Todos los juegos de Tomb Raider ordenados de peor a mejor

Última actualización: 04/12/2025
Autor: Isaac
  • La saga Tomb Raider se organiza en tres grandes etapas: era clásica de Core Design, trilogía intermedia de Crystal Dynamics y trilogía moderna de supervivencia.
  • Los títulos peor valorados, como The Angel of Darkness y Chronicles, muestran el desgaste de la fórmula original y propiciaron el relevo de estudio.
  • Reboots, remakes y remasterizaciones han actualizado la jugabilidad y el aspecto gráfico, manteniendo vigentes clásicos como el Tomb Raider de 1996.
  • Las mejores entregas combinan exploración, puzles y narrativa cinematográfica, consolidando a Lara Croft como uno de los iconos más importantes del videojuego.

juegos Tomb Raider ordenados de peor a mejor

La historia de los juegos de Tomb Raider es, básicamente, la historia moderna de las aventuras arqueológicas en los videojuegos. Desde que Lara Croft saltó a la fama en los 90, la saga ha pasado por genialidades, tropiezos monumentales, reboots, remakes y hasta experimentos en móviles. Hoy vamos a repasar todos los Tomb Raider principales y los spin-off más relevantes, ordenados de peor a mejor, mezclando valoraciones de crítica, comunidad y la trayectoria global de la franquicia.

A lo largo de casi tres décadas, la serie ha cambiado de manos (de Core Design a Crystal Dynamics), ha pasado por varias trilogías, intentos de modernización y etapas claramente diferenciadas. Veremos qué entregas se consideran un borrón que casi entierra a Lara, cuáles son simplemente correctas y cuáles han quedado como auténticos referentes del género, sin olvidarnos de remasterizaciones, títulos isométricos y escapadas al terreno móvil.

El bache más gordo: los peores Tomb Raider de la saga

Dentro de una franquicia con más de una docena de entregas principales es lógico que haya algún tropiezo serio. En el caso de Lara, hay un juego que la mayoría de fans y medios señalan sin pestañear como el punto más bajo de la saga.

Tomb Raider: The Angel of Darkness quiso ser la gran revolución de la serie en PlayStation 2, pero terminó siendo un ejemplo de lo que no hay que hacer. El cambio a una atmósfera más oscura y conspirativa, con Lara moviéndose por París y Praga como si fuera una espía, vino acompañado de un control torpe, cámaras caóticas y un aluvión de bugs. El diseño de niveles mezclaba fases de infiltración mal resueltas con puzles poco inspirados, y el sistema de habilidades y salto limitado terminó desesperando a muchos jugadores.

Para colmo, la introducción de Kurtis Trent como coprotagonista fue un experimento fallido: el personaje no convenció y sus secciones rompían todavía más el ritmo. El plan era arrancar una trilogía nueva, pero el resultado fue tan flojo que las secuelas se cancelaron y Core Design perdió definitivamente el timón de la franquicia. Incluso con las mejoras que ha recibido en Tomb Raider IV-VI Remastered, sigue viéndose como un título muy por debajo del estándar de la serie.

Otro juego que suele ocupar posiciones muy bajas en los rankings es Tomb Raider: Chronicles. Este quinto título principal es, en esencia, una colección de aventuras cortas que relatan supuestas misiones inéditas de Lara mientras sus allegados la dan por muerta tras los sucesos de The Last Revelation. El problema es que se nota demasiado que fue un producto de relleno para estirar la fórmula clásica, reaprovechando el mismo motor de los anteriores juegos de PS1 y rescatando ideas descartadas.

Chronicles ofrece localizaciones tan distintas como Roma, un submarino ruso o Irlanda, pero pese a esa variedad el conjunto se siente irregular, breve y poco inspirado. Apenas introduce novedades jugables (más allá de un tímido sigilo), vuelve a una estructura más lineal y da la sensación de estar hecho para cubrir expediente mientras el equipo principal se centraba en The Angel of Darkness. Muchos fans lo recuerdan como un Tomb Raider correcto pero totalmente prescindible.

Spin-off irregulares y primeras incursiones móviles

Más allá de la saga principal, Tomb Raider ha probado suerte en consolas portátiles y móviles con resultados desiguales. Algunos de esos experimentos se quedan claramente en la parte baja de cualquier lista.

En el terreno móvil, Lara Croft: Relic Run es el ejemplo más claro. Se trata de un endless runner que toma sin disimulo la fórmula de Temple Run, añadiendo alguna sección de disparos y escalada para dar sabor Tomb Raider. Aunque como juego de móvil es entretenido a ratos, su falta de profundidad y repetición de mecánicas lo dejan en un producto funcional pero derivativo, lejos de la esencia aventurera de la serie.

