Descubre para qué sirve la partición Recovery de Windows y cómo gestionarla

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  • La partición Recovery es clave para restaurar Windows sin perder configuración esencial.
  • Windows y los fabricantes crean particiones Recovery que incluyen herramientas y archivos críticos.
  • Puedes ver, crear, eliminar o recuperar la partición Recovery siguiendo métodos seguros.

partición Recovery de Windows

Si alguna vez has echado un vistazo al Administrador de discos duros en tu ordenador con Windows, probablemente te hayas topado con una partición llamada Recovery, OEM o incluso varias de ellas. Este apartado del disco suele ser invisible durante el uso cotidiano, pero tiene un papel esencial cuando las cosas se tuercen con tu sistema operativo.

Muchos usuarios encuentran misteriosas estas particiones ocultas y se preguntan si realmente son necesarias, cuánto espacio ocupan, si se pueden eliminar o cómo usarlas en caso de emergencia. Si este es tu caso, aquí tienes la guía definitiva para entender absolutamente todo sobre las particiones Recovery de Windows: desde su función concreta, hasta los pasos para gestionarlas correctamente, sin poner en peligro la seguridad ni el arranque de tu equipo.

¿Qué es exactamente la partición Recovery de Windows?

particiones windows

La partición Recovery es un espacio reservado en el disco duro de tu ordenador, dedicado a almacenar herramientas y archivos críticos que permiten recuperar o restaurar el sistema operativo en caso de fallos. Es como un salvavidas digital: cuando Windows no arranca, está dañado o quieres devolverlo a su estado original, la partición Recovery se encarga de que puedas conseguirlo, incluso sin acceso tradicional al sistema.

Esta partición puede ser creada tanto por el propio Windows durante la instalación (o actualización) como por los fabricantes de equipos (partición OEM). Normalmente, suelen ocupar entre 450 MB y hasta varios gigas, dependiendo de si contienen solo herramientas de recuperación básicas o también una imagen completa de fábrica con todos los programas y controladores originales del equipo.

Si tu equipo empieza a dar problemas serios, la partición Recovery es la que te permite restaurar el ordenador al estado en que venía nuevo o recuperar Windows sin tener que usar un disco externo de instalación. Para una gestión más avanzada, también puedes aprender cómo crear una máquina de recuperación rápida en Windows 11.

Tipos de partición Recovery en Windows

No todas las particiones Recovery son iguales. De hecho, puedes encontrar diferentes tipos dependiendo de cómo se haya instalado Windows o si tu dispositivo fue comprado a un fabricante concreto.

  • Partición de recuperación de Windows: Es la que crea el propio sistema operativo cuando instalas Windows 7, 8, 10 u 11. Aquí se aloja el Entorno de Recuperación de Windows (WinRE), que incluye herramientas para reparar el inicio, restaurar el sistema, entre otras opciones de emergencia.
  • Partición de recuperación OEM: Si compras un portátil o sobremesa de marcas como HP, Dell, Lenovo, ASUS, etc., es muy frecuente que incluyan una partición Recovery propia. Suele ocupar entre 7 y 20 GB e incluye todo lo necesario para devolver el equipo a la configuración exacta de fábrica, con drivers y aplicaciones incluidas por el fabricante.
  • Partición reservada para el sistema: Aunque no es exactamente una de recuperación, a menudo se confunde. Esta partición almacena los archivos de arranque y configuración de Windows. Eliminarla es todavía más peligroso, pues podría dejar el equipo inservible.

Según el tipo de instalación y si el disco usa MBR o GPT, Windows puede organizar estas particiones de forma diferente, pero todas cumplen funciones similares: mantener seguro el proceso de recuperación.

¿Para qué sirve la partición Recovery en Windows?

La misión principal de la partición Recovery es facilitar la restauración de Windows ante cualquier problema crítico, como fallos en el arranque, infecciones graves de malware, pérdida de archivos esenciales o simplemente para devolver el PC a su estado original de fábrica. Además, si quieres saber por qué la recuperación automática no restaura tu PC, te puede ser de gran ayuda entender su funcionamiento.

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Las funciones principales que ofrece la partición Recovery son:

  • Arranque en el entorno de recuperación (WinRE): Permite reparar el arranque, usar puntos de restauración, acceder a la recuperación con imagen de sistema, usar la línea de comandos o desinstalar actualizaciones problemáticas.
  • Restauración de fábrica en equipos OEM: En dispositivos de marca, puedes recuperar la configuración de fábrica simplemente pulsando una tecla al encender el ordenador (por ejemplo, F9 en HP, F12 en Dell…). Esto reinstala Windows junto con todos los drivers y programas preinstalados de serie.
  • Reparación ante errores graves: Si Windows no arranca o detecta errores críticos, el sistema accederá automáticamente a esta partición para ofrecerte sus herramientas de reparación y recuperación.
  • Crear unidades de recuperación o discos USB: A partir de la partición Recovery, puedes crear un USB de recuperación para usarlo si el disco duro se daña o lo reemplazas por otro nuevo.

