- Una baliza V16 válida para 2026 debe estar homologada por LCOE o IDIADA, con su código grabado de forma permanente en la carcasa.
- Las V16 geolocalizadas envían su ubicación a la plataforma DGT 3.0 mediante conectividad IoT incluida, sin cuotas, durante al menos 12 años.
- El listado oficial de la DGT permite verificar marcas, modelos y códigos, y es la referencia definitiva para saber si una baliza es legal.
- Las V16 conectadas reales suelen costar entre 40 y 50 euros; precios muy bajos o ausencia de código LCOE/IDIADA son señales claras de producto no homologado.
A partir del 1 de enero de 2026 las balizas V16 conectadas pasan de ser una simple recomendación a convertirse en un elemento obligatorio en casi todos los vehículos en España. Estas luces de emergencia sustituyen a los triángulos de toda la vida y, además de emitir una señal luminosa muy visible, se conectan con la plataforma DGT 3.0 para enviar la ubicación del coche en caso de avería o accidente.
El problema es que hoy conviven en el mercado balizas V16 legales, sin conectividad y totalmente obsoletas junto a modelos ya homologados y válidos para 2026, además de un buen puñado de dispositivos dudosos o directamente falsos. Si no eliges bien, puedes gastarte el dinero en una luz que no te servirá, exponerte a multas de hasta 200 euros y perder seguridad cuando más la necesitas, que es parado en el arcén.
Qué es exactamente una baliza V16 homologada y conectada
Una baliza V16 homologada y conectada es una luz de emergencia autosuficiente que se coloca en el techo o en una zona elevada del vehículo y que cumple dos funciones: avisar a los demás conductores mediante un destello intenso de color amarillo auto y comunicar su geoposición a la DGT de forma automática cuando se activa.
Para que un modelo se considere válido a partir de 2026, debe haber pasado por un proceso de certificación en un laboratorio autorizado por el Ministerio de Industria, concretamente LCOE (Laboratorio Central Oficial de Electrotecnia) o Applus IDIADA. Son estos centros los que verifican que la baliza cumple las exigencias de visibilidad, autonomía, conectividad y resistencia señaladas en la normativa (Directriz MOV 2022/03, Real Decreto 1030/2022 y Anexo XI del Reglamento General de Vehículos).
Esto se traduce en que la baliza, en condiciones reales de uso, debe ofrecer una señal luminosa intermitente visible a gran distancia, mantenerse encendida durante un tiempo mínimo y resistir lluvia, polvo, viento, frío y calor, además de ser capaz de comunicarse con la plataforma DGT 3.0 usando tecnología IoT (M2M) sin depender del móvil del conductor.
Otra característica clave es que cada unidad incorpora un identificador único y trazable: por un lado, el código de homologación (LCOE o IDIADA con una numeración específica) y, por otro, el código IMEI o equivalente para la conexión de datos. Ambos elementos permiten que la DGT y los fabricantes lleven un control de los dispositivos en circulación y de su correcto registro en la plataforma conectada.
En la práctica, cuando activas una baliza V16 conectada y homologada, esta empieza a emitir destellos visibles 360º y a mandar su posición a la nube DGT 3.0 de forma periódica (normalmente cada 100 segundos) mientras permanece encendida. Así, se avisa a otros usuarios de la vía mediante los paneles de mensaje variable y se facilita la gestión de la emergencia a los servicios de tráfico y asistencia.

Requisitos técnicos que debe cumplir una V16 con geolocalización
Más allá de que incluya conectividad, una V16 válida tiene que respetar una serie de criterios técnicos muy concretos marcados por la normativa española. Aunque en el envase suele aparecer un resumen y en las instrucciones el detalle completo, conviene conocer los puntos clave para no dejarse engañar.
En lo referente a la luz, la baliza tiene que emitir un destello amarillo auto visible a más de 1 kilómetro de distancia incluso en condiciones complicadas (lluvia, niebla densa o baja luminosidad). La señal debe ser omnidireccional, con visibilidad de 360º en el plano horizontal y ±8º en vertical, para que se vea desde casi cualquier ángulo en la carretera.