Tomb Raider: The Prophecy, lanzado en Game Boy Advance y desarrollado por Ubisoft Milán, intentó llevar a Lara a una perspectiva cenital con toques de acción y puzles. La trama gira en torno a tres piedras místicas capaces de desencadenar el fin del mundo, con un tour por Suecia, Camboya, Italia y Rumanía. Aun así, comparado con otros intentos portátiles como Curse of the Sword, este título se queda algo corto en diseño y ritmo, resultando un spin-off discreto y poco recordado.

En GBA y Game Boy también encontramos Tomb Raider: Curse of the Sword, una secuela que mejoró claramente al primer port de Tomb Raider para la portátil de Nintendo. Aquí Lara luce una jugabilidad más fluida, con controles más precisos y escenarios mejor aprovechados. Aun así, su peso dentro de la franquicia es limitado y rara vez entra en listas principales, sobre todo cuando se habla de la serie “grande”.

Distinto es el caso de Lara Croft Go, que aunque también nació en móviles, apostó por una fórmula muy particular: puzles por turnos en vista isométrica, con un movimiento casillado que mezcla lógica, trampas y enemigos. Este título, desarrollado por Square Enix Montreal, adaptó un mismo concepto a Tomb Raider, Hitman y Deus Ex. La versión de Lara se centra en resolver el misterio de la Reina del Veneno, con un diseño cuidado y una progresión muy bien medida. Es un juego pequeño, pero mucho más sólido y trabajado que otros experimentos móviles, tanto que terminó llegando a consolas y PC.

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El soplo de aire fresco isométrico: Lara Croft and the Guardian of Light y Temple of Osiris

Lara Croft juegos isométricos

Entre Underworld y el reboot de 2013, Crystal Dynamics se sacó de la manga una pequeña subsaga independiente: los juegos con nombre “Lara Croft and…”, con cámara isométrica, enfoque arcade y fuerte apoyo en el cooperativo local y online.

Lara Croft and the Guardian of Light fue el primero y pilló a muchos por sorpresa. Lanzado inicialmente como título digital en Xbox Live Arcade, apostaba por un diseño con acción a doble stick, puzles y plataformas ligeras, todo ello visto desde arriba. Lara comparte protagonismo con Totec, un guerrero maya, y juntos deben combinar sus habilidades para superar trampas y jefes. Sin ser puntero en lo técnico, supuso un cambio de aires muy bien recibido, especialmente tras años de entregas tradicionales. Para muchos jugadores es un spin-off redondo y muy recomendable.

La fórmula se refinó (o al menos se intentó) con Lara Croft and the Temple of Osiris. Aquí el cooperativo se amplía hasta cuatro jugadores, con Lara acompañada de Carter, Isis y Horus, y se añaden modos competitivos y más énfasis en el multijugador. Los escenarios egipcios lucen bien, los puzles siguen presentes y los combates contra jefes mantienen el tono arcade. Aun así, aunque es un buen juego y un divertido cooperativo, la mayoría coincide en que no alcanza la frescura del primero y que se queda un peldaño por debajo dentro incluso de su propia subsaga.

La segunda trilogía clásica y sus remasterizaciones

La etapa final de la era Core Design se concentró en una segunda trilogía para la Lara “clásica”: Tomb Raider: The Last Revelation, Chronicles y The Angel of Darkness. Aunque dos de ellas han envejecido regular, siguen siendo piezas clave para entender la evolución de la franquicia.

Tomb Raider: The Last Revelation marcó un punto de inflexión a finales de los 90. Ambientado mayoritariamente en Egipto, planteó una aventura más cohesionada, con énfasis en puzles complejos y exploración, y una estructura algo menos lineal, conectando zonas de forma más orgánica. Core Design llegó a plantearlo como el cierre definitivo de la saga y el final de Lara, pero el éxito fue tal (superando los cinco millones de copias) que la compañía se vio “obligada” a seguir explotando la marca.

A nivel jugable, The Last Revelation introdujo novedades interesantes en movimiento y diseño de niveles, pero también mostraba ya el desgaste de lanzar un juego casi cada año. Algunos tramos resultan repetitivos, y el ritmo acaba resintiéndose. Aun así, para muchos seguidores es el último gran Tomb Raider de la era PS1 y un título que brilla especialmente si te gustan los acertijos exigentes.

