Cómo evitar skimming y fraudes online en Black Friday

Última actualización: 27/11/2025
Autor: Isaac
  • Desconfía de chollos imposibles, comprueba dominios y datos legales de la tienda antes de introducir tu tarjeta.
  • Usa tarjetas virtuales, pasarelas de pago seguras y autenticación reforzada para limitar el impacto de un posible skimming.
  • Evita comprar desde wifis públicas, mantén tus dispositivos actualizados y activa la verificación en dos pasos.
  • Si detectas cargos extraños, bloquea la tarjeta, reúne pruebas y contacta de inmediato con tu banco y las autoridades.

Consejos para evitar skimming en Black Friday

El Black Friday se ha convertido en el gran escaparate de descuentos, pero también en un auténtico parque de atracciones para ciberdelincuentes. Con miles de ofertas, contadores regresivos y mensajes de “últimas unidades”, es más fácil de lo que parece bajar la guardia y caer en fraudes como el skimming digital, el phishing, el smishing o las páginas falsas que imitan a tiendas de confianza.

En los últimos años, la Policía Nacional, el INCIBE y expertos en ciberseguridad han detectado un aumento notable de webs fraudulentas, campañas masivas de correos y SMS falsos, así como nuevas tácticas que incluyen incluso llamadas telefónicas y números de atención al cliente inventados. Esta guía reúne, de forma práctica y muy completa, todas las recomendaciones oficiales y de los especialistas para que puedas comprar con tranquilidad sin que el Black Friday se convierta en un susto para tu bolsillo… o para tus datos.

Qué es el skimming digital y por qué es tan peligroso en Black Friday

Skimming digital en tiendas online

El skimming digital es una técnica en la que los delincuentes introducen, de forma oculta, un código malicioso en la página de pago de un comercio online. Ese código actúa como un “datáfono fantasma”: cuando introduces los datos de tu tarjeta, la información se envía también a los atacantes, que pueden clonarla o hacer cargos fraudulentos sin que lo notes al momento.

Este tipo de ataque suele aprovechar vulnerabilidades en el e-commerce, plugins desactualizados o brechas en la cadena de suministro de software. Los expertos en seguridad recomiendan a las empresas realizar auditorías continuas, gestión de vulnerabilidades y pruebas específicas para evitar que su web se convierta, sin saberlo, en un punto de recolección de tarjetas robadas durante el Black Friday y la campaña navideña.

Para el consumidor, el problema es que no siempre es evidente detectar un skimming digital: la web puede parecer totalmente legítima, con candado y diseño cuidado. Aun así, hay señales que ayudan a reducir el riesgo, como comprobar el dominio con lupa, usar métodos de pago intermedios (PayPal, tarjetas virtuales) y activar alertas de movimientos en tu banco para reaccionar rápido ante cualquier cargo extraño.

Decálogo básico de la Policía Nacional para comprar seguro

Seguridad online en Black Friday

De cara al Black Friday, la Policía Nacional ha difundido un decálogo muy claro, pensado para que cualquier persona, tenga el nivel de conocimientos que tenga, pueda protegerse mejor frente a fraudes online, tarjetas clonadas y estafas en general.

El primer mensaje es psicológico: no te dejes arrastrar por la prisa ni por los chollos imposibles. Los expertos insisten en que términos como “solo hoy”, “última oportunidad” o “descuento 48 horas” se usan precisamente para que tomes decisiones impulsivas, sin pararte a revisar si la web es auténtica o si la oferta tiene sentido.

Entre las recomendaciones clave, los agentes subrayan la importancia de utilizar tarjetas virtuales de un solo uso o monederos con saldo limitado, priorizar las webs oficiales, desconfiar de los enlaces que llegan por email o SMS y evitar, en la medida de lo posible, realizar compras conectados a redes Wi-Fi públicas sin cifrado.

Además, destacan que los ciberdelincuentes están refinando su estrategia y ya no se limitan a enviar correos: lanzan campañas de phishing y smishing en las que incluyen teléfonos falsos a los que la víctima debe llamar. De este modo, en la propia conversación telefónica pueden solicitar datos sensibles como números de tarjeta, códigos PIN o claves de verificación.