La normativa establece un rango de intensidad luminosa que se mueve entre 40 y 80 candelas en el grado 0, y una frecuencia de destello comprendida entre 0,8 y 2 Hz. Es decir, la luz parpadea entre casi una y dos veces por segundo, lo suficiente para llamar la atención sin resultar molesta o deslumbrante para los demás conductores.
En cuanto a la energía, las V16 tienen que garantizar una autonomía mínima de 30 minutos de uso continuo. No se fija un máximo, pero cuanto más aguante, mejor. Lo importante es que la batería o pila mantenga estabilidad en ese tiempo sin perder intensidad. Estas balizas suelen funcionar con batería recargable por USB o pilas intercambiables (por ejemplo, pilas AA) y su vida útil no debería ser inferior a 18 meses en condiciones normales de conservación.
A nivel de protección frente al entorno, se exige como mínimo un grado IP54, que garantiza resistencia al polvo y a la humedad. Además, la baliza debe soportar sin problemas temperaturas entre −10 ºC y 50 ºC y mantenerse estable frente al viento cuando está colocada sobre el vehículo. Para lograrlo, muchas incorporan una base magnética de alta sujeción que permite fijarla fácilmente en el techo o en zonas metálicas del coche.
La parte conectada incorpora una eSIM o tarjeta integrada que no se puede extraer y que le proporciona conectividad M2M con la red de datos sin depender del teléfono móvil. Esta conexión permite enviar su geoposición y estado a DGT 3.0 cada cierto tiempo. La normativa obliga a que el servicio de datos esté incluido durante al menos 12 años sin cuotas adicionales para el usuario, normalmente hasta fechas como enero de 2038 para los modelos actuales.
Otro detalle relevante es que, cuando se activa la baliza, debe realizarse una comunicación automática de la ubicación y del evento a la DGT, sin que el conductor tenga que abrir ninguna app ni hacer pasos adicionales. El dispositivo se enciende, empieza a destellar y, de inmediato, comienza a enviar la información de situación a la plataforma conectada.
Cómo identificar si tu baliza V16 está homologada con el código LCOE o IDIADA
La forma más fiable de saber si un dispositivo es legal para 2026 es comprobar el código de homologación que aparece en la carcasa. Todas las V16 que han superado las pruebas oficiales tienen grabado, impreso o marcado de forma permanente un código que empieza por LCOE o IDIADA, seguido de una combinación de números (y en ocasiones letras).
Ese código no es un adorno: se trata del número de matrícula único que vincula la baliza con su certificado emitido por el laboratorio correspondiente. Por ejemplo, códigos del estilo “LCOE 2023010020G1”, “LCOE 2024070677G1” o “IDIADA PC24010041” identifican modelos concretos, como FlashLED SOS, DP-EL2024-C1, EmergLight y muchos otros incluidos en la lista oficial de la DGT.
Es fundamental que este código esté integrado en la tulipa o carcasa de manera indeleble: grabado, moldeado en el plástico, serigrafiado de forma duradera, etc. Si solo ves una etiqueta adhesiva que se despega con facilidad, sospecha. Las pegatinas arrancables o mal fijadas son un síntoma típico de productos que no han pasado la verificación reglamentaria.
Además del código de laboratorio, la baliza debe incluir un distintivo de homologación claramente legible y, en el caso de los modelos conectados, la indicación expresa de que dispone de geolocalización y conexión con la “Plataforma DGT 3.0”. En el envase y las instrucciones es frecuente encontrar menciones a “V16 IoT”, “V16 conectada” o referencias a IoT/M2M y DGT 3.0.
La DGT mantiene en su web un listado oficial de marcas y modelos certificados donde, para cada referencia, se detalla el laboratorio que ha emitido la homologación, el código LCOE o IDIADA, la denominación comercial, el solicitante (fabricante o distribuidor) y, en muchos casos, los nombres bajo los que se comercializa la misma baliza.
