- El voto por Internet es minoritario a nivel global; destaca Estonia y pruebas limitadas en Suiza, Francia y Canadá.
- Coexisten máquinas presenciales (DRE, escaneo óptico) y i-voting remoto, cada uno con ventajas y riesgos distintos.
- Varios países han pausado o prohibido por seguridad, verificabilidad y confianza (Alemania, Países Bajos, Irlanda, Noruega).
- En España no hay voto online en elecciones legislativas; el voto rogado redujo la participación exterior.
El voto electrónico nació para facilitar la participación y abrir nuevas vías a quienes no pueden desplazarse a un colegio electoral. A día de hoy, muchas jurisdicciones han probado soluciones digitales como alternativa al voto por correo y al presencial, pero solo una minoría permite votar por Internet de forma amplia y estable.
Más allá de la etiqueta genérica, bajo “voto electrónico” conviven tecnologías y reglas muy distintas. Algunos países se centran en máquinas en locales de votación (sin conexión a la red) y otros ensayan i-voting remoto por Internet. La motivación habitual es ofrecer “todas las posibilidades” para ejercer el derecho al sufragio, pero persisten inquietudes sobre seguridad, verificabilidad, secreto y confianza en los resultados.
Qué entendemos por voto electrónico y sus variantes
Con frecuencia se habla de voto electrónico como un todo, aunque existen ámbitos y requisitos diferentes. En el terreno público, el voto electrónico “electoral” opera con el principio de una persona, un voto, con anonimato garantizado, controles para evitar dobles votaciones y distribución de escaños por reglas como la ley d’Hondt. En paralelo, en el ámbito privado y asociativo aparece el voto electrónico “societario”, donde los derechos pueden ponderarse, el voto puede no ser anónimo (salvo excepciones estatutarias) y resulta posible cambiar el sentido del voto dentro del plazo.
Desde el punto de vista técnico-procedimental, se distinguen dos grandes familias con retos distintos:
- Voto electrónico presencial supervisado: urnas/máquinas en centros oficiales; incluye DRE (registro directo en pantalla) y sistemas con escaneo óptico de papeletas en papel.
- Voto remoto por Internet (i-voting): el elector envía su voto desde cualquier ubicación; es útil para personas con movilidad reducida, residentes en zonas remotas o expatriados.
Más allá del ámbito electoral, el voto societario electrónico cubre modalidades como la votación anticipada y en tiempo real sobre orden del día, la delegación con instrucciones y la elección de órganos directivos tanto anticipada como en directo.
Ventajas y riesgos clave del voto por Internet y otros sistemas electrónicos

Los defensores señalan beneficios claros. Permitiría votar desde cualquier lugar con acceso a Internet, reduce votos nulos, agiliza el recuento y, según diversos expertos, favorece a personas con discapacidad o dificultades de desplazamiento. Frente a otros métodos, algunos estudios sostienen que el canal online puede ser eficiente en coste por voto, y recuerdan que incluso el voto por correo entraña riesgos y se usa desde hace décadas.
Las reservas no son menores. Investigadores del Parlamento Europeo han advertido sobre la superficie de ataque (fraude, hackers) y la necesidad de controles extremos sobre claves, auditorías, conectividad y proveedores. El voto remoto incrementa la exposición a coacción o compra de votos, y sin un documento físico individualizado, puede perderse auditabilidad si el sistema no contempla verificabilidad independiente. También pesan problemas de usabilidad que afectan más a quienes tienen menos experiencia digital.
En el i-voting, la identificación puede basarse en DNI electrónico o SIM, como en experiencias móviles donde se activa la identificación en webs oficiales. En todo caso, la discusión de fondo no es solo técnica: la aceptación del voto online pivota sobre la confianza ciudadana, que a menudo depende menos de la tecnología y más de la percepción sobre gobiernos y autoridades electorales.
Dónde se puede votar por Internet y qué países usan tecnologías de voto electrónico
A continuación, un repaso detallado —por regiones— de países con implantación amplia, pruebas o estudios, y aquellos que prohibieron o suspendieron estas soluciones. Se incluyen tanto iniciativas de voto por Internet como de máquinas y escaneo en sedes de votación, así como la evolución legal y los principales hitos con fechas, porcentajes y particularidades.
