- Comet integra IA nativa para automatizar tareas y reducir clics, mientras Chrome prioriza estabilidad y extensiones.
- Las pruebas citadas apuntan a mayor consumo de RAM en Comet al usar la IA; Chrome también eleva memoria con muchas pestañas.
- Informes públicos alertan de riesgos como CometJacking; Perplexity refuerza privacidad local con envío mínimo de contexto.
- Para trabajo sensible, conviene combinar Comet con un navegador tradicional y permisos granulares.
¿Tiene sentido dejar Chrome y Safari para subirse al tren de Comet? La conversación no es trivial: se cruzan velocidad, consumo, extensiones, privacidad y ahora, además, la irrupción de agentes de IA que actúan por nosotros. Si buscas una visión sin florituras, aquí va una comparativa integral basada en pruebas, informes de seguridad y experiencias reales.
En los últimos meses Comet, el navegador de Perplexity, ha pasado de promesa a protagonista. Su enfoque “AI‑first” propone que el navegador deje de ser una puerta a la web y se convierta en un asistente operativo capaz de leer, resumir y ejecutar acciones en tu nombre. La pregunta que todos se hacen es si ese salto compensa frente al ecosistema asentado de Chrome y la eficiencia y privacidad que muchos asocian a Safari.
Qué es Comet y qué lo hace distinto
Comet se construye sobre Chromium, lo que garantiza compatibilidad con sitios y extensiones, pero su diferencia está en el núcleo: la IA está integrada de forma nativa en el navegador y no como un simple añadido. Esto habilita búsquedas conversacionales, resúmenes contextuales y una orquestación de tareas que va más allá de autocompletar.
La pieza clave es el Comet Assistant, un panel lateral que “ve” lo que estás viendo y entiende el contexto de varias pestañas a la vez. Puede leer una noticia, contrastarla, abrir comparativas y hasta iniciar flujos de compra con un solo prompt, algo que convierte a Comet en un copiloto permanente más que en un lanzador de páginas.
Su barra de direcciones no devuelve solo enlaces: responde con texto directo citando fuentes, al estilo Perplexity, lo cual recorta pasos en investigaciones y consultas rápidas. El resultado es una sensación de navegación guiada en la que la IA actúa sin requerir extensiones específicas.
Ventajas principales de Comet
- IA nativa y contextual: el asistente entiende la página actual y el resto de pestañas abiertas, permitiendo resúmenes fiables con fuentes, comparativas inmediatas y respuestas en lenguaje natural sin saltar entre apps.
- Automatización de tareas: desde reservar un vuelo y rellenar formularios hasta responder correos o crear eventos, Comet ejecuta flujos completos con una instrucción, reduciendo clics y el caos de pestañas.
- Experiencia conversacional: escribes o dictas lo que quieres, y el navegador “hace”. Ya no es “abre Google y busca”, sino “consigue X resultado” con menos fricción y más guía paso a paso.
- Compatibilidad familiar: al ser Chromium, mantiene marcadores, configuraciones y extensiones de Chrome, por lo que el salto técnico es suave para quien ya vive en ese ecosistema.
- Fuentes y verificación: Comet aporta respuestas con citas y páginas de referencia integradas, un plus para quienes valoran la trazabilidad de la información durante la navegación diaria.
- Modos de privacidad avanzados: existen opciones de funcionamiento estricto en las que los datos sensibles se quedan locales, lo que ayuda si priorizas control y minimización del envío de contexto.
Lo que no convence (de momento)
Dominar la herramienta requiere un mínimo de rodaje con prompts y agentes; para parte del público, esa curva inicial es un freno. Aun así, quienes insisten unos días suelen notar que la IA reduce pasos repetitivos con rapidez.
La integración profunda de IA consume recursos. Sin usar funciones inteligentes, Comet se mueve como Chrome, pero cuando el asistente entra en juego, el uso de memoria y CPU sube. En workflows largos o complejos, algunos usuarios han reportado sensación de lentitud por la ejecución paso a paso.
