- Identifica fraudes comunes (phishing, smishing, vishing) y evita enlaces o adjuntos dudosos.
- Refuerza hábitos: actualizaciones, antivirus, contraseñas robustas y 2FA.
- Usa herramientas útiles: gestores de contraseñas y extensiones de privacidad.
- Ante un incidente, actúa rápido y contacta con INCIBE (017) y tu banco.

En los últimos años, cada vez más personas mayores se han incorporado al mundo digital y utilizan a diario el correo, el móvil y las redes sociales; para muchas es una ventana imprescindible de relación y trámites. Aunque Internet aporta cercanía y autonomía, también abre la puerta a estafas y riesgos que pueden afectar a su dinero, su privacidad e incluso a su bienestar emocional.
Conviene recordar que nadie está completamente a salvo: incluso usuarios con experiencia pueden caer en engaños bien preparados. La buena noticia es que, con unas pautas sencillas, acompañamiento y herramientas básicas, es posible reducir mucho la exposición al fraude y navegar con tranquilidad. Además, distintos organismos como la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), la Policía Nacional o el INCIBE (teléfono 017) ofrecen información y ayuda continuas, y existen iniciativas como Experiencia Sénior con guías prácticas para mayores.
Riesgos digitales más frecuentes en personas mayores
Los peligros más habituales en línea están bien identificados y se repiten con variaciones: estafas y fraudes preparados para aprovechar la falta de experiencia digital, suplantaciones de identidad para robar datos (phishing, smishing, vishing), y malware que se cuela por enlaces o archivos adjuntos. Conocerlos es el primer paso para neutralizarlos.
Entre las consecuencias de estos ataques se encuentran la pérdida económica, el robo de identidad y el acceso no autorizado a cuentas, lo que a menudo provoca desconfianza y miedo a usar la tecnología. Aun así, la balanza puede inclinarse a favor del uso seguro si se incorporan hábitos de prevención y se piden segundas opiniones ante la duda.
- Fraudes y estafas: mensajes o llamadas que buscan que la víctima pague, comparta datos o instale algo sin pensar.
- Phishing: correos o webs falsas que imitan bancos o empresas para capturar credenciales.
- Malware: software malicioso que se descarga por accidente y compromete el dispositivo y la información.
Phishing: correos y páginas que se hacen pasar por entidades reales
El phishing es una de las técnicas más extendidas. Los delincuentes suplantan bancos, paqueteras u organismos con emails muy creíbles y enlaces a páginas falsas. Si se pincha, pueden robar datos personales y bancarios o instalar malware. La regla de oro es desconfiar de mensajes no esperados, revisar la dirección del remitente y no abrir enlaces ni adjuntos dudosos.
Smishing: el mismo engaño, pero por SMS o apps de mensajería
En el smishing, el fraude llega por SMS, WhatsApp o mensajes de voz. Suelen avisar de un envío retenido, un problema con la cuenta o una oferta irresistible para que se pulse un enlace. Esos enlaces llevan a sitios falsos o instalan software malicioso que facilita el robo de contraseñas, tarjetas o datos personales. Las empresas reales no piden información sensible por estos canales.
Vishing: llamadas telefónicas para sonsacar datos
El vishing utiliza la llamada de teléfono. A veces se hacen pasar por el banco, una compañía eléctrica, el gas o un soporte técnico (p. ej., “Microsoft”). Buscan que la persona dé números de tarjeta, claves o instale programas de control remoto. Ceder esa información puede derivar en cargos indebidos y suplantación de identidad más adelante.
Malware y descargas involuntarias
Una simple descarga desde un correo o web maliciosa puede instalar software que espía, bloquea o da acceso al dispositivo. Evitar adjuntos sospechosos, usar antivirus actualizado y descargar solo de sitios oficiales son barreras muy efectivas contra estas infecciones.
Cadenas, bulos y ofertas “demasiado buenas”
Los mensajes virales que piden reenviar o prometen descuentos increíbles suelen ser carnada para recopilar datos o propagar malware. Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, lo normal es que no lo sea; mejor no participar ni difundir.
Impacto emocional y riesgo de aislamiento
Ser víctima de un engaño no solo afecta al bolsillo. Muchas personas mayores sufren ansiedad, vergüenza o miedo después del fraude y pueden dejar de usar Internet por temor a repetir la experiencia, lo que aumenta el aislamiento. Un entorno de apoyo que evite culpabilizar y fomente preguntar sin prisa es clave para recuperar la confianza.

