Cómo usar WSLg en Windows para ejecutar Linux con interfaz gráfica

Última actualización: 17/12/2025
Autor: Isaac
  • WSLg amplía WSL 2 para permitir ejecutar aplicaciones gráficas de Linux integradas con el escritorio de Windows.
  • La instalación actual de WSL y WSLg se simplifica con el comando único wsl --install en Windows 10 reciente y Windows 11.
  • WSL 2 ofrece mejor rendimiento y compatibilidad que WSL 1 al usar un kernel Linux real sobre una VM ligera de Hyper-V.
  • WSL/WSLg resultan ideales para desarrollo y pruebas en Linux desde Windows, aunque no sustituyen a entornos de producción nativos.

WSLg en Windows

Si trabajas con Windows pero necesitas a diario herramientas y entornos de Linux para desarrollar, probar o administrar sistemas, WSL y WSLg se han convertido en la pareja perfecta. Gracias a estas tecnologías puedes tener, en la misma máquina, un Linux casi completo y, además, lanzar aplicaciones con interfaz gráfica como si fueran programas nativos de Windows, sin pelearte con máquinas virtuales ni configuraciones raras, por ejemplo instalando paquetes Flatpak.

En las próximas líneas vas a ver paso a paso cómo instalar, configurar y exprimir WSL y WSLg en Windows 10 y Windows 11, qué comandos necesitas dominar, cómo elegir la versión adecuada (WSL 1 o WSL 2), en qué se diferencia de una máquina virtual, Docker o el arranque dual, y qué limitaciones te vas a encontrar para que sepas cuándo te compensa usarlo y cuándo no.

Qué es WSL y qué añade exactamente WSLg

El Subsistema de Windows para Linux, o WSL (Windows Subsystem for Linux), es una capa de compatibilidad creada por Microsoft que permite ejecutar distribuciones GNU/Linux (Ubuntu, Debian, Kali, openSUSE, Arch, etc.) dentro de Windows, con acceso a sus comandos, herramientas de desarrollo y servicios, sin tener que levantar una máquina virtual completa ni instalar Linux en arranque dual.

Con WSL 1 se traducían las llamadas al sistema de Linux para que las entendiera el kernel de Windows mediante una capa intermedia, mientras que WSL 2 utiliza una pequeña máquina virtual basada en Hyper-V con un kernel Linux real, lo que mejora de forma brutal el rendimiento, la compatibilidad y la posibilidad de ejecutar cosas como Docker, servicios de red complejos y utilidades que requieren funciones de kernel avanzadas.

Sobre esa base aparece WSLg, que no es más que la extensión gráfica de WSL 2 y permite ejecutar aplicaciones de Linux con interfaz de ventanas directamente en el escritorio de Windows. Eso significa que puedes abrir, por ejemplo, un editor gráfico, un navegador o una herramienta de diseño hecha para Linux y verla como una ventana normal de Windows, con su icono en la barra de tareas y con copia/pega entre sistemas.

Uno de los puntos fuertes de este enfoque es la integración con el sistema de archivos, porque con WSL y WSLg Windows y Linux pueden acceder al almacenamiento del otro lado: desde Linux ves tus unidades NTFS bajo /mnt/c, /mnt/d, etc., y desde el Explorador de archivos puedes entrar al sistema de ficheros ext4 de WSL como si fuera una carpeta más.

Además, todo esto ocurre sin alterar tu instalación principal de Windows, de modo que si rompes algo en la distro Linux instalada en WSL, simplemente la desinstalas o la vuelves a crear y Windows seguirá funcionando tan campante, algo muy cómodo para experimentar o aprender sin miedo.

Requisitos y versiones de Windows compatibles

Antes de meterse a fondo con WSLg es importante comprobar que tu versión de Windows soporta correctamente WSL 2, ya que WSLg se apoya precisamente en esa segunda versión del subsistema.

Para poder usar los comandos modernos de instalación simplificada necesitas como mínimo Windows 10 versión 2004 (compilación 19041) o cualquier versión de Windows 11. En estas versiones basta con un único comando para instalar todo el entorno, sin pasar por menús de características opcionales ni por instaladores adicionales.