Otro punto delicado es la confianza: para ser realmente útil, Comet pide permisos que dan vértigo (correo, calendario o apps de trabajo). Aunque hay modos estrictos y control granular, la idea de un agente con acceso amplio genera dudas razonables entre perfiles muy sensibles a la privacidad.
Finalmente, su disponibilidad ha ido variando: primero invitaciones, luego planes de pago y más tarde apertura. Fuentes recientes señalan que desde octubre de 2025 el navegador es gratuito para todos, mientras que antes se vinculaba a suscripciones premium como Perplexity Max para obtener funciones de nivel alto.
Comet vs Chrome y Safari: filosofía, extensiones y estabilidad
Chrome sigue siendo el rey por compatibilidad, ecosistema de extensiones y un modelo de seguridad consolidado con años de batalla. Su aproximación a la IA (Gemini) se integra, pero el navegador no gira alrededor de ella, y eso lo hace predecible, estable y familiar para millones, y en comparaciones con otros navegadores como Samsung Internet se aprecia su fortaleza.
Comet es lo contrario: todo pasa por la IA. La barra de búsqueda se convierte en una conversación, el panel lateral te guía y automatiza, y muchos pasos se eliminan. Este “navegador‑asistente” brilla en investigación, compras y tareas que mezclan varias webs y servicios.
¿Y Safari? En el mundo Apple, su integración con macOS e iOS, la eficiencia energética y el foco en privacidad son sus grandes bazas. Es menos flexible en extensiones que Chrome/Comet, pero a cambio ofrece una experiencia muy pulida en equipos de la manzana, con estabilidad sobresaliente y buen rendimiento sostenido.
| Característica | Comet | Chrome | Safari |
|---|---|---|---|
| Enfoque | AI‑first, asistente autónomo | Navegación clásica con IA añadida | Integración profunda con Apple, privacidad |
| Extensiones | Compatibles con Chrome Web Store | Ecosistema masivo nativo | Catálogo más acotado |
| Estabilidad | Buena, con margen al automatizar | Muy madura y probada | Excelente en macOS/iOS |
| Privacidad | Modos estrictos y datos locales | Telemetría amplia para anuncios | Controles sólidos por defecto |
| Productividad | Alta por flujos automáticos | Alta por extensiones y rapidez | Alta si vives en el ecosistema Apple |
Rendimiento y consumo de RAM (con cifras de pruebas públicas)
Las pruebas sintetizadas señalan que, con 5 pestañas (YouTube, Gmail, ChatGPT, Wikipedia y Amazon) sin uso activo, Chrome consume en torno a 850 MB. Cuando pasas de 30 pestañas, la media supera 2,5 GB debido a su arquitectura multiproceso, que aporta estabilidad a cambio de penalizar memoria.
En Comet, sin activar IA, el registro es similar a Chrome: entre 700 y 900 MB con esas 5 pestañas. En cuanto le pides trabajo al asistente, el uso
sube por encima de 2 GB por el procesamiento contextual e indexación que requiere. Por eso se recomienda equipos con 12–16 GB de RAM si vas a automatizar con frecuencia.
Como referencia adicional de eficiencia, se aportaron datos de Firefox: con 5 pestañas ronda 370 MB, y hay que abrir unas 40 para pasar de 1 GB. Aun no siendo objeto central de esta comparativa, sirve de recordatorio de que la arquitectura del navegador pesa mucho en el consumo real.
Si usas un portátil antiguo o con poca memoria, Comet funcionará, pero el “modo agente” puede tensionar recursos. En equipos modernos, el salto en productividad compensa; si vas justo de RAM, prioriza usos de IA puntuales y cierra pestañas pesadas.
Casos de uso reales: qué tareas resuelve de verdad
En compras, Comet puede filtrar por precio y especificaciones y darte una comparativa con enlaces a tienda en lugar de 20 pestañas abiertas. Pedidos como “encuéntrame los mejores auriculares inalámbricos por menos de 100 euros” o “mete en el carrito lo necesario para empezar en pádel” se traducen en acciones concretas con pestañas abiertas por el propio asistente.