Hábitos y herramientas para una navegación segura
La mejor protección es una combinación de buenos hábitos, configuraciones adecuadas y herramientas. Con unas pautas sencillas, el día a día digital se vuelve mucho más seguro sin complicar el uso.
- Mantén sistema y apps al día: las actualizaciones incluyen parches de seguridad que corrigen vulnerabilidades.
- Instala un buen antivirus: bloquea la mayoría del software malicioso antes de que actúe.
- Detecta el phishing: desconfía de mensajes sorpresa, no pulses enlaces ni descargues adjuntos dudosos.
- Evita Wi‑Fi públicas para gestiones sensibles: mejor usar la conexión de casa o datos móviles en banca y compras.
- Navega por sitios con HTTPS: comprueba el candado y la dirección segura.
- Crea contraseñas robustas y únicas: y activa la verificación en dos pasos (2FA) cuando esté disponible.
- Cuida la privacidad en redes sociales: limita quién puede ver tus publicaciones y no aceptes a desconocidos.
Contraseñas seguras y verificación en dos pasos
Una contraseña fuerte debería ser única para cada servicio y combinar mayúsculas, minúsculas, números y símbolos. Conviene evitar datos obvios (cumpleaños, nombres de nietos) y, si hace falta, anotar las claves en un cuaderno guardado en casa. Donde sea posible, activa la autenticación en dos pasos, que añade un código temporal en el móvil u otro segundo factor.
Antivirus y programas de seguridad recomendados
Existen opciones gratuitas bien valoradas. Avast destaca por bloquear virus y webs fraudulentas; a cambio, muestra bastantes anuncios para pasar a la versión de pago. Avira protege tanto PC como móvil e incluye VPN y análisis periódicos. Bitdefender ofrece muy buena protección antimalware y anti‑phishing y es menos insistente con la versión premium, una alternativa muy completa.
Gestores de contraseñas: recordar sin esfuerzo
Un gestor almacena en una “caja fuerte” cifrada todas las claves y las rellena por ti. LastPass (recomendado por el INCIBE) ofrece funciones esenciales gratis, aunque ha afrontado incidentes de seguridad y respondió con mejoras. NordPass destaca por detectar contraseñas débiles o repetidas y alertar de filtraciones. RoboForm funciona en móvil y escritorio; la sincronización y funciones avanzadas requieren la versión de pago (aprox. 23,88 € al año).
Extensiones para el navegador
Para reforzar la navegación, puedes añadir extensiones. IronVest (antes Blur) cifra y organiza contraseñas y dificulta el rastreo de tu actividad. HTTPS Everywhere fuerza conexiones seguras siempre que sea posible. Privacy Badger bloquea rastreadores invisibles sin romper las webs, ofreciendo un plus de privacidad en PC y móvil.

Uso seguro del móvil y la tablet
En el teléfono conviene activar el bloqueo automático con PIN, huella o reconocimiento facial para evitar accesos no autorizados en caso de pérdida o robo. Además, configura una clave de desbloqueo que solo conozca la persona usuaria.
Para instalar aplicaciones, utiliza siempre tiendas oficiales como Google Play o App Store. Esas plataformas verifican las apps y reducen el riesgo de malware. Antes de instalar, revisa los permisos solicitados y desactiva los que no sean imprescindibles.
Hacer copias de seguridad periódicas (en la nube como Google Drive o iCloud, o en un disco externo) es fundamental para no perder fotos, contactos y documentos si el dispositivo falla, se pierde o es víctima de un ataque.
Privacidad en redes sociales y mensajería
Revisa la configuración de privacidad para que solo tus contactos de confianza vean tus publicaciones. Acepta solicitudes de amistad únicamente de personas conocidas y duda de perfiles que no puedas verificar. Recuerda que publicar fotos de menores en perfiles abiertos los expone de forma innecesaria.
Ante cadenas y mensajes alarmistas o “milagrosos”, adopta un enfoque escéptico. No reenvíes bulos ni alertas sin fuente fiable y, si un texto pide que lo compartas masivamente, lo más sensato es detenerlo. En caso de duda, consulta con alguien de confianza.
Redes Wi‑Fi públicas: cuándo evitarlas
Las Wi‑Fi de cafeterías, hoteles o aeropuertos son prácticas, pero no convienen para banca, compras o gestiones sensibles. Otros usuarios podrían interceptar información si la conexión no está totalmente cifrada. Para trámites importantes, usa la Wi‑Fi de casa o la conexión de datos del móvil.
