TSMC no fabricará chips de IA avanzados para China debido a restricciones impuestas por EE.UU.

TSMC ha decidido dejar de fabricar chips de inteligencia artificial avanzados para sus clientes en China. Esta medida está impulsada principalmente por las crecientes restricciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos, que tiene como objetivo limitar el acceso de China a tecnología puntera. A partir del próximo lunes, la tecnología que TSMC emplea en sus nodos de 7 nanómetros y menores ya no podrá estar disponible para los clientes chinos, una decisión que viene a complicar aún más las relaciones comerciales en el ámbito de los semiconductores.

Este movimiento de TSMC afectará profundamente a numerosas empresas tecnológicas chinas, como Alibaba y Baidu, que habían invertido grandes sumas en el desarrollo de chips de inteligencia artificial para sus operaciones en la nube. Pero no solo los gigantes chinos se verán impactados, también lo harán startups locales que dependen de la fabricación de estos chips para mantenerse competitivas en este sector emergente.

La decisión está directamente vinculada a las restricciones que Estados Unidos ha implementado en torno a la tecnología de semiconductores, en un contexto en el que Washington busca frenar el avance de China en la inteligencia artificial. Estas restricciones no solo afectan a la exportación de chips por parte de empresas estadounidenses como Nvidia, sino también ponen límites a las operaciones de empresas de otros países, como TSMC, cuando sus productos utilizan tecnología estadounidense para la fabricación.

¿Por qué Estados Unidos restringe el acceso a estas tecnologías?

Desde hace unos años, Estados Unidos ha incrementado su control sobre las tecnologías de semiconductores que pueden acabar en manos chinas, argumentando cuestiones de seguridad nacional. Washington ha expresado en varias ocasiones su temor de que estas tecnologías puedan ser utilizadas para fines militares, incluyendo el desarrollo de armas autónomas y ciberataques de gran escala. Además, se sospecha que algunas empresas chinas han estado adquiriendo chips de forma indirecta a través de intermediarios o empresas no incluidas en las ‘listas negras’, creando una preocupación en la administración estadounidense.

A lo largo del último año, Estados Unidos ha fortalecido sus políticas de control de exportaciones, incluyendo limitaciones en los envíos de chips GPU avanzados, esenciales para la inteligencia artificial, y sanciones a empresas como Huawei por violar estas normativas. La presión sobre TSMC y otras compañías ha sido constante, con revisiones frecuentes por parte del Departamento de Comercio de EE.UU.

Impacto en la industria china de semiconductores

El golpe para la industria china es significativo, ya que TSMC es una de las pocas empresas capaces de producir chips con procesos tan avanzados. Empresas como SMIC, el principal fabricante de semiconductores de China, aún no tienen la capacidad para producir chips con nodos tan pequeños como los de 7 nanómetros que exige la inteligencia artificial avanzada. En consecuencia, la capacidad de China para avanzar en esta tecnología se verá notablemente disminuida, teniendo que depender de procesos más antiguos que no ofrecen el mismo rendimiento.

 

Esto no solo afecta a las grandes corporaciones tecnológicas. Empresas emergentes en China que están diseñando sus propios chips de IA confiaban en TSMC para la producción y, ahora, deberán buscar alternativas que podrían no ofrecer la misma calidad o eficiencia. La dependencia de empresas como Alibaba y Baidu en TSMC es tan alta que se espera una desaceleración significativa en el lanzamiento de sus próximos productos de IA debido a esta limitación tecnológica impuesta en la cadena de suministro.

EE.UU. y su intervención en la tecnología de semiconductores

La influencia de EE.UU. sobre el acceso de China a semiconductores avanzados ha sido clara en este caso. Incluso los contratos de suministro de chips del fabricante taiwanés estarían sujetos a la aprobación del gobierno estadounidense para garantizar que la tecnología no sea utilizada con fines que Washington considere inadecuados. De hecho, se prevé que más sanciones podrían venir bajo el mandato de la nueva administración en EE.UU.

La investigación por parte del Departamento de Comercio de EE.UU. sobre cómo chips de TSMC acabaron en manos de Huawei, a pesar de las sanciones vigentes, también ha aumentado la presión sobre la empresa taiwanesa. Para TSMC, cumplir con las normativas estadounidenses es primordial no solo para evitar sanciones, sino también para proteger su acceso al mercado norteamericano, que representa un porcentaje muy alto de sus ingresos.

La industria de semiconductores en China recibe un duro golpe con la decisión de TSMC, ya que no solo ralentizará el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial, sino que también afectará a otras áreas tecnológicas que dependen de estos procesadores avanzados. Como resultado, se espera que las empresas chinas recurran a fabricantes locales, como SMIC, cuyo volumen y capacidad de producción no son suficientes para suplir la demanda, ni tampoco ofrecen la misma calidad.

A pesar de las dificultades, se estima que China seguirá buscando formas de superar esta barrera tecnológica, ya sea mediante el desarrollo local o la colaboración con otros países. Sin embargo, el impacto a corto plazo será innegable, especialmente para las grandes corporaciones tecnológicas y startups que dependen de los chips más avanzados para competir en el mercado global.