Europa: pioneros, avances y marchas atrás
En el continente europeo conviven modelos dispares. Destaca Estonia como referente mundial del voto por Internet, mientras que países como Bélgica mantienen urnas electrónicas con verificación en papel y otros, como Suiza, alternan avances y pausas por motivos de seguridad. En el extremo opuesto, Alemania, Irlanda o Países Bajos detuvieron su despliegue por dudas de integridad y fiscalización.
Implantación o uso consolidado
- Bélgica: pionera desde 1989 con tarjetas de banda magnética y urnas electrónicas. Desde 2010 renovó sistemas hacia pantallas táctiles con comprobante impreso para auditoría. En 2014 se usó un sistema totalmente automatizado y verificable; un fallo puntual obligó a anular 2.200 votos (0,06%). En Valonia no se utiliza, mientras que la comunidad germanófona lo emplea en municipales desde 2015. En 2019, las máquinas emitían una papeleta encriptada verificable antes de depositarla en urna.
- Estonia: primer país con voto por Internet a nivel nacional en 2005 (elecciones locales; 9.317 votos online). En 2007, el 3,13% del electorado usó i-voting en generales; en 2008 habilitaron voto móvil tras reforma legal; en 2009, 104.415 usaron i-voting al Parlamento Europeo (9,5%). En 2011, 140.846 votos electrónicos (96% desde dentro del país); en 2013 se abrió código fuente; en 2014 el 31% del electorado i-votó en europeas; en 2015 llegaron a 176.491 i-votos (30,5%); en locales de 2017 el 31,7% (186.034) i-votó con ampliación a 16-17 años (7,4% de i-voto); en 2019 el 44% (247.232) usó el canal electrónico con posibilidad de re-votar y de anular con voto en urna; en 2023 alcanzaron 51,3% i-voto (313.514), permitiendo votar online hasta el propio día de elecciones. Todo ello apoyado en DNI electrónico y PIN, con prisma encriptado para preservar el anonimato y mejoras constantes en seguridad, auditabilidad y transparencia.
- Georgia: en las legislativas del 26 de octubre de 2024 se aplicó tecnología a registro, votación, escrutinio y transmisión. En 2.263 de 3.031 centros se utilizó un sistema en el que el votante marcaba en papel con rotulador, la máquina leía la boleta y ésta se depositaba en urna; hubo denuncias de fraude.
En estudio o implantación parcial
- Francia: tras pilotos (2000-2002) y uso en referéndum de 2005, en 2007 1,5 millones pudieron votar electrónicamente presencial. En 2012, expatriados votaron por Internet a la Asamblea Nacional (127.000 i-votos). En 2017 el Gobierno descartó i-voting legislativo para residentes en el exterior por riesgo cibernético. En 2020 se aprobó la plataforma para elecciones consulares (aplicada en 2021) con pruebas y verificaciones; en 2022 hubo problemas de códigos de validación que no llegaron a parte del electorado exterior.
- Italia: referéndum de 2017 en Lombardía y Véneto con tablets de votación; el escrutinio fue lento y costoso, suscitando críticas. En 2019 se reservó presupuesto para experimentos destinados a italianos en el exterior y electores fuera de residencia por trabajo/estudio/salud.
- Rusia: locales 2011 con pantalla táctil y tarjetas; 2018 instaló 12.000 urnas escáner en 10.000 colegios (35 millones habilitados), muchas con QR en protocolos. En 2021 se usó votación electrónica a distancia en siete regiones (entre ellas Moscú); hubo denuncias internas/internacionales. Anuncios posteriores apuntan a expansión a unas 30 regiones y a un nuevo método digital de escrutinio.
- Suiza: pilotos 2003-2005 (Ginebra, Neuchâtel, Zúrich) y 2008 con residentes en el extranjero. Ginebra incluyó el i-voting en su Constitución en 2009. Zúrich suspendió pruebas en 2011 por razones técnicas y de coste. En 2015, tras auditoría que detectó problemas de secreto, se desautorizó el canal online en 9 cantones, quedando 13.000 i-votos de 142.000 expatriados. En 2018 se apostó por convertirlo en canal ordinario con publicación de código; Zug probó blockchain en votación municipal (30% de 240 electores). En 2019 se suspendió el sistema Swiss Post por errores críticos y Ginebra abandonó el suyo por costes, con caída de participación exterior. En 2023 el Gobierno dio luz verde a nuevas pruebas con un sistema “revisado” de Swiss Post con verificabilidad universal.