En viajes, una orden del tipo “resérvame un vuelo de Barcelona a Nueva York el 15 de noviembre” activa un flujo en el que el agente visita webs de aerolíneas, rellena formularios y te deja en la pantalla de confirmación. El navegador muestra paso a paso lo que hace para que puedas parar o corregir si algo no encaja.
En productividad, los prompts de investigación brillan: “Resume los 3 artículos que tengo abiertos sobre IA” o “compara las especificaciones de estos dos productos” operan cruzando pestañas sin que tengas que copiar y pegar. Si le concedes permiso, puede leer correos, resumirlos y proponer respuestas, crear eventos en tu calendario o interactuar con Slack.
También se documentan usos más cotidianos: pedirle que identifique la canción de un vídeo de YouTube, abrir enlaces relacionados, “búscame una oferta mejor” o revisar si un artículo de un medio concreto está bien contrastado. La sensación es de copiloto que hace por ti lo que antes ibas encadenando a mano.
Para estudiantes, investigadores y marketers, la búsqueda conversacional con citas y los resúmenes con fuentes ahorran horas. Y para quien compara mucho antes de comprar, la combinación de tabla + enlaces listos para pagar reduce el clásico “abrir 15 pestañas y perderse” y facilita decidir con criterio sin tropezar en bucles.
Seguridad y privacidad: avances, parches y riesgos reales
La cara B de un agente potente es la superficie de ataque. Investigaciones públicas han señalado vulnerabilidades específicas, incluidas variantes de ataques browser-in-the-middle. Una de ellas, apodada “CometJacking” por LayerX, describe cómo una URL armada sin contenido malicioso visible puede secuestrar al asistente para extraer datos expuestos en otras pestañas y exfiltrarlos.
Brave reportó escenarios de “prompt injection” indirecta: el atacante inserta instrucciones en el contenido de una página; si pides un resumen, el asistente podría obedecer comandos ocultos, por ejemplo, para enviar información a un servidor externo. En pruebas de SquareX, se habló de ataques OAuth que habrían facilitado acceso total a Gmail y Drive de la víctima, con exfiltración de documentos.
En otro caso de uso realista, mientras el agente asistía al usuario en su bandeja de entrada, se describió la distribución de un enlace malicioso vía invitación de calendario. Estas demostraciones han encendido todas las alarmas porque muestran cómo un agente con privilegios de usuario, si es manipulado, puede ejecutar acciones sensibles.
Perplexity sostiene, por su parte, que Comet es más privado que Chrome en su filosofía base: los datos de navegación (actividad, cookies, pestañas y permisos, así como extensiones y credenciales) se almacenan de manera exhaustiva en el dispositivo. Solo se envía a sus servidores el mínimo contexto necesario cuando la respuesta lo exige, y esas consultas se pueden borrar o ejecutar en incógnito.
La realidad es dual: hay parches y avances, y a la vez un vector nuevo de riesgo por diseño. Un CEO de ciberseguridad lo resumía así: los agentes autónomos “operan sin supervisión humana y sin el sentido común mínimo de un usuario entrenado”. Para tareas sensibles (banca, datos corporativos), varias fuentes recomiendan mantener navegadores tradicionales para aislar riesgos.
En paralelo, se observa un auge de navegadores “no tradicionales” en entornos laborales remotos (+14% interanual, según un actor del sector). La productividad impulsa la adopción, pero la seguridad marca el ritmo. En este pulso, Chrome tiene un modelo maduro, mientras que Comet acelera con funciones y fortalece defensas sobre la marcha.
Experiencias reales: del entusiasmo al “me da respeto”

Quien ha probado Comet a fondo y lo ha puesto como navegador por defecto destaca la sensación de “por fin algo nuevo”. Poder decir “ábreme los enlaces relacionados”, “créame un evento”, “organiza mis pestañas” o “resúmeme esta página” desde la barra lateral cambia rutinas y aporta flujo y continuidad frente a la búsqueda tradicional.
