- FurMark y FurMark 2 son herramientas extremas para estresar la GPU y la VRAM, medir estabilidad, consumo y comportamiento térmico en Windows y Linux.
- La prueba del “donut peludo” genera una carga sostenida muy alta, ideal para detectar artefactos, problemas de VRAM, limitaciones de refrigeración y fallos de diseño.
- Complementar FurMark con otros benchmarks como 3DMark, Unigine Heaven o juegos AAA ofrece una visión más realista del rendimiento y las temperaturas máximas.
- Usar tests de estrés con cabeza permite validar una GPU nueva o de segunda mano, comprobar la fuente de alimentación y asegurar la estabilidad del sistema a largo plazo.
Si te preocupa que tu tarjeta gráfica no esté rindiendo como debería, o sospechas que algo va mal tras un sobrecalentón o un overclock agresivo, las pruebas de estrés para la GPU y la VRAM con FurMark son una de las herramientas más bestias (y útiles) que puedes usar para diagnosticar fallos de hardware. Este tipo de test exprime la gráfica hasta límites que rara vez verás en juegos reales, ideal para comprobar estabilidad, consumo y comportamiento térmico.
Ahora bien, FurMark tiene fama de ser “el asesino de GPUs” y no es casualidad: exige tanto a la tarjeta gráfica que durante años algunos fabricantes han llegado a limitar el rendimiento de sus modelos cuando detectan este programa desde el driver, por miedo a que un mal uso acabe dañándolos. Vamos a ver con calma qué es exactamente FurMark (y FurMark 2), cómo funciona, cómo se usa correctamente, qué riesgos reales tiene y qué alternativas existen para completar tus pruebas de estrés.
Qué es FurMark y qué diferencia hay entre FurMark 1 y FurMark 2
FurMark nació hace ya bastante tiempo como un test de estrés extremo para tarjetas gráficas, y con los años se ha convertido casi en un estándar de facto a la hora de “torturar” una GPU. Su función principal es llevar la gráfica a una carga constante y muy elevada, de manera que puedas ver hasta dónde llega en consumo, temperatura y estabilidad sin intervención de la CPU.
La clave de FurMark está en la imagen con forma de donut u “ojo peludo” que ves al ejecutar la prueba. Ese anillo cubierto de pelaje se genera usando OpenGL, mediante algoritmos diseñados específicamente para que los núcleos de la GPU tengan que hacer un montón de cálculos vectoriales complejos en cada fotograma. Esa carga tan densa hace que la gráfica trabaje al 100 % de forma sostenida.
Además de ser una prueba de estrés, FurMark también actúa como pequeño benchmark: al finalizar puedes ver cuántos FPS ha sido capaz de mantener tu GPU y comparar resultados con otros usuarios mediante puntuaciones online. En la práctica, casi nadie lo usa como benchmark “serio”, pero sirve como referencia rápida del rendimiento en OpenGL.
Con el paso del tiempo han surgido dos ramas principales del programa: FurMark 1 y FurMark 2, que conviven actualmente y tienen diferencias importantes en soporte y características.
FurMark 1: el clásico que sigue siendo muy útil
FurMark 1 es la versión clásica del programa, la de toda la vida, y a día de hoy sigue mantenida. Se trata de una herramienta ligera, gratuita y centrada en Windows 32-bit (aunque durante años se ha usado perfectamente en sistemas modernos). Es muy simple de usar: instalas, eliges resolución, activas o no el modo pantalla completa, ajustas el antialiasing y lanzas el test.
Esta versión se apoya sobre la API OpenGL como base de renderizado, y es famosa por su capacidad para calentar la GPU a lo bestia. De hecho, la carga que genera en la tarjeta es tan brutal que muchos fabricantes de gráficas llegaron a detectar FurMark desde el driver y a limitar automáticamente las frecuencias de la GPU para evitar picos de consumo peligrosos.
Una de sus virtudes es que, pese a ser tan agresivo, es un software muy ligero y sin adware. El instalador no intenta colarte programas raros ni barras de herramientas, algo que hoy en día se agradece mucho. Lo descargas, das siguiente unas cuantas veces y lo tienes listo para usar sin sorpresas.