Si estás en una versión de Windows 10 anterior a esa, podrás seguir usando WSL, pero tendrás que recurrir a la instalación manual y a la configuración más clásica (habilitar características desde el Panel de control, instalar el kernel aparte, etc.). En cualquier caso, siempre es recomendable actualizar el sistema a una compilación moderna por seguridad, rendimiento y compatibilidad.

Además de la versión de Windows, vas a necesitar que en la BIOS o UEFI de tu equipo esté activada la virtualización de hardware (Intel VT-x, AMD-V o equivalente). Sin esa opción, WSL 2 no podrá arrancar la máquina virtual ligera que utiliza por debajo y verás errores del tipo 0x80370102 durante la instalación.

En escenarios más exigentes, como WSLg con muchas aplicaciones abiertas, o contenedores Docker pesados, también se recomienda contar con al menos 8 GB de RAM y un disco SSD, para que el sistema no se arrastre cada vez que lances entornos de desarrollo, bases de datos o herramientas gráficas.

Instalar WSL y WSLg con un solo comando

La forma más cómoda de empezar hoy en día es utilizar el comando integrado de Windows que prepara todo el subsistema de Linux por ti. El proceso es muy sencillo: abre PowerShell o el Símbolo del sistema con permisos de administrador (botón derecho > “Ejecutar como administrador”) y ejecuta:

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wsl --install

Este comando se encarga de habilitar las características necesarias de Windows, descargar e instalar el paquete de WSL, añadir por defecto Ubuntu como distribución Linux inicial y preparar también los componentes para WSL 2. En las versiones más recientes de Windows 11, WSLg se instala como parte de este mismo paquete, por lo que tendrás soporte gráfico nada más terminar.

Durante el proceso verás mensajes en la consola informando de la descarga de paquetes, la instalación de la distro y la configuración básica. Al terminar, Windows te pedirá reiniciar el equipo para completar la operación, ya que se han habilitado componentes de sistema como la Plataforma de máquina virtual.

La primera vez que ejecutes la distribución recién instalada (por ejemplo, buscando “Ubuntu” en el menú Inicio) se abrirá una ventana tipo terminal que descomprimirá el sistema base y te pedirá crear un usuario y una contraseña propios para Linux. Estos datos no tienen por qué coincidir con tu cuenta de Windows y se usarán solo dentro de la distro.

Si prefieres un control más fino, el mismo comando de instalación permite varias opciones adicionales, como elegir distro, cambiar la ubicación o instalar sin lanzar automáticamente el entorno:

  • wsl --install --distribution Debian para instalar Debian en lugar de Ubuntu.
  • wsl --install --no-launch si quieres que la distro quede instalada, pero no se abra al terminar.
  • wsl --install --web-download para forzar la descarga desde Internet en lugar de pasar por Microsoft Store.

Activar WSL y WSL 2 de forma manual (PowerShell, CMD y características de Windows)

Aunque el comando anterior es lo más directo, en algunos entornos corporativos o en versiones específicas puede que tengas que activar los componentes de WSL manualmente usando las “Características de Windows” o comandos de administración.

Si prefieres la vía gráfica clásica, puedes abrir el buscador de Windows y escribir “Características de Windows”. En la ventana que aparece, marca las casillas de “Subsistema de Windows para Linux” y “Plataforma de máquina virtual”, confirma los cambios y reinicia cuando el sistema lo solicite para que se habiliten los servicios.

También puedes hacerlo desde PowerShell con permisos de administrador, lo que resulta muy práctico en scripts o en servidores Windows donde no quieres usar interfaces gráficas. Para ello, ejecuta:

Enable-WindowsOptionalFeature -Online -FeatureName Microsoft-Windows-Subsystem-Linux

Tras reiniciar el equipo será el turno de la virtualización. Para activar la Plataforma de máquina virtual (necesaria para WSL 2) puedes usar la herramienta DISM con este comando en PowerShell o CMD elevado:

dism.exe /online /enable-feature /featurename:VirtualMachinePlatform /all /norestart

En versiones modernas de Windows 10 (2004 en adelante) y en Windows 11, todo este proceso se simplifica hasta el extremo de que basta con el ya mencionado wsl --install, pero conocer estos comandos te puede sacar de un apuro cuando algo falle, cuando debas automatizar despliegues o cuando WSL se haya instalado antes de que existiera el nuevo asistente.

