- Oro de 18k y 59 diamantes: versiones Diamond Flower y Scattered Diamond.
- Conectividad RF 2,4 GHz y funciones básicas; foco en estética, no en rendimiento.
- Precio entre 18.600 € y 26.300 $, con variaciones por divisa y época.
- Pedido por correo y entrega en 3 semanas; stock muy limitado y espíritu de colección.
En el mundo del PC solemos pensar en periféricos que exprimen al máximo el rendimiento, con sensores avanzados, ergonomía cuidada y software a la última; sin embargo, existe un pequeño escaparate donde la tecnología se mezcla con la joyería y manda la exclusividad. En ese rincón brilla el Diamond Flower RF Mouse, un ratón que no busca ser el más rápido, sino el más exclusivo… y que se ha ganado a pulso el apodo de «el ratón más caro». En ese escaparate también hay colecciones de periféricos que elevan el papel ornamental de los dispositivos.
Su fama no viene precisamente de su desempeño, sino de los materiales que lo visten y de su aura de objeto de colección. La pieza nació para un público muy concreto: coleccionistas, magnates y amantes del lujo que quieren algo más que un periférico; quieren un icono sobre el escritorio. Y vaya si lo consiguieron: hablamos de oro, hablamos de diamantes… y hablamos de cifras que marean.
Qué es el Diamond Flower RF Mouse y por qué es tan especial
El Diamond Flower RF Mouse es un ratón de lujo creado por Pat Says Now, una firma de diseño de periféricos premium de raíz suiza (aunque en algunas publicaciones de la época se la citó como alemana). Fue presentado alrededor de 2007 con una idea clara: no competir en prestaciones o versatilidad, sino en exclusividad y alto valor como pieza de joyería tecnológica.
Su diseño transforma un dispositivo cotidiano en una pequeña obra de alta joyería. La carcasa está realizada en oro de 18 quilates y luce incrustaciones de diamantes en la parte superior formando un motivo floral, responsable del nombre «Diamond Flower». Para quien prefiera otro estilo, existió otra versión, llamada Scattered Diamond, con las piedras repartidas por toda la superficie.
Además de la versión en oro blanco, se ofrecieron variantes en oro amarillo y oro rosa, todas con el mismo concepto de máxima ostentación. La combinación de metales nobles y talla brillante crea un contraste visual muy marcado, pensado para lucir en despachos y colecciones privadas más que para largas sesiones de trabajo.
En su comunicación y en los reportes de prensa de la época, el fabricante dejó claro que no pretendía batir récords de DPI ni seducir a jugadores profesionales. Su razón de ser estaba en otra parte: una pieza para presumir, para completar una estética lujosa, para quien quiere distinguirse a cualquier precio.
Materiales y diseño: oro de 18k y 59 diamantes con certificado
El cuerpo del Diamond Flower RF Mouse está fabricado en oro de 18 quilates, con un acabado brillante que enfatiza su carácter ornamental. La estrella del conjunto son 59 diamantes de talla brillante, dispuestos en un patrón floral en la versión Diamond Flower. Este número no es casual: la distribución contribuye al equilibrio visual y a la identidad del producto.
Los detalles publicados en distintos medios concretan todavía más: 58 diamantes de 2 mm de diámetro y una piedra central de 4 mm, que hace de foco del diseño en la parte superior. En la variante Scattered Diamond, esas mismas piedras se reparten sin formar la flor, creando un aspecto «salpicado» igual de llamativo para quien prefiera un estilo menos simétrico.
Otra nota importante que se destacó en su día es que el fabricante certificaba que los diamantes no procedían de países sancionados por la ONU. Este apunte fue relevante en 2007 y, con más motivo, lo es hoy, cuando las cadenas de suministro y la procedencia ética de las gemas forman parte del discurso de sostenibilidad del sector lujo.
El conjunto, por tanto, se acerca más a lo que esperaríamos de una joya que de un accesorio informático. Entre un ratón convencional y este modelo hay un salto conceptual enorme: el valor está en los materiales, en el diseño y en la exclusividad del stock, no en fichas técnicas de infarto.
