- El doxing es la divulgación no autorizada de información personal para dañar o acosar a una persona.
- Los doxers utilizan diversas técnicas, desde análisis de redes sociales hasta hackeo o ingeniería social.
- Configurar bien la privacidad digital y reforzar la ciberseguridad es clave para evitar ser víctima.
Internet es un entorno lleno de oportunidades, pero también puede ser un terreno complicado cuando se trata de cuidar nuestra información personal. Cada día, millones de personas comparten datos en redes sociales, foros y todo tipo de plataformas digitales, muchas veces sin ser plenamente conscientes de los riesgos. Una de las amenazas que más ha crecido en los últimos años es el doxing, una práctica que puede tener consecuencias muy serias tanto a nivel personal como profesional.
En este artículo descubrirás en qué consiste exactamente el doxing, cómo actúan quienes lo practican, qué tipo de información buscan y, sobre todo, cuáles son las mejores estrategias y herramientas para evitar ser víctima. Lo analizaremos con un enfoque práctico y realista, para que puedas proteger tu privacidad en la red con cabeza y sin paranoia, pero con toda la precaución necesaria.
¿Qué es el doxing y por qué supone una amenaza?
El término doxing (también escrito como doxeo) proviene de la palabra inglesa «dox», que es una abreviatura coloquial de “documents” (documentos). Hace referencia a la recopilación y publicación de información personal de alguien –sin su consentimiento– con la intención de causar daño, intimidar, extorsionar o perjudicar a la víctima. Esta práctica ha ganado notoriedad en la última década, sobre todo por la facilidad con la que se puede obtener y difundir información delicada a través de internet.
El objetivo del doxing puede variar: desde la venganza personal, el acoso, el daño a la reputación o incluso el chantaje económico. Por eso, el doxing se considera una forma de ciberacoso y, dependiendo del país y el tipo de datos divulgados, puede estar penado por la ley.
¿Qué información buscan los doxers?
Los perpetradores de doxing, conocidos como doxers, no se limitan únicamente a datos básicos. Buscan crear un perfil lo más completo posible sobre sus víctimas y, para ello, recopilan información de todo tipo. Entre los datos más habituales que pueden exponerse mediante doxing se encuentran:
- Datos de contacto personal: número de teléfono, dirección física (domicilio o lugar de trabajo), correos electrónicos…
- Información financiera: cuentas bancarias, datos de tarjetas de crédito, movimientos financieros.
- Números de identificación: Número de la Seguridad Social, DNI, pasaportes.
- Perfiles y cuentas en redes sociales: tanto públicos como privados.
- Información profesional y laboral: empleador, cargo, historial de trabajos.
- Fotos personales y documentos privados: imágenes de la víctima, sus familiares y amigos, documentos de identidad, billetes de viaje, credenciales de trabajo, estados de cuenta.
- Antecedentes y registros: historial policial, registros gubernamentales, historial médico, incluso resultados de búsquedas online.
- Gustos, preferencias y costumbres: actividades, ubicaciones frecuentes, hobbies, perfiles de compra, etc.
A medida que avanzamos en esta problemática, es importante tener en cuenta el alcance del doxing puede ser enorme, afectando no solo a la persona atacada, sino también a familiares, amigos o compañeros de trabajo; cualquier dato que pueda ser explotado para hacer daño o ejercer presión sobre la víctima.
¿Cómo obtienen los doxers la información?
El doxing se lleva a cabo utilizando un amplio abanico de métodos, muchos de los cuales aprovechan la información expuesta voluntariamente en Internet, pero también incluyen técnicas de ingeniería social e incluso actividades ilegales. Algunos de los métodos más utilizados son:
- Búsqueda en bases de datos públicas y registros oficiales: Revisan registros gubernamentales (como actas de nacimiento, matrículas, licencias, escrituras), directorios telefónicos, bases de datos públicas y documentos accesibles en muchos países.
- Acceso a cuentas en línea y hackeo: Si una cuenta de correo electrónico o red social es vulnerada por contraseñas débiles o hackeo directo, pueden acceder a datos mucho más sensibles.
- Ingeniería social y phishing: Engañan a la víctima o a personas cercanas para que revelen información confidencial, mediante trucos en correos electrónicos (phishing), mensajes de texto o llamadas (vishing).
