Daisy, la abuela IA que da la vuelta a las estafas telefónicas

Última actualización: 16/10/2025
Autor: Isaac
  • Daisy de O2 usa IA generativa para hablar con estafadores hasta 40 minutos y neutralizar sus objetivos.
  • Entrenada con contenido real y scambaiting (con Jim Browning), redirige llamadas reportadas al 7726.
  • Se integra en la campaña 'Swerve the Scammers' y complementa filtros, caller ID y bloqueos masivos.

Ilustración IA contra estafas telefónicas

En el Reino Unido han decidido plantar cara a los timadores telefónicos con una idea tan sencilla como brillante: una abuela virtual que no se cansa de hablar. La protagonista es ‘Daisy’, una IA creada por Virgin Media O2 para enredar a los estafadores en llamadas interminables y, de paso, evitar que dediquen ese tiempo a engañar a personas reales.

La premisa es directa y efectiva: si el timador pierde 40 minutos con Daisy, son 40 minutos en los que no consigue robar datos o dinero a nadie. La compañía afirma que ha entrenado a Daisy con contenido real de estafadores y técnicas de scambaiting para que su manera de hablar y reaccionar sea casi indistinguible de la de una persona mayor amable, despistada y con ganas de conversación.

Qué es Daisy y por qué existe

Daisy es una combinación de varios modelos de inteligencia artificial que cooperan entre sí para escuchar, comprender y responder por teléfono en tiempo real. Virgin Media O2 la presenta como una ‘nueva integrante’ del equipo de prevención del fraude, con el irónico cargo de ‘directora de relaciones con los estafadores’.

Su papel es hacer lo que a nadie le apetece: aguantar la charla a los timadores y frustrar sus intentos. Mientras los entretiene con historias familiares, anécdotas de costura o distracciones sobre su mascota ficticia, Daisy va soltando pistas falsas y datos inventados que nunca llevan a ninguna parte.

La idea tiene un componente social claro. O2 detecta que el 71% de la población británica querría plantar cara a los estafadores, pero sin sacrificar su tiempo; ahí encaja Daisy, que literalmente ‘tiene todo el tiempo del mundo’ y no se desespera.

Cómo funciona y qué tecnologías usa

Para sonar a abuela real, no basta con un solo modelo: Daisy se apoya en una selección de modelos generativos y un LLM entrenado para ajustar su personalidad y base de conocimientos. Su voz, además, se modeló a partir de la abuela de un miembro del equipo, lo que le da un timbre creíble y cercano.

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La imagen pública del personaje para la campaña se generó con un modelo de difusión entrenado de forma personalizada. Todo el proyecto se ha desarrollado junto a Faith, la agencia creativa de inteligencia artificial de VCCP, dentro de la iniciativa ‘Swerve the Scammers’ que busca concienciar sobre el fraude telefónico.

La clave está en la naturalidad. Daisy reconoce patrones de conversación típicos de los scammers, mantiene un tono afectuoso y distraído, y responde con pausas, preguntas triviales o microhistorias que alargan la llamada sin aportar nada útil para el delincuente.

Ejemplos de llamadas y tácticas que desmonta

Cuando un estafador intenta colarle un supuesto reembolso de la luz, una oferta de trabajo milagrosa o un problema técnico inventado, Daisy cambia de tema sin parecer grosera. Puede pedir tiempo para buscar sus gafas, hablar de una receta de scones o comentar un patrón de punto mientras el timador pierde el hilo y la paciencia.

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Si le piden descargar una app o abrir un enlace, finge dudas tecnológicas con naturalidad. La IA llega a proporcionar datos bancarios falsos o detalles inventados para reforzar la ilusión de que es una víctima perfecta, pero nunca expone información real ni pasos que pongan en riesgo a usuarios.

En pruebas internas, Virgin Media O2 indica que Daisy ha logrado mantener a ‘numerosos estafadores’ al teléfono durante unos 40 minutos seguidos. Es tiempo suficiente para impedir que intenten otra llamada a una persona vulnerable y, a la vez, para estudiar las tácticas más comunes que están usando.

Impacto del fraude: cifras que duelen

El problema no es menor. BDO calcula que el valor total del fraude en Reino Unido alcanzó los 2.300 millones de libras en 2023, el doble que el año anterior. Las llamadas fraudulentas no paran de crecer y golpean especialmente a quienes tienen menos familiaridad tecnológica.