Prohibido o paralizado
- Alemania: usó voto electrónico en 2005; en 2009 el Tribunal Constitucional lo declaró inconstitucional por impedir a ciudadanos sin conocimientos técnicos fiscalizar el proceso.
- Países Bajos: habilitó el voto electrónico en 1965; tras revelar fallos de seguridad en 2006, en 2008 se volvió al papel. En 2017 se abandonó el recuento digital por vulnerabilidades y se empleó comunicación de resultados por teléfono.
- Irlanda: tras pruebas en 2002 y revisión de seguridad, el gobierno suspendió la introducción en 2009; en 2012 se deshizo de 7.500 máquinas por falta de fiabilidad.
- Noruega: pilotos de i-voting en 2011 (diez municipios) y 2013; en 2014 el gobierno dio por finalizados los ensayos por controversia política y falta de impacto en participación.
- Finlandia: prueba en 2008 anulada por problemas de usabilidad; en 2016-2017 un grupo de trabajo recomendó no utilizar i-voting en generales por falta de garantías de verificabilidad y secreto.
- Reino Unido: más de 30 pilotos (2002-2007); en 2008 la Comisión Electoral juzgó insuficientes las garantías y cerró la puerta a continuar.
América: de la automatización masiva a pilotos con alcance limitado
El mosaico americano va desde la automatización total en algunos procesos hasta pilotos puntuales, con una tendencia reciente a reforzar papeletas verificables y auditorías.
Implantación o uso consolidado
- Brasil: desde 1996 implanta urnas electrónicas; en 2002 el 100% del voto presencial fue electrónico. Introduce biometría desde 2008 (cuatro millones en 2010; 23 millones en 2014). En 2016 hubo 43,3 millones de verificaciones biométricas (32,13%) en 1.541 municipios. En 2018 el Supremo eliminó el voto impreso por riesgo al secreto, frente a peticiones ciudadanas a favor de trazabilidad en papel.
- Venezuela: del escaneo óptico (1998-2003) pasó en 2004 al registro directo con comprobante impreso; en 2012 automatizó todo el ciclo (autenticación biométrica, activación de urna, recuento y totalización). Hubo auditorías tras denuncias en 2013 y peticiones internacionales de revisión en 2017.
- Paraguay: primeras urnas electrónicas en 2003-2006; regreso al papel en 2008 por falta de consenso. En 2021 municipales y en 2023 generales se usaron máquinas; se reportaron dificultades para mayores y acusaciones de “voto asistido”, junto a valoraciones positivas en encuestas locales.
- EE. UU.: enorme diversidad por competencia estatal y de condados. Historia de máquinas de palanca (1892-1960) y, desde 1980, cinco grandes sistemas: palanca, tarjetas perforadas, papeletas con/ sin escaneo óptico y DRE. Tras Florida 2000 y la ley HAVA (2002), el país migra hacia marcas en papel con escaneo y reduce DRE sin papel. En 2008 algunos condados probaron i-voting para militares en el exterior; en 2012 el 56% votó con papeleta (con o sin escáner) y el 39% en DRE; hubo incidencias técnicas en varios estados en 2016 y 2018. Virginia Occidental ensayó en 2018 una app con blockchain para expatriados y personas con discapacidad, pero en 2020 la descartó por preocupaciones de privacidad e integridad. Utah ha planteado pruebas de voto online.
En estudio o implantación parcial
- Argentina: ocho provincias legislaron experiencias electrónicas diversas desde 2003, incluida Boleta Única Electrónica (BUE) en Salta (2011, luego 100% de mesas en 2013). Problemas de máquinas, reemplazos y legibilidad en 2015. En 2016 la ley nacional de BUE no prosperó en el Senado. En 2017, el CONICET recomendó no avanzar en el corto/medio plazo. Tras incidencias en 2023, Buenos Aires descartó el sistema para la general.