En ese listado aparecen dispositivos muy conocidos como Help Flash IoT de Netun Solutions, FlashLED SOS y FlashLED SOS RACC de Turisport, FASELIGHT IoT e iWottoLight IoT de Wottoline, HV16.1 de HELLA, OSRAM LEDguardian Road Flare V16 IoT, RV7000 de SOSTRAFFIC/Blueshield49/CEGASA, Claim Light NB IoT de Speed Sound, así como toda la familia de modelos IoT de Ledel Solutions, Limburg Technology, Premier Auto Accessory y muchas más marcas. También se listan variantes específicas para fabricantes de automóviles como SEAT, CUPRA, BMW, AUDI o PORSCHE.
Como curiosidad, un mismo diseño de baliza puede venderse con distintas marcas comerciales pero compartir el mismo código de homologación y el mismo solicitante en la tabla de la DGT. Por ejemplo, hay referencias de Limburg Technology que se comercializan como FlashMate, Challux, WE, SafeAlert S21, SafeTech, Mondial Safe, etc., y todas aparecen agrupadas en torno a códigos IDIADA tipo “PC25070080”, “PC25070250” o similares.
La gran ventaja de esta base de datos es que el propio conductor puede buscar el código que ve en su baliza o en la caja dentro del apartado “Marcas y modelos certificados” del portal de la DGT. Si el resultado aparece, la baliza está homologada. Si no figura o el formato del código no coincide (por ejemplo, empieza por letras distintas a LCOE o IDIADA, o la numeración es inventada), lo más prudente es asumir que el dispositivo no es válido.
Señales claras de que una V16 es falsa o no será válida en 2026
Con tantas opciones en internet y en grandes superficies, es fácil encontrarse con balizas que parecen legales pero que no cumplen la normativa. Saber detectar las señales de alarma te puede ahorrar dinero, multas y un buen susto en carretera.
Una primera pista es el precio anormalmente bajo. Las V16 conectadas y homologadas, que incluyen servicio de geolocalización durante unos 12 años, suelen moverse en una horquilla de entre 40 y 50 euros. Cuando ves modelos que anuncian “conexión a DGT 3.0” por 15 o 20 euros, prácticamente se puede asegurar que no son dispositivos V16 conectados certificados, por muy llamativa que sea la oferta.
Otra señal sospechosa es que en el embalaje se hable de “homologación” pero no aparezca ningún código LCOE o IDIADA en la carcasa. No sirve que solo figure un supuesto número de referencia del fabricante o un código genérico. Sin la estructura típica LCOE + números o IDIADA PC + números, no hay forma de verificar que esa baliza ha pasado por los ensayos oficiales.
También es motivo de desconfianza cuando la caja asegura que el producto es “conectado” pero no se menciona la plataforma DGT 3.0 ni aparece ningún IMEI o referencia de conectividad M2M. Las V16 IoT reales suelen indicar de forma muy visible que incluyen conexión de datos gratuita durante un periodo concreto (por ejemplo, hasta 2038), y en muchas ocasiones incorporan el IMEI impreso dentro o en el propio dispositivo.
Otro truco comercial frecuente consiste en destacar que la baliza es “V16 homologada” sin aclarar que no dispone de geolocalización. Estas balizas, que se aprobaron en su día sin conectividad, siguen pudiendo venderse hasta 2025, pero dejan de ser válidas a partir de 2026. Si en la descripción solo se habla de V16 y nunca de IoT, DGT 3.0, geolocalización o conexión de datos, lo normal es que estés ante uno de estos modelos antiguos.
Por último, hay que fijarse en el tipo de distintivo que lleva el dispositivo. Si todo lo que ves es una pegatina fina que se arranca con la uña, o si el texto se borra con facilidad, es muy probable que se trate de un producto sin los controles adecuados. Las balizas que han pasado por LCOE o IDIADA suelen tener marcajes de calidad: láser, serigrafía resistente, impresión en relieve, etc.