Especificaciones técnicas: RF a 2,4 GHz y funciones básicas
La parte técnica del Diamond Flower RF Mouse es deliberadamente sencilla. Estamos ante un ratón inalámbrico por radiofrecuencia (2,4 GHz) que se conecta mediante un pequeño receptor USB. Esa solución era y es habitual para ofimática básica, con la ventaja de la facilidad de uso y la compatibilidad con la mayoría de ordenadores de sobremesa y portátiles. Si surgen problemas, existen guías como no funciona el ratón del portátil Lenovo que ayudan a resolver incidencias comunes.
Dicho modelo se centra en los elementos mínimos: dos botones principales (clic izquierdo y derecho) y nada de rueda física. En su lugar, incorpora un sensor táctil que simula el desplazamiento, una aproximación similar a la que popularizó Apple en algunos de sus periféricos, donde se apuesta por superficies táctiles en vez de mecanismos mecánicos tradicionales.
En algunas fichas y artículos de la época se mencionan variaciones: se habla de un ratón USB convertible a PS/2 con tres botones y una resolución de 800 DPI. Esta disparidad puede deberse a distintas iteraciones, a la referencia a la electrónica base del modelo sin joyas o, sencillamente, a divergencias entre catálogos y notas de prensa. Lo que sí está claro es que, sea cual sea la configuración exacta, no era un producto orientado al alto rendimiento.
Más allá de los puertos y la cifra de DPI, el Diamond Flower RF Mouse se planteó como un ratón de uso casual. No hay iluminación RGB, no hay software de macros ni sensores de última generación. De hecho, muchas reseñas de su presentación señalaban que, a juzgar por las imágenes, la ergonomía podría resultar incluso incómoda en uso prolongado. Su propósito es brillar, no pelear por milisegundos.
En compatibilidad, se indicó que funcionaba con Windows, Mac OS X y Linux, lo que demuestra que, pese a su enfoque de lujo, la experiencia «enchufar y listo» era prioritaria. Insertas el receptor, el sistema lo reconoce, y a rodar. Si el objetivo es lucirlo en un despacho o sala VIP, la sencillez ayuda.
Cómo se adquiría: pedido por correo y entrega en tres semanas
En su lanzamiento, Pat Says Now no lo distribuyó como un periférico de masas, sino casi como encargo de joyería. La propia firma explicaba que se podía solicitar el ratón mediante un correo electrónico y que la entrega se realizaba a domicilio en un plazo aproximado de tres semanas. Se trataba de una logística acorde con un artículo de edición limitada y fabricación cuidada.
La disponibilidad era, por definición, muy reducida. Se publicitó como un producto de stock limitado, algo que encaja con su posicionamiento. No es un ratón que encuentres en cualquier lineal; es un capricho de catálogo, destinado a quien quiere una pieza singular y está dispuesto a esperar a que se prepare y se envíe con mimo.
Este tipo de estrategia de venta, más cercana al trato personalizado, reforzaba la idea de exclusividad. No sólo comprabas un ratón: comprabas una experiencia de adquisición propia del sector lujo, con comunicación directa con el fabricante y un proceso más artesanal que industrial.
Cuánto cuesta realmente: rangos, monedas y cifras que marean
Si hay algo que ha alimentado la leyenda del Diamond Flower RF Mouse es su precio. Distintas publicaciones y notas de la época situaron el coste en varios rangos y monedas. Se habló de unas 12.400 libras esterlinas (alrededor de 24.180 dólares del momento), de 18.600 euros, e incluso de una horquilla de 25.000 a 27.000 dólares. Entre los datos más citados está una cifra de 26.300 dólares como precio oficial de lanzamiento según comunicados y reportes especializados de 2007.
¿Por qué tanta variación? Fundamentalmente por el baile de tipos de cambio en 2007, por la comunicación en regiones distintas y por la conversión aproximada que hacían muchos medios. No es raro que una misma etiqueta de PVP se publicase en libras, euros o dólares, y que cada redacción hiciera su propia equivalencia, de ahí que existan varias cifras en circulación.
Al margen de esas diferencias, hablamos de un periférico cuyo coste superaba alegremente el de cualquier gama alta convencional. Para ponerlo en contexto, algunos cálculos que circularon en foros llegaron a traducir el precio a monedas locales: en un ejemplo se citó un equivalente cercano a 66.251.487,69 pesos colombianos. Más allá de la exactitud del cambio puntual, sirve para dimensionar el impacto en diferentes economías.