La partición Recovery es tu mejor carta de salvación si necesitas recuperar Windows, reinstalarlo o solucionar problemas de arranque, todo sin necesidad de descargar nada ni buscar discos originales.

¿Dónde se encuentra la partición Recovery y cómo verla?

partición recovery

Por defecto, la partición Recovery está oculta en el disco duro y no aparece en el explorador de archivos, ni tiene una letra de unidad asignada. De esta forma, se protege de alteraciones accidentales que podrían dejar el sistema inutilizable.

Puedes encontrarla usando la herramienta de Administración de discos de Windows:

  • Haz clic derecho sobre el botón de inicio y selecciona «Administración de discos» o busca «Crear y formatear particiones del disco duro».
  • Verás una lista de todos los discos y particiones. Ahí aparecerán las particiones de recuperación, normalmente etiquetadas como «Recuperación» u «OEM» y sin letra asignada.

Si quieres acceder al contenido (solo recomendado para usuarios avanzados y bajo su responsabilidad), puedes asignar una letra temporal usando Diskpart desde el símbolo del sistema o PowerShell con permisos de administrador:

  • Abre la consola como administrador.
  • Escribe: diskpart
  • Luego: list volume para ver las particiones.
  • Selecciona la partición deseada con: select volume número
  • Asigna una letra: assign letter=Z (o la que quieras).

Así podrás visualizarla en el explorador, aunque normalmente no verás archivos accesibles, ya que suelen estar protegidos.

¿Es seguro eliminar la partición Recovery? ¿Cuándo hacerlo?

Eliminar la partición Recovery puede liberar algo de espacio en el disco duro, pero conlleva riesgos importantes. Si la eliminas, perderás la posibilidad de usar las herramientas de recuperación o de restaurar el sistema sin un medio externo (USB, DVD, etc.). Esto incluye la reinstalación desde cero o la restauración de fábrica si es un equipo OEM.

Hay situaciones donde sí puede ser interesante eliminarla:

  • Cuando ya has creado un USB o disco de recuperación externo y tienes copia de seguridad de todos tus datos importantes.
  • Si tras actualizar Windows varias veces, el sistema ha dejado particiones Recovery antiguas que ya no sirven. En ese caso, solo deberías mantener la partición Recovery más reciente y eliminar el resto.
  • En instalaciones personalizadas donde la partición no contiene datos útiles (por ejemplo, si has montado tú mismo el PC e instalado Windows de cero).
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Antes de eliminar cualquier partición Recovery, asegúrate de haber hecho una copia de seguridad de tus archivos y haber creado un medio de recuperación externo. Así evitarás quedarte sin opciones en caso de fallo del sistema.

¿Qué ocurre si eliminas la partición Recovery por error?

Si por accidente borras la partición Recovery y después necesitas restaurar el sistema, no todo está perdido. Existen en el mercado programas especializados (como Recoverit o iMyFone D-Back) que te permiten recuperar particiones eliminadas, aunque la efectividad dependerá del uso posterior que hayas hecho del disco (¡cuanto antes actúes, mejor!).

Otra opción es directamente usar una unidad de recuperación USB que hayas creado antes, o bien descargar una imagen de Windows desde la web oficial de Microsoft y reinstalar el sistema desde cero. En ordenadores de marca, suele haber una opción para crear medios de recuperación a partir de la partición OEM.

Una vez eliminada la partición Recovery, perderás la posibilidad de restaurar el equipo a su estado de fábrica de forma tan sencilla y rápida como antes. Por eso, merece la pena pensárselo dos veces antes de borrarla.

¿Cómo crear una partición Recovery nueva si la has perdido?

Si tu equipo ya no tiene partición Recovery —sea porque la perdiste o la borraste por error— tienes la opción de volver a crearla manualmente. En Windows 10 y 11, el proceso más sencillo consiste en usar la herramienta integrada «Crear una unidad de recuperación».

  • Busca «Crear una unidad de recuperación» en el menú de inicio y ábrela.
  • Conecta una memoria USB vacía (al menos 16 GB).
  • Marca la opción «Hacer copia de seguridad de los archivos del sistema en la unidad de recuperación» y sigue los pasos.
  • Al terminar, tendrás un USB que actúa como partición de recuperación externa.

Para los más avanzados, también existen programas de terceros que permiten crear particiones Recovery personalizadas en el propio disco. Por ejemplo, herramientas como AOMEI OneKey Recovery o iMyFone D-Back facilitan el proceso. Además, son útiles si quieres incluir en la imagen de recuperación tus programas y configuraciones personales, no solo el sistema puro.