Cómo comprobar la conexión y el registro de tu baliza en la DGT
Una vez te has asegurado de que la luz tiene su código de homologación correcto y aparece en el listado oficial, el siguiente paso es verificar que la parte conectada funciona como debe y que la baliza está correctamente registrada en los sistemas de tráfico.
Cada dispositivo IoT cuenta con un identificador de comunicaciones único (como un IMEI) asociado a la eSIM integrada. Muchos fabricantes ofrecen, a través de su web o de aplicaciones específicas, la posibilidad de introducir ese identificador para confirmar que el servicio de conectividad está activado y enlazado a la plataforma DGT 3.0 durante el periodo contratado (por lo general, esos 12 años mínimos exigidos).
Desde el lado de la administración, el conductor puede usar el portal web de la DGT o aplicaciones móviles oficiales para comprobar que tanto el modelo como el código de homologación figuran como válidos. Algunas soluciones permiten, además, verificar que la baliza está dando señal correctamente cuando se enciende, aunque en muchas ocasiones esta comprobación sólo está accesible para los gestores de tráfico.
Un aspecto que ha generado bastante debate es la protección de datos personales en el sistema V16. La Agencia Española de Protección de Datos ya ha dejado claro que estas balizas no pueden utilizarse para identificar al conductor ni para reconstruir la trazabilidad completa de sus desplazamientos. El sistema se limita a enviar la posición del vehículo inmovilizado mientras la luz está activa, con fines estrictamente de seguridad vial.
La ventaja de contar con una baliza correctamente conectada es que, además de la función de señalización, el dispositivo puede recibir actualizaciones sobre cambios de homologación, retirada de modelos o recomendaciones de uso seguro. De este modo, si la DGT o el fabricante detectan algún problema con una serie concreta, pueden comunicarlo y mantener al usuario informado a lo largo de la vida útil del aparato.
Todo este ecosistema V16 conectado se integra en la red DGT 3.0, que aspira a que vehículos, infraestructuras y servicios de emergencias estén permanentemente comunicados. Cuando una baliza se activa en un arcén, su señal se cruza con la de otros sensores y sistemas, y permite mostrar advertencias a tiempo real en paneles de carretera o incluso en algunos navegadores y aplicaciones de los usuarios.
Precio, marcas habituales y diferencias entre modelos
El factor económico es uno de los filtros más prácticos a la hora de diferenciar dispositivos V16 conectados de balizas antiguas o falsas. Como ya se ha comentado, los modelos sin geolocalización se mueven alrededor de los 20 euros, mientras que las luces verdaderamente homologadas y con servicio de datos suelen situarse entre 40 y 50 euros por unidad.
Ese importe incluye no solo el dispositivo físico, sino también toda la infraestructura de conectividad IoT (eSIM, servidor, acceso a redes de datos y comunicación periódica con DGT 3.0) durante más de una década, sin que el conductor tenga que pagar cuotas periódicas ni renovaciones intermedias. Si una baliza conectada cuesta la mitad de lo habitual, algo falla en la ecuación.
En el listado oficial de la DGT aparecen tanto marcas de referencia en el sector de accesorios de emergencia como Help Flash, FlashLED, SOS Road, Netun Solutions, Wottoline (iWottoLight, FASELIGHT), SOSTRAFFIC, OSRAM, Philips, Erum Vial o Speed Sound, como una larga serie de fabricantes y distribuidores que comercializan sus productos bajo varios nombres: Ledel Solutions, Limburg Technology, Premier Auto Accessory, Energía Eléctrica Eficiente, DONGGUAN Chong Guang Lighting, entre otros.
