales en varias zonas del noreste peninsular, un buen recordatorio de que estas situaciones exigen atención y autoprotección.

Por qué las tormentas ponen en jaque a tus aparatos

Un rayo es un fenómeno extremadamente potente que genera un incremento súbito de voltaje en las redes cercanas. Ese pico, conocido como sobretensión transitoria, puede entrar por la acometida eléctrica, por el cableado de comunicaciones o por elementos expuestos en el tejado, como la antena. Incluso cuando el impacto es lejano, el campo electromagnético inducido puede alterar las líneas y originar impulsos de tensión capaces de dañar electrónica sensible. Para más detalles sobre ruido e interferencias en cables consulta diagnóstico de interferencias en cables. De ahí que un hogar con cada vez más equipos interconectados se convierta en un entorno vulnerable si no se toman medidas. En pocas palabras: las tormentas disparan el riesgo de que una perturbación alcance tus dispositivos y los deje fuera de juego.

Conviene tener presente que disponer de un sistema externo de protección contra el rayo no elimina por completo el riesgo para los equipos. El pararrayos deriva la descarga hacia la toma de tierra de manera controlada, pero en el proceso se generan efectos secundarios que pueden acoplarse en la instalación. Si el edificio no cuenta con sistema externo, la situación es peor: la corriente del rayo tratará de llegar a tierra por los recorridos más directos, que pueden incluir, literalmente, los circuitos de tus aparatos. Por eso, además de la protección estructural, hacen falta soluciones internas y hábitos de uso prudentes que refuercen la seguridad frente a sobretensiones y descargas.

¿Qué dispositivos sufren más? Los más sensibles son los electrónicos: televisiones, ordenadores de sobremesa y portátiles, periféricos como impresoras o NAS, equipos de comunicaciones, domótica y alarmas (incluidos equipos PoE en redes). Pero la lista sigue: electrodomésticos de gran tamaño como frigoríficos, lavadoras, lavavajillas o sistemas de calefacción también pueden resentirse cuando llega un pico de energía. Se han visto daños que van desde pequeños deterioros en componentes hasta destrucción total, pasando por interrupciones del servicio justo en el peor momento. En términos de coste, además de la reparación o sustitución de equipos, puede haber daños estructurales, incendios y hasta gastos asociados a desescombros o alojamientos temporales, lo que explica la preocupación de las aseguradoras y la necesidad de proteger el parque doméstico.

Este panorama se refleja en los partes de siniestros: en mercados con estadísticas detalladas, el coste medio por reclamación por caída de rayo ha llegado a crecer en los últimos años. Y no solo hablamos de equipos aislados: en hogares donde muchos dispositivos están interconectados, una sobretensión que entra por una vía puede propagarse por la red doméstica y multiplicar los daños. Por todo ello, es fundamental combinar buenas prácticas, dispositivos de protección específicos y sentido común para minimizar las consecuencias de las tormentas eléctricas en entornos residenciales.

Protección de equipos durante tormentas

Medidas preventivas esenciales en el hogar

Lo primero, y más efectivo, es desconectar. Cuando la tormenta esté cerca, desenchufa televisores, ordenadores, routers y electrodomésticos que no sean imprescindibles. No te limites a apagar regletas, porque una subida de tensión intensa puede atravesarlas; para reducir riesgos consulta cómo evitar incendios por el uso de regletas eléctricas. Lo seguro es retirar el enchufe de la toma. En el caso de las televisiones, hay un punto crítico que a menudo se pasa por alto: el cable de antena. Aunque la TV esté sin corriente, si el coaxial sigue conectado puede actuar de vía de entrada para una descarga. Desconectar el cable de antena durante el episodio es un gesto sencillo que puede salvar el aparato y evitar que la subida se transmita a equipos asociados, como decodificadores o sistemas de audio. Esta medida, unida a retirar el cableado de red de los equipos más sensibles, reduce de un plumazo la probabilidad de daños por sobretensión.

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Hay más pautas que conviene incorporar. Si la tormenta trae rayos y truenos, cierra puertas y ventanas para evitar corrientes de aire que favorezcan la entrada de descargas. Mantente alejado de instalaciones eléctricas, evita usar el teléfono fijo y, si estabas en la ducha o la bañera, sal de inmediato. Apaga las chimeneas y, en general, fuegos abiertos, ya que el calor y el vapor no son buenos compañeros cuando hay electricidad en el ambiente. En viviendas con pararrayos, es importante revisarlo periódicamente y comprobar que la puesta a tierra está en buen estado. Y no está de más tener linternas o sistemas de iluminación autónomos a mano por si se produce un corte de suministro prolongado. Estas rutinas conforman una primera línea de defensa que, aplicada a tiempo, marca diferencias y aporta mucha tranquilidad en casa.