¿Por qué aparecen varias particiones Recovery tras actualizar Windows?

Un fenómeno frecuente al actualizar grandes versiones de Windows (por ejemplo, de Windows 8 a 10, o tras actualizaciones mayores) es que el proceso deja varias particiones Recovery antiguas en el disco. Esto sucede porque, si la partición original no tiene espacio suficiente para los nuevos archivos de recuperación, el sistema crea una nueva y deja la anterior intacta.

En situaciones así, puedes eliminar sin problema las particiones Recovery anteriores, quedándote solo con la más reciente, siempre que funcione correctamente. Así ahorras espacio y evitas confusiones. Eso sí, hazlo siempre desde herramientas que reconozcan estas particiones, como el propio diskpart o programas de gestión de particiones especializadas, ya que desde el Administrador de discos normal pueden no dejarte borrarlas.

Cómo utilizar la partición de recuperación para restaurar Windows

Si tu ordenador falla y necesitas restaurarlo, usar la partición Recovery es muy sencillo. Solo tienes que seguir estos pasos:

  • Apaga el ordenador por completo.
  • Enciéndelo y, durante el arranque, pulsa la tecla de acceso a recuperación (dependiendo del modelo puede ser F8, F9, F12, ESC o similar; consulta el manual de tu equipo).
  • Accederás al Entorno de Recuperación de Windows (WinRE). Desde ahí, puedes:
    • Usar puntos de restauración del sistema para volver a un estado anterior sin perder tus archivos.
    • Restaurar el sistema de fábrica (en OEM) o reinstalar Windows borrando todo el contenido.
    • Reparar el inicio, abrir una consola de comandos, restaurar imagen del sistema, etc.
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En equipos de marca, existe la posibilidad de que te permita restaurar a la configuración exacta de fábrica, incluyendo todos los programas, drivers y utilidades originales. En equipos montados por el usuario o con instalaciones personalizadas, la partición Recovery suele limitarse a las utilidades de recuperación estándar de Windows.

Crear y gestionar copias de seguridad con la partición Recovery

La partición Recovery no guarda tus documentos personales, fotos ni archivos añadidos tras la compra del equipo. Por tanto, aunque restaure Windows de fábrica o lo reinstales desde la partición Recovery, tus datos personales desaparecen si no los has puesto a salvo antes.

Windows y los fabricantes recomiendan mantener una copia de seguridad regular de tus datos importantes. Para ello puedes usar:

  • Historial de archivos: Hace copia automática de tus carpetas personales.
  • Imágenes de sistema completas: Respaldan todo el disco por si necesitas restaurarlo exactamente igual.
  • Servicios en la nube, discos externos o NAS: Complementan la seguridad ante fallos graves.

Conocer cómo acceder al entorno de recuperación de Windows 11 puede facilitar mucho estas tareas y garantizar que en caso de emergencia puedas llegar a las herramientas necesarias sin complicaciones.

Peculiaridades en instalaciones con UEFI/GPT y BIOS/MBR

La estructura de las particiones de recuperación puede variar en función de si tu equipo usa una tabla de particiones GPT (más moderno y compatible con UEFI) o MBR (antiguo, usado en equipos BIOS tradicionales). En sistemas UEFI/GPT, Windows crea típicamente:

  • Partición EFI (100-260 MB): gestiona el arranque.
  • Partición Microsoft Reserved (MSR, 128 MB).
  • Partición de Windows (el grueso del disco).
  • Partición Recovery (500 MB o más).

En sistemas BIOS/MBR, la partición Recovery suele aparecer junto a otras dos principales (Sistema y Windows). Para entender mejor estos conceptos, puedes consultar .

¿Qué pasa si la partición Recovery aparece como vacía o inaccesible?

A veces en la Administración de discos puedes ver una partición Recovery que parece estar «vacía» al abrirla desde el explorador. Esto es normal, ya que los archivos que contiene están protegidos o incluso ocultos para el usuario común.

Solamente si la partición aparece como sin formato o con errores, podría indicar un problema de corrupción. En ese caso, es recomendable crear una nueva unidad de recuperación externa cuanto antes y plantearse reparar el sistema con medios oficiales de Microsoft o del fabricante.

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La partición Recovery de Windows es como ese comodín que te salva en los momentos difíciles: apenas ocupa espacio, suele pasar desapercibida, pero te permite salir de muchos apuros y evitar reinstalaciones complicadas. Por eso, merece la pena cuidarla y conocer bien cómo gestionarla para que, si el día de mañana tienes un problema grave, cuentes con una solución rápida y eficaz, sin sustos ni quebraderos de cabeza.

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