Elegir distribución de Linux y gestionar varias distros

Una vez que tienes el subsistema activo, lo siguiente es decidir qué distribución de Linux quieres usar. Por defecto, Windows instala Ubuntu, pero puedes listar todas las distros disponibles en línea con:

wsl --list --online

El sistema te mostrará un catálogo de distribuciones preparadas para WSL: distintas versiones de Ubuntu, Debian, Kali Linux, openSUSE, etc. Para instalar una de ellas basta con ejecutar:

wsl --install -d <NombreDistribucion>

Una vez instalada, verás cada distro como una aplicación independiente en el menú Inicio de Windows, con su propio icono. Puedes abrirlas desde ahí o desde PowerShell/ CMD con comandos como wsl -d Debian, según el nombre de cada una.

Para revisar qué distribuciones tienes ya instaladas localmente, y saber si se están ejecutando sobre WSL 1 o WSL 2, usa el comando:

wsl --list --verbose

En la salida verás cada distribución con su estado (Running o Stopped) y su versión de WSL asociada. Si quieres tener varias distros, es perfectamente posible: WSL admite tantas instalaciones Linux como quieras, ya sean de Microsoft Store, importadas desde archivos TAR o incluso discos virtuales .vhdx.

WSL 1 vs WSL 2: qué versión usar y cómo cambiarla

Desde la actualización de mayo de 2020 de Windows 10, Microsoft puso a disposición de los usuarios WSL 2 como evolución directa de WSL 1. La diferencia clave es que WSL 1 era una capa de traducción y WSL 2 se apoya en una máquina virtual Hyper-V ligera con un kernel Linux real, lo que mejora la compatibilidad y el rendimiento de manera notable.

Con WSL 2 se solucionan muchos problemas de acceso a ficheros, soporte de servicios y rendimiento en operaciones intensivas de entrada/salida, hasta el punto de conseguir aceleraciones de varios cientos por ciento en determinadas tareas. Además, la integración con el Explorador de archivos es mejor, puedes acceder de forma más directa al sistema ext4 y es mucho más simple cambiar de distribución o exportar/importar entornos.

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Para saber qué versión de WSL está utilizando cada una de tus distribuciones instaladas puedes lanzar:

wsl -l -v

Ese comando te permite saber qué versión de WSL usa cada distro y planificar si merece la pena migrar alguna a WSL 2.

Si quieres que a partir de ahora todas las nuevas distribuciones que instales se creen automáticamente sobre WSL 2, establece la versión por defecto con:

wsl --set-default-version 2

Y si ya tenías una distro creada tiempo atrás sobre WSL 1 y ahora quieres aprovechar las ventajas de WSL 2 sin reinstalarla desde cero, puedes convertirla con este comando:

wsl --set-version <NombreDistribucion> 2

Primer arranque, actualización del sistema y comandos básicos

La primera vez que abras una distribución recién instalada (Ubuntu, Debian, etc.) verás cómo se termina de configurar el entorno base. A continuación, el sistema te pedirá que crees un nombre de usuario y una contraseña para Linux. Recuerda que esa cuenta es independiente de la que utilizas para iniciar sesión en Windows.

Una vez dentro tendrás un terminal Linux completamente operativo, así que lo más recomendable es actualizar los paquetes del sistema igual que harías en un equipo físico o una máquina virtual y decidir si aplicar actualizaciones inmediatamente. En el caso de Ubuntu o Debian, el comando típico sería:

sudo apt update && sudo apt upgrade

Después puedes empezar a familiarizarte con algunos comandos básicos si estás dando tus primeros pasos en Linux. Instrucciones como ls, cd o pwd te permiten listar archivos, cambiar de directorio o saber en qué ruta estás:

  • ls muestra el contenido de la carpeta actual.
  • cd nombre_carpeta cambia a un directorio concreto.
  • pwd imprime la ruta absoluta en la que te encuentras.