Cuando el temporal arrecia, hay dos recomendaciones adicionales que conviene recordar: no acercarse a ventanas y no ducharse durante el episodio eléctrico. Por obvias que parezcan, se olvidan con facilidad. Si la instalación lo permite y vives en zona de tormentas frecuentes, valora el uso de un sistema de alimentación ininterrumpida para equipos sensibles. Un SAI puede filtrar picos menores y, sobre todo, proporcionar tiempo para apagados ordenados que eviten pérdidas de datos en ordenadores o NAS; para restaurar sistemas consulta cómo arrancar automáticamente un PC. Aun así, ante un rayo cercano lo más prudente sigue siendo desconectar por completo.

Un apunte sobre el entorno físico: en ciudad, la propia masa de los edificios aporta cierta protección frente al impacto directo, aunque no anula el riesgo de sobretensiones. En el campo, si no hay refugio, evita cumbres y puntos prominentes. Busca zonas relativamente bajas, sin exponerte en el fondo de valles muy profundos, y prioriza laderas suaves donde no seas el punto más elevado. Nunca te refugies bajo un árbol; la madera mojada conduce y multiplica el peligro. Mantente lejos de verjas, alambradas, torres metálicas, postes o vías de tren, y aléjate de masas de agua. El objetivo es que la descarga encuentre otros caminos hacia tierra y no te tenga a ti ni a tu vivienda como itinerario preferente.

Otra recomendación útil es organizar el uso de la red telefónica. En situaciones de emergencia, se pide evitar llamadas que no sean esenciales para que no se saturen las comunicaciones, manteniendo libres las líneas. Si necesitas información general, en muchas comunidades existe un teléfono de atención no urgente; en algunos territorios la información se centraliza, por ejemplo, en el 012, mientras que para emergencias la referencia es el 112. Adopta esta práctica y reserva las comunicaciones para lo importante, ya que priorizar la gestión de incidencias puede facilitar la respuesta de los servicios que velan por la seguridad ciudadana.

Desconectar antena y equipos electrónicos

Qué hacer si la tormenta te pilla fuera o conduciendo

Si la tormenta te sorprende en el coche, quédate dentro, cierra bien puertas y ventanas y evita tocar piezas metálicas. Apaga la radio y espera a que amaine. Si el vehículo no está en un cauce de agua, puedes parar el motor y permanecer en el interior hasta que pase lo peor. El habitáculo actúa, en la práctica, como una jaula que te protege de las descargas. Si llueve con intensidad, ten muy presentes los riesgos de inundación y no intentes cruzar zonas anegadas. Mantén la calma, extrema la prudencia y piensa que tu prioridad es, ante todo, proteger la vida y no evaluar daños ni intentar maniobras complicadas en pleno episodio eléctrico.

En exterior, evita convertirte en un pararrayos humano. Aléjate de alambradas, verjas, postes de luz y cualquier estructura metálica. No te sitúes en la parte alta de una loma, y mucho menos bajo un árbol. Si no encuentras un lugar seguro, adopta la postura de seguridad: agáchate con los pies juntos, rodillas flexionadas y la cabeza protegida por los brazos, tocando el suelo solo con la punta de los pies. No te sientes ni te tumbes, y evita superficies mojadas. Jamás eches a correr bajo el aparato eléctrico, y si llevas encima objetos metálicos o herramientas, déjalos a un lado. Esta pauta reduce la exposición y disminuye la probabilidad de que una descarga te alcance de forma directa o por conducción a través del suelo.

En actividades deportivas u ocio al aire libre, planifica con la previsión del tiempo en la mano. Si se esperan tormentas, reprograma o busca alternativas. Quita de en medio materiales metálicos como piolets o bastones, y evita objetos que hagan efecto punta, como cañas de pescar. Las tiendas de campaña no son un refugio seguro frente a rayos, así que si estás acampado y empieza el aparato eléctrico, busca un lugar más adecuado. Si estás en piscinas, ríos o en la playa, sal del agua y sécate cuanto antes. Evita montar en bicicleta o motocicleta durante el episodio. Como regla de oro, espera media hora desde el último trueno antes de retomar actividades a cielo abierto. Y, en todo momento, sigue la información de medios oficiales y avisos municipales para tomar decisiones seguras.