El reverso: el listado de permisos que solicita para sacar todo su potencial abruma. Darle llaves a Gmail, Calendar o Slack impone; hay usuarios que aceptan porque ya se las dan a Google, y otros que prefieren delimitar el uso y mantenerlo lejos del correo.
Se han compartido, además, críticas a la velocidad cuando el agente ejecuta “paso a paso” acciones que tú harías en dos clics. Comet no suele fallar, pero a veces tarda “demasiado” para quien no soporta esperas. Hay también voces de creadores populares que consideran turbia la búsqueda con IA y alertan de riesgos de privacidad, lo cual alimenta el debate público.
Pequeños detalles del día a día: la barra de navegación puede redirigir por defecto a Perplexity en lugar de Google, algo que se cambia con un clic extra. Su modo de voz agiliza órdenes rápidas y es, para muchos, el punto donde más recortas tiempo en acciones repetitivas.
Modelo, precio, extensiones y disponibilidad
Fuentes recientes indican que Comet es gratuito desde octubre de 2025, con planes premium (Pro/Max) para modelos más potentes y funciones avanzadas. Antes, el acceso completo pasó por suscripciones como Perplexity Max, lo que generó dudas por coste y valor percibido.
Como buen Chromium, las extensiones de la Chrome Web Store funcionan, así que no perderás tu bloqueador de anuncios ni tus herramientas clave. En móvil se habló de una versión en desarrollo para iOS y Android, sin fecha pública concreta al cierre de la información disponible; cuidado con apps de terceros que se hacen pasar por oficiales.
Un aspecto único es la memoria contextual entre pestañas y conversaciones previas. Poder pedir “compárame esto con aquello que miré antes” sin copiar/pegar es un salto tangible en comodidad, especialmente si trabajas con investigación, compras o gestión de información.
Atlas (OpenAI) vs Comet (Perplexity): dos estilos de navegador con IA
Atlas y Comet comparten base Chromium, pero su filosofía difiere. Atlas nace del universo ChatGPT y su “Agent mode” ejecuta procesos complejos (viajes, dashboards, automatizaciones empresariales) cuando lo activas. Comet es más “siempre listo”: no necesitas encender un modo especial para que actúe.
En pruebas, Comet suele ser más rápido y preciso en tareas tipo cupones, fragmentos de YouTube o gestión de productos en Amazon. Atlas convence por diseño limpio y control, pero requiere más activaciones, confirmaciones y clics. Para automatización avanzada como búsquedas en Airbnb o emails a perfiles concretos, Comet mostró mayor autonomía.
En accesibilidad y coste, la balanza cae del lado de Comet: se abrió a todos bajo un modelo freemium potente. Atlas, por su parte, liga su experiencia completa a suscripción a ChatGPT Plus y, en su lanzamiento, apuntó primero a macOS, un alcance más acotado.
La decisión no es solo técnica; es filosófica. ¿Quieres un navegador que pregunte antes de actuar o uno que tome la iniciativa? ¿Prefieres la institucionalidad de OpenAI o la agilidad experimental de Perplexity? Al final, elijas lo que elijas, el navegador ya no es pasivo: es un intermediario inteligente y autónomo.
Panorama, polémicas y contexto de industria
Perplexity ha crecido con fuerza y polémicas a su alrededor: desde la adopción de su motor en contextos políticos hasta acusaciones sobre accesos encubiertos para entrenamiento. Incluso protagonizó titulares por un intento de comprar Chrome por decenas de miles de millones, movimiento que ilustra la burbuja y el pulso regulatorio en torno a las búsquedas.
Mientras tanto, Google ha defendido que trocear o vender su navegador comprometería seguridad e innovación. Y líderes del sector coinciden en que los navegadores con IA serán la nueva interfaz principal para consumir inteligencia artificial, con los tradicionales reaccionando para no perder relevancia.
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