Si eres desarrollador, te resultará muy útil poder instalar compiladores, intérpretes, servidores y frameworks directamente aquí, como harías en cualquier servidor Linux real: git, Node.js, Python, PHP, bases de datos, colas de mensajes, etc.

Cómo abrir WSL y ejecutar comandos desde Windows

Cuando quieras volver a tu entorno Linux no hace falta repetir todo el proceso de instalación, por supuesto. Puedes abrir la distro de varias maneras: desde el menú Inicio, desde Windows Terminal o desde PowerShell/CMD usando el comando wsl.

Si quieres trabajar directamente “dentro” del sistema Linux, basta con escribir wsl (o el nombre de la distribución, por ejemplo ubuntu) en PowerShell. Eso te lanzará una sesión interactiva de la distro predeterminada y verás en el prompt algo del estilo usuario@equipo:~$.

Otra posibilidad muy cómoda es ejecutar un comando suelto de Linux desde Windows sin entrar en la shell. Por ejemplo, desde PowerShell puedes listar el contenido del directorio actual bajo el punto de vista de Linux con:

wsl ls

Si quieres que WSL arranque directamente en tu directorio personal, puedes usar el atajo ~ con el comando:

wsl ~

Ese truco permite arrancar en tu directorio personal sin pasos adicionales.

Para cambiar qué distribución se considera predeterminada (la que se lanza cuando no indicas nombre) puedes ejecutar:

wsl --set-default <NombreDistribucion>

Este comando sirve para cambiar la distro predeterminada de forma sencilla.

Windows Terminal: el compañero ideal para WSL y WSLg

Aunque puedes trabajar con WSL desde PowerShell o el clásico CMD, la experiencia mejora mucho si instalas Windows Terminal desde Microsoft Store. Esta aplicación de consola moderna permite abrir múltiples pestañas y paneles, cada uno apuntando a PowerShell, símbolo del sistema, distintas distros Linux, Azure CLI y lo que necesites.

En Windows Terminal puedes crear perfiles específicos para cada distribución de WSL o para distintos tipos de shell, de forma que sea muy sencillo abrir una pestaña nueva directamente en la distro que vayas a usar. También puedes personalizar colores, fuentes, atajos de teclado en Linux y fondos para distinguir fácilmente cada entorno.

Una vez configurado, Windows Terminal se convierte prácticamente en la herramienta central desde la que controlar Windows y Linux a la vez: un par de pestañas para tu código y scripts en WSL, otra para logs en un servidor remoto vía SSH, otra con PowerShell para gestionar servicios de Windows, etc.

Incluso aunque no fueras a usar WSL, muchos desarrolladores han adoptado Windows Terminal como terminal principal, ya que reemplaza a viejas utilidades como PuTTY y ofrece una experiencia mucho más moderna e integrada con el sistema operativo y con herramientas como Git.

WSLg: usar aplicaciones gráficas de Linux en Windows

WSLg surge precisamente para resolver una de las grandes carencias históricas de WSL: la falta de un entorno gráfico oficial y bien integrado para aplicaciones Linux. Hasta hace poco, si querías usar un escritorio completo o programas GUI desde WSL, tenías que recurrir a servidores X externos, VNC o proyectos como Win-KeX (en el caso de Kali).

Con WSLg, Microsoft integra un servidor gráfico basado en Wayland y X11 dentro del propio subsistema, de forma que cuando lanzas una aplicación de Linux con interfaz, aparece en el escritorio de Windows como una ventana normal más. Se integra con la barra de tareas, se puede anclar, admite atajos de teclado y se beneficia de la aceleración gráfica de la GPU cuando está disponible; puedes comprobarla con el comando gpu-viewer de Linux.

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Esto abre la puerta a ejecutar editores de texto gráficos, IDEs, navegadores, herramientas de diseño y administración propias de Linux sin abandonar Windows, manteniendo a la vez acceso directo al sistema de archivos y al resto de aplicaciones nativas.