En definitiva, la cifra exacta varía según la fuente, pero el mensaje de fondo no cambia: estamos ante un ratón de decenas de miles de la divisa que elijas, un importe propio de joyería con pedigrí y materiales nobles, no de una herramienta de trabajo al uso.
Lujo frente a rendimiento: una comparación sin color
Desde el prisma de la funcionalidad, resulta evidente que un mouse de lujo así no compite con los mejores modelos para gaming o productividad intensiva. No hay sensores de altísima precisión, no hay perfiles avanzados, ni tampoco se busca la mínima latencia. En tareas exigentes, cualquier ratón moderno de gama media-alta le pasaría la mano por la cara.
Pero ese no es el juego del Diamond Flower RF Mouse. Mientras un ratón de competición presume de DPI, polling rate y switches ópticos, este presume de oro y diamantes. Es otro tipo de valor, un valor estético y simbólico. Si la pregunta es «¿cuál rinde más por euro invertido?», la respuesta es obvia; si la pregunta es «¿cuál destaca en una vitrina de lujo?», también lo es.
Es más, algunos comentarios de su presentación señalaban que, por la forma y el peso que cabría esperar de una pieza recubierta de metal y gemas, podía ser poco ergonómico para jornadas largas. Nada sorprendente: su fin es ser un objeto distintivo, no optimizar la postura de la mano o la precisión en shooters competitivos.
En productividad, su enfoque minimalista (dos botones principales y control táctil del scroll) casa con tareas de ofimática liviana, navegación web y, en general, uso casual. Si lo que quieres es editar vídeo, diseñar en CAD o competir online, probablemente mirarás a otro lado; si lo que quieres es impactar visualmente, entonces cumple de sobra.
Contexto: la fiebre por los gadgets de lujo
El Diamond Flower RF Mouse no apareció en el vacío. Hubo (y sigue habiendo) una corriente de dispositivos tecnológicos «tuneados» con metales preciosos, ediciones limitadas y personalizaciones extremas. Se vieron smartphones bañados en oro, consolas con incrustaciones y tarjetas gráficas con acabados exclusivos, como aquella llamativa RTX dorada que hizo ruido por su venta en Emiratos Árabes.
Este fenómeno trasciende lo funcional: es pura expresión de estatus. Igual que un reloj de alta relojería no sólo da la hora, un ratón como este no sólo mueve el cursor. Sirve para contar una historia personal, para reflejar un estilo de vida y para ocupar un lugar protagonista en un despacho de alto nivel.
También es parte de la cultura pop del «bling»: cuando el dinero sobra, aparecen versiones lujosas de prácticamente cualquier cosa, desde fundas de móvil hasta teclados, pasando por auriculares y reproductores de música. En ese escaparate, el Diamond Flower RF Mouse es un símbolo perfecto del cruce entre lo digital y la joyería.
Lo que se sabe con certeza… y lo que varía según las fuentes
De todo lo publicado, hay puntos muy sólidos: el uso de oro de 18k, la presencia de 59 diamantes con el reparto de 58 de 2 mm y uno de 4 mm, las dos versiones (floral y dispersa), el carácter inalámbrico por RF a 2,4 GHz, la conexión mediante receptor USB, la compatibilidad multiplataforma y la venta bajo demanda con entrega en torno a tres semanas.
Lo que varía, sobre todo, es la etiqueta de precio según moneda y medio, y algunos detalles técnicos menores (como el número de botones o la mención a 800 DPI y al adaptador PS/2). Estas diferencias no cambian la esencia: un objeto pensado como joya tecnológica, no como herramienta profesional de alto rendimiento.
Conviene leer estos matices en su contexto temporal. En 2007, muchos periféricos convivían con estándares y conectores que hoy nos parecen historia, y era habitual que las especificaciones se comunicaran con menos uniformidad que en la actualidad. El relato de lujo, por su parte, se mantuvo constante en todas las comunicaciones.