La Universidad de Portsmouth detectó que dos tercios de los mayores de 75 años encuestados sufrieron al menos un intento de fraude en los últimos seis meses. Las personas de edad avanzada son objetivo prioritario de los timadores, y ese sesgo es precisamente el que explota Daisy para engañarlos de vuelta.

Además, según datos de O2, el 22% de los británicos afronta intentos de fraude semanalmente y el 67% vive preocupado por ser víctima. Con este panorama, cualquier herramienta que reste tiempo y eficacia a los delincuentes suma a la protección general.

Entrenamiento con material real y colaboración experta

Para que Daisy no suene a robot, había que entrenarla con material auténtico. Virgin Media O2 indica que utilizó contenido real de estafadores y se apoyó en Jim Browning, el conocido creador que investiga centros de llamadas fraudulentas y popularizó el scambaiting en YouTube.

Con Browning, la compañía alimentó la línea de Daisy con números que los estafadores marcan habitualmente. También se colocaron teléfonos señuelo en lugares donde los scammers rastrean potenciales víctimas, de forma que la IA recibiera llamadas reales en condiciones de campo.

El resultado: Daisy ha estado operativa durante semanas interactuando con estafadores en tiempo real sin intervención humana directa, lo que confirma que su comportamiento aguanta fuera del laboratorio y ante múltiples acentos, ritmos y guiones de fraude.

Objetivos de la campaña y alcance real

Virgin Media O2 ha sido clara: el proyecto tiene un fuerte componente divulgativo. La meta no es desplegar millones de ‘Daisy’ en paralelo, sino visibilizar las tácticas delictivas y animar a la ciudadanía a estar alerta ante cualquier llamada sospechosa.

Esa pedagogía se apoya en piezas audiovisuales protagonizadas por caras conocidas. La influencer Amy Hart, víctima de un fraude bancario, colabora en la campaña para poner voz a la experiencia real y explicar cómo identificar señales de alarma.

En paralelo, el equipo de fraude de O2 insiste: mejor no hacer scambaiting por cuenta propia. La recomendación es remitir llamadas y mensajes sospechosos al número gratuito 7726 para que el operador investigue y bloquee.

Cómo se enrutan las llamadas y por qué no está en tu móvil

Una duda habitual es si Daisy puede instalarse en el teléfono personal. No es así: la IA opera desde líneas específicas que figuran en listas usadas por los delincuentes, de modo que, cuando buscan víctimas, terminan topándose con ella.

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Otra vía de entrada son las denuncias. Al reenviar comunicaciones al 7726, O2 identifica patrones y fuentes, y puede redirigir llamadas de alto riesgo a Daisy para agotar a los scammers lejos de los clientes reales.

Este diseño minimiza el riesgo para usuarios y maximiza la utilidad de la IA como trampa de tiempo. La propia compañía pide dejar la ‘venganza’ a Daisy y limitarse a reportar incidencias para cortar el fraude en origen.

Más medidas contra el spam y la suplantación

Daisy no está sola. O2 ha lanzado herramientas de lucha contra el spam basadas en IA y servicios gratuitos de identificación de llamadas que ayudan a filtrar números dudosos antes de que lleguen al receptor.

La teleoperadora asegura que el último año bloqueó 89 millones de SMS fraudulentos y detuvo más de 250 millones de libras en transacciones sospechosas. Estas cifras dan una idea de la escala del problema y de la eficacia de los filtros cuando se alimentan con reportes al 7726.

Para rematar, la empresa ha reclamado al Gobierno británico una respuesta más contundente. Propone designar un ministro específico contra el fraude y crear un organismo policial único y bien dotado que centralice todas las investigaciones.

Detalles creativos que marcan la diferencia

El éxito de Daisy no es casualidad: su personaje se cuidó al milímetro. La voz se modeló con la de la abuela de un miembro del equipo, lo que aporta textura, ritmo y expresividad genuinas; y su representación visual para la campaña nació de un modelo de difusión entrenado a medida.

Este trabajo creativo técnico se traduce en matices de conversación que engañan a cualquiera. La IA encadena pequeñas historias verosímiles sobre familia, tareas domésticas o pasatiempos, y muestra dudas tecnológicas creíbles que encajan con el estereotipo que los scammers esperan.