En distribuciones como Kali Linux, los desarrolladores han creado experiencias específicas como Win-KeX, que permiten abrir un escritorio completo de Kali dentro de una ventana en Windows, o fusionar aplicaciones gráficas de Kali con el entorno de Windows para que convivan ambas plataformas con bastante naturalidad.

Mientras Microsoft termina de pulir y extender estas capacidades, WSLg ya ofrece una base más que sólida para quienes quieren usar GUI de Linux sin máquinas virtuales completas, y para quienes venían huyendo de configuraciones manuales con X11 o RDP que daban bastantes quebraderos de cabeza.

Ventajas prácticas de usar WSL y WSLg frente a otras alternativas

Desde el punto de vista de un desarrollador o administrador, WSL y WSLg resuelven varias necesidades típicas que antes obligaban a recurrir a otras soluciones más engorrosas. La principal es que puedes desarrollar en un entorno prácticamente idéntico al de producción, que a menudo es un servidor Linux, sin abandonar el escritorio Windows en el que quizá estás más cómodo o sobre el que tu empresa estandariza.

Esto significa que librerías, versiones de runtime, gestores de paquetes, bases de datos, colas de mensajes y demás componentes que usas en producción pueden replicarse de forma muy fiel en tu entorno local, reduciendo los clásicos “en mi máquina funciona” derivados de las diferencias entre Windows y Linux.

Para quienes están aprendiendo Linux, WSL es también una puerta de entrada excelente, porque impulsa un entorno suficientemente realista y, al mismo tiempo, casi imposible de romper de forma irreversible. Si la distro se estropea o la dejas hecha un caos, la borras y vuelves a empezar, sin afectar al sistema operativo anfitrión.

Otra ventaja sensible es el soporte de hardware. En equipos portátiles, Linux en escritorio a veces presenta problemas de drivers, incluidos los blobs binarios en Linux, suspensión, wifi o sonido. En cambio, como en WSL el sistema anfitrión es Windows, toda la compatibilidad se apoya en los drivers de Microsoft, y la distro Linux ve un conjunto de dispositivos virtualizados que suelen funcionar sin dolores de cabeza.

Además, la interoperabilidad entre sistemas de archivos es muy potente. Puedes montar desde Linux unidades con formato ext4, pero también acceder desde Windows a unidades de Linux a través de WSL, algo muy útil si tienes discos con ese sistema de archivos y necesitas recuperar ficheros sin instalar utilidades de terceros.

Limitaciones y cuándo WSL/WSLg no es suficiente

Pese a todas sus virtudes, WSL no es un kernel nativo ejecutándose directamente sobre el hardware, sino que en WSL 2 depende de una máquina virtual Hyper-V. Esto arrastra una serie de límites naturales en rendimiento extremo, escalabilidad o acceso a ciertos tipos de hardware muy específicos.

En WSL 1, la ausencia de un kernel Linux real hacía que herramientas como Docker simplemente no pudieran funcionar correctamente, ya que necesitan capacidades de nivel de kernel que esa versión no proporcionaba. Con WSL 2 esto se corrige, pero aún así hay escenarios de producción muy exigentes en los que una máquina virtual dedicada o un servidor físico con Linux siguen siendo la opción más sensata.

La red en WSL también pasa por varias capas de virtualización, lo que implica un cierto coste de rendimiento. En servicios o pruebas donde el rendimiento de red a muy bajo nivel es crítico, puede que notes más latencias o limitaciones que en un Linux instalado de forma nativa.

Hay además periféricos y escenarios específicos (cierto hardware USB especializado, algunas tarjetas, etc.) que no acaban de llevarse bien con la forma en que Hyper-V expone los dispositivos al subsistema Linux. En estos casos, probablemente estarás mejor servido con una máquina virtual clásica o con arranque dual.

Por último, hay un aspecto casi filosófico: al tener Linux “escondido” dentro de Windows y poder ejecutar aplicaciones gráficas de Linux vía WSLg, muchos usuarios se quedan con esa capa y nunca experimentan lo que es trabajar en un escritorio Linux completo, con su propia gestión de ventanas, su filosofía de sistema y su ecosistema de aplicaciones.

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