FurMark 1 también integra accesos directos a herramientas complementarias como GPU-Z, GPU-Shark y CPU Burner, pensadas para que puedas monitorizar el hardware o estresar otros componentes mientras haces la prueba a la GPU, algo muy interesante si quieres comprobar la estabilidad total del equipo y la fuente de alimentación.
FurMark 2: evolución con soporte para Windows y Linux
La evolución natural del programa es FurMark 2, el sucesor del FurMark original. Esta versión ha sido desarrollada con GeeXLab y mantiene la filosofía de ser una prueba de estrés muy intensa, pero añade funciones modernas y compatibilidad ampliada para distintos sistemas y APIs gráficas.
FurMark 2 está disponible tanto para Windows (32 y 64 bits) como para Linux, también en 32 y 64 bits, lo que abre la puerta a usarlo en una gran variedad de equipos, incluyendo estaciones de trabajo y máquinas que no ejecutan Windows. Es ideal si quieres tener un método uniforme de tortura gráfica independientemente del sistema operativo.
Otra diferencia clave es que, además de OpenGL, FurMark 2 funciona también como benchmark compatible con Vulkan, ofreciendo tests más acordes con las APIs modernas utilizadas por muchos juegos y aplicaciones actuales. Mantiene el sistema de puntuaciones online para que puedas comparar tu resultado con el de otros usuarios.
Por último, el soporte de línea de comandos se ha mejorado bastante: FurMark 2 incluye opciones avanzadas para automatizar pruebas, lanzar benchmarks con parámetros concretos o integrarlo en flujos de testeo automatizados. Esto es especialmente útil para entornos de laboratorio, overclockers que quieran repetir pruebas con distintos perfiles o testers que necesiten ejecutar el mismo escenario muchas veces.
Descarga e instalación de FurMark de forma segura
Para evitar sustos y versiones modificadas, lo más recomendable es descargar FurMark siempre desde la web oficial de Geeks3D, los desarrolladores del programa. Desde ahí tendrás acceso tanto a la versión clásica de FurMark 1 como a FurMark 2 y a herramientas relacionadas como GPU-Shark.
En el caso de FurMark 1 para Windows, te bajarás un archivo ejecutable de instalación del tipo FurMark_X.XX.X.X_setup, donde ese número de versión va cambiando según se actualiza el programa. El instalador es muy limpio, no incluye software extra ni basura, así que puedes avanzar por las pantallas de instalación sin miedo a que te cuelen nada raro.
Una vez instalado, el acceso directo de FurMark abrirá una ventana única donde verás todas las opciones de configuración a primera vista. En el centro aparecerá la lista de tarjetas gráficas detectadas por el sistema (muy útil si tienes iGPU + dedicada o varias GPUs), junto con datos básicos como la temperatura de la GPU y el porcentaje de TDP que está usando en reposo.
Desde esa misma pantalla podrás elegir si quieres ejecutar el test en modo ventana o a pantalla completa (Fullscreen), la resolución a la que se correrá la prueba, el nivel de antialiasing, los accesos a herramientas externas y los botones de benchmarks rápidos o de GPU Stress Test.
Opciones de configuración: resolución, antialiasing y herramientas
La resolución es uno de los ajustes que más impacto tiene en la carga de trabajo de la GPU. En FurMark puedes elegir entre múltiples resoluciones ya preparadas y agrupadas por formato: 4:3, 16:9, 16:10 y 21:9, cubriendo la mayoría de monitores convencionales y ultrapanorámicos.
Si ninguno de los modos predefinidos se adapta a lo que quieres, puedes usar la opción Custom para introducir una resolución personalizada. En ese caso, tendrás que rellenar los dos campos de anchura y altura con los valores que quieras. Es interesante si quieres simular, por ejemplo, una resolución específica que uses en juegos.
Justo debajo se encuentra el control del antialiasing, etiquetado como Anti-aliasing en la interfaz. Este ajuste te permite seleccionar diferentes niveles de suavizado de bordes; cuanto más alto sea el nivel, mayor será la carga sobre la GPU, ya que deberá calcular más muestras por píxel. Si tu objetivo es estresar al máximo la tarjeta, conviene subirlo, aunque siempre vigilando temperaturas.
