Nike Project Amplify: el sistema de calzado motorizado que quiere impulsar cada zancada

Última actualización: 29/10/2025
Autor: Isaac
  • Project Amplify integra motor, correa y batería en un sistema que asiste la pisada en carrera y caminata.
  • Enfocado en ritmos de 10-12 minutos por milla y en uso cotidiano, no para élites.
  • Probado por más de 400 atletas y 2,4 millones de pasos en el NSRL, con mejoras percibidas en esfuerzo y ritmo.
  • Continúa en fase de prototipo; lanzamiento al consumidor previsto en los próximos años, con objetivo interno tentativo.

Nike Project Amplify calzado motorizado

En un momento en el que la tecnología deportiva acelera a paso firme, Nike ha presentado Project Amplify, un sistema de calzado asistido por motor que quiere facilitar correr y caminar a ritmos moderados con menos esfuerzo. La propuesta no está pensada para batir marcas, sino para que más personas se animen a moverse un poco más y con mayor comodidad.

La idea recuerda a las e-bikes: un impulso adicional que no sustituye la actividad humana, pero sí alivia la carga en cada zancada. Según la compañía, el objetivo es ampliar el acceso al movimiento diario, desde quienes hacen recados a pie hasta quienes encadenan salidas suaves por el parque.

Qué es Project Amplify

Project Amplify es, en esencia, un sistema de calzado motorizado que combina un conjunto robótico ligero con una zapatilla de running con placa de fibra de carbono. La marca lo describe como su primer sistema de este tipo para carrera y caminata, concebido para sumar un extra de potencia a la mecánica natural del tobillo y la parte baja de la pierna.

El hardware agrupa un motor compacto, una correa de transmisión y una batería recargable alojada en un brazalete tipo tobillera o gemelera. Todo ello se integra con una zapatilla que puede usarse con o sin el módulo robótico, de modo que el calzado mantiene su utilidad incluso cuando no se busca asistencia.

Sistema motorizado para correr y caminar de Nike

Cómo funciona el sistema

Durante la pisada, el dispositivo sincroniza su acción con el gesto natural del tobillo para aportar un empuje sutil en el despegue. La transferencia de fuerza se produce a través de la correa y la articulación acoplada al talón, lo que se traduce en menos energía necesaria para mantener el ritmo, especialmente en subidas o tramos largos.

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El conjunto está gobernado por algoritmos de movimiento desarrollados a partir de ensayos del Nike Sport Research Lab (NSRL). Sobre el papel, el sistema busca que la sensación sea lo más orgánica posible: que “desaparezca” como dispositivo y se perciba como parte del propio cuerpo, una especie de segundo gemelo que colabora en cada paso.

A quién va dirigido y para qué sirve

La compañía insiste en que no es un producto para corredores de alto nivel que persiguen recortar segundos, sino para quienes se mueven en ritmos aproximados de 10 a 12 minutos por milla y desean ir un poco más rápido o un poco más lejos con menos esfuerzo. También se contempla su uso en caminatas diarias y desplazamientos urbanos.

Más allá del rendimiento, el enfoque pone el acento en la accesibilidad y la adherencia a la actividad física: facilitar que personas que suelen evitar cuestas o largos tramos a pie encuentren una ayuda que les anime a moverse con mayor frecuencia. En entornos europeos, podría tener encaje en ciudades caminables y con transporte público denso, donde ampliar el radio a pie resulta práctico.

En pruebas informales del equipo, algunos usuarios han señalado que con la asistencia una subida se siente más similar a ir por llano. También se han observado casos en los que un corredor de 12 min/milla ha pasado a rondar 10 min/milla, lo que sugiere un impacto tangible en el esfuerzo percibido dentro de ese rango objetivo.

Desarrollo, pruebas y resultados

Project Amplify nace de una colaboración con el socio robótico Dephy y acumula un recorrido de varios prototipos. Según Nike, más de 400 atletas han participado en ensayos que suman en torno a 2,4 millones de pasos, con al menos nueve iteraciones de hardware para ajustar elementos clave como motor, transmisión, batería y respuesta de la zapatilla.

Las evaluaciones han tenido lugar tanto en exteriores como en el circuito de 200 metros del NSRL. El objetivo ha sido afinar la integración entre software y biomecánica, buscando que el empuje complemente la fase final de cada zancada y se adapte a la variabilidad individual sin interferir de forma artificial en la técnica.

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Estado del proyecto y hoja de ruta

A día de hoy, el sistema sigue en fase de prototipo. Las versiones actuales operativas son más voluminosas y ruidosas de lo deseado para un producto final, y el equipo trabaja para pulir diseño, ergonomía y discreción, con la ambición de alcanzar un acabado a la altura de los estándares de la marca.

De cara al mercado, la compañía habla de un lanzamiento para consumidores en los próximos años. Algunas comunicaciones internas sitúan un objetivo tentativo alrededor de 2028 si todo progresa según lo previsto, aunque no hay una fecha cerrada ni detalles de precio. En Europa, cualquier comercialización requerirá los procesos regulatorios pertinentes (por ejemplo, marcado CE) antes de su distribución en países como España.

Implicaciones para el día a día

Si el producto llega a tiendas con la promesa que plantea, podría abrir una nueva categoría entre el calzado y los wearables de asistencia. Al igual que la popularización de las e-bikes facilitó desplazamientos más largos sin sudar la gota gorda, un sistema así podría favorecer paseos extendidos, comutes a pie y rodajes suaves más constantes.

También se vislumbra potencial en colectivos que se han ido alejando del ejercicio por ritmo, fatiga o cuestas. El reto estará en equilibrar eficacia, seguridad y aceptación social: qué se considera “ayuda justa”, cómo convive con normativas de carreras populares en Europa y cómo encaja su uso en espacios compartidos como carriles bici o aceras.

Qué diferencias tiene frente a unas zapatillas al uso

La base del calzado integra una placa de fibra de carbono, una tecnología ya extendida en el running por su capacidad para estabilizar y mejorar la transición de la pisada. La novedad no está ahí, sino en el módulo motorizado y la batería en el brazalete, que añaden propulsión activa en el momento clave del impulso.

A diferencia de las zapatillas convencionales, Project Amplify se acerca más a un ecosistema de hardware y software que debe calibrarse y recargarse. Por eso, la posibilidad de usar la zapatilla sin el módulo ofrece flexibilidad para alternar sesiones asistidas con salidas tradicionales, algo práctico para quienes no quieran depender siempre del soporte.

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Lo presentado por Nike sitúa a Project Amplify como un intento serio de redefinir la relación entre el calzado y el movimiento: una ayuda que, si se materializa tal como se promete, podría hacer más accesible correr y caminar para un público amplio sin aspiraciones competitivas, desde España hasta el resto de Europa.

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