Windows Sandbox es una herramienta que ha pasado desapercibida para muchos usuarios, pero que ofrece un entorno muy potente y útil para quienes gustan de experimentar con nuevas aplicaciones o configuraciones sin arriesgar su sistema principal. Gracias a su naturaleza aislada y temporal, nos permite abrir software sospechoso, versiones beta o configuraciones experimentales sin comprometer la integridad del PC.
Hoy en día es cada vez más habitual encontrar archivos ejecutables que no generan mucha confianza o versiones de software poco estables que podrían dañar el sistema. Para estos casos, Microsoft ha desarrollado esta funcionalidad integrada en sus versiones profesionales de Windows, que ofrece una virtualización ligera, automática y segura. En este artículo te vamos a contar todo lo que necesitas saber para usar Windows Sandbox de forma efectiva: requisitos, instalación, uso y consejos prácticos para sacarle el máximo partido.
¿Qué es exactamente Windows Sandbox?
Windows Sandbox es una característica integrada en Windows 10 y 11 (versiones Pro y Enterprise) que crea un entorno de escritorio desechable, virtualizado y completamente aislado. Lo interesante es que el entorno se ejecuta sobre la memoria RAM y no afecta en absoluto a tu instalación principal de Windows. Puedes probar programas, abrir archivos adjuntos sospechosos, ejecutar scripts… y cuando cierras la ventana, todo lo que hayas hecho desaparece por completo.
A diferencia de una máquina virtual tradicional, no necesitas instalar un sistema operativo, configurarlo ni reservar un espacio de disco permanente: Windows Sandbox se crea con una imagen limpia cada vez que lo abres, y se destruye al cerrarlo. Esto lo convierte en una opción rápida y segura para pruebas puntuales.
También hay alternativas como VirtualBox o Sandboxie, que permiten un control más avanzado y persistencia de datos si lo necesitas, pero para pruebas rápidas y sin complicaciones, seguramente Sandbox sea tu mejor aliado.
Requisitos necesarios para usar Windows Sandbox
Antes de lanzarte a instalar y usar esta herramienta, debes asegurarte de que tu PC cumple con los requisitos mínimos y recomendados para poder activar Windows Sandbox. Estos son los más importantes:
- Sistema operativo: Windows 10 o 11 en edición Pro o Enterprise. Las versiones Home no lo incluyen.
- Actualización mínima: Windows 10 versión 1903 o superior.
- Procesador: CPU de 64 bits con soporte para virtualización (Intel VT-x o AMD-V). Se recomienda mínimo 4 núcleos con hyperthreading.
- RAM: Mínimo 4 GB. Recomendado 8 GB o más para fluidez.
- Almacenamiento: Al menos 1 GB libre. Se recomienda SSD para ganar velocidad.
- BIOS/UEFI: La virtualización por hardware debe estar activada en la configuración del sistema.
Cómo activar la virtualización desde la BIOS
La virtualización es una característica que algunos procesadores traen de serie, pero que a veces aparece desactivada desde la BIOS o UEFI. Para poder usar Windows Sandbox, tienes que asegurarte de que esté activa:
- Reinicia tu PC y entra en la BIOS: Normalmente pulsando la tecla Supr o F2, aunque puede variar según el fabricante.
- Busca opciones como: Intel VT-x, AMD-V, Virtualization, Virtual Machine Mode, Hyper-V o similares.
- Activa la virtualización: Guarda los cambios y reinicia tu ordenador.
En algunos casos, especialmente en modelos modernos, esta opción aparece activada por defecto. Si no la encuentras, consulta el manual de tu placa base o el sitio web del fabricante.
Pasos para instalar Windows Sandbox
Una vez confirmados los requisitos, el siguiente paso es habilitar Windows Sandbox. Esto puedes hacerlo con dos métodos:
Método A: Desde las características de Windows
- Abre el buscador de Windows y escribe «Activar o desactivar las características de Windows».
- En la lista que te aparece, busca y marca la casilla «Windows Sandbox» o «Espacio Aislado de Windows» (en sistemas en español).
- Pulsa Aceptar y espera a que Windows realice los cambios.
- Reinicia el equipo cuando lo indique.
Método B: Usando PowerShell
- Haz clic derecho sobre el botón de inicio y abre PowerShell como administrador.
- Introduce el siguiente comando y pulsa Intro:
Enable-WindowsOptionalFeature -FeatureName "Containers-DisposableClientVM" -All -Online
- Espera a que finalice y reinicia tu ordenador.
Primer uso de Windows Sandbox
Una vez activado, ya puedes ejecutar esta herramienta desde el botón de inicio escribiendo “Windows Sandbox”. La primera ejecución puede tardar algo más de lo normal, ya que se están configurando recursos internos.
Lo que verás es una versión limpia y genérica de Windows, funcionando dentro de una ventana. No requiere iniciar sesión con cuenta de Microsoft ni configurar nada: todo está preparado para que empieces a experimentar.
Desde esta ventana puedes copiar un archivo ejecutable desde tu sistema y pegarlo dentro del escritorio del entorno Sandbox. Después, simplemente ejecútalo como lo harías normalmente.
¿Qué puedes hacer dentro de Windows Sandbox?
Windows Sandbox está pensado para pruebas rápidas o inseguras. Algunas de sus aplicaciones prácticas son:
- Probar programas beta o inestables antes de instalarlos en el sistema principal.
- Ejecutar archivos adjuntos sospechosos sin riesgo de infectar tu equipo.
- Testear cambios de configuración o scripts sin temor a corromper tu instalación principal.
- Analizar el comportamiento de software desconocido en un ambiente limpio.
No se recomienda instalar aplicaciones muy pesadas o juegos, ya que este entorno está limitado en recursos. Además, nada de lo que hagas se conserva: al cerrar la ventana, toda la sesión se elimina automáticamente.
Consejos y limitaciones importantes
Aunque es una herramienta muy útil, hay que tener en cuenta varias cosas:
- No permite guardar cambios entre sesiones. Si quieres algo más permanente, mejor usar una máquina virtual como Hyper-V o VirtualBox.
- No está disponible en versiones Home de Windows salvo que recurras a herramientas de terceros.
- No es compatible con todos los drivers ni servicios del sistema operativo principal, está optimizado solo para tareas básicas.
- No proporciona aceleración gráfica full, útil para software complejo pero no para edición de imagen o vídeo intensiva.
Aun así, para pruebas generales, análisis de comportamiento o uso puntual, es más que suficiente. La integración de Windows Sandbox en las últimas versiones de Windows abre una ventana muy interesante para usuarios curiosos, desarrolladores y administradores que buscan una forma rápida y segura de poner a prueba aplicaciones potencialmente peligrosas o experimentales. Su facilidad de uso, el hecho de no requerir instalaciones complejas y su aislamiento total lo convierten en una alternativa ideal a las máquinas virtuales tradicionales para pruebas ocasionales. Si tu equipo cumple los requisitos, merece la pena tener esta herramienta activada y lista para ese momento en el que no quieras correr riesgos con tu sistema principal.
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