Con los años, Aspyr ha recuperado esta segunda trilogía con Tomb Raider IV-VI Remastered. Este recopilatorio actualiza los gráficos, mejora el control (incluyendo opciones más modernas de manejo de cámara y movimiento) e intenta pulir elementos problemáticos, especialmente en The Angel of Darkness. Como producto global es una remasterización muy cuidada y, sin duda, la mejor forma de jugar hoy a estas tres entregas, pero sigue arrastrando el hecho de que dos de los juegos originales son bastante controvertidos. Por eso, muchos rankings sitúan este pack por debajo del recopilatorio de la primera trilogía.

En el lado contrario, Tomb Raider I-III Remastered ofrece una puesta al día de las tres primeras aventuras de Lara, con texturas mejoradas, modelados renovados y opciones de control modernizado. Es una forma estupenda de revivir la trilogía original sin sufrir tanto los gráficos noventeros y con añadidos de accesibilidad. Sin embargo, al tratarse de versiones muy fieles, algunos echan en falta ayudas extra para niveles especialmente retorcidos, por lo que muchos aficionados siguen prefiriendo las ediciones originales por puro valor histórico.

El renacer intermedio: la trilogía de “leyendas”

Trilogía Tomb Raider Legend Anniversary Underworld

Tras el batacazo de The Angel of Darkness, Eidos puso a Crystal Dynamics al mando de la serie para relanzarla en pleno auge de PS2, Xbox y PC. De ese movimiento nació la llamada trilogía de “leyendas”: Legend, Anniversary y Underworld, tres entregas que mezclan respeto por el legado clásico con mecánicas más acordes a la época.

Tomb Raider: Legend fue el primer paso de este reinicio suave. Recupera el espíritu aventurero del original, con Lara viajando por medio mundo tras la legendaria espada Excalibur y reencontrándose con su amiga-rival Amanda. El propio Toby Gard, creador de Lara, participó en el desarrollo, y eso se nota en cómo se presenta al personaje. La jugabilidad combina plataformas, puzles sencillos y tiroteos más ágilmente coreografiados, todo ello con escenas cinematográficas muy de su tiempo.

Legend tuvo una gran acogida comercial y crítica, y sirvió para limpiar la imagen de la saga. Aun así, parte de la comunidad lo ve como un juego demasiado corto y lineal, con exceso de conversación por radio (Zip y Alister comentando todo) y un tono algo ligero que se aleja de la sensación de soledad y misterio de los primeros Tomb Raider. Es, en definitiva, un título notable, pero al que se le ve margen para haber aspirado a algo más.

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Entre Legend y Underworld, Crystal lanzó Tomb Raider: Anniversary, un remake completo del Tomb Raider de 1996 usando el motor y sistema jugable de Legend. Más que una simple actualización gráfica, esta versión reinterpreta los niveles originales, reordena algunos eventos, revisa la historia e introduce mecánicas modernas como el gancho, las acrobacias avanzadas y un control totalmente analógico. Para muchos fans, es la forma ideal de experimentar la primera aventura sin renunciar a la comodidad actual.

Anniversary recibió críticas muy positivas por su respeto al material original y sus aportes de diseño. A nivel comercial, sin embargo, vendió menos de lo esperado (alrededor de 1,3 millones de copias), lo que frenó la posibilidad de más remakes completos de las principales entregas clásicas. Con el tiempo, ha ido ganando estatus de culto y suele ocupar puestos muy altos en tops personales, justo por ese equilibrio entre nostalgia y modernización.

La trilogía se cerró con Tomb Raider: Underworld, una aventura más ambiciosa que lleva a Lara desde Tailandia y México hasta el Mar Ártico, profundizando en mitología nórdica y lugares subterráneos asociados a Helheim. Fue el último Tomb Raider antes del gran reboot de 2013 y también el estreno de la serie principal en PlayStation 3. En lo jugable, refina muchas mecánicas de Legend y Anniversary, con entornos más amplios, un sistema de cámaras bastante mejorado y un mayor énfasis en la exploración y las acrobacias.

Underworld es un juego querido por buena parte de la comunidad, que valora su diseño de niveles, su atmósfera y algunos puzles especialmente inspirados. No obstante, salió en una época algo convulsa, arrastrando ciertos problemas de pulido técnico y bugs que empañaron su estreno. Pese a ello, con la perspectiva del tiempo, muchos lo consideran uno de los mejores exponentes de la Lara “intermedia”, una carta de amor a la saga que pasó más desapercibida de lo que merecía.