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En poblaciones concretas, los ayuntamientos suelen difundir comunicados a través de sus webs, bandos y radios locales. Es buena práctica tener a mano referencias de interés público. Por ejemplo, se recomienda acudir a los canales municipales y emisoras de la zona para actualizaciones, y, por supuesto, ante una emergencia llamar al 112. Para cuestiones de tráfico, el 011 de la DGT es el acceso a información actualizada. Y recuerda: no te acerques a evaluar daños causados por un rayo hasta que todo termine y los servicios competentes lo indiquen, ya que puede haber estructuras inestables o elementos con tensión residual que supongan un peligro añadido.

Para quien resida en municipios donde se difunden teléfonos de interés, conviene conocerlos. A modo de recordatorio útil, y sin sustituir a los canales oficiales, estos son números típicos que aparecen en listados locales: emergencias 112, bomberos 080, urgencias médicas 112, atención DGT 011, policía local y guardia civil según el municipio, y el teléfono del ayuntamiento para comunicados no urgentes. Mantener este repertorio a mano ayuda a canalizar cada necesidad por la vía adecuada y evitar saturaciones innecesarias en momentos de alta demanda de servicios.

Soluciones técnicas para proteger instalaciones y equipos

Además de los hábitos de uso, existe equipamiento específico que mitiga el impacto de las sobretensiones. En el cuadro eléctrico, los kits combinados que protegen frente a sobretensiones permanentes y transitorias son una pieza clave. Estos sistemas vigilan la tensión de la red y, si detectan un incremento sostenido por encima de lo admisible, actúan disparando una bobina de emisión que abre el interruptor general automático, salvando a todo lo que hay aguas abajo. Suelen incorporar indicadores luminosos verde y rojo para confirmar de un vistazo si la tensión es correcta o si hay una condición de sobretensión, además de un botón de prueba para verificar la instalación. Frente a impulsos de rayo o picos transitorios, derivan la energía a tierra en milisegundos, reduciendo la tensión que llega a los equipos a niveles no perjudiciales y ayudando a evitar errores como la pantalla azul Kernel-Power 41. Los modelos de calidad cuentan con dispositivos que se desconectan automáticamente si se degradan y con avisadores para recordar su reemplazo cuando hayan cumplido su misión.

Para las líneas de telecomunicaciones, existen protectores específicos. Las líneas telefónicas analógicas y ADSL pueden protegerse con módulos diseñados para ello, que incluyen protección en modo común y diferencial, baja tensión residual y gran rapidez de respuesta. Este tipo de protectores evacúan la descarga en un elemento encapsulado, sin fogonazos, y ofrecen conexiones robustas que soportan mejor las corrientes de impulso que los conectores habituales. De esta forma se evita que una sobretensión que viaje por el par telefónico alcance los equipos conectados, como teléfonos, routers o centralitas, reduciendo la incidencia de fallos y mejorando la resiliencia de la red doméstica.

La antena de televisión, por su exposición en cubierta, es uno de los puntos más vulnerables. Para esa vía, hay protectores de señal diseñados para distintas frecuencias y conectores que introducen pérdidas imperceptibles y no afectan a la calidad de la señal, ni siquiera en frecuencias altas. Estos dispositivos derivan a tierra las sobretensiones conducidas o inducidas, evitando que lleguen a televisores, sintonizadores, decodificadores o equipos de cine en casa. Compactos y de respuesta muy rápida, su instalación es una medida muy efectiva que complementa el gesto manual de desconectar el coaxial ante tormenta. Al usar un protector en la línea de antena, se añade una capa continua de seguridad que reduce la probabilidad de que una descarga cercana se traduzca en una avería de alto coste en la TV.

En redes de datos, también hay soluciones. Los protectores con conectores RJ45 de entrada y salida para cada equipo de la red están concebidos para evitar fallos en las transferencias y, sobre todo, para que las corrientes transitorias no alcancen las delicadas entradas de las tarjetas de red. Un buen protector de este tipo puede soportar corrientes de impulso elevadas por par y está pensado para proteger equipos individualmente cuando quieras blindar, por ejemplo, un ordenador de sobremesa o un switch concreto. Todo ello coordinado con los elementos del cuadro y con una toma de tierra en condiciones. En el conjunto, este enfoque por capas reduce muchísimo la superficie de ataque de las sobretensiones que nacen durante una tormenta y permite mantener la infraestructura doméstica más segura y operativa.

Para la protección estructural, la instalación de un sistema externo contra el rayo es la medida de referencia en edificios expuestos. Los pararrayos con dispositivo de cebado, que anticipan la captura del rayo dentro de su zona de protección y lo conducen a tierra de forma controlada, suponen una mejora notable cuando el riesgo es alto. Los modelos avanzados, que incluso verifican su estado de manera periódica, ofrecen garantías adicionales de funcionamiento. Bien combinados con una puesta a tierra adecuada y con protectores internos de sobretensión, reducen el impacto a todos los niveles: equipos, estructura y, por extensión, el coste asociado a posibles siniestros. En algunos países europeos, estos sistemas incluso se tienen en cuenta en primas de seguro, ya que contribuyen a minimizar los daños.