Ofertas demasiado buenas, el gancho estrella de los fraudes

Una de las constantes en todos los avisos de Policía, INCIBE y expertos es muy sencilla: nadie regala nada, ni siquiera en Black Friday. Si un producto de alta gama aparece a un precio ridículamente bajo respecto a la media, lo más prudente es pensar que puede ser una estafa.

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Para detectar estas trampas, conviene comparar el precio del artículo en varias tiendas fiables. Cuando la diferencia respecto a otras webs es abismal, estamos ante una señal de alarma clara. En muchos de estos supuestos chollos, el objetivo real no es venderte nada, sino robar los datos de tu tarjeta o tus credenciales de acceso a cuentas bancarias o plataformas de pago.

Los organismos de consumo recuerdan también que muchas “rebajas espectaculares” son, en realidad, subidas previas de precio para luego simular un descuento enorme. Revisar el historial de precios semanas antes del Black Friday ayuda a distinguir entre una oferta genuina y un simple truco de marketing que juega con el porcentaje de descuento.

Una buena práctica es llegar al Black Friday con una lista cerrada de productos y un presupuesto claro. Esa “mentalidad antitimo” reduce los impulsos de última hora y deja menos margen para caer en trampas diseñadas para quienes compran sin planificación.

Cómo reconocer webs falsas y evitar el skimming en la pasarela de pago

Las páginas que imitan a tiendas como Amazon, AliExpress, grandes cadenas o comercios de toda la vida se han multiplicado. Su misión suele ser doble: robar datos personales y bancarios, y servir como plataforma para ataques de skimming digital.

Antes de introducir tu tarjeta en una web, conviene aplicar una pequeña checklist de seguridad. Primero, revisa la barra del navegador: la dirección debe comenzar por «https://» y mostrar el candado. Eso no garantiza que la página sea legítima, pero es un primer filtro básico.

El detalle más importante está en el dominio: cualquier cambio raro, letra de más, número que sustituye a una letra (amaz0n), guiones extra o extensiones extrañas debe ponerte en guardia. Muchas campañas de estafa se basan en pequeños errores de escritura (typosquatting) porque saben que la gente teclea rápido y no revisa.

También debes fijarte en la “letra pequeña” de la web: información legal, dirección física, CIF, teléfono de atención al cliente, política de devoluciones. Cuantos menos datos haya, más sospechoso. Un negocio real no tiene problema en mostrar claramente quién hay detrás, cómo contactarle y qué hace con tus datos.

Otro truco muy útil es buscar opiniones recientes de la tienda fuera de esa web, añadiendo palabras como “opiniones”, “estafa” o “reclamaciones” en el buscador. Si hay quejas constantes, mejor buscar el mismo producto en un marketplace o comercio de referencia donde el riesgo sea menor.

Phishing, smishing y llamadas: del correo al móvil y más allá

El phishing (correos fraudulentos), el smishing (mensajes de texto) y las llamadas telefónicas de suplantación son, en palabras de Europol y del INCIBE, algunas de las técnicas de estafa que más están creciendo, especialmente en fechas de compras masivas como el Black Friday.

Los delincuentes miman al máximo la apariencia de los mensajes: logotipos oficiales, nombres de empresas de mensajería, bancos o comercios conocidos, e incluso textos correctamente redactados. El objetivo es que pulses en un enlace para “confirmar un pago”, “regularizar un envío” o “aprovechar una oferta exclusiva”.

Tras ese enlace suele haber dos posibles caminos: una web falsa de login que copia la de tu banco o comercio para robar usuario y contraseña, o una página de pago manipulada donde te pedirán todos los datos de tu tarjeta, perfecta para combinar con técnicas de skimming.

En las campañas más recientes, que la Policía está destacando de forma especial, los propios mensajes incluyen números de teléfono falsos. La víctima llama creyendo que contacta con su banco o con la empresa de reparto y, en esa conversación, los estafadores le piden códigos de verificación, PIN, claves de firma o fotografías de tarjetas y documentos.