En la sección “Tools” aparecen varios botones muy interesantes: GPU-Z, GPU-Shark y CPU Burner. GPU-Z, desarrollado por TechPowerUp, es una herramienta muy completa para consultar en detalle la información de tu tarjeta (frecuencias, tipo de memoria, ancho de bus, BIOS, sensores, etc.).
GPU-Shark, por su parte, es una utilidad ligera creada por Geeks3D, con interfaz algo más simple pero datos igual de útiles, perfecta para monitorizar temperaturas, consumos y frecuencias mientras FurMark está dando caña. Y CPU Burner sirve para estresar la CPU en paralelo, algo muy útil si quieres comprobar la estabilidad global del sistema o la capacidad real de tu fuente de alimentación bajo carga combinada.
Enlaces útiles: versiones Linux/macOS, SLI/CrossFire y resultados online
En la parte inferior de la ventana principal de FurMark encontrarás una serie de enlaces directos a recursos adicionales relacionados con el programa y con las pruebas de estrés de GPU en general. Merece la pena saber para qué sirve cada uno, porque te pueden ahorrar tiempo.
El enlace “FurMark Linux/OSX” te lleva a la página donde se recogen versiones y herramientas similares para sistemas Linux y macOS. No es exactamente el mismo ejecutable que la versión de Windows, pero sí son utilidades diseñadas con la misma filosofía de estrés gráfico, adaptadas a esas plataformas.
El enlace “SLI/CF” apunta a una sección donde se explican recomendaciones para probar configuraciones multi-GPU como NVIDIA SLI o AMD CrossFire. Encontrarás consejos para verificar si el modo multi-GPU está correctamente activado, qué ajustes hacer para que FurMark aproveche bien ambas tarjetas y cómo interpretar resultados.
Los enlaces “Compare your score” y “Online scores” sirven para subir y comparar tus resultados con los de otros usuarios. Básicamente, te permiten ver dónde se posiciona tu GPU frente a configuraciones similares o superiores, algo muy útil si quieres comprobar rápidamente si tu tarjeta está rindiendo dentro de lo esperable.
Por último, en la barra inferior tienes los botones “Settings”, “About” y “Quit”. El primero abre el menú de ajustes avanzados, donde puedes configurar parámetros globales de la aplicación; “About” te muestra información de la versión instalada y enlaces a otros programas de test; y “Quit” simplemente cierra FurMark.
Cómo usar FurMark para estresar la GPU y comprobar la VRAM
En la parte derecha de la interfaz principal tienes el corazón del programa: los botones para arrancar los benchmarks y las pruebas de estrés. Bajo el epígrafe “GPU benchmarks” verás varias opciones rápidas para resoluciones típicas: 720p, Full HD, QHD, 4K y un modo Custom que usa los parámetros que hayas configurado.
Si lo que quieres es un test sencillo, basta con elegir uno de esos presets y dejar que FurMark se ocupe de todo. En cambio, si deseas algo más flexible, puedes pulsar directamente en “GPU Stress Test”, que utiliza las opciones personalizadas que hayas seleccionado en resolución, antialiasing y demás.
Antes de iniciar cualquier prueba, FurMark muestra una ventana de advertencia explicando los posibles riesgos. Ahí se indica claramente que el test puede causar inestabilidades, pantallazos azules o apagados si la tarjeta no está en buen estado, si el overclock es demasiado agresivo o si la refrigeración no es suficiente. Es básicamente el recordatorio de que lo haces bajo tu propia responsabilidad.
Al pulsar en el botón “GO!” comienza el espectáculo: verás en pantalla el famoso “donut peludo” rotando sin parar, con la GPU trabajando como una bestia para renderizarlo. En la esquina superior izquierda tendrás un overlay con información clave en tiempo real: carga de GPU, FPS (mínimo, máximo y medio), frecuencia del núcleo y frecuencia de la VRAM.
En la parte inferior suele mostrarse un gráfico de la temperatura de la GPU a lo largo del tiempo, perfecto para ver cómo evoluciona el calor a medida que el test avanza. Si dejas FurMark corriendo unos cuantos minutos, verás cómo la temperatura se estabiliza en un valor concreto, y si lo prolongas más puedes detectar throttling térmico (bajada automática de frecuencia) o comportamientos raros de los ventiladores. Para aprender a medir y registrar esos valores puedes usar HWMonitor.