- Análisis de redes sociales: Cualquier detalle compartido en redes sociales públicas o privadas, si es accesible, puede ser utilizado para elaborar perfiles y obtener datos valiosos.
- Rastreo de nombres de usuario y correlación de actividad: Utilizan el mismo alias en varias plataformas para trazar un perfil más completo.
- Interceptación de tráfico de red: Aprovechan redes WiFi públicas e inseguras para capturar información, usando técnicas como rastreo de paquetes o registradores IP.
- Acceso a bases de datos filtradas o robadas: Datos de brechas de seguridad o bases vendidas en la deep web, que contienen información altamente sensible.
- Manipulación de metadatos en archivos: Metadatos de fotos, vídeos o documentos pueden revelar ubicación, dispositivos y fechas, añadiendo un nivel de riesgo al compartir contenido.
- Consultas inversas y servicios de pago: Herramientas web que relacionan números, correos o direcciones con identidades reales.
La presencia de gran cantidad de información pública sobre nosotros incrementa la vulnerabilidad ante el doxing, que no discrimina entre personajes públicos y usuarios comunes.
¿Donde suelen publicar la información los doxers?
Una vez obtenido el material, los doxers pueden escoger diferentes vías para publicarlo y maximizar el impacto.
- Redes sociales: Facebook, Instagram, TikTok, X (Twitter), foros públicos, donde la viralidad puede difundir rápidamente la información.
- Comentarios en artículos, blogs y plataformas de noticias: Difunden datos en zonas públicas para que otros usuarios los vean.
- Servicios de mensajería y correo electrónico: WhatsApp, Telegram, y envío de emails con contenido comprometedor o amenazas.
- Páginas web creadas específicamente: Sitios diseñados para exponer a la víctima, con recopilaciones de información accesibles públicamente.
Estos métodos pueden dar lugar a campañas de acoso, sextorsión o ciberbullying en casos extremos.
¿En qué se diferencia el doxing de otros ciberataques?
Aunque comparte técnicas y riesgos con otros ataques digitales, el doxing se distingue por su objetivo concreto. Normalmente, apunta a una persona o entidad identificable y no a grupos masivos. Mientras que ataques como ransomware o malware buscan afectar a muchos usuarios, el doxing es un ataque dirigido que busca dañar a nivel personal, profesional o reputacional, causando daños específicos a la víctima.
Consecuencias y riesgos del doxing
Las repercusiones del doxing pueden ser devastadoras. Entre las más frecuentes se encuentran:
- Acoso y amenazas: físicas o digitales, incluyendo hostigamiento y amenazas directas o anónimas.
- Extorsión: chantajes económicos o emocionales para obtener beneficios o silenciar a la víctima.
- Daño a la reputación: un solo dato erróneo puede arruinar la imagen personal o profesional, afectando relaciones y oportunidades.
- Suplantación de identidad y fraudes: uso malicioso de tus datos para realizar fraudes, solicitar préstamos o cometer otros delitos.
- Violencia psicológica: estrés, ansiedad o depresión provocados por la exposición y las amenazas.
- Pérdida de empleo y problemas sociales: daños en la confianza y en la percepción social, con posibles aislamientos.
El impacto psicológico y en la vida cotidiana puede ser severo, causando trastornos como la ansiedad o cuadros depresivos.
¿Es legal el doxing?
La legalidad del doxing varía según la jurisdicción, el tipo de información y la manera en que se recopiló. En general, publicar datos privados o confidenciales sin autorización suele ser ilegal, especialmente si causa daño. En países como España y en la Unión Europea, el RGPD protege los datos personales y quien viole esas normas puede enfrentarse a sanciones elevadas.
En Estados Unidos, existen leyes federales y estatales que penalizan el acceso y difusión no autorizada de datos personales y el acoso digital. No obstante, cuando los datos ya eran públicos previamente, la forma en que se recopilan y difunden para causar daño puede estar en un área gris, pero igualmente delictiva.
Cómo protegerte del doxing: estrategias prácticas
Aunque el riesgo de doxing nunca puede eliminarse por completo, existen varias medidas preventivas que pueden reducir significativamente la exposición y complicar la labor de los doxers. Aquí tienes un resumen de las mejores prácticas:
1. Mantén tu privacidad digital bajo control
- Configura la privacidad en tus redes sociales: Limita quién puede ver tus publicaciones, fotos y datos de contacto, activando opciones de privacidad y modo privado si es posible.
