The Elder Scrolls 6: promesas, estado real y por qué la espera merece la pena

Última actualización: 11/11/2025
Autor: Isaac
  • Desarrollo en marcha con “núcleo jugable” y playtests internos para afinar sistemas clave.
  • Sin fecha oficial; horizonte razonable en 2027-2028 según ciclos de Bethesda.
  • Prioridad de PC y Xbox con Game Pass y posible juego en la nube; PlayStation, incierto.
  • Rumores de Hammerfell, más política en la jugabilidad y estrategia de anuncio ajustada.

Arte promocional de The Elder Scrolls 6

Que un juego cambie el panorama del rol de mundo abierto no ocurre todos los días: Skyrim lo hizo y su eco sigue resonando catorce años después. Con el calendario marcando la fecha, la comunidad recuerda aquel 11 de noviembre de 2011 en el que Tamriel volvió a marcar una época en PC, PS3 y Xbox 360. A la vez, esa efeméride sirve de recordatorio agridulce: pese al fenómeno que supuso, seguimos sin una nueva entrega numerada. Y, por lo que cuentan sus responsables, el relevo todavía tardará.

Desde que Bethesda levantó la mano en el E3 de 2018 para confirmar su existencia, el silencio oficial en torno a The Elder Scrolls VI ha sido casi absoluto. De cuando en cuando, Todd Howard deja caer pinceladas: trabajan en el proyecto a diario, piden paciencia y les gusta que haya descanso entre secuelas. Incluso ha deslizado una idea tentadora: ojalá anunciar y lanzar cuando esté listo, sin largas campañas, una maniobra de estilo “shadow drop” que ya probaron con la edición remasterizada de Oblivion. Pero vayamos por partes.

La espera larga y lo que está confirmado

A nivel oficial, el recorrido público es corto pero significativo: en 2018 se mostró el primer teaser y se dijo que el juego estaba en preproducción. Pasaron años sin grandes novedades, hasta que en 2023 Phil Spencer, en el marco del juicio de la FTC por la compra de Activision, aseguró que la nueva entrega estaba a más de cinco años vista. Ese mismo 2023, Pete Hines añadió que el proyecto seguía en desarrollo, aunque en una fase temprana, dando a entender que el salto de la preproducción a la producción plena se había hecho hace poco.

En marzo de 2024, con el 30 aniversario de la saga como telón de fondo, Bethesda Game Studios habló de “primeras versiones” jugables. No era un eufemismo para vender humo: por el momento del ciclo, encajaba con un estado pre-alfa, cuando las piezas empiezan a encajar, pero falta casi todo el pulido y gran parte del contenido. Y ya en declaraciones más recientes, Howard ha reiterado dos ideas que conviene subrayar: el equipo dedica trabajo al juego día tras día y, al mismo tiempo, “aún queda camino”.

Más allá de frases hechas, hay hechos. Por ejemplo, han realizado playtests internos de calado para evaluar la dirección del juego. El propio Howard lo ha relatado: reuniones para alinear visión, preguntas duras frente a lo que se ve en pantalla y sesiones de juego largas para identificar necesidades. Además, en un gesto bonito con la comunidad, Bethesda organizó una subasta benéfica para crear un personaje en TES VI, que acabó recayendo en un donante anónimo y, posteriormente, también en el equipo de UESP al alcanzar la cifra requerida. Charlas, definición del personaje y una tarde de pruebas de varias horas: implicación real con los fans y material que sirve para afinar el desarrollo.

Línea temporal esencial

  • 10 de junio de 2018 — Anuncio del teaser de The Elder Scrolls VI con el proyecto en preproducción. Se confirma su existencia de forma oficial y se sugiere que el camino será largo.
  • 23 de junio de 2023 — Phil Spencer, en su testimonio por el caso FTC, indica que TES VI está a más de cinco años. Traducción: nada de verlo a corto plazo.
  • 29 de agosto de 2023 — Pete Hines comenta que el título está en desarrollo temprano. Se entiende que ha dejado atrás la fase de preproducción.
  • 25 de marzo de 2024 — Con el 30 aniversario de la saga, BGS menciona “primeras versiones” jugables. Por fechas, encaja con un estado pre-alfa.
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Estado real del desarrollo y los playtests

Varios insiders han aportado señales adicionales. Jez Corden, por ejemplo, habla de un estado “bastante jugable”. En jerga de desarrollo, que un RPG de mundo abierto alcance un “núcleo jugable” implica que los sistemas base funcionan de forma integrada, aunque falten ajustes, contenido y optimización. Esto cuadra con lo que se espera de un proyecto que aún no enseña gameplay público, pero que internamente ya se examina con lupa.