La trilogía moderna: de superviviente a icono definitivo

Con el auge de producciones cinematográficas y sagas como Uncharted, Crystal Dynamics decidió dar un giro firme con un reboot total en 2013. Nació así la trilogía moderna, centrada en los orígenes de Lara Croft como superviviente que poco a poco se transforma en la aventurera legendaria que todos conocemos.

Tomb Raider (2013) presenta a una Lara mucho más joven, vulnerable y humanizada, atrapada en la isla de Yamatai tras un naufragio. A nivel narrativo, apuesta por una historia muy cinematográfica, llena de escenas espectaculares y momentos de alto impacto emocional, reforzada por la actuación de Camilla Luddington. Jugablemente, mezcla exploración, plataformas, combate con armas (especialmente el arco) y un sistema de progresión con mejoras de habilidades y equipo, muy en la línea de la acción-aventura moderna.

El resultado fue un éxito rotundo: este reboot es, hasta la fecha, el juego más vendido de toda la saga, con más de 14,5 millones de copias. Crítica y usuarios alabaron su ritmo, su estructura bien medida y su capacidad para redefinir a Lara sin renunciar a su esencia exploradora. Algunos le achacan un exceso de tiroteos y secuencias scriptadas, pero aun así suele figurar en el top 3 de casi cualquier ranking de Tomb Raider.

La secuela, Rise of the Tomb Raider, se lanzó primero como exclusiva temporal de Xbox y luego llegó al resto de plataformas con una edición especial por el 20 aniversario de la franquicia. Aquí vemos a Lara embarcarse en una expedición a Siberia tras pasar por Londres, obsesionada con desentrañar los secretos de la inmortalidad y continuar el trabajo de su padre. El juego amplía casi todo lo visto en el reboot: mapas más amplios, tumbas opcionales mejor diseñadas, mejores puzles y un sistema de combate y sigilo más pulido.

Rise ofrece paisajes espectaculares, clima extremo, más tipos de enemigos y criaturas salvajes, y una campaña de duración generosa. Ha vendido más de 11,8 millones de copias y, para muchos jugadores, es la mejor entrega de la trilogía moderna en términos de jugabilidad pura. Sus críticas suelen centrarse en la abundancia de coleccionables y algunos giros narrativos menos inspirados, pero su equilibrio entre acción y exploración es difícil de superar.

El cierre de este arco llega con Shadow of the Tomb Raider, desarrollado principalmente por Eidos Montreal con apoyo de Crystal Dynamics. Ambientado en regiones de México y Perú, muestra a una Lara ya muy experimentada, que se enfrenta a las consecuencias de sus actos y, simbólicamente, termina de convertirse en la aventurera clásica de la serie. La campaña ofrece tumbas muy trabajadas, secciones de sigilo en jungla, buceo, nuevas posibilidades de personalización y detalles como el modo foto y el comercio con oro.

Shadow es un juego notable, visualmente impactante y con algunos de los mejores desafíos de puzles de la trilogía. Sin embargo, su historia recibe críticas por volverse cada vez más exagerada y menos coherente, y su dificultad general se percibe algo baja para los veteranos. Aun así, se mantiene alto en cualquier clasificación, especialmente por cómo enlaza, a nivel temático, con la Lara que conocimos en los 90.

La trilogía fundacional: Tomb Raider, Tomb Raider II y Tomb Raider III

Trilogía clásica de Tomb Raider

Antes de los reboots, las remasterizaciones y los experimentos, hubo una trilogía que lo cambió todo. Los tres primeros Tomb Raider, desarrollados por Core Design, definieron lo que significaba explorar tumbas en 3D y convirtieron a Lara Croft en un icono global, hasta el punto de ganar un récord Guinness como la heroína de videojuegos más famosa.

Tomb Raider (1996) no fue solo el estreno de la saga: fue un auténtico terremoto en la industria. Lanzado primero en Sega Saturn y poco después en PC y la primera PlayStation, presentó una aventura en 3D con entornos cúbicos ingeniosamente diseñados, puzles desafiantes y una atmósfera de soledad y misterio que enganchó a millones de jugadores. La banda sonora de Nathan McCree, los movimientos acrobáticos de Lara y el uso del espacio tridimensional hicieron que el juego se convirtiera en todo un referente.

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A nivel comercial, el impacto fue enorme: más de 7 millones de copias vendidas, convirtiéndolo en uno de los buques insignia del catálogo de PlayStation y en punto de partida para películas, cómics y todo tipo de mercancía. A día de hoy, muchos lo siguen considerando no solo el mejor Tomb Raider, sino una obra maestra del videojuego en general, clave en la consolidación de los gráficos 3D y de las heroínas protagonistas.

