- Steam Play y Proton permiten ejecutar gran parte del catálogo de juegos de Windows en Linux directamente desde el cliente de Steam.
- Wine, PlayOnLinux y CrossOver amplían las opciones de compatibilidad y configuración para juegos y aplicaciones más delicadas.
- Herramientas como Lutris, las máquinas virtuales y el juego en la nube completan un ecosistema que hace viable jugar en Linux sin renunciar a títulos de Windows.

Si usas Linux a diario pero siges atado a Windows solo por tus juegos favoritos, estás de suerte: hoy es totalmente posible jugar a títulos de Windows en Linux de forma legal y bastante cómoda. Lo que hace unos años exigía pelearse con mil configuraciones, hoy se ha simplificado muchísimo gracias a Steam, Proton y a varias herramientas pensadas para que no tengas que renunciar a tu biblioteca.
Durante mucho tiempo, ejecutar videojuegos hechos para Windows en sistemas como Ubuntu, Fedora o Arch era un dolor de cabeza reservado a usuarios avanzados. Entre Wine, scripts, configuraciones raras y fallos gráficos, muchos tiraban la toalla. Ahora el panorama es muy distinto: puedes instalar juegos de Windows directamente desde Steam en Linux, apoyarte en Proton y combinarlo con soluciones como Wine, PlayOnLinux, CrossOver o Lutris para cubrir casi cualquier caso.
Por qué los juegos de Windows no funcionan de forma nativa en Linux
Antes de entrar al lío con Steam, Proton y compañía, conviene entender por qué la mayoría de los juegos se desarrollan pensando únicamente en Windows. La industria del videojuego de PC ha girado históricamente alrededor del sistema de Microsoft, así que muchas compañías ni se planteaban portar sus títulos a otras plataformas.
La consecuencia directa es que una gran parte de los motores gráficos, DRM y sistemas anti-trampas están profundamente ligados a Windows, a sus APIs y a cómo gestiona el hardware. Eso significa que, si intentas arrancar esos ejecutables en Linux sin ayuda extra, el juego ni siquiera se abre o lo hace con fallos muy serios.
Además, muchas producciones se basan en DirectX como API gráfica principal, mientras que en Linux lo habitual es tirar de Vulkan u OpenGL a través de drivers como Mesa. Esa diferencia técnica es clave: si el juego está escrito para hablar “DirectX”, necesitas algo que traduzca ese idioma a Vulkan u OpenGL en tiempo real.
Ahí es donde entran en juego las capas de compatibilidad: herramientas que actúan como traductores entre el mundo Windows y el mundo Linux. Algunas trabajan a nivel de sistema (Wine, CrossOver), otras se integran con plataformas como Steam (Proton en Steam), y otras sirven de “gestor de todo” (PlayOnLinux, Lutris).
Steam Play y Proton: el cambio de reglas para jugar en Linux
El auténtico punto de inflexión para los jugadores de Linux ha sido Steam Play con Proton. Valve decidió que, si quería tomarse en serio el gaming en Linux, tenía que ofrecer una forma directa de ejecutar juegos de Windows desde el propio cliente de Steam, sin obligar a los usuarios a pelearse con configuraciones externas.
Steam Play integra Proton, que es básicamente una versión adaptada y mejorada de Wine pensada para videojuegos. Incluye componentes como DXVK o VKD3D para traducir las llamadas de DirectX a Vulkan, y parches propios de Valve para lidiar con protecciones, bugs y peculiaridades de cada título.
Gracias a ese conjunto de herramientas, miles de juegos de Windows pueden arrancar en Linux casi como si fuesen nativos. Títulos como Age of Empires II HD, Age of Empires III, Middle-earth: Shadow of Mordor, Path of Exile, The Witcher 3, GTA V o Dark Souls III han demostrado que el rendimiento puede ser muy sólido, siempre que el hardware acompañe.
Eso sí, hay que tener claro que Steam Play sigue siendo una tecnología en evolución. Aunque cada vez es más estable, todavía hay juegos que no funcionan o que lo hacen con errores gráficos, cierres inesperados o problemas de rendimiento. Por eso es tan útil consultar ProtonDB, una base de datos colaborativa donde los usuarios reportan qué tal se comporta cada juego bajo Proton.
Por el momento, Valve marca de forma oficial solo una parte de su catálogo como plenamente compatible con Proton, pero la lista crece poco a poco conforme revisan y pulen cada título. Aun así, puedes forzar la ejecución con Proton incluso en juegos no verificados y, en muchos casos, te llevarás una sorpresa positiva.
Cómo activar la versión beta del cliente de Steam en Linux

Para disfrutar antes que nadie de las novedades de Steam Play, muchas veces viene bien activar la versión beta del cliente de Steam. Esta edición incluye funciones en pruebas (como mejoras en Proton), pero a cambio puede ser algo menos estable que la versión normal.