Además de la carga sobre la GPU, FurMark también ayuda a evidenciar problemas en la memoria de vídeo (VRAM). Si durante el test aparecen artefactos gráficos, cuadrados de colores, líneas raras o corrupción de imagen, es una señal clara de que algo no va bien: puede ser VRAM dañada, exceso de temperatura, falta de voltaje o un overclock inestable.
Por qué FurMark no siempre marca la temperatura máxima, pero sí el consumo sostenido
Un detalle curioso de FurMark es que, aunque es famoso por calentar las tarjetas, no siempre es la prueba que consigue la temperatura pico absoluta en todas las GPU modernas. Esto se debe a cómo funcionan los algoritmos de boost y gestión de energía de las gráficas actuales.
La mayoría de GPUs recientes detectan que FurMark es una carga artificial y extremadamente constante, por lo que su firmware y drivers pueden reaccionar bajando automáticamente las frecuencias de reloj y los voltajes para mantenerse dentro de unos márgenes térmicos y de consumo considerados seguros.
Eso significa que, en algunos modelos, FurMark no lleva a la gráfica a su temperatura más alta posible, aunque sí logra mantener un consumo medio muy elevado durante largos periodos. Otros tests, como ciertos juegos exigentes o benchmarks tipo Unigine, pueden generar picos breves de voltaje y frecuencia que suben unas décimas extra la temperatura, aunque el consumo medio sea menor.
Por todo esto, FurMark se ha consolidado como una herramienta excelente para medir consumo sostenido y estabilidad bajo estrés prolongado, más que para hallar el pico de temperatura absoluto. Combinado con un test de CPU como Prime95, Linpack Xtreme u OCCT, se convierte también en una manera muy potente de poner a prueba tu fuente de alimentación.
En tarjetas gráficas más antiguas, que no tienen algoritmos de boost tan agresivos o sofisticados, FurMark sí suele conseguir llevar la GPU a sus máximas temperaturas, por lo que sigue siendo muy válido para comprobar si la refrigeración está a la altura o si la pasta térmica ya está pidiendo un cambio.
¿Puede FurMark romper tu tarjeta gráfica?
Esta pregunta ronda a cualquiera que se plantea ejecutar una prueba de estrés tan salvaje: ¿es posible cargarse la GPU usando FurMark? La respuesta honesta es que es muy poco probable… pero no imposible, sobre todo en hardware antiguo o con problemas previos.
Históricamente ha habido casos sonados, como el de una GTX 275 con los VRM literalmente destrozados tras un test con FurMark, mostrada incluso por los propios desarrolladores como ejemplo de lo que podía ocurrir hace más de una década. En aquella época, los sistemas de protección térmica y de consumo no estaban tan refinados y era más fácil que un mal diseño de VRM acabara reventando bajo este tipo de carga.
Hoy en día, las GPU modernas cuentan con un control térmico mucho más preciso, límites de potencia configurables, sistemas de protección por temperatura y drivers que pueden reconocer cargas “poco realistas” como FurMark y limitar el rendimiento para evitar daños. Por eso, en condiciones normales, lo más que suele ocurrir es un apagado de emergencia, un crash o un pantallazo azul si algo no va bien.
Los escenarios donde hay riesgo real son básicamente dos: por un lado, fallos graves de diseño en el modelo concreto (VRM subdimensionados, refrigeración deficiente, etc.), algo relativamente raro pero posible; y por otro, overclocks excesivos, mal ajustados o con voltajes descontrolados, que pueden empujar la tarjeta más allá de lo razonable.
En cualquier caso, si la gráfica está bien diseñada y el overclock (si lo hay) es moderado y razonable, lo normal es que la propia tarjeta se proteja a sí misma antes de llegar a un punto de daño físico. Aun así, conviene recordar que estas pruebas se hacen siempre bajo tu responsabilidad y que conviene vigilar temperaturas, ruidos extraños o artefactos durante el test.