Aunque alguien haya dicho “fase final”, lo sensato es traducirlo como una etapa avanzada del ensamblaje de sistemas, no como un juego listo para empaquetar. Bethesda, de hecho, suele necesitar de cuatro a cinco años desde ese “core” estable hasta el lanzamiento en sus grandes RPG, y si hablamos de un buque insignia como The Elder Scrolls, la prudencia apunta a 2027 como pronto, o incluso 2028. Entre medias, el estudio sigue soportando otras líneas: actualizaciones de Starfield, la segunda temporada de Fallout para HBO y el mantenimiento de Fallout 76, donde ahora mismo hay “cientos de personas”, según su propia gente.

Que haya playtests internos extensos es buena señal: los grandes juegos se entienden de verdad cuando se juegan. Es ahí donde se verifican la velocidad de combate, el ritmo de progresión, el flujo de misiones, el tono de la exploración y mil detalles que sobre el papel suenan bien, pero que necesitan horas de mando para cuadrar. Las decisiones que salen de esas partidas llevan a iteraciones constantes: ajustar, quitar, sumar, reordenar. Un proceso exigente y, sí, lento.

Fecha de lanzamiento, plataformas y cómo podrían anunciarlo

Sobre la mesa no hay fecha ni ventana oficial. Durante el proceso judicial por Activision se insistió en no precipitar plazos, y se descarta marcar un calendario cerrado antes de que el proyecto lo permita. Dicho esto, varias fuentes no oficiales vuelven una y otra vez a finales de 2027 como horizonte probable, algo coherente si el núcleo jugable se consolidó a mitad de ciclo.

Respecto a plataformas, la prioridad de Xbox Game Studios es clara: PC y Xbox pasan primero, con Game Pass como eje. Starfield y Redfall no aparecieron en PlayStation 5 y nadie espera que TES VI rompa esa pauta sin un giro estratégico mayor desde Microsoft. El pasado, además, no ayuda: los mods en consolas PlayStation tuvieron un aterrizaje áspero con Skyrim, y la idea de reforzar el ecosistema de Xbox pesa más que nunca. ¿Y la comunicación? Howard ha coqueteado con anunciar y lanzar con poco margen, algo que probaron con Oblivion Remastered y que “salió bien”. Un “shadow drop” completo en un título de este tamaño parece ambicioso, pero un marketing comprimido sí resulta plausible.

Otra variable es el “cuándo enseñar”. La gala de The Game Awards suele ser altavoz global, y hay quien fantasea con un primer vistazo sustancial allí si el plan general es 2027: un teaser con juego real, luego una campaña ajustada a uno o dos años vista y ritmo creciente. En paralelo, la situación de Xbox no es trivial: la subida de precio de Game Pass provocó cancelaciones y ruido, y la marca necesita golpes de efecto. Un trailer sólido de TES VI sería un revulsivo.

Rumores de ambientación: ¿Hammerfell a la vista?

Las pistas oficiales sobre el mapa son, por decirlo suave, escasas. Aun así, la comunidad mira a Páramo del Martillo (Hammerfell) desde hace tiempo: el teaser mostraba litorales y sierras que cuadrarían, y aquella felicitación navideña de 2020 con tres velas despertó teorías por su colocación. Incluso la frase “transcribir el pasado y mapear el futuro” alimentó el juego de detectives. Nada confirmado, pero no es descabellado que la ruta apunte allí.

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En cuanto al momento histórico, Skyrim y TES: Legends transcurren en la Cuarta Era, más de dos siglos después de Oblivion. ¿Seguir avanzando en el tiempo para airear la línea temporal? ¿O dar un salto al pasado para recontar capítulos antiguos con nuevos ojos? Cualquiera de las dos rutas encaja con el ADN de la saga y permitiría introducir facciones y conflictos inéditos sin contradecir el lore.

Qué esperar de la jugabilidad

Si algo no cambiará es el corazón rolero: creación de personaje flexible, progresión por uso, libertad para perderse, facciones con misiones que importan y una concatenación de historias grandes y pequeñas que acaban alterando la sociedad del juego. Ahora bien, los rumores señalan matices nuevos: más peso de la política, con matrimonios, traiciones y juegos de poder teniendo consecuencias más visibles. De nuevo, no hay confirmación oficial, pero cuadra con el deseo de dar un salto de complejidad tras Skyrim.

El empeño de Bethesda pasa por un mundo abierto más denso y sistemas que intercambian información entre sí para producir situaciones emergentes interesantes. La ambición es lógica: superar a Skyrim no se hace con maquillaje, sino repensando la estructura de misiones, mejorando la IA de NPC y criaturas y haciendo que las elecciones “pese”n de un modo que el jugador note pronto y tarde. Ese trabajo bebe de dos fuentes cercanas: The Elder Scrolls Online —que ha enseñado mucho sobre contenido vivo y ritmo— y Starfield, cuyo aprendizaje técnico y de diseño servirá de base.

Howard ha repetido una idea que conviene no perder de vista, parafraseándola: los juegos se entienden jugándolos, no en PowerPoint. De ahí que insista en sesiones de prueba donde el equipo se sienta delante de la pantalla y apunte debilidades y virtudes. Ajustar el combate para que no sea ni esponjoso ni fugaz, medir lo que tardas en “sentir” que progresas o calibrar el brillo de la exploración solo sale bien si hay feedback constante.