- Desactiva la geolocalización automática: Evita que se compartan tus lugares en publicaciones y fotos.
- No publiques datos personales innecesarios: Número de teléfono, dirección, correos o documentos sensibles deben mantenerse fuera del entorno digital público.
- Revisa y limpia publicaciones antiguas: Elimina o modifica contenido que pueda poner en riesgo tu privacidad.
2. Usa contraseñas seguras y habilita la autenticación en dos pasos
- Contraseñas robustas y distintas para cada cuenta: Frases largas con letras, números y símbolos, como ejemplo: MiPerroAmaElHelado#2024.
- Utiliza gestores de contraseñas: Para administrar y generar claves fuertes sin repetir.
- Activa la doble autenticación (2FA): Siempre que puedas, preferiblemente con apps de autenticación, para mayor seguridad.
3. Cuidado en foros y plataformas públicas
- Usa seudónimos y alias diferentes en cada sitio, evitando datos personales o nombres reales en nicknames o correos.
- Evita encuestas y juegos que soliciten datos: Muchas preguntas parecen inofensivas pero pueden usar tus respuestas para suplantar tu identidad.
- Desconfía de correos sospechosos: No hagas clic en enlaces dudosos y verifica siempre al remitente antes de facilitar información.
4. Monitoriza tu presencia online
- Realiza búsquedas periódicas en Google: Escribe tu nombre, email o teléfono y revisa qué información aparece pública.
- Configura alertas de Google: Para recibir notificaciones si alguien menciona tu nombre.
- Utiliza plataformas de detección de filtraciones: Para verificar si tus datos han sido comprometidos en brechas de seguridad.
- Pide eliminar información sensible: Contacta con administradores de webs o bases de datos en caso de encontrar datos tuyos publicados sin autorización.
5. Fortalece tu seguridad informática
- Protege tu IP con una VPN: Impide que rastreen tu ubicación real.
- Usa antivirus y antimalware actualizados: Para prevenir infecciones y robos de datos.
- Revisa permisos de aplicaciones: Solo concede acceso a lo estrictamente necesario.
- Crea cuentas de correo diferentes: Para distintos ámbitos, reduciendo riesgos en caso de brechas.
- Oculta tus datos de registro de dominios (WHOIS): Para que tu información personal no sea pública si tienes sitios web.
- Desactiva la compartición de red en WiFi públicas: Para evitar interceptaciones.
6. Precaución con imágenes y documentos
- Elimina metadatos de archivos: Fotos y documentos pueden revelar ubicación y dispositivo. Extrae esta información desde las propiedades o mediante aplicaciones.
- Utiliza correos temporales o alias: Para registros en webs, evitando que tu email principal sea vulnerable.
¿Qué hacer si eres víctima de doxing?
Si lamentablemente te ves envuelto en un caso de doxing, lo primero es recopilar todas las pruebas disponibles (capturas, emails, mensajes). Actúa bloqueando y reportando a las cuentas que hayan difundido tu información, y denuncia ante las autoridades competentes. Informa a tu entorno cercano para que estén alertas.
Cambia inmediatamente las contraseñas afectadas, bloquea o desactiva cuentas comprometidas y, si es necesario, contacta con tu banco para gestionar posibles fraudes. También puedes solicitar el derecho al olvido en buscadores como Google, para que eliminen resultados con datos sensibles tuyos.
Es fundamental no gestionar esto en solitario, busca apoyo en familiares, amigos o profesionales si la situación lo requiere, para cuidar también tu salud mental.
Si bien ninguna estrategia puede garantizar la total protección, el control, la prudencia en la información compartida y las herramientas adecuadas harán que reduzcas mucho el riesgo. Tener una actitud preventiva y vivir en la red con conciencia es la mejor manera de gozar de una presencia digital segura.
Redactor apasionado del mundo de los bytes y la tecnología en general. Me encanta compartir mis conocimientos a través de la escritura, y eso es lo que haré en este blog, mostrarte todo lo más interesante sobre gadgets, software, hardware, tendencias tecnológicas, y más. Mi objetivo es ayudarte a navegar por el mundo digital de forma sencilla y entretenida.