Ficha rápida y aspectos prácticos
Aunque el protagonismo es del diseño, siempre viene bien un vistazo ágil a los puntos clave que más se repiten en las publicaciones sobre el Diamond Flower RF Mouse, sin perder de vista su enfoque de lujo. Aquí van los esenciales con lo que más interesa a un posible comprador coleccionista o curioso de la tecnología.
- Materiales premium: carcasa en oro de 18k y 59 diamantes de talla brillante (58 x 2 mm + 1 x 4 mm).
- Versiones disponibles: Diamond Flower (motivo floral) y Scattered Diamond (diamantes dispersos), en oro blanco y variantes en amarillo y rosa.
- Conectividad: inalámbrico RF a 2,4 GHz con receptor USB; hay referencias a adaptador PS/2 en algunas fichas.
- Prestaciones: funciones básicas, énfasis en estética; menciones a 800 DPI y tres botones en ciertos listados.
¿Para quién tiene sentido un ratón así?
Este ratón no está hecho para quien persigue la mejor relación calidad-precio. Es para quien valora la rareza, el diseño y la historia detrás de un objeto; para quien quiere algo que casi nadie tiene. En ese perfil encajan coleccionistas de tecnología, amantes de la joyería contemporánea y personas con despachos donde cada pieza cuenta.
También es un regalo corporativo extremo, una forma de señalar estatus o de decorar un espacio con un guiño tecnológico. No va a trabajar mejor que un ratón moderno de oficina, pero va a atraer las miradas y a entablar conversación, que es justo lo que se espera de un capricho de lujo tan particular.
La compra, además, implica aceptar sus compromisos técnicos: sin scroll físico, con un control táctil que puede gustar o no, sin luces ni software de personalización. A cambio, se obtiene una pieza de altísimo impacto visual y un punto de extravagancia que muy pocos periféricos pueden ofrecer.
Un icono que sigue dando que hablar
Aunque su «lanzamiento» se remontara a 2007, el Diamond Flower RF Mouse sigue apareciendo en recopilaciones de rarezas tecnológicas y en debates sobre cómo el lujo entra en un terreno tan pragmático como el de los periféricos. De hecho, muchos artículos lo citan como curiosidad histórica, y no es para menos: es el ejemplo perfecto del choque entre lo útil y lo ornamental.
Hoy, cuando los gamers y los creadores demandan funciones avanzadas y precisión quirúrgica, este ratón recuerda que existe otro camino: el de la exclusividad por encima de la racionalidad. Que te merezca la pena o no es otra historia, pero como pieza icónica tiene su lugar asegurado.
En ese sentido, también ayuda a entender por qué el sector lujo abraza lo tecnológico: porque lo digital se ha colado en nuestro día a día y, por tanto, se ha convertido en lienzo para la ostentación. Un ratón, un mando, un teléfono… todo es susceptible de transformarse en un capricho de alto standing.
¿Vale la pena comprarlo? Si buscas rendimiento, no. Si buscas conversación, exhibición y un objeto que condensa una época donde el bling tecnológico estaba en plena ebullición, entonces sí. En cualquier caso, su papel como referencia del «ratón más caro» ha quedado ya bien escrito.
Muchos seguidores de la tecnología recuerdan los titulares de entonces y la controversia alrededor de su precio y utilidad. Y es justamente esa mezcla de fascinación y escepticismo la que lo mantiene vivo en la memoria colectiva: un capricho brillante que definió una tendencia y que, todavía hoy, provoca un «wow» cuando alguien lo descubre por primera vez.
Mirado con lupa, el Diamond Flower RF Mouse no es un gran ratón; es una gran pieza de conversación. Entre sus diamantes certificados, el oro de 18k, las dos versiones de diseño y su compra por encargo con entrega en tres semanas, todo huele a edición especial. Y aunque el rango de precios fluctúe entre libras, euros y dólares, el veredicto es el mismo: lujo sin complejos para un periférico que eligió brillar en vez de competir.
Redactor apasionado del mundo de los bytes y la tecnología en general. Me encanta compartir mis conocimientos a través de la escritura, y eso es lo que haré en este blog, mostrarte todo lo más interesante sobre gadgets, software, hardware, tendencias tecnológicas, y más. Mi objetivo es ayudarte a navegar por el mundo digital de forma sencilla y entretenida.