Tomb Raider II llegó apenas un año después, y es, para muchos, una de las mejores secuelas jamás hechas. En lugar de reinventar la rueda, Core se concentró en mejorar todo lo que funcionaba: niveles más variados, mayor énfasis en la acción, nuevas armas (como el M16) y vehículos míticos como la lancha en Venecia o la moto de nieve en escenarios helados. Conserva la esencia de puzles del original, pero añade más objetivos de eliminación de enemigos y un ritmo algo más rápido.

Comercialmente fue otro bombazo, rozando los 7 millones de copias contando su expansión La máscara de oro. Con el tiempo, algunos fans le reprochan haber impulsado la imagen de una Lara ultra agresiva y sexualizada en exceso así como haber aumentado demasiado los tiroteos. Sin embargo, su diseño de niveles y la cantidad de momentos memorables hacen que siga siendo uno de los pilares absolutos de la serie.

La trilogía se cerró con Tomb Raider III, un juego que buscó recuperar parte del espíritu aventurero y explorador del primer título, equilibrando mejor acción y puzles. Técnicamente supuso un paso adelante, con modelados más detallados, mejores texturas y un rendimiento más fluido. Introdujo además una arquitectura de rutas más compleja, con cierta libertad para escoger el orden de algunas regiones, lo que le daba un aire más moderno.

No obstante, Tomb Raider III también se ganó fama de juego extremadamente difícil, con trampas despiadadas y soluciones de puzles bastante crípticas. Eso alejó a parte del público, aunque con la perspectiva del tiempo muchos jugadores valoran precisamente esa exigencia y consideran que ha envejecido mejor que otras entregas clásicas. En ventas, volvió a estar en lo más alto, con unos seis millones de copias, consolidando el fenómeno global de Lara Croft.

Arcos, trilogías y el mejor orden para jugar Tomb Raider

Si miramos la serie con algo de perspectiva, la franquicia principal de Tomb Raider se puede dividir con bastante claridad en tres grandes bloques, sin contar remasterizaciones ni spin-offs como los de Lara Croft en vista isométrica.

Por un lado está la era Core Design, formada por seis entregas principales: Tomb Raider, II, III, The Last Revelation, Chronicles y The Angel of Darkness. Son, a grandes rasgos, dos trilogías con personalidad propia. La primera (I-III) explota al máximo el formato de aventura 3D pionera, mientras que la segunda (IV-VI) intenta alargar la fórmula, experimentando con estructuras más abiertas y, finalmente, con un salto fallido a PS2.

En la generación posterior, llega la trilogía “leyendas” de Crystal Dynamics: Legend, Anniversary y Underworld. Aquí vemos una Lara algo más estilizada, historias más cinematográficas y un foco mayor en el espectáculo, pero todavía con un pie en el ADN clásico: tumbas, plataformas exigentes y puzles presentes en la ecuación.

La tercera gran etapa es la trilogía moderna de supervivencia: Tomb Raider (2013), Rise of the Tomb Raider y Shadow of the Tomb Raider. Estos títulos apuestan claramente por sistemas de progresión, mundo semiabierto, sigilo, combate más fluido y una narrativa muy trabajada a nivel de cinemáticas y doblaje, adaptándose a las tendencias de las superproducciones actuales.

Si quieres sumergirte en la saga, tienes varias rutas posibles. La más purista es empezar por los clásicos de Core Design, aprovechando los recopilatorios remasterizados I-III y IV-VI para plataformas actuales, incluida Nintendo Switch. Otra vía es comenzar con la trilogía de Legend, que sirve de puente entre lo clásico y lo moderno. Y, si los gráficos noventeros se te atragantan, una excelente puerta de entrada es arrancar directamente con la trilogía moderna, que funciona muy bien por sí sola y luego te puede despertar la curiosidad por revisitar los orígenes.

Con más de cien millones de juegos vendidos, adaptaciones al cine (como las películas con Angelina Jolie y Alicia Vikander), cómics y un nuevo proyecto en marcha de la mano de Amazon Games y Crystal Dynamics, Tomb Raider sigue siendo historia viva del videojuego. Desde los polígonos toscos de 1996 hasta los paisajes abrumadores de la última trilogía, cada entrega, incluso las más flojas, ha contribuido a forjar el mito de Lara Croft y a mantenerla en la conversación casi treinta años después de su debut.

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