- Dinamarca reemplazará Windows y Office por Linux y LibreOffice en su ministerio de Digitalización.
- La medida busca mayor soberanía digital y reducir la dependencia de proveedores estadounidenses.
- La transición será gradual, con planes de volver atrás si surgen problemas importantes.
- El cambio se inspira en preocupaciones económicas, políticas y de privacidad.
El gobierno de Dinamarca ha dado un paso significativo en su estrategia de independencia digital al anunciar la eliminación progresiva de los sistemas operativos de Microsoft en su Ministerio de Digitalización y el reemplazo de la popular suite Office por alternativas de software libre como Linux y LibreOffice. Esta iniciativa pretende fortalecer la autonomía tecnológica del país y disminuir su dependencia de empresas extranjeras, especialmente estadounidenses, en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.
Esta decisión, liderada por la ministra de Digitalización, Caroline Stage, se produce en un momento en el que la protección de datos y la soberanía digital son prioridades en la agenda política danesa. Tras diversos desencuentros políticos y el aumento de la preocupación por la influencia de grandes tecnológicas extranjeras, tanto a nivel estatal como local, Dinamarca se suma así a otros países y regiones que avanzan hacia mayor independencia de los gigantes del software propietario.
Cambio estratégico en el Ministerio de Digitalización
Según ha explicado la ministra Caroline Stage, el proceso comenzará este verano retirando Windows de la mitad de los ordenadores del ministerio. Si la implantación no encuentra contratiempos, se espera que todo el personal adopte Linux como sistema operativo para otoño, y que antes del invierno se complete la sustitución de Office 365 por LibreOffice.
El ejecutivo está preparado para que la transición sea lo menos traumática posible: si surgen dificultades técnicas o de adaptación, se contempla volver a las soluciones de Microsoft de manera temporal hasta garantizar una migración segura. La ministra insiste en que «no se puede avanzar si no se da el primer paso», y asegura que, por el momento, el personal ministerial ha recibido la noticia con una actitud positiva, aunque reconoce que los cambios siempre suponen retos.
Motivaciones de fondo: economía, privacidad y contexto internacional
El movimiento encaja en una estrategia nacional más amplia para reducir la dependencia de infraestructuras tecnológicas estadounidenses. Recientes tensiones diplomáticas, especialmente a raíz de las políticas del expresidente Donald Trump, y preocupaciones acerca del control y la privacidad de los datos gestionados por empresas norteamericanas, han acelerado este cambio tanto en el gobierno central como en administraciones locales y regionales.
Ciudades como Copenhague y Aarhus ya habían iniciado procesos similares, argumentando entre otras cosas el ahorro económico significativo. Por ejemplo, en Aarhus se espera que el cambio de servicios de Microsoft a soluciones open source y proveedores europeos reduzca el coste anual de 70.000 a 30.000 euros en el departamento digital, mientras que el gasto municipal global en servicios de Microsoft casi se ha duplicado en cinco años.
Una tendencia que crece en Europa
Dinamarca no está sola en este camino: varias regiones europeas han probado anteriormente la migración a software libre, como ya ocurrió en territorios españoles con los proyectos Guadalinex y LinEx. Sin embargo, el principal reto suele estar en la formación y aceptación de los trabajadores. En esta línea, mientras que el Ministerio danés asegura que cuenta con el respaldo de su plantilla, experiencias previas en otros municipios han demostrado que la transición puede resultar compleja para algunos empleados, quienes perciben un cambio de este calibre como una dificultad adicional en su trabajo diario.
Futuros pasos y posibles reversos
La ministra ha dejado claro que esta transformación será paulatina y cautelosa. El objetivo es operar en un entorno libre de productos Microsoft en los próximos meses, aunque el gobierno mantiene un plan de contingencia para asegurar el funcionamiento de los servicios públicos en caso de que surjan complicaciones imprevistas.
Este movimiento de Dinamarca representa un ejemplo relevante dentro de la tendencia europea por afianzar la autonomía digital y buscar soluciones tecnológicas independientes, tanto para mejorar la gestión de los datos como para optimizar el gasto público y adaptarse a nuevas realidades políticas y económicas.
Dinamarca se posiciona como un referente en Europa en materia de soberanía digital, señalando el camino para otras instituciones que puedan estar considerando adoptar soluciones de código abierto en sus procesos.
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