Lo primero es asegurarte de que tienes el cliente de Steam instalado en tu distribución Linux. Puedes descargarlo desde la web oficial de Steam o directamente desde la tienda de software de tu sistema (por ejemplo, en Ubuntu desde el Centro de Software, o vía terminal con el paquete correspondiente).
Una vez instalado y después de iniciar sesión en tu cuenta, abre el menú de la esquina superior izquierda y accede a las Preferencias o Parámetros de Steam. Dentro de esa ventana, entra en la sección “Cuenta”, que es donde se controlan los ajustes de participación en betas.
En ese apartado verás un campo dedicado a las versiones de prueba. Pulsa en el botón que te permite cambiar tu participación en procesos beta y, en el desplegable, selecciona la opción “Steam Beta Update”. Confirma los cambios y cierra el cuadro de diálogo.
Para aplicar el cambio de canal, Steam te pedirá reiniciar completamente el cliente. Déjalo cerrar y volver a arrancar; cuando se abra de nuevo, estarás usando la versión beta, que suele recibir antes las mejoras relacionadas con Proton y Steam Play.
Activar Steam Play y Proton para todos los juegos de Windows
Una vez que tengas el cliente listo, el siguiente paso clave es habilitar Steam Play para que pueda encargarse de tus juegos de Windows en Linux. Por defecto, Steam solo usa Proton en un listado relativamente corto de títulos que Valve ha revisado y marcado como compatibles.
Ese comportamiento conservador no quiere decir que el resto de juegos de Windows no se puedan ejecutar en Linux, simplemente indica que Valve aún no los ha probado en profundidad o que pueden presentar fallos. Si quieres arriesgarte y probar por tu cuenta, puedes forzar el uso de Proton en todos los títulos.
Para ello vuelve a abrir las Preferencias de Steam y entra en la sección “Steam Play”. Dentro encontrarás una casilla para permitir Steam Play solo en juegos oficialmente soportados y otra que habilita la compatibilidad para todos los títulos. Marca la opción “Habilitar Steam Play para todos los títulos”, elige la versión de Proton que quieras usar por defecto y guarda los cambios.
A partir de ese momento, cuando navegues por tu biblioteca o por la tienda, Steam tratará de usar Proton siempre que detecte que un juego es solo para Windows. Ya no verás el típico aviso de “este título no es compatible con tu sistema operativo”, sino que en muchos casos te aparecerá directamente el botón de instalar.
En algunos títulos te puede interesar forzar una versión específica de Proton en lugar de la global. Para hacerlo, entra en las Propiedades del juego (clic derecho en la biblioteca), ve a la pestaña “Compatibilidad” y marca la opción que permite seleccionar manualmente una versión concreta de Proton en el desplegable.
Instalar y ejecutar juegos de Windows desde tu biblioteca de Steam
Una vez activado Steam Play para todos los títulos, llega la parte más agradecida: instalar y probar tus juegos de Windows directamente en Linux, sin tener que recurrir a instaladores externos ni a otras capas adicionales.
Abre la pestaña de Biblioteca de Steam y revisa tus juegos. Allí donde antes veías mensajes de que el juego no era compatible con tu sistema, ahora deberías encontrar el mismo botón de “Instalar” que tendrías si estuvieras en Windows. Basta con escoger la ruta, aceptar y esperar a que se descargue.
Durante la primera ejecución de muchos títulos, Steam y Proton aprovechan para instalar componentes adicionales como la versión adecuada de DirectX, Visual C++ o .NET. Este proceso puede llevar unos segundos extra antes de que la ventana del juego aparezca en tu escritorio.
La experiencia real dependerá bastante de tus componentes: tarjeta gráfica, drivers, CPU, memoria y calidad de tu configuración de Vulkan. Dos equipos con el mismo sistema operativo pueden comportarse de forma muy distinta con Proton simplemente por usar GPUs diferentes o por tener drivers propietarios mal configurados.
Si algún juego no arranca o muestra problemas, hay un pequeño truco que a veces funciona. Abre las Propiedades del juego en Steam, ve a “Archivos locales” y pulsa en “Explorar”. Dentro de la carpeta del juego, localiza el archivo ejecutable principal (.exe) y renómbralo a “launcher.exe” tras guardar una copia de seguridad. En ciertos casos Proton solo termina de encajar cuando el ejecutable se llama justo así.
Conviene tener presente que, aunque en muchos títulos la experiencia es prácticamente perfecta, otros pueden presentar errores gráficos, pequeños tirones o fallos concretos. Por eso es tan recomendable revisar ProtonDB, donde otros usuarios suelen compartir parámetros de lanzamiento, versiones de Proton recomendadas y ajustes gráficos que marcan la diferencia.
Redactor apasionado del mundo de los bytes y la tecnología en general. Me encanta compartir mis conocimientos a través de la escritura, y eso es lo que haré en este blog, mostrarte todo lo más interesante sobre gadgets, software, hardware, tendencias tecnológicas, y más. Mi objetivo es ayudarte a navegar por el mundo digital de forma sencilla y entretenida.