La regla de oro es clara: no hagas clic directamente en enlaces que lleguen por correo, SMS o apps de mensajería. Si te interesa lo que pone el mensaje, entra tú mismo en la web o app oficial tecleando la dirección, o utiliza los canales de contacto que sabes que son legítimos.

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La importancia de usar métodos de pago seguros

La forma en la que pagas marca la diferencia entre un susto controlado y un problema serio. Los organismos de seguridad recomiendan evitar, siempre que sea posible, las transferencias bancarias directas a desconocidos, ya que son muy difíciles de revertir si resulta ser un fraude.

En su lugar, es preferible usar tarjetas de prepago o virtuales específicas para compras online, que puedas recargar solo con el importe que vayas a gastar. De esa manera, si hay un robo de datos, el impacto económico queda muy limitado.

Otra opción muy recomendable son las plataformas de pago intermedias (como PayPal u otras similares), que añaden una capa adicional de protección y suelen ofrecer mecanismos de disputa si el producto no llega o no coincide con lo anunciado.

Sea cual sea el método, conviene activar la autenticación reforzada: códigos por SMS, apps de tu banco, biometría… y, sobre todo, no compartir jamás esos códigos con nadie, ni siquiera si alguien se presenta como empleado de una entidad financiera por teléfono o mensajería.

Por último, evita “dejar guardada” tu tarjeta en tiendas que usas de forma puntual o que no conoces. Es más incómodo introducir los datos cada vez, sí, pero reduces el riesgo si esa web sufre un incidente de seguridad o, directamente, resulta ser fraudulenta.

Redes Wi-Fi, dispositivos y contraseñas: tu escudo silencioso

Otra pata fundamental para esquivar el skimming y otros ciberataques en Black Friday es cuidar el entorno desde el que compras: conexión, dispositivos y hábitos de seguridad. Parece algo técnico, pero hay unos cuantos gestos sencillos que marcan la diferencia.

La recomendación unánime de Policía, INCIBE y expertos es no realizar compras conectados a redes Wi-Fi públicas (aeropuertos, cafeterías, centros comerciales…) cuando no sepas cómo están configuradas. Son más fáciles de interceptar y alguien podría capturar tus datos de inicio de sesión o tu información bancaria.

Siempre que puedas, compra usando tu red doméstica protegida con contraseña o tu conexión de datos móviles. Si no te queda otra que usar una red compartida, recurre a una VPN de confianza, que cifra el tráfico y dificulta muchísimo el trabajo a posibles atacantes.

A nivel de dispositivos, es vital mantener móvil, ordenador, navegador y apps siempre actualizados. Muchas actualizaciones corrigen vulnerabilidades que los ciberdelincuentes aprovechan a gran escala, especialmente en campañas masivas como el Black Friday.

Completa tu escudo con un antivirus de calidad, contraseñas largas y únicas para cada servicio, y, cuando esté disponible, verificación en dos pasos para correo, redes sociales, banca online y grandes plataformas de compra. Todo esto no te hará invulnerable, pero sí convierte tu perfil en un objetivo mucho menos atractivo.

Consejos específicos para empresas y e-commerce

El Black Friday no solo es un reto para el consumidor. Para miles de negocios y tiendas online, supone el pico de ventas del año y, a la vez, el momento de mayor exposición a ciberataques. Los actores maliciosos saben que es cuando más tráfico, más transacciones y más prisas hay, lo que multiplica el potencial daño de cualquier incidencia.

Los especialistas en seguridad recomiendan a las empresas situar la ciberseguridad en el centro de su estrategia todo el año, y no limitarse a tomar medidas improvisadas a última hora. Esto incluye realizar auditorías de seguridad periódicas sobre webs, APIs y apps móviles para localizar vulnerabilidades y corregirlas antes de que alguien las explote.