Muchas veces, una misma baliza se ofrece con distintas marcas o en colaboración con clubes de automovilistas, aseguradoras o fabricantes de coche. Es el caso, por ejemplo, de FlashLED SOS V16 RACC o de versiones FlashLED SOS específicas para SEAT, CUPRA y otras marcas; también de las OSRAM LEDguardian asociadas a BMW, AUDI y PORSCHE, todas ellas recopiladas en la tabla de la DGT con sus respectivos códigos LCOE o IDIADA.
Además de los modelos genéricos, también empiezan a verse dispositivos diseñados como soluciones integradas con servicios adicionales. Algunas balizas se comercializan junto con aplicaciones que permiten gestionar avisos de asistencia, otras incluyen acuerdos con empresas de renting o servicios de movilidad, y en algunos casos se ofrecen variantes “plus” con mejoras en batería o conectividad.
De cara al usuario de a pie, lo razonable es priorizar que la baliza aparezca en la lista de la DGT, tenga su código LCOE o IDIADA bien visible y ofrezca la conectividad incluida durante todo el periodo obligatorio. A partir de ahí, se puede escoger por precio, por diseño, por tamaño, por facilidad de uso o por la confianza que inspire la marca o el taller donde se adquiere.
Colocación correcta de la V16 para aprovechar su capacidad
Por muy buena que sea una baliza, si no se usa bien, su eficacia cae en picado. La DGT y los propios fabricantes insisten en que el dispositivo se coloque en una zona alta y visible del vehículo, preferiblemente en el techo, para conseguir la máxima visibilidad posible desde todas las direcciones.
La idea es que el conductor pueda activar la baliza sin exponerse al tráfico. Lo ideal es hacerlo desde el interior del habitáculo: se baja ligeramente la ventanilla, se coloca la base magnética en el techo o en el marco superior de la puerta y se enciende la luz, todo ello antes incluso de salir del coche y, si es posible, con el chaleco reflectante ya puesto.
Si por altura, condiciones físicas o tipo de carrocería no es viable colocarla arriba del todo, la normativa contempla que la baliza pueda fijarse sobre otra superficie plana y estable, como el capó, la parte superior del maletero en vehículos tipo SUV o incluso en la puerta del conductor. Lo esencial es que no se caiga con el viento ni quede oculta tras barandillas, muros o elementos de la vía.
Conviene seguir siempre las instrucciones específicas del fabricante sobre activación, fijación y mantenimiento. Algunos modelos se encienden automáticamente al apoyarlos en una superficie metálica, otros requieren pulsar un botón concreto, y los hay que incorporan indicadores de batería baja o sistemas de prueba para comprobar antes del viaje que todo funciona correctamente.
Usada de forma adecuada, la V16 se convierte en una parte más de la red de seguridad vial conectada: señaliza la incidencia a los demás conductores, envía información a la DGT 3.0, facilita que los paneles de mensaje variable adviertan de un vehículo inmovilizado y ayuda a que los servicios de emergencia o asistencia localicen el punto con rapidez.
Del mismo modo que mantenemos al día los neumáticos, frenos, luces y revisiones periódicas en el taller, tener una baliza V16 homologada, conectada y en buen estado es una inversión mínima que puede marcar la diferencia entre un susto y un accidente grave cuando algo falla en plena carretera.
Lleva en el coche una V16 homologada, con código LCOE o IDIADA visible, incluida en el listado de la DGT y con conectividad real a DGT 3.0; revisa que indique de forma clara la duración del servicio IoT y colócala correctamente si surge una avería o un siniestro. Cumpliendo estos puntos, te aseguras de viajar dentro de la ley, evitar sanciones innecesarias y, sobre todo, mejorar de verdad tu seguridad y la de quienes circulan a tu alrededor.
Redactor apasionado del mundo de los bytes y la tecnología en general. Me encanta compartir mis conocimientos a través de la escritura, y eso es lo que haré en este blog, mostrarte todo lo más interesante sobre gadgets, software, hardware, tendencias tecnológicas, y más. Mi objetivo es ayudarte a navegar por el mundo digital de forma sencilla y entretenida.