Qué es exactamente una prueba de estrés de GPU y para qué sirve
Una prueba de estrés de GPU consiste en hacer que la tarjeta gráfica trabaje al máximo de forma continuada, simulando o incluso superando la carga que tendría en juegos o aplicaciones gráficamente muy pesadas. El objetivo es ver cómo se comporta el hardware en situaciones límite, algo que en el uso diario quizá no llegues a ver nunca.
Durante este tipo de pruebas, la GPU se somete a sus máximas exigencias térmicas y eléctricas, lo que provoca inevitablemente un aumento de temperatura notable. Si la refrigeración es adecuada y el diseño de la tarjeta es bueno, la gráfica debería aguantar sin problema, ajustando su frecuencia cuando sea necesario.
Precisamente por eso se suelen usar estas pruebas en PCs recién montados, equipos actualizados o máquinas con problemas de estabilidad. Si el sistema supera sin errores una sesión prolongada de FurMark, Heaven, 3DMark u otros, es una buena señal de que la GPU está sana y que la fuente de alimentación y la refrigeración cumplen.
Además, una buena sesión de estrés ayuda a identificar fallos ocultos de hardware: chips de memoria defectuosos que solo fallan bajo calor intenso, VRM que no aguantan sostenidamente, ventiladores que empiezan a sonar raro o a pararse, etc. Es, en cierto modo, una forma de adelantarse a futuros problemas antes de que te dejen tirado en mitad de una partida.
Otra utilidad importante tiene que ver con el overclock: si has subido frecuencias o ajustado voltajes, un test de estrés prolongado es casi obligatorio para comprobar si ese overclock es realmente estable o solo aguanta pruebas ligeras o benchmarks cortos.
Por qué y cuándo deberías hacer GPU stress tests
Las razones para utilizar programas de GPU stress van mucho más allá de la simple curiosidad. La primera y más evidente es la de medir el rendimiento real de la máquina y ver si la GPU actúa como cuello de botella frente al resto del equipo, especialmente en combinación con la CPU.
Otra situación muy típica es cuando compras una tarjeta gráfica de segunda mano y quieres asegurarte de que no viene con “sorpresas”. Ejecutar FurMark, Heaven o 3DMark durante un buen rato ayuda a detectar artefactos, inestabilidades o temperaturas disparadas que podrían indicar desgaste, mal uso previo o reparaciones dudosas.
Si tu PC está sufriendo cuelgues, reinicios o pantallazos aleatorios, los tests de estrés también sirven para descartar o confirmar si la GPU es la culpable; además, combinarlos con herramientas como WhoCrashed ayuda a identificar el origen de los fallos en Windows.
También son muy útiles para valorar si tu sistema de refrigeración es suficiente. Someter la GPU a su carga máxima y observar a qué temperatura se estabiliza, cómo se comportan los ventiladores y si aparece throttling térmico te da una referencia clara de si necesitas mejorar flujo de aire, cambiar pasta térmica o hacer limpieza a fondo.
Por último, si te interesa comparar tarjetas gráficas entre sí, los programas de estrés y benchmarks te permiten crear tus propias tablas de puntuaciones y comprobar el rendimiento de cada modelo en diversos escenarios. Así puedes decidir con criterio si te compensa cambiar de GPU, hacer un overclock ligero o ajustar configuraciones.
La frecuencia con la que deberías hacer estas pruebas depende del uso: si solo usas el PC para tareas ligeras, basta con un test de estrés al año. Si juegas mucho, haces streaming, edición de vídeo o tareas pesadas, tiene sentido repetirlas cada pocos meses para asegurarte de que todo sigue en su sitio.
FurMark y el resto de programas de estrés para GPU son herramientas muy potentes para diagnosticar, ajustar y validar el comportamiento de tu tarjeta gráfica. Si se usan con cabeza, con monitorización adecuada y sin locuras de overclock, pueden ayudarte a detectar problemas a tiempo y a dejar tu equipo fino para aguantar cualquier juego o carga exigente sin despeinarse.
Redactor apasionado del mundo de los bytes y la tecnología en general. Me encanta compartir mis conocimientos a través de la escritura, y eso es lo que haré en este blog, mostrarte todo lo más interesante sobre gadgets, software, hardware, tendencias tecnológicas, y más. Mi objetivo es ayudarte a navegar por el mundo digital de forma sencilla y entretenida.