Asimismo, insisten en la importancia de una gestión continua de vulnerabilidades, muy especialmente en todo lo que afecte al proceso de compra y a la gestión de datos de clientes. Tener visibilidad sobre nuevas fallas (incluidas las de día cero) y su impacto real en la infraestructura ayuda a priorizar qué hay que parchear con más urgencia.

Frente a ataques clásicos pero aún muy efectivos, como los DDoS que tiran abajo tiendas online en fechas críticas, se aconseja realizar DoS Test en entornos controlados. Estas simulaciones permiten comprobar el comportamiento del backend, la capacidad de autoescalado y los tiempos de respuesta ante un aluvión de peticiones maliciosas.

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Por último, los servicios de ciberinteligencia se han convertido en un aliado clave para monitorear campañas de suplantación de marca, tiendas falsas que copian la identidad corporativa o perfiles de redes sociales comprometidos. Con ellos, las compañías pueden reaccionar antes de que un fraude masivo dañe de forma seria su reputación y la confianza de sus clientes.

Formación, concienciación y micropodcasts de la Policía

Muchos incidentes, tanto en empresas como entre usuarios de a pie, tienen un denominador común: falta de formación y de hábitos de ciberseguridad. Un solo clic en un enlace malicioso o una contraseña compartida por teléfono puede abrir la puerta a un desastre.

Por eso, los expertos recomiendan a las organizaciones realizar test de ingeniería social (simulaciones de phishing) de forma periódica, acompañados de programas de formación continua que enseñen a sus plantillas a detectar correos sospechosos, verificar enlaces y proteger información sensible.

Del lado del ciudadano, la Policía Nacional ha lanzado una campaña de micropodcasts en Spotify, donde agentes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia explican, en episodios de alrededor de un minuto, las principales modalidades de ciberestafa.

Los primeros capítulos se centran en el skimming digital y el phishing, y cada viernes se publican nuevos contenidos con ejemplos claros y consejos muy prácticos. Este formato corto, directo y en lenguaje sencillo facilita que cualquier persona pueda ponerse al día en ciberseguridad sin necesidad de conocimientos técnicos.

Además, muchas administraciones y organismos de consumo lanzan campañas informativas previas al Black Friday, recordando pautas esenciales como desconfiar de premios inesperados, revisar siempre el remitente de los correos y acudir a las apps oficiales de las tiendas para seguir los pedidos sin riesgos añadidos.

Qué hacer si ya has caído en una estafa o detectas skimming

Aunque sigas todos los consejos, el riesgo cero no existe. Por eso es crucial saber cómo reaccionar si sospechas que has sido víctima de un fraude, que tu tarjeta se ha visto comprometida por skimming o que alguien ha accedido sin permiso a tus cuentas.

Lo primero es contactar inmediatamente con tu banco o la entidad de pago para bloquear la tarjeta o cuenta afectada y pedir la anulación de cargos no autorizados. Cuanto antes lo hagas, más fácil será limitar el daño económico.

En paralelo, conviene cambiar las contraseñas de los servicios implicados (correo, tiendas online, banca, redes sociales…) y activar, si no lo tenías ya, la verificación en dos pasos. Así se complica mucho más que vuelvan a entrar incluso si ya conocen tu clave.

Guarda todo lo que pueda servir como prueba: correos, SMS, capturas de pantalla, justificantes, anuncios vistos, dominios sospechosos. Esa información puede ser muy útil tanto para la reclamación bancaria como para una eventual denuncia.

Si tienes dudas sobre los pasos a seguir, puedes recurrir a recursos como la línea 017 del INCIBE, un servicio telefónico gratuito y confidencial donde te orientan en casos de ciberseguridad. En situaciones de importe relevante, suplantación de identidad o robo masivo de datos, es muy recomendable presentar denuncia ante Policía o Guardia Civil.

Tomarse en serio los ciberfraudes de Black Friday, asumir que cualquiera puede ser objetivo y adoptar estas medidas de prevención y reacción rápida hace que sea mucho más viable disfrutar de las ofertas con cabeza, reduciendo al máximo las posibilidades de que una compra acabe en skimming, cargos abusivos o robo de datos personales.

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