Qué hacer si sospechas un ciberataque
Lo esencial es mantener la calma y actuar con método. Primero, intenta identificar el tipo de ataque (phishing, smishing, vishing, malware) y evita que se extienda: desconecta el equipo de Internet si es necesario, no sigas pulsando enlaces ni descargando archivos y no facilites más datos.
Después, cambia las contraseñas comprometidas, actualiza sistemas y apps, analiza el dispositivo con el antivirus y restaura desde copias de seguridad limpias. Si hay movimientos bancarios extraños, contacta de inmediato con tu banco para bloquear tarjetas y cuentas afectadas desde la app o por teléfono.
Para recibir orientación y apoyo, el INCIBE atiende en el 017 todos los días del año de 08:00 a 23:00. También puedes denunciar fraudes y delitos informáticos ante los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a través de sus portales y comisarías, donde te indicarán el procedimiento según el caso.
El papel de la familia y cuidadores
El acompañamiento marca la diferencia. La supervisión tranquila de transferencias, mensajes o descargas reduce mucho el riesgo, y recordar que no hay prisa para decidir corta de raíz muchas estafas que juegan con la urgencia. Si algo genera dudas, que pregunten sin miedo a molestar.
El apoyo emocional es vital. Muchas personas mayores no cuentan que han sido engañadas por vergüenza o culpa, lo que les impide pedir ayuda a tiempo. Crear un ambiente de confianza, sin reproches, facilita resolver el problema y aprender de lo ocurrido.
La educación digital no exige convertir a nadie en experto. Basta con que identifiquen señales de alerta, sepan gestionar contraseñas y privacidad, y practiquen pedir una segunda opinión antes de actuar. Repetir con calma y reforzar lo aprendido ayuda a consolidar hábitos.
Diez recomendaciones claras destacadas por especialistas
Desde el ámbito profesional de la ciberseguridad se subrayan medidas concretas para la tercera edad: proteger la información personal (pensar antes de publicar fotos familiares), desconfiar de SMS y mensajes que suplantan bancos o Correos, y recordar que el banco nunca pedirá claves por email o SMS.
- Cuidar lo que se comparte en redes: todo lo publicado puede hacerse público; prudencia con datos y fotos familiares.
- Desconfiar de SMS que piden pulsar enlaces o confirmar datos; suelen suplantar entidades conocidas.
- Recordar: el banco jamás solicitará contraseñas por correo o mensaje.
- No participar en cadenas ni “concursos” con enlaces dudosos; suelen esconder fraudes.
- Entrar solo en páginas seguras (https y candado) para gestiones sensibles.
- Usar preferentemente la Wi‑Fi de casa; si es pública, no introducir credenciales ni datos bancarios.
- Emplear contraseñas robustas y distintas para cada cuenta; evitar llevarlas en una libreta que se saque de casa.
- Tener siempre antivirus en los dispositivos conectados a Internet.
- Estar alerta ante el vishing: llamadas que piden datos o acceso a dispositivos.
- Actualizar móvil y ordenador cuando salte el aviso; si no se sabe, pedir ayuda sin miedo.
Formación, recursos y apoyo institucional
Tras el impulso digital de los últimos años, el porcentaje de mayores que utiliza Internet ha crecido notablemente, superando ya a diario a buena parte de la franja entre 65 y 74 años. Paralelamente, OSI y Policía Nacional promueven iniciativas como Experiencia Sénior, con consejos y guías para reforzar la seguridad, y hay talleres de competencias digitales específicos para personas mayores en numerosos municipios.
Para consultas y emergencias, el servicio 017 del INCIBE ofrece asesoramiento gratuito y confidencial todos los días de 08:00 a 23:00. Contar con estos recursos y con el apoyo familiar facilita que la persona mayor mantenga el control y disfrute de la tecnología con confianza.
Con acompañamiento, formación práctica y herramientas sencillas, las personas mayores pueden disfrutar de Internet sin sobresaltos: identificarán fraudes (phishing, smishing y vishing), protegerán sus dispositivos y contraseñas, y sabrán a quién acudir si algo falla. Mantener el software actualizado, reforzar la privacidad y pedir una segunda opinión ante la duda son pequeñas decisiones con un impacto enorme en su seguridad diaria.
Redactor apasionado del mundo de los bytes y la tecnología en general. Me encanta compartir mis conocimientos a través de la escritura, y eso es lo que haré en este blog, mostrarte todo lo más interesante sobre gadgets, software, hardware, tendencias tecnológicas, y más. Mi objetivo es ayudarte a navegar por el mundo digital de forma sencilla y entretenida.