- Canadá: el nivel federal mantiene papel; hay voto electrónico municipal (Markham, Ontario desde 2003; Ottawa con escaneo óptico). Quebec suspendió momentáneamente tras problemas en 2005. Seis provincias permiten mecanismos electrónicos, pero en 2017 el Gobierno federal no consideró viable i-voting y, en 2020, Elections Canada reiteró que no planeaba introducirlo por falta de tiempo para garantizar confidencialidad, secreto e integridad.
- Colombia: pilotos en 2007; en 2009 consulta partidaria con pantalla táctil; en 2011 se aplicó biometría al 10% del censo.
- Ecuador: 2004 usó urnas brasileñas con valor legal. En 2013 se testaron tres tecnologías (comprobante impreso, chip y registro directo) en tres provincias. En 2014, voto electrónico vinculante en Santo Domingo y Azuay. En 2023, el i-voting exterior para el CPCCS y referéndum registró 19.000 votos de 97.000 habilitados; en agosto, el CNE anuló la votación exterior por fallos del sistema.
- El Salvador: el TSE implementó voto electrónico para salvadoreños en el exterior en presidenciales y legislativas de 2024.
- Guatemala: en 2002 usó pantalla/teclado numérico en municipales. En 2019 se anunció i-voting para residentes en EE. UU., pero para 2023 el TSE lo desestimó tanto en el país como en el exterior.
- México: pruebas en Coahuila (2005) y urnas en 2008; experiencias en CDMX (2003, 2006, 2009) y Jalisco (2009, 2012). El IFE implementó i-voting para el exterior en 2012 con escasa rentabilidad. En 2017 el INE descartó i-voting 2018 por presupuesto/certeza. En 2021-2022 se habilitó i-voting exterior para locales; en 2021 Coahuila y Jalisco usaron urnas electrónicas (50 por estado). En 2023 el INE ofreció SIVEI para la diáspora registrada.
- Panamá: 2014 piloto con 4.859 votantes; 2015 prueba en el Colegio de Abogados (1.900 de 3.000). En 2024 se previó voto electrónico en 20 mesas (hasta 10.000 personas).
- Perú: ley de 2005 autorizó despliegue progresivo. En 2011 experiencia vinculante en Pacarán; 2014 municipales/regionales en siete distritos; en 2016 el VEP alcanzó 743.169 electores (3%). ONPE desarrolló solución propia; hubo avances con resultados en 30 minutos en pilotos y ampliación a 39 distritos en 2018.
Asia y Oceanía: del uso masivo en India a pilotos con blockchain
El caso de India es el mayor despliegue mundial de máquinas de registro directo sin conexión a Internet, mientras que otros países han explorado blockchain o han retirado sistemas por coste y utilidad limitada.
- India: inicio paulatino en 1989; desde 2003 el 100% del voto es electrónico en sede. En 2004 se usó un millón de máquinas con más de 670 millones de electores en tres semanas; en 2006 se incorporó Braille. En 2010 expertos pidieron más seguridad/verificabilidad/transparencia; desde 2014 se incorporó VVPAT (rastro en papel) y para 2019 la Comisión buscó cubrir el 100% de las máquinas con comprobante.
- Filipinas: i-voting para expatriados en 2007; piloto 2008 para elegir tecnología 2010; en 2010 legislativas con voto electrónico y revisión tras incidencias; 2013 repitió sin problemas; en 2016, 92.509 máquinas para 55,7 millones de votantes con impreso de validación; en 2022, quinta elección consecutiva con urnas electrónicas (unos 53 millones).
- Emiratos Árabes Unidos: primera experiencia en 2006; en 2011 se expandió a máquinas electrónicas, con fuerte impulso a m-Government. En 2015 el proceso fue totalmente electrónico con 224.000 habilitados y 35% de participación, resultados en unos 30 minutos y mayor presencia femenina (38,94%).
- Japón: ley de 2002 habilita voto electrónico local; Niimi lo estrena ese año. En 2018 Aomori retiró su sistema por costes; Tsukuba probó blockchain en una consulta con 119 participantes.
- Mongolia: en 2012 usó un sistema electrónico para parlamentarias para combatir fraude, pero reportó incidencias técnicas.
- Irak: referéndum kurdo de 2017 permitió voto electrónico de la diáspora; en 2018 se usó biometría y máquinas, con anulaciones en 1.021 urnas por fraude.
