- SoftBank vendió 32,1 millones de acciones de Nvidia por 5.830 millones de dólares en octubre.
- El capital se redirige a OpenAI y al megaproyecto de centros de datos Stargate, con compromisos que podrían rondar 40.000 millones.
- Nvidia cayó cerca de un 3% tras conocerse la operación, aunque el consenso mantiene recomendación de compra.
- SoftBank presentó un beneficio cercano a 16.600 millones de dólares y anunció un split 4:1 para inicios de enero.

SoftBank ha ejecutado una salida total de Nvidia tras vender 32,1 millones de acciones por 5.830 millones de dólares en octubre. El movimiento encaja con la estrategia del grupo japonés de liberar liquidez para reforzar su apuesta directa por la capa de aplicación de la inteligencia artificial, con OpenAI como eje y grandes proyectos de infraestructura en el horizonte.
Para el inversor europeo y español, la operación ofrece una lectura clara: se está reordenando dónde se captura valor en la IA. SoftBank prioriza la propiedad de modelos y plataformas sobre la fabricación de chips, un giro que puede tener derivadas en el mercado bursátil, en proveedores de centros de datos y en la cadena tecnológica del continente.
SoftBank se deshace de Nvidia: cifras y motivos
La compañía confirmó la venta completa de su participación en Nvidia, por un importe de 5.830 millones de dólares (unos 5.050 millones de euros). La transacción se produjo en un contexto de máximos históricos de la firma de semiconductores, y con la intención declarada de SoftBank de monetizar posiciones ganadoras para financiar nuevas apuestas en IA.
El director financiero, Yoshimitsu Goto, subrayó que, como grupo inversor, SoftBank monetiza y recoloca capital de forma recurrente, evitando entrar en el debate de si existe o no una burbuja en el sector. La tesis de fondo es concentrar recursos en proyectos donde la compañía espera mayor retorno: modelos, software y centros de datos de última generación.
Este enfoque llega tras unos resultados sólidos: SoftBank registró un beneficio cercano a 16.600 millones de dólares en su segundo trimestre fiscal, impulsado en gran parte por la revalorización de activos vinculados a IA a través del Vision Fund, que habría sumado ganancias del orden de 19.000 millones en el periodo.
En paralelo, el grupo anunció un split 4:1 de sus propias acciones con efectividad a inicios de enero, buscando ampliar su base de accionistas y mejorar la accesibilidad del valor en mercado.

Reacción del mercado y lectura para inversores en España y Europa
Tras conocerse la desinversión, las acciones de Nvidia registraron un descenso cercano al 3% en Wall Street. Aun así, el consenso de mercado recopilado por LSEG se mantiene constructivo: la mayoría de analistas recomienda comprar, con un precio objetivo medio en el entorno de 230 dólares por acción.
Para carteras europeas, el mensaje es doble. Por un lado, movimientos de este calibre pueden aumentar la volatilidad en compañías con fuerte exposición a la IA. Por otro, la reasignación de capital hacia modelos y servicios de IA puede beneficiar a proveedores de nube, integradores y a la incipiente red de centros de datos en la UE, donde España gana tracción como hub.
Los debates sobre valoraciones elevadas siguen presentes, con voces que ven señales de exigencia en los múltiplos del sector. Sin embargo, SoftBank defiende que el riesgo de no invertir en esta fase puede ser mayor que el de invertir, una postura que el mercado europeo deberá ponderar en función de su tolerancia al riesgo y horizonte temporal.
En lo inmediato, la presión sobre el precio de Nvidia convive con su rol dominante en aceleración de IA. Para quienes miran desde Europa, la clave será vigilar la demanda de chips y capacidad de suministro, así como la evolución de proyectos de datos soberanos y la regulación digital comunitaria.

Hacia los modelos y la infraestructura: OpenAI y Stargate
SoftBank ha comprometido financiación relevante con OpenAI. Según su plan, prevé invertir 22.500 millones de dólares adicionales a través del Vision Fund 2 en diciembre, con un compromiso global que podría rondar los 40.000 millones a medio plazo. Las cifras internas apuntan a que la exposición total podría acercarse a 34.700 millones al cierre del año, según previsiones comunicadas a inversores.
Además, el grupo lidera junto a OpenAI el proyecto Stargate, una iniciativa de centros de datos que aspira a movilizar hasta 500.000 millones de dólares a largo plazo, con una fase inicial de 100.000 millones en la que SoftBank y OpenAI aportarían en torno a 19.000 millones cada uno. El objetivo: cimentar la infraestructura para servicios de IA a gran escala con control y eficiencia operativa.
La hoja de ruta se completa con operaciones corporativas paralelas. SoftBank ha avanzado en la compra de Ampere Computing (diseño de chips) por unos 6.500 millones de dólares, y ha dado entrada a nuevas líneas relacionadas con robótica e infraestructura. Asimismo, ejecutó la venta de parte de su posición en T-Mobile por 9.170 millones de dólares, reforzando la caja para su ofensiva en IA.
En ese tablero, SoftBank conserva su papel en Arm y otras participadas del ecosistema, un encaje que puede resultar útil para equilibrar exposición entre arquitecturas, software y servicios en la carrera de la computación acelerada.
Antecedentes y encaje estratégico
No es la primera vez que SoftBank se baja de Nvidia: ya lo hizo en 2019, cuando vendió una posición acumulada desde 2017 en un momento de debilidad del valor. La diferencia ahora es que la salida se produce con Nvidia en máximos, lo que evidencia un cambio táctico más que una urgencia de liquidez.
Lejos de ser un giro contra la infraestructura, la lectura más extendida en el mercado es que SoftBank cree que la rentabilidad marginal se concentrará en los modelos y en el control de la plataforma, sin renunciar a la dependencia de los mejores chips cuando sean necesarios para ejecutar esa visión.
La decisión se suma a un ejercicio de gestión de balance: resultados reforzados, split 4:1 a inicios de enero y una política de rotación de activos que prioriza oportunidades con escala. Pese a episodios pasados de elevada volatilidad en su cartera, la compañía defiende que el posicionamiento en IA es hoy su principal vector de creación de valor.
Para los inversores en España y Europa, el caso sirve de referencia para calibrar exposición: combinar fabricantes de hardware con desarrolladores de modelos y aplicaciones, y asignar peso a infraestructuras críticas de datos. La clave estará en evaluar ciclos de demanda, márgenes sostenibles y capacidad de ejecución de proyectos de gran capex.
El movimiento de SoftBank condensa la tesis del momento en IA: apostar por poseer los modelos y las plataformas que los operan, apoyándose en los mejores proveedores de chips cuando haga falta. El tiempo dirá si esa reasignación de capital supera, en retorno ajustado al riesgo, a mantenerse como accionista de la mayor estrella de la aceleración de IA.
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