El objetivo es aprovechar los prejuicios delictivos para darles la vuelta. Si el estafador piensa que ha encontrado la víctima perfecta y se confía, la IA lo enreda aún más con peticiones inútiles, malentendidos cómicos y tiempos muertos calculados.

Resultados medidos y aprendizaje continuo

Los 40 minutos de media no son un techo, sino una demostración de capacidad. Cada llamada sirve para reforzar detectores de patrones, afinar el guion y mejorar la resistencia de Daisy a nuevas técnicas que vayan apareciendo.

Además del bloqueo directo, hay un valor de inteligencia. La IA permite analizar guiones de ingeniería social, acentos, ritmos y contraargumentos que funcionan, datos que pueden aplicarse en otras capas de defensa del operador.

Ese conocimiento ayuda a proteger mejor a los usuarios reales, que son el centro de la ecuación. Cuanto más se aprende de los delincuentes, más fácil es desactivar sus campañas de forma preventiva.

Contexto del ecosistema: amenazas en expansión

El auge del fraude no se limita al teléfono. Casos como el intento de estafa con deepfake al CEO de WPP o la creciente regulación de contraseñas débiles en dispositivos conectados muestran la amplitud del frente.

Empresas tecnológicas especializadas señalan que el uso de IA en defensa se extiende a banca, seguros y sector público. Se emplea para detectar transacciones no autorizadas, revisar reclamaciones dudosas o identificar anomalías fiscales, áreas donde el fraude también busca abrirse paso.

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Todo esto alimenta una conclusión clara: no hay bala de plata, pero sí estrategias combinadas que reducen el impacto. En ese abanico, Daisy ocupa una pieza singular: quitar tiempo a los timadores y ganar margen para proteger a los clientes.

Ventajas, límites y cuestiones éticas

La principal ventaja es evidente: convertir la paciencia infinita de la IA en un recurso que los estafadores no pueden recuperar. Cada minuto invertido en Daisy es un minuto que no llega a una potencial víctima.

Entre los límites, el propio operador recuerda que no pretende universalizar este enfoque. Es una herramienta de concienciación y contención, no un sustituto de la autoprotección ni de la acción policial coordinada.

En el plano ético, el proyecto se diseñó para no incitar a particulares a jugar con fuego. La pauta es canalizar cada intento al 7726 y evitar riesgos personales, manteniendo el enfrentamiento con los timadores en un entorno controlado.

El papel de la ciudadanía: qué puedes hacer

La primera regla es simple: desconfía de llamadas no solicitadas que piden datos o urgencias de pago. Ante la mínima sospecha, cuelga y contacta por canales oficiales. Tu banco, la administración o tu operador nunca te exigirán claves ni códigos por teléfono de improviso.

Segundo, aprovecha las herramientas de tu operador. Si usas O2, reenvía mensajes y números dudosos al 7726; esas denuncias son el combustible que permite bloquear a gran escala y nutrir sistemas como Daisy.

Tercero, comparte con tu entorno. Familiares mayores y personas menos digitales son objetivos habituales; una charla a tiempo sobre señales de fraude puede ahorrar disgustos y dinero.

Una abuela virtual con mucho oficio

Entre bromas sobre costura y preguntas inocentes sobre tecnología, Daisy ejecuta una táctica seria: dar la vuelta a la ingeniería social y explotar los sesgos del estafador en su contra. Ahí reside su eficacia, más allá del chascarrillo.

Que una IA sostenga 40 minutos de conversación verosímil sin desvelarse ya dice mucho del estado del arte. La coordinación entre modelos generativos, voz sintética creíble y un LLM con personalidad afinada marca un listón alto para futuras defensas conversacionales.

Con el apoyo de una campaña creativa potente y el refuerzo de herramientas de red, Daisy encaja como pieza de un puzzle mayor. Bloqueos automáticos, identificación de llamadas, análisis de patrones y coordinación institucional completan el marco que de verdad reduce el fraude.

Tras conocer su funcionamiento, queda claro que no pretende ser una solución total ni vivir en tu móvil. Es, sobre todo, un recordatorio vivaz de que al otro lado del teléfono puede no haber quien dice ser, y de que hoy la mejor defensa mezcla tecnología, paciencia y sentido común.