- Australia: legislación desde 2000. ACT empleó EVACS en 2001 y 2004; Victoria añadió puestos para discapacidad visual en 2006 y 2010. Nueva Gales del Sur lanzó iVote en 2011 (47.000), ampliándolo a 286.000 en 2015 y repitiendo hasta 2019, cuando el 63% de quienes no votaron presencialmente lo hicieron por Internet y la app verificadora ganó uso. En 2021 hubo interrupciones que impidieron votar a miles; tribunales ordenaron repetir tres elecciones locales.
África: primeros pasos y retos
Namibia fue el primer país africano en usar voto electrónico en presidenciales (2014) con máquinas táctiles importadas de India, pero recibió quejas por la ausencia de comprobante en papel, fallos y falta de capacitación.
España y el contexto europeo
En España, el voto por Internet no se utiliza en elecciones legislativas. El llamado voto rogado (2011) exigía a residentes en el extranjero solicitar el sufragio, y la participación cayó del 31,7% al 4,9%. Se han realizado pilotos: en 2004 una prueba remota en tres mesas; en 2005 un ensayo no vinculante en un municipio por provincia durante el referéndum de la Constitución Europea; en 2008-2011 se testó la Mesa Administrada Electrónicamente para automatizar tareas de mesa. A nivel autonómico, el País Vasco reguló en 1998 y desarrolló Demotek (usado en la UPV y el Athletic Club, y en una prueba en Catalunya). En Barcelona, una consulta en 2010 por Internet y móvil tuvo incidencias. Catalunya impulsó un anteproyecto en 2018 para voto electrónico de residentes en el exterior, con intención de extenderlo de forma progresiva.
A escala UE, en las elecciones europeas votan cientos de millones de ciudadanos con 27 sistemas distintos. España elige 61 eurodiputados y, hoy por hoy, no permite el voto online. Estonia sí integra el canal digital en todas sus elecciones —locales, nacionales y europeas— y por primera vez el voto digital superó al papel en sus generales más recientes.
¿Es seguro el voto por Internet? Lo que dicen la práctica y los expertos
Estonia invierte de forma continuada en su ecosistema: audita, actualiza software, revisa algoritmos y analiza vulnerabilidades. Afirma no haber detectado malware en elecciones y sostiene la verificabilidad de su canal. Suiza, por el contrario, detuvo en 2019 la expansión del i-voting tras que pruebas públicas hallasen fallos en la verificabilidad universal del sistema Swiss Post; en 2023 reinició pilotos tras una revisión profunda y publicación de código.
La confianza vuelve a estar en el centro. Expertos recuerdan que la ciudadanía no solo evalúa la tecnología, sino a las instituciones que la gestionan. En países con historial democrático discutido, la adopción de e-voting ha generado más debate: mientras Rusia amplía su sistema electrónico en varias regiones, observadores internacionales han señalado condiciones desiguales de competencia.
En Estados Unidos, la crisis de las tarjetas perforadas en Florida 2000 impulsó la modernización (HAVA, 2002). El uso de DRE sin rastro en papel se consideró con el tiempo inseguro, y hoy predominan papeletas marcadas a mano con escaneo óptico. La tendencia global reciente apuesta por boleta en papel verificable por el votante, incluso cuando se utilizan equipos electrónicos para acelerar el conteo.
Quiénes usan realmente voto por Internet y quiénes lo evitan
Si miramos el mundo desarrollado, entre los 20 países líderes del Índice de Desarrollo Humano solo Estados Unidos emplea parcialmente formas de voto electrónico (y no de manera uniforme ni necesariamente online). A escala nacional, países como Bélgica, Brasil, Estonia, Filipinas, India y Venezuela han integrado voto electrónico con distintos grados y tecnologías. Otros, como Canadá y Suiza, lo acotan a niveles subnacionales o a la diáspora y lo someten a ventanas de prueba y auditoría.
En el lado prudente o crítico, Alemania, Irlanda, Países Bajos y Reino Unido optaron por prohibir o descartar estas modalidades tras fallos o por imposibilidad de garantizar transparencia pública sin pericia técnica. Sus tribunales y autoridades dieron prioridad a la fiscalización ciudadana simple y robusta.
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