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Otras buenas prácticas: cables, humedad, generadores y seguros

Más allá de desconectar y proteger, hay detalles prácticos que conviene cuidar. Si usas dispositivos en el exterior o cerca de zonas húmedas durante mal tiempo, protégelos con fundas impermeables y evita a toda costa que se mojen. Los cables expuestos a la intemperie o a ambientes muy húmedos deben ser específicos, con aislamiento adecuado y conexiones bien resguardadas. En zonas propensas a inundaciones, eleva los equipos por encima del nivel del suelo: estanterías, soportes o baldas altas que impidan que un reflujo de agua termine afectando fuentes de alimentación y placas. Son medidas sencillas que cortan de raíz muchos de los problemas típicos asociados a clima adverso.

Si recurres a un generador portátil durante un corte de luz, úsalo con cabeza: colócalo siempre en un lugar muy bien ventilado y alejado de puertas y ventanas de la vivienda para evitar acumulación de gases. Emplea alargadores robustos y, si hay lluvia, protégelo de la intemperie conforme a las indicaciones del fabricante. No lo conectes de forma directa a la instalación sin un conmutador y sin la intervención de un profesional; un retorno de tensión a la red es peligrosísimo. Y recuerda que el objetivo es proporcionar energía temporal y segura a equipos esenciales, no mantener todos los aparatos como si nada pasara. Esta prudencia evita accidentes y averías en un momento de vulnerabilidad del sistema.

La parte digital también cuenta. Mantener el firmware y el software de tus equipos al día aporta parches y mejoras de seguridad que, sin evitar una descarga, sí ayudan a que los sistemas se comporten mejor ante fallos y cortes, reduciendo pérdidas de datos o comportamientos inesperados. Además, considera seriamente un seguro que cubra daños eléctricos en aparatos, especialmente si tu vivienda está en zona muy expuesta. Las pólizas de hogar contemplan estas contingencias y pueden aliviar el golpe económico en caso de que una sobretensión acabe causando daños irreparables, tanto en dispositivos como en elementos de la instalación interior.

Respecto a la información y los avisos, presta especial atención a las predicciones oficiales y al estado de las carreteras cuando se anuncian tormentas. Los ayuntamientos informan por sus webs, redes y radios locales; sigue esas vías y respeta las indicaciones de Protección Civil, fuerzas y cuerpos de seguridad. Evita llamadas superfluas para no saturar líneas y reserva el 112 para emergencias reales. Para consultas generales, muchas administraciones disponen de un número de información, y en tráfico el 011 ofrece datos actualizados. Es un buen hábito tener a mano el listado municipal de teléfonos de interés, con servicios como policía local, guardia civil o bomberos de la zona, por si necesitas asistencia específica durante un episodio de lluvias y aparato eléctrico.

Un último recordatorio, que a veces pasa desapercibido: si la tormenta arrecia, no intentes evaluar los daños durante el episodio. Espera a que remita por completo, deja que los técnicos revisen antenas, cubiertas y elementos eléctricos, y prioriza tu seguridad. Y sí, aunque no afecte directamente a la protección, verás que muchas webs institucionales y de empresas informan del uso de cookies para mejorar la experiencia del usuario; cuando consultes recomendaciones en línea, acepta o configura esas opciones y céntrate en extraer la información más relevante para tu autoprotección sin perder tiempo en trámites secundarios.

Proteger aparatos y personas durante una tormenta eléctrica es cuestión de combinar sentido común, acciones inmediatas y soluciones técnicas. Desenchufar a tiempo, retirar el cable de antena, alejarse de puntos peligrosos, refugiarse correctamente y usar protectores de sobretensión en red eléctrica, telefónica, antena y datos forman un escudo muy eficaz. Si a eso sumas pararrayos y toma de tierra en buen estado, un SAI para equipos sensibles, hábitos prudentes con generadores, elevación de equipos en zonas inundables, software actualizado y un seguro que cubra daños eléctricos, tendrás cubierto prácticamente todo el abanico de riesgos. Conocer los teléfonos clave, seguir los avisos oficiales y evitar sobrecargar líneas completa el plan. Con estas medidas, una tormenta pasa de ser una amenaza para tu casa a un episodio que puedes gestionar con seguridad y con la máxima tranquilidad posible.

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