  • Mecánicas de combate — Armas, defensa, magia y habilidades integradas con el ritmo de juego.
  • Progresión — Atributos, talentos, perks y formas de subir que recompensen tu estilo.
  • Interacción y físicas — Movimiento, salto, escalada e influencia con el entorno que se sienta natural.
  • Inventario y crafteo — Gestión clara, fabricación útil y sistemas que encajen con la economía del mundo.

Requisitos técnicos y opciones de juego

No hay especificaciones de PC publicadas. Dado que Starfield comparte tecnologías y casa, es tentador usarlas como referencia, pero sería precipitado fijar números. Más interesante es el escenario de disponibilidad: al ser producción bajo el paraguas de Xbox Game Studios, es probable que llegue día uno a Game Pass y que el juego esté en Xbox Cloud Gaming, lo que permitiría jugar en muchos dispositivos vía streaming incluso si tu PC no da para alegrías.

Otra derivada técnica será la compatibilidad con mods. La historia con PlayStation y la gestión de mods de Skyrim dejó lecciones, y no sorprendería que Xbox busque potenciar su ecosistema facilitando creación y distribución en su plataforma. En PC, la tradición modder es parte clave de The Elder Scrolls; aprovecharla bien es garantía de longevidad.

TES VI en el tablero de Xbox

El momento corporativo importa. Xbox viene de semanas movidas: la subida de precio de Game Pass causó enfado y bajas, y han tenido que negar rumores sobre su próxima generación de hardware. En ese contexto, The Elder Scrolls VI es visto como un salvavidas capaz de reilusionar a la base de usuarios. Pocas cartas pesan tanto como un nuevo The Elder Scrolls, y por eso encaja que Microsoft mime el calendario de comunicación.

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Se ha hablado de objetivo 2027, y si ese fuera el plan, la recta final de 2025 o 2026 tendría sentido para enseñar gameplay, ya sea en The Game Awards o en la casa de Xbox. Guardar silencio siete años tras el teaser de 2018 ha pasado factura a la paciencia; incluso otros títulos muy esperados como Silksong han ido soltando material entre medias. Un golpe en la mesa con un trailer en condiciones sería el primer paso para ordenar expectativas y reconectar.

Filtraciones, fuentes y qué creer

En el terreno de los rumores, ha sonado un vídeo del creador eXtas1s que apunta a finales de 2027 como fecha objetivo. Él mismo no aporta documentación concluyente; tómese como señal coincidente con otras voces, no como confirmación. La pieza que sí encaja con lo ya dicho por Bethesda es que el desarrollo pleno despega tras el lanzamiento de Starfield (finales de 2023), y pocos meses después el estudio dijo públicamente que había builds tempranas jugables. Ese intervalo entre “ya jugamos algo” y “salimos” rondaría los tres a cuatro años, si 2027 se confirma.

Mirando al escaparate de 2027, la competencia será dura: CD Projekt Red planea The Witcher 4 para esa ventana y 2026 ya tiene a GTA 6 como gran terremoto del sector. Aun así, el público para la fantasía épica medieval siempre tiene apetito, y un The Elder Scrolls bien afinado no teme chocar con gigantes; al contrario, se alimenta de la expectación global por los juegos estrella del momento.

Comunidad, guiños y memoria de la saga

Bethesda no olvida de dónde viene. En 2019, por ejemplo, invitaron a Shirley Curry, la entrañable “abuela de Skyrim” de YouTube, a los estudios de Maryland para escanearla e inmortalizarla como NPC. Ese tipo de gestos construyen relato alrededor de la marca y sumaron a la emoción colectiva. La subasta para Make-A-Wish que abre la puerta a que fans formen parte del mundo de TES VI va en la misma línea.

Mientras tanto, la conversación no se detiene en comunidades como Reddit, foros y redes sociales, donde se recopilan declaraciones, se aclaran malentendidos y se actualizan cronologías. Esa presión por novedades tiene su doble filo: mantiene alto el interés, pero también amplifica el ruido cuando no hay anuncios. De ahí que Howard pida calma y que el estudio prefiera hablar cuando haya algo sólido que enseñar.

Quien mira hoy a The Elder Scrolls VI ve un proyecto que avanza despacio pero con paso firme: núcleo jugable encarrilado, sesiones internas exigentes y lecciones claras de Starfield, TES Online y hasta de tropiezos como Fallout 76. En plataformas, todo apunta a PC y Xbox con Game Pass y juego en la nube; sobre la fecha, la horquilla realista se sitúa en la segunda mitad de la década, con 2027 como apuesta prudente y margen a 2028. No faltan ganas ni teoría: falta el momento en que Bethesda ponga el juego en pantalla y, como desean, deje que Tamriel hable por sí misma.

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